martes, 28 de agosto de 2012

Sobre (1 Corintios 7:14) Dos Preguntas


Sobre (1 Corintios 7:14)  Dos Preguntas

“...Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos...”
(1 Cor. 7:14)

En la iglesia a la cual pertenezco se nos ha presentado un caso de un hermano recien casado, que viene  de un anterior divorcio el cual no fue por “Adulterio”, aunque sabemos que esta en franca violación a lo que dijo Jesus en (Mateo 5:31-32) he querido examinar mejor las evidencias en las Sagradas Escrituras, al igual que análisis e interpretaciones de Teologos y Pastores diversos y la conclusión al final es esta.

¿Cómo es que el esposo o esposa es “santificado en un  creyente”?

Cuando leemos la palabra “santo” o “santificado”, inmediatamente viene a nuestra mente alguien que es salvo. Sin embargo, y por causa del plan de salvación que leemos en la Biblia, es evidente que la palabra “santificado” en este texto tiene otro significado.

El plan de salvación no incluye casarse con un cristiano, o ser esposo, o esposa de un creyente. El pecador necesita creer que Jesucristo es el Hijo de Dios (Juan 3:16; Hechos 8:36). Necesita arrepentirse de sus pecados (Hechos 3:19), necesita ser sumergido en agua para perdón de sus pecados (Hechos 2:38), y entonces puede decir que es salvo, pues ha obedecido el evangelio (Marcos 16:15, 16). Y a todo esto también súmele que debe perceberar hasta el fin de sus días sin apatarce del Señor.

Así pues, el hombre o la mujer implicados en 1 Corintios 7:14, aunque santificados en sus respectivos cónyuges, no implica que sean salvos.

¿Cómo debemos entender, entonces, la palabra “santificados” en este contexto? Bueno, leyendo los versículos 12 y 13, nos damos cuenta que algunos cristianos que tenían esposo o esposa no creyente, pensaban que debían abandonarlos por este hecho. Pablo les dice, “...Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente... no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente... no lo abandone...” ¡Ellos creían que Dios no se agradaba de tales matrimonios mixtos! ¿A qué conclusión llegaban? El divorcio. Querían repudiar a sus cónyuges por ser incrédulos, pues al ser incrédulos, son pecadores, y si son pecadores, ¡debe ser pecado vivir y comulgar con ellos!


Al saber Pablo sobre esta cuestión, les dice que “NO” que no deben “ABANDONAR” a sus cónyuges por el hecho de que ellos no son cristianos. En el versículo 14 les da la razón de ese mandamiento, “...porque el marido incrédulo es santificado en la mujer...” y “...la mujer incrédula en el marido...”, es decir, que Dios acepta tales matrimonios. La palabra “santificado” denota “aceptación”, “aprobación”. Dios “acepta” o “aprueba” a tales personas como maridos o esposas de los creyentes. Entonces no son “matrimonios reprobados”, ni “cónyuges reprobados”, sino “aceptados” por Dios.

¿Hay niños que son “inmundos”?

No, no hay niños inmundos, y Pablo no afirma tal cosa. Es más, tal inmundicia ni por inferencia se puede extraer de las palabras de Pablo.

Para comprender correctamente lo que Pablo está diciendo, debemos tomar nota de la frase “...pues de otra manera serían...”, todo lo cual indica que se trata de una hipótesis. Es una suposición de algo posible para sacar de ello una consecuencia. ¿Cuál es la consecuencia? Que Dios acepta tales cónyuges como esposos de los creyentes. ¿Son los niños inmundos? No, entonces tampoco es inmundo estar casado con un no creyente; “...de otra manera...”, es decir, si ser marido de un no creyente fuera pecado, entonces los hijos serían inmundos también. Ya hemos visto que Pablo dice que Dios acepta al cónyuge incrédulo como esposo de un cristiano, y esta verdad descansa en otra, incluso aceptada por los corintios, es decir, que los niños no son, ni nacen inmundos.

La santidad de los niños no descansa en la situación espiritual de los Padres, pues Dios dice que “...el hijo no llevará el pecado del padre...” (Ezequiel 18:20), pues el pecado es, personalmente, un delito en contra de la ley de Dios (1 Juan 3:4), es algo que hacemos y no que heredamos (Juan 8:34), y toda consecuencia espiritual negativa, toda inmundicia nace de nuestros propios pecados y no de los pecados de nuestros padres (Ef. 2:1). Ante esta verdad, entonces, es ilógico que los hijos sean inmundos, a pesar de la situación espiritual de sus padres.

En conclusión, Pablo pone una razón muy fuerte para que los corintios comprendan que el marido incrédulo es aceptado por Dios como esposo de un cristiano, la santidad de los hijos. ¿Puede mancharse esa santidad? No, entonces no es posible que Dios rechace un matrimonio mixto. Y esto no esta en desacuerdo con la cita (2 Corintios 6:14) del yugo desigual, esto lo revela Pablo pero con otro propósito.

1 Corintios 7:15

PREGUNTA: ¿I Corintios 7:15,16 presenta otra base para el divorcio?

RESPUESTA: NO

Aquí vemos que solo libra de responsabilidad al cristiano cuando el cónyuge incrédulo lo abandona a pesar de los esfuerzos del cristiano o cristiana de mantener intacto el matrimonio. PERO el texto NO DICE que el cónyuge cristiano puede divorciar a su cónyuge incrédulo. Además el texto NO DICE que el cristiano puede volver a casarse con otra persona por el simple hecho de haber sido abandonado por el cónyuge incrédulo. Sencillamente dice que “no está sujeto a servidumbre”. Ya que la enseñanza de Cristo en Mateo 19 es tan clara y el significado de no estar sujeto a servidumbre no es tan claro, no me atrevo a decir que sea base para el segundo casamiento  .Asi que en realidad no justifica ni muestra otra causa para divorciarce que no sea la mencionada por Jesus “ADULTERIO”

 La Biblia describe la condición de la mujer divorciada (no por fornicación) quien se casa con otro como "adúltera" (Mateo 5:32 ), pero esto no alivia de responsabilidad o de pecado al hombre que la divorció y no cambia el hecho que él también comete adulterio si se casa con otra. Según (Mateo 19:9), aunque él se hubiera casado primero, ella siempre habría cometido adulterio al casarse ella con otro. No es asunto de esperar para ver cual de los divorciados se casa primero. El pecado comenzó con divorciarse por otra causa. Ante Dios siguen comprometidos él con ella y ella con él en el pacto matrimonial que hicieron. No se pueden soltar de este pacto por medio del divorcio por otra causa (que no sea la fornicación), suceda lo que sucede después (excepto la muerte, por supuesto).

Deseamos unidad y paz, y entendimiento para el que lo necesita.

Visita del Hno. David Castillo y Esposa

En el Mes de agosto, tuvimos la grata visita del Hermano Predicador David Castillo y su esposa, procedentes del estado de Colorado EE.UU.
Nos edificamos con sus mensajes y predicas. Esperamos nuevamente contar con su presencia otra vez, bendiciones donde quiera que este querido hermano David.
Hno. David Castillo