domingo, 18 de febrero de 2018

Como estas vestido?

Hoy tuve una vez más el privilegio y satisfacción de predicar a mis hermanos y personas asistentes en la iglesia de Cristo, de Los Angeles Carolina a la cual pertenezco y asisto.  Y por tal razón más abajo comparto con ustedes el tema el cual espero les sirva de edificación y motivación, agradeciendo de antemano a todos aquellos que visitan el blog buscando de la palabra de nuestro Dios, Rey y Señor nuestro CristoJesus.

Como estas vestido?



En ocasiones a nosotros los siervos de Cristo (Todo Nacido de Nuevo), se nos olvida como andamos vestidos frente a los demás, Las Sagradas Escrituras nos hablan de un vestido o ropa especial que toda cristiano debe portar, es mencionada como una armadura, en la cual Dios nos provee de las capacidades e instrumentos necesarios para ser fieles soldados suyos, y hacer lo que el quiere.

La Armadura de Dios no es algo que usted y yo nos ponemos antes de echar fuera un demonio. En realidad es una forma de vida que caracteriza aquellos quienes viven sus vidas de acuerdo a la instrucción divina; quienes dependen de Dios y no de ellos para el diario vivir.  La lucha del cristiano contra las fuerzas de maldad del maligno no ocurren de vez en cuando, ocurren cada día, y cada momento que salimos.  La Escritura nos dice que el diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar (1Pedro 5:8). Pero el Cristiano que conoce su posición y su batalla, “no se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar Aquel que lo llamó por soldado.” Como cita (2Tim. 2:4)  Por esta causa hoy hablaremos de uno de esos componente que es : LA ESPADA DEL ESPIRITU.

La frase “la espada del Espíritu” se menciona sólo una vez en la Escritura en Efesios 6:17. La espada es parte de la armadura espiritual que Pablo exhorta a los cristianos a usar, con el fin de estar preparados para luchar eficazmente contra del maligno (Efesios 6:13).
La espada es un arma tanto ofensivo como defensivo, usado para protegerse uno mismo del daño o para atacar al enemigo y vencerlo. Para un soldado, era necesario recibir una rígida formación sobre el uso adecuado de la espada, a fin de obtener el máximo beneficio de ella. Todos los soldados cristianos necesitan el mismo rígido entrenamiento para saber cómo manejar apropiadamente la Espada del Espíritu, “que es la palabra de Dios.” Puesto que todo cristiano se encuentra en una batalla espiritual en contra de las fuerzas satánicas de este mundo, necesitamos saber cómo manejar la Palabra apropiadamente. Solo entonces se convertirá en una defensa efectiva contra el maligno y una valuable arma ofensiva “para la destrucción de fortalezas” del error y la mentira. (2 Corintios 10:4-5).
A la Palabra también se le llama la espada en Hebreos 4:12. Aquí, la Palabra es descrita como “…viva y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos.” La espada romana comúnmente era de dos filos, haciéndola más efectiva para perforar y cortar por ambos lados. La idea de la Escritura de penetrar, significa que la Palabra de Dios llega hasta el “corazón,” el centro mismo de la acción, y deja expuestos los motivos y sentimientos de aquellos que toca.

A todo esto debemos hacernos la siguiente pregunta entonces, cual es el propósito de la Espada del Espíritu ¿?– Que es la Biblia – Pues bien diremos que es Crecer en Amor y Conocimiento de nuestro Dios, asi como su plan, aumentar nuestra fe y fortalecernos y permitirnos resistir los ataques de Satanás (Salmo 119:11; 119:33-40; 119:99-105). El Espíritu Santo usa el poder de la Palabra para salvar almas y conferirles la fortaleza para alcanzar la madurez espiritual y convertirnos en soldados para el Señor. Por esta razón a medida que conozcamos y comprendamos la Palabra de Dios, seremos más útiles en hacer la voluntad de Dios, y más eficaces para permanecer firmes contra el enemigo de nuestras almas.

lunes, 12 de febrero de 2018

"El Espíritu vuelve a Dios que lo dio"

"El Espíritu vuelve a Dios que lo dio"


"El Espíritu vuelve a Dios que lo dio"

En algunas ocasiones se utilizan las palabras de Eclesiastés 12:7 para sostener la creencia en el vuelo del espíritu al cielo al morir el cuerpo, donde se supone que entra en su herencia eterna; aunque parece que siempre se olvidan de que"es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo" (2 Corintios 5:10) Aquí este Tribunal de Cristo es el juicio para los creyentes, que pertenecen a la primera resurrección.
Para qué podría ser semejante juicio, si los hombres van a sus premios o castigos al morir, es inconcebible para una mente racional. Tambien de la misma manera citan a (Heb. 9:27) que dice : “ Esta determinado que todo hombre muera una sola vez, y luego el juicio,” como si al morir inmediatamente se nos pasa juicio y recibimos lo que merecemos; mal entendiendo que la escritura lo que afirma es que después de morir el próximo acontecimiento será la resurrección para juicio, sea un creyente que murió en victoria o un impío pecador que llego a la muerte sin recibir a Cristo.

Ahora bien, lo primero a lo cual dirigiríamos la atención del lector en el versículo en referencia es al hecho que Salomón no hace diferencia entre buenos y malos, sino que habla, sin calificaciones, de que, al morir la persona, el espíritu regresa a Dios que lo dio. Lo que sea el espíritu del cual se habla aquí, todos concordarán en que todos los hombres lo tienen, tanto los buenos como los malos, y que al producirse la muerte ese espíritu abandona al bueno y al malo por igual; y en vista de que se dice que regresa a Dios que lo dio, se entiende que vino de Dios.

El hecho que el espíritu del cual se habla aquí se da a todos los hombres por igual, y que al producirse la muerte regresa a Dios desde donde vino, muestra claramente que ese espíritu no es el hombre mismo, bueno o malo, porque ningún creyente en la teoría popular admitirá que la supuesta entidad espiritual de los malos va a Dios al producirse la muerte. Porque para que este texto pueda ajustarse a la teoría de la existencia desincorporada consciente y a la creencia de que se va al cielo al morir, debe modificarse considerablemente. Habría que recordarle a Salomón que cometió un grave error al no cuidar sus palabras para que dijeran que al producirse la muerte sólo el espíritu de los buenos va a Dios, mientras que el de los malos va en otra dirección; no a Dios, sino al diablo.
Ud., estimado lector, no estará dispuesto a admitir que Salomón se equivocó. Más bien Ud. se sentirá inclinado a concluir que la teoría popular discrepa tanto de la inspiración que las palabras de la Escritura tendrían que ser modificadas en gran medida para que pudieran ajustarse a los dogmas de las escuelas teológicas, basadas en interpretaciones y opiniones de hombres.

Sírvase tomar nota de que el espíritu del cual se habla aquí regresa a Dios que lo dio . Dios lo dio. Es un elemento que Dios dio a algo o a alguien. Es aquello que fue dado a un ser, y no es el ser a quien le fue dado. Por lo tanto, no es el hombre mismo sino algo que fue dado al hombre, lo cual, al producirse la muerte, abandona al hombre al cual le fue dado y regresa a Aquel que lo dio.
Ahora bien, estimado lector, quiero pedirle que vuelva a leer lo que hemos dicho y los textos que hemos dado en la Proposición 18 en relación con el tema del espíritu. Entonces Ud. verá que la palabra espíritu se usa con frecuencia para referirse a la vida, tanto del hombre como de los animales. La palabra espíritu en el versículo en referencia procede del término hebreo ruach. Salomón usó esta misma palabra en este mismo libro, en Eclesiastés 3:19, pero nuestros traductores la vertieron ahí como "respiración" y aquí como "espíritu" (Eclesiastés 12:7) Con respecto al hombre y a las bestias, ahí se dice: "Una misma respiración [ ruach ] tienen todos".  Ahora bien, ¿qué dio Dios al hombre cuando lo hizo un ser viviente? La respuesta se da en Génesis 2:7-- "Sopló en su nariz aliento [ ruach ] de vida". ¿Qué ocurre cuando muere un hombre? "Sale su aliento [ ruach ], y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos" (Salmos 146:4) Cuando respiramos inhalamos el aire que nos rodea, el cual Dios, en sus métodos misteriosos, ha impregnado con el principio de vida. Cuando, por enfermedad o accidente, nos vemos impedidos de respirar, nuestro aliento o respiración se va, la vida se va y quedamos sin vida como estaba Adán antes de que Dios soplara el aliento de vida en su nariz. Dios es la única fuente de vida; la vida de todos los seres vivientes. La vida vino de él. Al producirse la muerte, la vida regresa a él. La vida que Dios dio a Adán no fue una entidad inmortal. Sin duda no fue una entidad consciente lo que sopló Dios en la nariz de Adán. Tampoco es una entidad consciente cuando regresa a Dios que lo dio.
Además, el espíritu o vida de todos los hombres y de todos los animales procede de Dios; pero el hombre salió del polvo. "Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra" (Génesis 2:7) "El primer hombre es [formado] de la tierra, terrenal" (1 Corintios 15:47) El hombre salió del polvo; su vida, o espíritu de vida o aliento de vida, vino de Dios. Cuando se produce la muerte, hay un retorno de las cosas. El hombre que salió del polvo regresa a la tierra, y la vida que fue dada para hacerlo un hombre viviente regresa a Dios que lo dio. Al hacer un hombre viviente, se produce la formación y otorgamiento de vida. Para que ese mismo hombre muera se le debe retirar la vida, y el hombre mismo queda expuesto a la descomposición.
Esto es lo que nuestro texto dice acerca de la muerte: "Y el polvo vuelva a la tierra, como era , y el espíritu [vida] vuelva a Dios que lo dio". Y lo que se aplica en esto al hombre también se aplica a las bestias; porque Salomón dice de ambos: "Como mueren los unos, así mueren los otros, * * * todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo" (Eclesiastés 3:19, 20) El hombre que no es mejor que las bestias "es semejante a las bestias que perecen [...], como a rebaños que son conducidos al Seol [sepulcro]" (Salmos 49:12, 14, 20) Pero el hombre que sobrepasa a las bestias en la escala intelectual y moral, y se hace responsable ante Dios, saldrá a vida otra vez; se producirá una resurrección [ anastasis ---levantarse otra vez] "para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo" (2 Corintios 5:10).

El espíritu que vuelve a Dios
"Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio" (Eclesiastés 12:7).
Acá tenemos una descripción de lo que ocurre con el hombre cuando muere. Pero se levanta naturalmente la pregunta: ¿Qué es ese espíritu que regresa a Dios?

Las palabras del apóstol Santiago pueden ayudarnos a entenderlo:

"Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta" (Santiago 2:26). El espíritu, entonces, es lo que mantiene el cuerpo vivo.

Algunas Biblias tienen una acotación marginal en la cual explican que la palabra "espíritu" puede ser traducida también por "respiración". Pues el cuerpo sin la respiración o el aliento está muerto.

Las dos palabras, "aliento" y "espíritu se usan indistintamente en las Escrituras. Job 27:3 dice en la Versión Moderna:"Mientras tanto que mi espíritu esté dentro de mí, y haya hálito de Dios en mis narices... "

El espíritu que un hombre recibe de Dios y que vuelve a Dios cuando muere, es lo que Dios pone en sus narices.

Volvamonos ahora pues al relato de la creción del hombre otra vez. ¿Qué puso Dios en las narices del hombre?

"Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente" (Génesis 2:7).

Dios insufló en la nariz del hombre en ocasión de la creación el aliento de vida. Luego, en ocasión de la muerte, la chispa o el aliento o el espíritu de vida regresa a Dios quien lo dio. Es el proceso inverso de la creación.

"Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra".

¿Describiremos al hombre tal como salió de las manos de su Creador?

Allí está: completo con todas sus partes. Tiene un cerebro en la cabeza listo para pensar, pero no piensa. Hay sangre en las venas lista para fluir, pero no fluye. Tiene un corazón en el pecho listo para latir, pero no late. Está listo para vivir, para amar, para actuar, peo no vive, no ama, no actúa todavía.

"Y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente".

Desde ese momento el hombre poseyó una identidad, una personalidad, un carácter. El hombre llegó a ser "alma viviente", según la antigua versión de Valera, o un "ser viviente", segun la versión revisada.

Luego, cuando el hombre muere, de acuerdo con Eclesiastés 12:7, el polvo vuelve a la tierra como era, y el espíritu de vida, o aliento de vida, sea que se trate de un hombre santo o pecador, regresa a Dios quien lo dio. La identidad no está perdida. El carácter está preservado. La personalidad está segura en las manos de Dios. Pero el hombre deja de estar conciente, porque la unión del cuerpo y el aliento - unión que da vida y que la mantiene - ha sido quebrantada.

En otras palabras, si la unión del polvo de la tierra y el aliento de vida produce un ser viviente, ¿qué le ocurre a ese ser o a esa alma viviente cuando estos dos elementos son separados en ocasión de la muerte? Por eso Job dice: “ "Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?" (Job 14:14) y David dice: “Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el sepulcro, ¿quién te alabará? (Salmo 6:5) Tambien : ‘  Los muertos no alaban al SEÑOR, ni ninguno de los que descienden al silencio. (Salmo 115:17) Isaias también hablo: “Porque el sepulcro no te exaltará, ni te alabará la muerte; ni los que descienden a la fosa esperarán tu verdad. (Isaias 38:18) y nuevamente salomon dice: “ Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.”(Ecle. 9:5)

Cualquiera puede ver que el hombre deja de existir como un ser viviente hasta que el Autor de la vida reúna de nuevo los dos elementos en el dia de la resurrección.  AMEN.

Francis Suarez

11 enero 2017

miércoles, 7 de febrero de 2018

La Ira De Dios Y La Gran Tribulación

La Ira De Dios Y La Gran Tribulación
Pregunta de un hermano?
P. Yo he estado bajo la impresión de que la tribulación era el período de 7 años después del rapto. Basado en sus más recientes publicaciones parece que usted ha hecho una distinción entre la ira de Dios que empieza en Apocalipsis 6 y la Gran Tribulación que empieza en Apocalipsis 13. ¿Podría ampliar sus comentarios?
La Respuesta
R. Apocalipsis 6:15-17 declara que la ira de Dios ya ha empezado en el momento del sexto juicio de los sellos lo cual ocurre al principio de la Semana Setenta de Daniel justo antes del Rapto. La gran tribulación empieza a la mitad de la Semana Setenta de Daniel como lo describe Apocalipsis 13 cuando Satanás es expulsado del cielo y viene a la Tierra para morar en el anticristo. Esto lleva a la abominación desoladora de la que se habló en Daniel 9:27 y 2 Tesalonicenses 2:4. En Mateo 24:15-21 Jesús identifica eso como el comienzo de la Gran Tribulación

La Ira de Dios
Las naciones estarán angustiadas y perplejas por el bramido y la agitación del mar (Lucas 21:25).
Y decían a los montes y a las peñas: Caigan sobre nosotros, y escóndannos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? (Apocalipsis 6:16-17).
Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios (Apocalipsis 15:1).

Durante veinte siglos varias formas de la frase “La Ira de Dios” daban la idea de que ese era el período de los juicios de los tiempos finales que inmediatamente precedían la Segunda Venida. Pero recientemente esa frase ha empezado a significar diferentes cosas para diferentes personas. Al mismo tiempo frases como la Ira del Cordero, la Ira del Hombre, y la Ira de Satanás también se han metido en la discusión. Adicionalmente, algunas personas han empezado a hablar de un período de juicio al que llaman la Ira de Dios el cual no se menciona en la Biblia. Estas personas dicen que este juicio empieza justo después de la Segunda Venida. Otras aun han dicho que la Ira de Dios se refiere al castigo eterno que sigue después del Milenio.

Entonces, ¿Qué es la Ira de Dios?
Por las citas anteriores de Apocalipsis nos damos cuenta de que la Ira de Dios es un período de juicio que comienza durante los juicios de los sellos de Apocalipsis 6 y termina con los juicios de las copas de la ira de Apocalipsis 16—18. Cuando alguna forma de esta frase aparece en el Nuevo Testamento casi siempre es una referencia a los juicios de los tiempos finales.
Si ese es el caso, ¿qué son estos otros llamados períodos de ira que escuchamos?
La Ira del Cordero viene de Apocalipsis 6:16. El siguiente versículo, Apocalipsis 6:17 nos dice que también es la Ira de Dios, lo cual tiene sentido porque en Juan 10:30 Jesús dijo, “El Padre y yo somos uno”.
La Ira del Hombre es una frase que no aparece en la Biblia, pero algunos comentaristas la han usado para describir lo que tradicionalmente se le ha llamado los primeros cuatro juicios de los sellos de Apocalipsis 6, también conocidos como los Cuatro Jinetes del Apocalipsis. De nuevo, esto es parte de la Ira de Dios. Los cuatro jinetes simbolizan la aparición inicial del anticristo y sus esfuerzos para ganar el control de todo el mundo por medio de la conquista (Apocalipsis 6:2).

La Ira de Satanás viene de la Biblia Versión Reina Valera 1960 de Apocalipsis 12:12 en donde a Satanás se le describe como que tiene gran ira porque ha sido expulsado del cielo y sabe que le queda poco tiempo para lograr su meta de conquistar la Tierra. Su expulsión del cielo sucederá al comienzo de la Gran Tribulación, un corto tiempo antes de que los juicios de las copas de la ira completen la Ira de Dios que se desata en contra de sus seguidores. Entonces ustedes pueden ver que Satanás no es el autor de esta serie final de juicios sino que es el objetivo de ellos. La palabra griega usada para la ira de Satanás es timos y mientras que algunas veces también se refiere a la ira de Dios, orgé es la palabra que con más frecuencia se usa para la Ira de Dios. La diferencia en las dos palabras como se usan aquí es que la ira de Dios es la causa del castigo mientras que la ira de Satanás es la reacción al castigo.

El juicio que inmediatamente le sigue a la Segunda Venida lo describe Mateo 24:45—25:46. Aquí se determinará quiénes de entre los sobrevivientes de la Gran Tribulación serán bienvenidos en el Reino Milenial en la Tierra. Todos los sobrevivientes incrédulos serán removidos del planeta en ese momento. La Segunda Venida, los juicios de Mateo 24—25 y las preparaciones para el Reino se completarán durante los primeros 75 días después que ha terminado la Gran Tribulación (Daniel 12:12) los cuales nunca se refieren como el tiempo de la Ira de Dios.
Lo mismo es cierto con el juicio del Gran Trono Blanco de Apocalipsis 20:11-15. Al final del Milenio los incrédulos muertos de todas las épocas serán reunidos para su juicio final. Cualquier persona cuyo nombre no se encuentra en el Libro de la Vida será lanzada en el Lago de Fuego para el castigo eterno. Al Lago de Fuego nunca se le refiere como la Ira de Dios.
De estos y otros pasajes podemos seguramente concluir que las referencias en el Nuevo Testamento de la Ira de Dios de manera abrumadora describen un período específico de juicio sobre el mundo después del Rapto, empezando al comienzo de la Semana Setenta de Daniel y terminando justo antes de la Segunda Venida. Su Ira consiste de tres series de juicios que tienen nombre y posiblemente uno adicional que no tiene nombre.

Tres Series De Juicios
A la primera serie de juicios con nombre se le llama los juicios de los Sellos porque suceden cuando Jesús abre siete sellos de un libro que el Padre le ha dado. Se describen en Apocalipsis 6 como un período de tiempo que empieza con la percepción de que la paz ha llegado a la Tierra y termina con la realidad de que la Ira de Dios ha empezado. Al escribir sobre este tiempo Pablo dijo, “Que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán” (1 Tesalonicenses 5:3). Los primeros seis juicios de los Sellos traerán guerra, hambre, plagas y muerte a una cuarta parte del mundo junto con el martirio masivo de los creyentes  después del Rapto.

El séptimo Sello no es un juicio en sí mismo sino que introduce una segunda serie de juicios con nombre, llamados los Juicios de las Trompetas (Apocalipsis 8:4—9:21). Cuando siete ángeles suenan sus trompetas por turno, el sonido de cada trompeta introduce otro juicio. Esta serie de juicios combinará ataques naturales y sobrenaturales sobre la humanidad y para cuando hayan terminado, una tercera parte de los bosques de la tierra y los campos se habrán quemado, una tercera parte de las criaturas marinas habrá muerto, una tercera parte del suministro de agua potable de la Tierra se habrá contaminado, y una tercera parte de la gente que sobrevivió a los juicios de los sellos, habrá muerto.
Después del juicio de la sexta Trompeta un evento sin nombre llegará a la Tierra. A una señal de un ángel fuerte siete truenos emitirán sus voces, y a pesar de que a Juan se le prohibió decirnos lo que dijeron, los eruditos especulan que eso puede ser un juicio no anunciado de alguna clase (Apocalipsis 10:1-4).
Al sonido de la Séptima Trompeta se anunciará el comienzo del reinado de Cristo sobre el Planeta Tierra (Apocalipsis 11:15-18). Una guerra en el Cielo tendrá como resultado la expulsión permanente de Satanás y sus ángeles (Apocalipsis 12:7-12). Habiendo sido confinado a la Tierra, Satanás morará dentro de su hombre, el anticristo, y hará que este anuncie desde el Templo en Israel que él es Dios (2 Tesalonicenses 2:4). Jesús dijo que esto dispararía la Gran Tribulación, el peor desastre que el mundo jamás habrá sufrido, ni antes ni después. Él advirtió que el pueblo judío que viva en Israel en ese momento, huya a los montes para salvar sus vidas (Mateo 24:15-21).

Esto se llevará a cabo a la mitad de la Semana Setenta de Daniel y en este punto la fuerza total de la ira de Dios será descargada sobre Satanás y sus seguidores durante la serie final de juicios (Apocalipsis 16—18). A estos se les llama los juicios de las Copas de la Ira porque se simbolizan por unos ángeles que derraman las siete copas de la Ira de Dios sobre la tierra. El poder de estos juicios y la devastación que causan está más allá de cualquier descripción. Jesús estaba en lo correcto al decir que si Él no le ponía fin a estos juicios, en el momento asignado, ningún ser humano sobreviviría (Mateo 24:22).
Yo creo que uno de los efectos de estos juicios será el de completar la fase de demolición para la restauración de la Tierra, sobre la cual habló Jesús en Mateo 19:28, la confirmó Pedro en Hechos 3:21 y Juan la describió en Apocalipsis 21:1. Por ejemplo Apocalipsis 16:16-21 habla sobre los peores terremotos que el mundo habrá sentido causando que todas las montañas caigan, las islas desaparezcan, y las ciudades de las naciones se destruyan, mientras que granizos de 45 kilogramos caen como bombas sobre la Tierra. Créanme cuando les digo que ustedes no le desearían esto ni a su peor enemigo.
La mayor parte de la población restante del mundo morirá durante este tiempo, pero debido a esto la Tierra estará lista para ser restaurada a la condición que estaba cuando Adán fue creado. Esto sucederá al momento de la Segunda Venida (Hechos 3:21).

¿Qué Será De Nosotros?
Pablo dejó en claro que la Iglesia no estaría presente en la Tierra en ningún momento durante estos juicios. En 1 Tesalonicenses 1:10 él escribió que Jesús nos rescatará de la ira venidera. (La palabra griega traducida de este versículo se refiere tanto al tiempo como al lugar de la ira venidera, así que no estaremos presentes cuando eso suceda, ni estaremos presentes donde suceda). Él hará esto porque Dios no nos ha puesto para sufrir la ira sino para recibir la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo (1 Tesalonicenses 5:9).

Si usted cree que es una persona pecadora, pero que Dios envió a Su Hijo a morir por sus pecados, y si usted ha aceptado Su muerte como pago por todo el castigo de sus pecados, entonces usted no tendrá que enfrentarse a estos juicios. Un día pronto, usted desaparecerá con el resto de nosotros y estará en el Cielo con el Señor mientras todo esto sucede en la Tierra.

Usted se dará cuenta de que su decisión en creer lo que el Señor hizo por usted fue el momento determinante de su vida y entenderá que eso le hizo una de las personas máximas ganadoras en el mundo. Usted se dará cuenta de que eso fue lo que Dios siempre quiso que usted hiciera y sabrá por qué los Ejércitos Celestiales han explotado en júbilo celebrando su llegada a la presencia del Señor. 

domingo, 4 de febrero de 2018

"¿Qué es el Apocalipsis?"

"¿Qué es el Apocalipsis?"

La palabra “Apocalipsis” viene de la palabra griega “apocalupsis” que significa “revelar, develar, quitar la cubierta.” El libro de Apocalipsis a veces es llamado “El Apocalipsis de Juan”, porque es Dios quien revela el final de los tiempos al apóstol Juan. Es más, la palabra griega para Apocalipsis es la primera palabra en el texto griego del libro de Apocalipsis. La frase “literatura apocalíptica” es usada para describir el uso de símbolos, imágenes y números para representar eventos futuros. Fuera del Apocalipsis, los ejemplos que tenemos de literatura apocalíptica en la Biblia, son Daniel capítulos 7–12, Isaías capítulos 24–27, Ezequiel capítulos 37–41, y Zacarías capítulos 9–12.

¿Por qué fue la literatura apocalíptica escrita con tales imágenes y simbolismos? Los libros apocalípticos fueron escritos cuando era más prudente disfrazar el mensaje en imágenes y simbolismos, que dar un mensaje en un lenguaje claro. Más aún, el simbolismo creó un elemento de misterio acerca de los detalles del tiempo y el lugar. Sin embargo, el propósito de tales simbolismos, no era causar confusión, sino más bien instruir y animar a los seguidores de Dios en tiempos difíciles.

El libro de Apocalipsis siempre ha presentado desafíos para su interpretación. El libro está saturado de vívidas imágenes y simbolismos, los cuales la gente ha interpretado de manera diferente dependiendo de sus preconcepciones del libro como un todo. Hay cuatro posturas ante el libro de Apocalipsis: 1) Preterista (la cual ve todos o la mayoría de los eventos en Apocalipsis como ya ocurridos para el final del primer siglo); 2) Historicista (la cual ve Apocalipsis como un panorama de la historia de la iglesia desde los tiempos apostólicos al presente); 3) Idealista (la cual ve Apocalipsis como una representación de la lucha entre el bien y el mal); 4) Futurista (la cual ve Apocalipsis como la profecía de los eventos por venir). De estas cuatro, sólo la postura futurista interpreta Apocalipsis con el mismo método histórico-gramatical que el resto de la Escritura. También es la que mejor se ajusta con la propia afirmación de Apocalipsis de ser un libro profético (Apocalipsis 1:3; 22:7, 10, 18, 19).


Es oportuno señalar que en la Biblia el significado de los números es totalmente literal, estos no varian ni tienen simbología que necesite ser interpretada. Cuando al profeta Daniel en la visión del cap. 9:24 se le dice: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, “  miren queridos lectores son 70 semanas, no treinta ni quince. De igual manera cuando  Jesus en Mateo 12:40 dice : “Pues así como Jonás estuvo tres días y tres noches dentro del gran pez, así también el Hijo del hombre estará tres días y tres noches dentro de la tierra “ esta diciendo que son tres días, no dice 60 dias, 120 dias o 45 dias, y asi cuando menciona en Apocalipsis 7:4 los “ 144,000 Sellados” y en el 14:1 “ El cantico de los 144,000” que usted entiende; pues bien que son 144,000, no dice 1 millon, ni 770,000 cierto, simplemente dicen 144,000.

El libro de Apocalipsis fue el último libro revelado y escrito por el Apóstol Juan, a finales del año 96 de la era de Cristo, mientras este estaba preso y desterrado en la Isla de Patmos.

Más allá del significado bíblico específico, el término “apocalipsis” es frecuentemente usado para referirse al final de los tiempos en general, o a eventos específicos del final de los tiempos. Los eventos del final de los tiempos, tales como la Segunda Venida de Jesucristo y la batalla del Armagedón a veces son referidos como el apocalipsis. El apocalipsis será la última revelación de Dios, de Su ira, Su justicia, y por último Su amor. Jesucristo es el supremo “Apocalipsis” de Dios, porque Él nos revela a Dios (Juan 14:9; Hebreos 1:2).

Francis Suarez

Agradecimientos a Got’Question.Org

jueves, 1 de febrero de 2018

¿Quiénes son los 144.000 que menciona Apocalipsis 7?

Interpretaciones Biblicas
¿Quiénes son los 144.000 que menciona Apocalipsis 7?
La Biblia enseña que después del arrebatamiento de la iglesia, cuando Cristo venga en las nubes a buscar su iglesia, cuando la haya sacado del escenario de este mundo y la traslade a las mansiones celestiales; entonces comenzarán los juicios de Dios sobre aquellos que rechazaron o fueron indiferentes con la oferta de salvación del Señor Jesucristo.

Ese período de los siete años donde Dios volcará las copas de su ira, se conoce en la Biblia como la Gran Tribulación (Mt.24: 21), que concluirá con la guerra del Armagedón, cuando Cristo venga con sus huestes celestiales a tomar el reino que le corresponde (Ap.19: 11-19). Entonces pondrá sus pies sobre el monte de los Olivos (Zc. 14:4).
Cuando nuestro Rey y Señor Jesuscristo viene por Su iglesia antes que comience la Gran Tribulación, lo hace secretamente, como ladrón en la noche (Ap.3: 3), como la estrella resplandeciente de la mañana (Ap.22: 16). Allí no desciende hasta la tierra, sino que solamente viene en el aire y se lleva su iglesia. (1Ts. 4:16 )Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.
Con ese acontecimiento glorioso que asombrará al mundo entero por la gran cantidad de personas que se desvanecerán de la faz de la tierra, se cerrará la puerta de la salvación para todos los gentiles (todos aquellos que no son judíos). (Mt. 25:10-12) “vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco”.
Lo mismo sucedió en el juicio universal que Dios mandó en los días de Noé, cuando él y su familia hubieron entrado en el arca, Dios cerró la puerta y nadie más pudo entrar para obtener salvación. (Gn. 7:16)y Jehová le cerró la puerta” vr. 23 “y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca”.
En (Mt.24: 37-38) dice: "Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca".
La puerta de la salvación se cerrará para los gentiles porque su número esté completo. Habrá llegado entonces la plenitud de la iglesia, es decir, nadie más se podrá añadir a ese cuerpo que constituye la esposa de Cristo. Pero será en ese momento, cuando la iglesia completa es llevada por el Señor al cielo, que comenzará la Gran Tribulación aquí en la tierra y Dios nuevamente entrará en tratos con la nación de Israel. (Rm. 11:25-26) “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo”.

Durante ese período de los juicios de la Gran Tribulación, Dios traerá al arrepentimiento a Su pueblo terrenal Israel, los “amigos del esposo” (Jn.3: 29). Y lo hará por medio de la predicación del evangelio del reino (Mt.24: 14), que no es el mismo evangelio de la gracia que predica la iglesia.
Esa predicación que se esparcirá por todo el mundo estará a cargo de los 144.000 que indica en (Ap. 14: 3)Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra”.
En esto no existe ningún misterio, porque la Biblia enseña claramente que estos 144.000 serán de las doce tribus de Israel, doce mil de cada una. Son judíos que saldrán a predicar el evangelio del reino a los judíos que están esparcidos por todo el mundo durante la Gran Tribulación.
(Ap. 7:2-8) "Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel. De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados. De la tribu de Aser, doce mil sellados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la tribu de Manasés, doce mil sellados. De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de Isacar, doce mil sellados. De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José, doce mil sellados. De la tribu de Benjamín, doce mil sellados".
El Fruto de su labor evangelística se menciona en (Ap. 7: 9) “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos”.
No existe ninguna duda que todos estos que se salvarán durante la Gran Tribulación son israelitas, porque el mismo contexto aclara que son judíos que estaban esparcidos en todas las naciones, de todas las tribus y hablando diferentes lenguas de los lugares que pertenecían. Por lo demás, el número de gentiles salvados se completó cuando vino Cristo y se llevó Su iglesia (1Ts.4: 17, Rm.11: 25-26).
Pero el siguiente ciclo de juicios se retrasará hasta que otro evento se lleve a cabo. Este es la comisión de los 144.000 judíos quienes muchos creen que serán los que evangelizarán el mundo durante la Semana Setenta de Daniel. Llevando el sello de Dios en sus frentes son los únicos en la Tierra que quedan así protegidos de los juicios venideros. En Ezequiel 9:4 leemos sobre un caso similar cuando antes de que la Ciudad de Jerusalén fuera destruida por los babilonios, unos ángeles la recorrieron buscando y sellando a los fieles para protegerlos de la destrucción. En este caso el Señor también retrasa el juicio venidero hasta que todos los fieles sean sellados. Todas las personas en la Tierra estarán en peligro, ya sea creyentes o no.

Después que Jacob adoptó a los hijos de José, Efraín y Manasés (Génesis 48:5), había catorce nombres entre los que se escogerían los nombres para las doce tribus de Israel. Pero la Biblia nunca enumera más de 12 tribus en cualquier momento, por eso es que algunas veces las listas son diferentes. Los levitas no recibieron tierra alguna y nunca salieron a la guerra, por eso son frecuentemente omitidos. José también fue omitido cuando Efraín y Manasés fueron incluidos puesto que cada uno de ellos recibió la mitad de su tribu como herencia. Pero el listado de Apocalipsis 7 es único porque Leví y José se encuentran incluidos mientras que Dan y Efraín fueron omitidos.
Muchos eruditos creen que Dan fue omitido porque fue por medio de la tribu de Dan que la idolatría se introdujo en la tierra después que murió Salomón (1 Reyes 12:28-30).

Jacob había profetizado en Génesis 49:17 que:
Será Dan serpiente junto al camino, víbora junto a la senda, que muerde los talones del caballo, y hace caer hacia atrás al jinete”
De esta manera se insinúa que Dan sería el responsable por la caída de Israel en la idolatría. Existe una tradición que Dan fue el que maquinó el secuestro y posterior venta de José a la esclavitud, y otra que el anticristo saldrá de la tribu de Dan, pero ninguna de las dos pueden ser confirmadas en la Biblia. Por estas u otras razones, nadie de la tribu de Dan recibirá el sello protector. Pero Dios es misericordioso, y al comienzo de la Era del Reino, cuando la tierra se vuelve a distribuir, Dan recibe la primera parte (Ezequiel 48:1).

A pesar de que Efraín no se menciona por su nombre, su pueblo está incluido ya que aquí conforman el grupo llamado José. Recuerde que la tribu de José fue dividida entre Efraín y Manasés sus dos hijos. Al incluir a José y a Manasés en esta lista, el pueblo de ambas mitades de la tribu de José es sellado sin mencionar el nombre de Efraín. 1 Reyes 12:28-30 también nos dice que un becerro de oro fue levantado en Bet-el, en tierra de Efraín (Hermano de Jose), y otro becerro en la tierra de Dan. El Señor aborrece la idolatría.
Los esfuerzos para espiritualizar este pasaje para que se entienda como un grupo simbólico de todos los creyentes, son un lamentable e inadecuado intento de los seguidores de la  Teología de la Sustitución o Reemplazo para privar a Israel de su papel en los tiempos finales dentro del plan redentor de Dios. Este pasaje es demasiado claro para justificar cualquier interpretación que no sea la literal.
Todas aquellas personas que dicen que esta lista no es exacta porque diez tribus desaparecieron en el año 721 a.C., cuando el Reino del Norte fue esparcido en el destierro, harían bien en leer 2 Crónicas 11:16:
“ Tras aquellos acudieron también de todas las tribus de Israel los que habían puesto su corazón en buscar al SEÑOR, el Dios de Israel; y vinieron a Jerusalén para ofrecer sacrificios a Jehová, el Dios de sus padres.”
El historiador Josefo reportó que esta migración produjo un aumento substancial en la población de Jerusalén. Dios siempre ha mantenido un remanente fiel de Su pueblo.

Ahora identificaremos al otro grupo, el que está en el Cielo.
La multitud vestida de ropas blancas
(Ap. 7:13-15) “Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos”.
Aquellos que se salvan durante la Gran Tribulación le servirán día y noche en su templo. La iglesia ya estará en el cielo, donde no existe día ni noche ni templo. Ap. 21:9 “Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.” Vrs. 22-23 “Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera”.
Los gentiles nunca tuvieron acceso al templo (Nm.3:38 "y el extranjero que se acercare, morirá") ni lo tendrán durante el milenio cuando el Señor levante Su templo aquí en la tierra, Ez. 44: 6-7 “Así ha dicho Jehová el Señor: Basta ya de todas vuestras abominaciones, oh casa de Israel; de traer extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para estar en mi santuario y para contaminar mi casa”. Porque el templo es el centro exclusivo del pacto de Dios con Su pueblo terrenal, Israel.
Los judíos consideraban abominable hasta relacionarse con los gentiles en su vida cotidiana, incluso el apóstol Pedro dice en casa de Cornelio (Hch. 10: 28) “Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero”.
El templo al cual hace referencia Ap. 7-15 y donde estarán aquellos que se salvarán durante la Gran Tribulación, será el que levante el Señor Jesucristo durante Su reinado de mil años aquí en la tierra. Es el que se menciona en Ezequiel caps.40 al 44, y allí establece el Señor que: Ez. 43:7 “y me dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde posaré las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre; y nunca más profanará la casa de Israel mi santo nombre”.
Los de entre todas las naciones que vendrán a adorar a Jerusalén después de la guerra del Armagedón, luego del juicio de las naciones (Mt. 25: 32), cuando el Señor haya establecido Su reino en la tierra y edificado el templo, a la luz del desenlace final de ese período de mil años de paz y prosperidad; queda de manifiesto que todos esos gentiles eran falsos adoradores, como también los hay hoy en día en las iglesias.

Zac. 14:16-17 “Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia”. Irán a “adorar” buscando solamente algún bien material, como muchos en el día de hoy, para pedirle a Dios un favor, la solución de un problema familiar, sanidad, trabajo, etc.
Hay diferentes opiniones sobre quiénes conforman esta multitud. Por sus ropas blancas y su declaración en cuanto al Autor de su salvación, todos están de acuerdo de que son creyentes de la Tierra, pero de que pueblos; en realidad son judíos.
Pero los hechos de que 1) Juan, el discípulo más cercanamente asociado con la Iglesia, no los reconociera,
2) su arribo al cielo se presenta tres capítulos después del Rapto, y 3) su destino es el de servidores en el templo y no corregentes del universo, y significa que todos ellos son creyentes posteriores al Rapto y no son parte de la iglesia. Ellos han sido víctimas de la destrucción de la tierra durante los juicios de los sellos y han pagado el precio óptimo por su recién encontrada fe.
Ellos son llamados los mártires de la tribulación, o los santos de la tribulación, pero técnicamente, eso tampoco es exacto, porque la Gran Tribulación aún no ha comenzado. Todavía estamos en la primera mitad de la Semana Setenta. Recuerde, la Semana Setenta de Daniel es un período de siete años que empieza en Apocalipsis 6 y se llama La Tribulacion..
La Gran Tribulación es la segunda mitad de la Semana 70 y empieza en Apocalipsis 13.

¿Cómo es que sabemos eso? La palabra griega traducida “salidos de la” en la frase “estos son los que han salido de la gran tribulación”, es la misma palabra traducida “de” en Apocalipsis 3:10 en donde el Señor promete la liberación de la iglesia de los juicios de los tiempos finales.
Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
Según la Concordancia Strong, esta es una preposición primaria que denota origen. Significa “de, o fuera de, el lugar, el tiempo o la causa” de un evento específico.
Así que, como la iglesia, estos santos han sido removidos del lugar, el tiempo y la causa de la Gran Tribulación. Ellos no llegaron a tiempo a la fe en Jesús para el momento del Rapto por eso es que no disfrutarán del destino y bendición que son únicos para la iglesia. Pero lo más seguro es que fueron persuadidos hacia la fe debido a la desaparición de la iglesia. Ellos serán martirizados al inicio de la Semana Setenta, por lo que podrán escapar de lo peor de los juicios de los tiempos finales. Más tarde, los vivos envidiarán a los muertos tanto así que desearán la muerte, pero la muerte los eludirá (Apocalipsis 9:6).
Estos santos tendrán una existencia privilegiada en la eternidad, siempre ante la presencia del Señor. Le servirán día y noche en Su Templo en la tierra y nunca jamás necesitarán de nada más. El Señor extenderá Su tabernáculo sobre ellos, lo que significa que Él será responsable por su bienestar. No sentirán hambre ni sed, y el Señor removerá todo pesar de sus mentes, enjugando toda lágrima de sus ojos.
Pero a pesar de que sirven al Señor en Su templo, nunca se les llama sacerdotes, como sí se le llama así a la Iglesia. Tampoco ninguno de ellos se sentará jamás en un trono a la par de su Amado, como ejemplos de las incomparables riquezas de la gracia de Dios expresadas en Su amor por la iglesia, Su obra de arte  (Efesios 2:6-10). Ellos nunca compartirán en Su herencia como tampoco serán contados entre el grupo más favorecido en toda la creación. Cuando fueron bruscamente presionados, ellos necesitaron de una señal final e incontrovertible de que había llegado el momento correcto para creer. Careciendo de la fe para aceptar lo que no podían ver, necesitaron de una evidencia. Esa evidencia les llegó en la forma del Rapto de la Iglesia, cuando todas las personas que creyeron solamente por fe desaparecieron ante sus propios ojos. Ya era muy tarde para ser incluidos en ese increíble evento, pero finalmente creyeron debido a ello. Como el Señor le dijo a Tomás:
“Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron “(Juan20:29).

Con el séptimo sello próximo a abrirse, los juicios de las siete trompetas son presentados. Este segundo ciclo de juicios completará la primera parte de la Semana Setenta de Daniel y preparará el escenario para la presentación del anticristo y la Gran Tribulación
Porque después del juicio de las naciones, serán gobernados con vara de hierro por el Señor (Ap.19:15) para controlar el pecado que continuará morando en ellos y no interfieran con la paz de Su reinado. También Satanás será atado durante ese período (Ap.20:2).
Pero inmediatamente que Satanás sea suelto nuevamente, reunirá a esos “adoradores” de entre todas las naciones y procurarán derrocar al Señor y Su gobierno de paz. Todas las naciones rodearán Jerusalén con sus ejércitos intentando dar un golpe de Estado al Señor. Pero esa insolencia e insensatez será duramente sancionada por la justicia divina.

Ap. 20:7-14 “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. 
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda”.

Si Ud. es de los que está esperando pasar a la Gran Tribulación para entonces salvarse, con mucha solemnidad y con la autoridad de la Palabra de Dios que tengo en mis manos le garantizo con absoluta seguridad, que está cometiendo un error que lamentará toda una eternidad, porque no existe una segunda oportunidad. La puerta de la salvación se cerrará en cualquier momento, cuando Cristo venga a buscar Su iglesia y comiencen los justos juicios de Dios sobre este mundo que ha rechazado, o sido indiferente con la obra gloriosa llena de amor y misericordia que el Señor Jesucristo realizó en la cruz del Calvario.

Por lo tanto, no existe ninguna duda que aquellos que se salven durante la Gran Tribulación, serán solamente los de la nación de Israel. Y los predicadores que el Señor utilizará en todo el mundo para llamarlos al arrepentimiento, serán los 144.000 doce mil de cada una de las doce tribus de Israel.

Elaborado y recopilado por:
Francis Suarez

Fuentes:           1) Libro “Apocalipsis explicado”  de Jack Fleming
                        2) “Quienes son los 144,000 elegidos” de Jack Kelly
                        3) Articulos “los 144,000” de Qotquestion.Org
                        4) Articulo " Los Elegidos" de Francis Suarez