domingo, 31 de julio de 2022

¿Cuál es el sello del Espíritu Santo?

 


¿Cuál es el sello del Espíritu Santo?


Podemos decir muchas cosas acerca del Espíritu Santo, y aun así quedaríamos cortos en nuestra comprensión, pero empezaremos diciendo que el Espíritu Santo es conocido como el “depósito,” el “sello,” y las “arras” en los corazones de los cristianos (2 Corintios 1:22; 5:5; Efesios 1:13-14; 4:30). El Espíritu Santo es el sello de Dios sobre Su pueblo, Su derecho sobre nosotros como Su propiedad. Aquí debemos enfocar que la palabra griega traducida como “arras” en estos pasajes es arrhabōn que significa prenda,” esto es, parte del dinero de la compra o propiedad dada como enganche o anticipo para garantizar la seguridad de lo que resta. El don del Espíritu a los creyentes, es el pago inicial de nuestra herencia celestial, que Cristo prometió y aseguró para nosotros en la cruz. Debido a que el Espíritu nos ha sellado, estamos seguros de nuestra salvación. Nadie puede romper el sello de Dios si nos mantenemos en el. En otras palabras el Sello es el amor de Cristo

 Ahora recuerden que también en un sentido El Espíritu de Dios es nuestro Ayo y que es Ayos?, AYO

(gr. «paidagogos»).

Era originalmente un esclavo que llevaba a los hijos de su amo a la escuela. Las Escrituras nos muestran que la ley fue un ayo para los judíos (no para los gentiles: Pablo habla en Gal. 3:24-25) y nos dice  De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe , Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,”  y porque eso?, porque la ley los condenaba  y los tenia bajo esclavitud.

El Espíritu Santo de Dios es dado a los creyentes como un “enganche” para asegurarnos que nuestra herencia completa como hijos de Dios nos será entregada. El Espíritu Santo nos es dado para confirmarnos que pertenecemos a Dios quien nos da Su Espíritu como un don o regalo, así como lo son la fe y la gracia (Efesios 2:8-9). A través del don del Espíritu, Dios nos renueva y santifica. Él produce en nuestros corazones esos sentimientos, esperanzas y deseos que son la evidencia de que somos aceptados por Dios, que somos considerados como Sus hijos adoptivos, que nuestra esperanza es genuina, y que nuestra recompensa y salvación están aseguradas si nos mantenemos en el, de la misma forma que un sello garantiza un testamento o un contrato. Dios nos concede Su Espíritu Santo como garantía de la promesa de que somos Suyos para siempre y que seremos guardados en el último día. La prueba de la presencia del Espíritu es Su operación en el corazón del creyente, la cual produce arrepentimiento, el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23), conformidad con los mandamientos y voluntad de Dios, una pasión por la oración y la alabanza, y amor por Su pueblo. Estas cosas son las evidencias de que el Espíritu Santo ha renovado el corazón del cristiano que ha sido sellado para el día de la redención.

A su vez el Espíritu Santo de Dios nos garantiza la conexión con nuestro creador y de que hemos sido apartados para El, ayudándonos con suplir fuerzas para combatir el mal de este mundo y vencer sobre nuestras debilidades, ya que por nuestras propias fuerzas seria imposible vencer en la carne.

El Apóstol Pablo en Gal. 5:1 dijo :  Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

Así es como a través del Espíritu Santo y el poder de Sus enseñanzas y guía, somos sellados y confirmados hasta el día de la redención, plenos y libres de la corrupción del pecado y de la tumba . Debido a que tenemos el sello del Espíritu en nuestros corazones, podemos vivir gozosamente, confiados en que nuestro lugar está asegurado en un futuro que guarda glorias inimaginables.

 

Francis Suarez

Elaborado : 11/07/2013


domingo, 24 de julio de 2022

"¿ Qué significa aceptar a Jesús como su Salvador personal ?"

 

"¿ Qué significa aceptar a Jesús como su Salvador personal ?"

 


¿Quién es Jesucristo? Mucha gente reconocerá a Jesucristo como un buen hombre, un gran maestro, o incluso un profeta de Dios. Estas cosas son definitivamente ciertas de Jesús, pero ellas en realidad no definen quién es Él. La Biblia nos dice que Jesús es Dios en carne, que Él llegó a ser un ser humano (vea Juan 1:,14) . Jesús vino a la tierra para enseñar, sanar, corregir, y perdonarnos, y aun más, para morir por nosotros. Jesucristo es Dios, el Creador, el Señor Soberano. ¿Ha creído usted en este Jesús?

¿Alguna vez ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal? Antes de responder, permítame explicar la pregunta. Para entender bien esta pregunta, primero usted debe entender el significado de las palabras "Jesucristo," "Salvador" y "personal."

¿Qué es un Salvador y por qué necesitamos un Salvador? La Biblia nos dice que todos hemos pecado, hemos cometido actos malvados (Romanos 3:10-18). Como resultado de nuestro pecado, somos merecedores de la ira y el juicio de Dios. El único castigo justo por pecados cometidos contra un Dios infinito y eterno, es un castigo infinito (Romanos 6:23;  Apocalipsis 20:11-15). ¡Esa es la razón por la cual necesitamos un Salvador!, para evitar esto.

Nota L (Pablo escribió que “fue arrebatado hasta el tercer cielo” (2 Corintios 12:2): para describir el reino celestial. )

Aquí esta la respuesta, Jesucristo, vino a la tierra y murió en nuestro lugar. La muerte de Jesús, , fue un pago infinito por nuestros pecados (2 Corintios 5:17). Jesús murió para pagar el castigo por nuestros pecados (Romanos 5:8). Jesús pagó el precio para que nosotros no lo tuviésemos que hacer. La resurrección de Jesús de entre los muertos probó que Su muerte fue suficiente para pagar el castigo por nuestros pecados. ¡Esa es la razón por la cual Jesús es el único Salvador! (Juan 14:6 (Hechos 4:12) ¿Está usted confiando en Jesús como su Salvador?

¿Es Jesús su Salvador "personal ? Mucha gente ve el cristianismo como el asistir a la iglesia, la celebración de rituales, o el no cometer ciertos pecados. Pero eso no es el cristianismo. El verdadero cristianismo es una relación personal con Jesucristo. Aceptar a Jesús como su Salvador personal es poner su fe y confianza personalmente en Él. Ninguno es salvo por la fe de otros. Nadie es perdonado por hacer ciertas obras. El único camino para ser salvo, es aceptando personalmente a Jesús como su Salvador, confiando en Su muerte como pago por sus pecados, y en Su resurrección como su garantía de la vida eterna (Juan 3:16). ¿Es Jesús personalmente su Salvador?

Si usted ya se entrego a Jesucristo bien a hecho, por otro lado si no lo ha hecho y quiere aceptar a Jesucristo como su Salvador personal, entonces dígale a Dios las siguientes palabras:  Señor te acepto como mi Salvador personal, se que tu sangre lava mis pecados reconozco que soy pecador y necesito de ti, quiero seguirte Amen.  Recuerde, hacer esta oración o cualquier otra, no lo va a salvar.   Es solamente el confiar en Cristo y hacer su voluntad lo que le puede librar del pecado. Esta oración es simplemente una manera de expresar a Dios su fe en Él, y agradecerle por proveerle su salvación, una vez realizado esto debe acudir a una iglesia de Cristo a bautizarce.

 

Francis Suarez


sábado, 16 de julio de 2022

El Señor Jesús: La Vid y los Pámpanos

 

El Señor Jesús: La Vid y los Pámpanos

Juan 15:1-17



Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en Mí, y Yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de Mí nada podéis hacer. Juan 15:5

Recordemos que durante la cena de la Pascua (Juan 13) el Maestro Jesús da a conocer a sus discípulos algo tan importante, como la necesidad de permanecer unidos a Él. Para que pueda ser más comprensible, toma como referencia la vid, cuyo vino habían degustado mientras cenaban.

Jesús les dice: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador” (v.1).

Es por eso que Jesús hace una seria advertencia a sus discípulos: “Todo pámpano que en Mí no lleve fruto lo quitará” (v. 2). Esta es la labor del labrador, cuando ve en la vid sarmientos que no llevan fruto, los desgaja de la vid para que no estorben a los otros sarmientos que sí llevan fruto. Pero incluso estos sarmientos que llevan fruto son limpiados para que el fruto sea más abundante y mejor. El Señor Jesús dice a sus discípulos que Su Palabra es el instrumento para limpiar diariamente los sarmientos que están unidos a esa vid y llevan fruto.

Jesús acercándose más a la propia realidad de sus discípulos, les hace ver que Él mismo es la vid y ellos los sarmientos; a los sarmientos les es necesario permanecer unidos a la vid, si quieren tener vida y frutos. Ya que el sarmiento no puede llevar fruto alguno por sí mismo separado de la vid. Pero el hombre religioso, por lo general, se cree capaz de llevar fruto por sí mismo, sin estar unido por la fe a esa única “vid verdadera”, que es Cristo. Estos frutos del hombre religioso los podíamos calificar como lo describen citas del Antiguo Testamento como uvas silvestres, tienen apariencia de buenas, pero no tienen el sabor dulce del amor de Dios maduradas bajo el sol radiante de la justicia de Cristo.

Debemos recordar que en el Antiguo Testamento Jehová Dios usa este símil para referirse a su pueblo Israel, lo vemos en el (Salmos 80:8; Isaías 5:1-7; Jeremías 2:21), donde les dio uvas silvestres.

Pero ahora, al final de los tiempos, el Dios y Padre de una manera especial nos ha injertado a los gentiles en la “vid Verdadera” que es Su Hijo Jesucristo, por medio de la fe. No hay otra “vid verdadera” que pueda dar los frutos al Padre, ni hay otro labrador que conozca los cuidados adecuados de esa vid y sus sarmientos que el Padre mismo, junto a su hijo.

Sin embargo el creyente debe saber que por su propia vida, que todo el fruto que se da en él proviene de esa “vid verdadera”, que es Cristo; y por Cristo y en Cristo se dan en él los frutos del Espíritu: Por las Escrituras sabemos que son “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, man­sedumbre, templanza” según (Gálatas 5:22-23).

Nadie puede llevar estos frutos por sí mismo si no es Cristo en él; sería tan absurdo como si el sarmiento quisiera producir uvas sin estar unido a la vid.

Jesús mismo dice: “Separados de Mí nada podéis hacer”. Y sin embargo, es como si el hombre siempre se empeñara en hacerlo todo separado de Cristo. La palabra que usa el griego es “dinamai”, que además de significar “poder”, también significa: ser capaz, tener fuerza, capacidad, facultad. Por tanto, sin Cristo el hombre no es capaz, ni tiene fuerza ni capacidad para llevar fruto por sí mismo. Lo que el hombre puede hacer por sí mismo son obras de la carne: “adulterio, fornicación, inmundicia, idolatría, hechicerías, enemistades, iras, contiendas, disensiones, homicidios, borracheras etc.” (Gálatas 5:19s). No olvidemos hermanos lo que la Palabra de Dios nos dice en (Rom. 8:7-8)

“Los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la ley de Dios, ni pueden… y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios”   ….Amen.


sábado, 9 de julio de 2022

¿ Es Jesús Dios ?

 

¿ Es Jesús Dios ?



Hay que destacar que en la biblia encontramos relatos donde los judíos entendieron la declaración de Jesús al afirmar ser Dios. En los versículos siguientes, Jesús nunca los corrige diciéndoles, "Yo no afirmé ser Dios". Eso indica que Jesús realmente estaba diciendo que era Dios al declarar, "Yo y el Padre uno somos" (Juan 10:30). Y en Juan 8:58 encontramos otro ejemplo. Jesús les dijo "De cierto, de cierto os digo: antes que Abraham fuese, yo soy". La respuesta de los judíos que escucharon esta declaración fue tomar piedras para matarlo por blasfemia, así como la ley de Moisés les ordenaba hacerlo (Levítico 24:15).

Realmente en la Biblia, no hay un registro de Jesús diciendo las palabras precisas, "Yo soy Dios". Sin embargo, eso no significa que Él no proclamó ser Dios. Sin embargo cuando dijo: "Yo y el Padre uno somos"., escuche la reacción de los judíos a Su declaración, "Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios" (Juan 10:33).

De igual manera en Juan 1:1 dice que "El Verbo era Dios" Juan 1:14 dice que "Aquel Verbo fue hecho carne". Esto indica claramente que Jesús es Dios en la carne. Hechos 20:28 nos dice, "… para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre".  Fue Jesucristo. Hechos 20:28 declara que Dios compró Su iglesia con Su propia sangre. ¡Por tanto, Jesús es Dios!

Con respecto a Jesús, Tomás el discípulo declaró, "Señor mío, y Dios mío" (Juan 20:28). Jesús no lo corrigió. Tito 2:13 nos anima a esperar la venida de nuestro Dios y Salvador – Jesucristo (vea también 2ª Pedro 1:1). En Hebreos 1:8, el Padre declara de Jesús, "Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino". El Padre se refiere a Jesús como "Oh Dios" indicando que Jesús es verdaderamente Dios.

 En el libro de Apocalipsis enontramos que un ángel ordenó al apóstol Juan adorar solamente a Dios (Apocalipsis 19:10). En algunas ocasiones en la escritura, Jesús recibe adoración (Mateo 2:11; 14:33; 28:9,17; Lucas 24:52; Juan 9:38). El nunca reprendió a la gente por adorarle.

Finalmente la razón más importante para decir que Jesús tiene que ser Dios, es que si Él no es Dios, Su muerte no habría sido suficiente para pagar el castigo por los pecados de todo el mundo (1ª Juan 2:2). Un ser creado, que Jesús sería si no fuera Dios, no podría pagar la pena infinita requerida por el pecado contra un Dios infinito. Solamente Dios pudo pagar tal penalidad infinita. Solamente Dios pudo tomar los pecados del mundo (2ª Corintios 5:21), morir, y resucitar — probando Su victoria sobre el pecado y la muerte para beneficio de todos nosotros.

 

Francis Suarez


domingo, 3 de julio de 2022

¿En el Cielo, existirá el mátrimonio?

 

¿En el Cielo, existirá el mátrimonio?



En las Sagradas Escrituras, en el libro de mateo cap. 22 verso 30 dice:

 “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo” Eso dijo Jesús al contestar una pregunta concerniente a una mujer quien había estado casada varias veces en su vida – ¿con quién estaría casada en el cielo (Mateo 22:23-28)? Es notorio que nos dice que no habrá matrimonio en el cielo. significa que los integrantes de una pareja no se reconocerán en el cielo, como criaturas adoradores de Dios no podremos distraer nuestra mente con recuerdos del mundo ya pasado, tendremos mente nueva e incluso un nombre nuevo. (Apoc. 2:17)

Todo parece indicar que en el cielo no existirá la unión de parejas en matrimonio, sencillamente porque no será necesario, cuando Dios estableció el matrimonio lo hizo por diferentes razones, PRIMERO después de crear a Adan después de un tiempo vio que le era necesario una compañía para su ayuda y consolación, (Génesis 2:18) dice: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.”. Eva constituyo la solución perfecta para la soledad de adán, acompañándole reinando juntos en la creación.

 En el cielo no estaremos solos, ya que estaremos unidos a millares de hermanos en la fe para adorar a Dios, incluyendo ángeles por eso es importante mencionar que no habrá soledad,. Estaremos rodeados por multitudes de creyentes y de ángeles (Apocalipsis 7:9), y todas nuestras necesidades serán satisfechas, incluyendo la necesidad de compañía.

SEGUNDO, Dios creó el matrimonio como medio para la procreación y para poblar la tierra con seres humanos, pero porque? Debido al pecado que entro al mundo con el destierro de Adán y trajo consigo a la muerte. Ya el hombre podía morir y si no se reproducía no podía prevalecer la especie humana.

Sin embargo, en el cielo no habrá población por procreación, porque en el cielo tendremos cuerpos glorificados que no serán ni masculinos ni femeninos, pero lo mas importante que seremos eternos, ósea inmortales, y precisamente por no morir no hay necesidad de procrear. Los que conforman la Iglesia de Cristo son los llamados a vivir en el cielo por promesa, en las mansiones celestiales, alojadas en la Nueva Jerusalén la Santa Ciudad Celestial por haber sido adoptados como hijos de Dios por Fe en su hijo Jesucristo.

Y TERCERO, Dios busca adoradores espirituales, los cuales son como ángeles para hacerlo su pueblo que le adore. En la cita (Juan 4:23) dice :  “ Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.”

 

Por: Francis Suarez

Articulo elaborado 29/9/2013