La Ira De Dios Y La Gran Tribulación
Pregunta de
un hermano?
P. Yo he
estado bajo la impresión de que la tribulación era el período de 7 años después
del rapto. Basado en sus más recientes publicaciones parece que usted ha hecho
una distinción entre la ira de Dios que empieza en Apocalipsis 6 y la Gran
Tribulación que empieza en Apocalipsis 13. ¿Podría ampliar sus comentarios?
La Respuesta
R. Apocalipsis 6:15-17 declara que la ira
de Dios ya ha empezado en el momento del sexto juicio de los sellos lo cual
ocurre al principio de la Semana Setenta de Daniel justo antes del Rapto. La
gran tribulación empieza a la mitad de la Semana Setenta de Daniel como lo
describe Apocalipsis 13 cuando Satanás es expulsado del cielo y viene a la
Tierra para morar en el anticristo. Esto lleva a la abominación desoladora de
la que se habló en Daniel 9:27 y 2 Tesalonicenses 2:4. En Mateo 24:15-21 Jesús
identifica eso como el comienzo de la Gran Tribulación
La Ira de Dios
Las naciones
estarán angustiadas y perplejas por el bramido y la agitación del mar (Lucas
21:25).
Y decían a
los montes y a las peñas: Caigan sobre nosotros, y escóndannos del rostro de
aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran
día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? (Apocalipsis
6:16-17).
Vi en el
cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas
postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios (Apocalipsis 15:1).
Durante
veinte siglos varias formas de la frase “La
Ira de Dios” daban la idea de que ese era el período de los juicios de los
tiempos finales que inmediatamente precedían la Segunda Venida. Pero
recientemente esa frase ha empezado a significar diferentes cosas para
diferentes personas. Al mismo tiempo frases como la Ira del Cordero, la Ira del
Hombre, y la Ira de Satanás también se han metido en la discusión.
Adicionalmente, algunas personas han empezado a hablar de un período de juicio
al que llaman la Ira de Dios el cual no se menciona en la Biblia. Estas
personas dicen que este juicio empieza justo después de la Segunda Venida.
Otras aun han dicho que la Ira de Dios se refiere al castigo eterno que sigue
después del Milenio.
Entonces, ¿Qué es la Ira de Dios?
Por las citas
anteriores de Apocalipsis nos damos cuenta de que la Ira de Dios es un período
de juicio que comienza durante los juicios de los sellos de Apocalipsis 6 y
termina con los juicios de las copas de la ira de Apocalipsis 16—18. Cuando
alguna forma de esta frase aparece en el Nuevo Testamento casi siempre es una
referencia a los juicios de los tiempos finales.
Si ese es el
caso, ¿qué son estos otros llamados períodos de ira que escuchamos?
La Ira del
Cordero viene de Apocalipsis 6:16. El siguiente versículo, Apocalipsis 6:17 nos
dice que también es la Ira de Dios, lo cual tiene sentido porque en Juan 10:30
Jesús dijo, “El Padre y yo somos uno”.
La Ira del
Hombre es una frase que no aparece en la Biblia, pero algunos comentaristas la
han usado para describir lo que tradicionalmente se le ha llamado los primeros
cuatro juicios de los sellos de Apocalipsis 6, también conocidos como los
Cuatro Jinetes del Apocalipsis. De nuevo, esto es parte de la Ira de Dios. Los
cuatro jinetes simbolizan la aparición inicial del anticristo y sus esfuerzos
para ganar el control de todo el mundo por medio de la conquista (Apocalipsis
6:2).
La Ira de
Satanás viene de la Biblia Versión Reina Valera 1960 de Apocalipsis 12:12 en
donde a Satanás se le describe como que tiene gran ira porque ha sido expulsado
del cielo y sabe que le queda poco tiempo para lograr su meta de conquistar la
Tierra. Su expulsión del cielo sucederá al comienzo de la Gran Tribulación, un
corto tiempo antes de que los juicios de las copas de la ira completen la Ira
de Dios que se desata en contra de sus seguidores. Entonces ustedes pueden ver
que Satanás no es el autor de esta serie final de juicios sino que es el
objetivo de ellos. La palabra griega usada para la ira de Satanás es timos y mientras que algunas veces
también se refiere a la ira de Dios, orgé
es la palabra que con más frecuencia se usa para la Ira de Dios. La
diferencia en las dos palabras como se usan aquí es que la ira de Dios es la
causa del castigo mientras que la ira de Satanás es la reacción al castigo.
El juicio que
inmediatamente le sigue a la Segunda Venida lo describe Mateo 24:45—25:46. Aquí
se determinará quiénes de entre los sobrevivientes de la Gran Tribulación serán
bienvenidos en el Reino Milenial en la Tierra. Todos los sobrevivientes
incrédulos serán removidos del planeta en ese momento. La Segunda Venida, los
juicios de Mateo 24—25 y las preparaciones para el Reino se completarán durante
los primeros 75 días después que ha terminado la Gran Tribulación (Daniel
12:12) los cuales nunca se refieren como el tiempo de la Ira de Dios.
Lo mismo es
cierto con el juicio del Gran Trono Blanco de Apocalipsis 20:11-15. Al final
del Milenio los incrédulos muertos de todas las épocas serán reunidos para su
juicio final. Cualquier persona cuyo nombre no se encuentra en el Libro de la
Vida será lanzada en el Lago de Fuego para el castigo eterno. Al Lago de Fuego
nunca se le refiere como la Ira de Dios.
De estos y
otros pasajes podemos seguramente concluir que las referencias en el Nuevo
Testamento de la Ira de Dios de manera abrumadora describen un período
específico de juicio sobre el mundo después del Rapto, empezando al comienzo de
la Semana Setenta de Daniel y terminando justo antes de la Segunda Venida. Su Ira
consiste de tres series de juicios que tienen nombre y posiblemente uno
adicional que no tiene nombre.
Tres Series De Juicios
A la primera
serie de juicios con nombre se le llama los juicios de los Sellos porque
suceden cuando Jesús abre siete sellos de un libro que el Padre le ha dado. Se
describen en Apocalipsis 6 como un período de tiempo que empieza con la
percepción de que la paz ha llegado a la Tierra y termina con la realidad de
que la Ira de Dios ha empezado. Al escribir sobre este tiempo Pablo dijo, “Que
cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción
repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán” (1
Tesalonicenses 5:3). Los primeros seis juicios de los Sellos traerán
guerra, hambre, plagas y muerte a una cuarta parte del mundo junto con el martirio
masivo de los creyentes después del
Rapto.
El séptimo
Sello no es un juicio en sí mismo sino que introduce una segunda serie de
juicios con nombre, llamados los Juicios de las Trompetas (Apocalipsis
8:4—9:21). Cuando siete ángeles suenan sus trompetas por turno, el sonido de
cada trompeta introduce otro juicio. Esta serie de juicios combinará ataques
naturales y sobrenaturales sobre la humanidad y para cuando hayan terminado,
una tercera parte de los bosques de la tierra y los campos se habrán quemado,
una tercera parte de las criaturas marinas habrá muerto, una tercera parte del
suministro de agua potable de la Tierra se habrá contaminado, y una tercera
parte de la gente que sobrevivió a los juicios de los sellos, habrá muerto.
Después del
juicio de la sexta Trompeta un evento sin nombre llegará a la Tierra. A una
señal de un ángel fuerte siete truenos emitirán sus voces, y a pesar de que a
Juan se le prohibió decirnos lo que dijeron, los eruditos especulan que eso
puede ser un juicio no anunciado de alguna clase (Apocalipsis 10:1-4).
Al sonido de
la Séptima Trompeta se anunciará el comienzo del reinado de Cristo sobre el
Planeta Tierra (Apocalipsis 11:15-18). Una guerra en el Cielo tendrá como
resultado la expulsión permanente de Satanás y sus ángeles (Apocalipsis
12:7-12). Habiendo sido confinado a la Tierra, Satanás morará dentro de su
hombre, el anticristo, y hará que este anuncie desde el Templo en Israel que él
es Dios (2 Tesalonicenses 2:4). Jesús dijo que esto dispararía la Gran
Tribulación, el peor desastre que el mundo jamás habrá sufrido, ni antes ni
después. Él advirtió que el pueblo judío que viva en Israel en ese momento,
huya a los montes para salvar sus vidas (Mateo 24:15-21).
Esto se
llevará a cabo a la mitad de la Semana Setenta de Daniel y en este punto la
fuerza total de la ira de Dios será descargada sobre Satanás y sus seguidores
durante la serie final de juicios (Apocalipsis 16—18). A estos se les llama los
juicios de las Copas de la Ira porque se simbolizan por unos ángeles que
derraman las siete copas de la Ira de Dios sobre la tierra. El poder de estos
juicios y la devastación que causan está más allá de cualquier descripción.
Jesús estaba en lo correcto al decir que si Él no le ponía fin a estos juicios,
en el momento asignado, ningún ser humano sobreviviría (Mateo 24:22).
Yo creo que
uno de los efectos de estos juicios será el de completar la fase de demolición
para la restauración de la Tierra, sobre la cual habló Jesús en Mateo 19:28, la
confirmó Pedro en Hechos 3:21 y Juan la describió en Apocalipsis 21:1. Por
ejemplo Apocalipsis 16:16-21 habla sobre los peores terremotos que el mundo
habrá sentido causando que todas las montañas caigan, las islas desaparezcan, y
las ciudades de las naciones se destruyan, mientras que granizos de 45
kilogramos caen como bombas sobre la Tierra. Créanme cuando les digo que
ustedes no le desearían esto ni a su peor enemigo.
La mayor
parte de la población restante del mundo morirá durante este tiempo, pero debido
a esto la Tierra estará lista para ser restaurada a la condición que estaba
cuando Adán fue creado. Esto sucederá al momento de la Segunda Venida (Hechos
3:21).
¿Qué Será De Nosotros?
Pablo dejó en
claro que la Iglesia no estaría presente en la Tierra en ningún momento durante
estos juicios. En 1 Tesalonicenses 1:10 él escribió que Jesús nos rescatará de
la ira venidera. (La palabra griega traducida de este versículo se refiere
tanto al tiempo como al lugar de la ira venidera, así que no estaremos presentes
cuando eso suceda, ni estaremos presentes donde suceda). Él hará esto porque
Dios no nos ha puesto para sufrir la ira sino para recibir la salvación por
medio de nuestro Señor Jesucristo (1 Tesalonicenses 5:9).
Si usted cree
que es una persona pecadora, pero que Dios envió a Su Hijo a morir por sus
pecados, y si usted ha aceptado Su muerte como pago por todo el castigo de sus
pecados, entonces usted no tendrá que enfrentarse a estos juicios. Un día
pronto, usted desaparecerá con el resto de nosotros y estará en el Cielo con el
Señor mientras todo esto sucede en la Tierra.
Usted se dará
cuenta de que su decisión en creer lo que el Señor hizo por usted fue el
momento determinante de su vida y entenderá que eso le hizo una de las personas
máximas ganadoras en el mundo. Usted se dará cuenta de que eso fue lo que Dios
siempre quiso que usted hiciera y sabrá por qué los Ejércitos Celestiales han
explotado en júbilo celebrando su llegada a la presencia del Señor.
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