domingo, 11 de febrero de 2024

EL LADRÓN ARREPENTIDO (La Verdadera Exégesis de (Lucas23:43)Vamos al cielo)

 

EL LADRÓN ARREPENTIDO

 (La Verdadera Exégesis de (Lucas23:43)Vamos al cielo)



Los que enseñan la doctrina diabólica de la inmortalidad del alma siempre citan siempre el pasaje de Lucas 23:43, referente al ladrón arrepentido para apoyar su doctrina.

Hagamos un análisis sencillo de esas palabras de Jesús registradas en Lucas 23:43. Jesús estaba crucificado, y uno de los ladrones que estaba crucificado junto a Jesús le dijo al otro ladrón: "Nosotros a la verdad justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; más éste [Jesús] ningún mal hizo." (v.41).

Luego, volviéndose a Jesús, le dijo: "Acuérdate de mí CUANDO VENGAS EN TU REINO" (v.42). Observe que el ladrón arrepentido no le pidió a Jesús que se acordara de él cuando su alma se fuera al cielo, sino que se acordara de él cuando Jesús VINIERA en su reino, es decir, cuando REGRESARA A LA TIERRA CON GRAN PODER Y GLORIA. ¡¡El ladrón arrepentido CREYÓ EN LA FUTURA VENIDA GLORIOSA DEL MESÍAS PARA REINAR!!.

El ladrón arrepentido, como judío que era, no creía en la doctrina diabólica de la inmortalidad del alma. El creyó las palabras de Jesús, y en su promesa de regreso a la tierra para reinar. Este personaje seguro que había escuchado en otras ocasiones los discursos de Jesús, y le había oído hablar de la futura venida gloriosa del Hijo del hombre para reinar.

Esa petición del arrepentido ladrón a Jesús implica lo siguiente:

1. Para el ladrón arrepentido Jesús era un rey, pero que aún no había recibido el reino, porque dice que se acuerde de él cuando venga en su REINO.

2. En algún tiempo futuro Jesús vendrá en su reino.

3. Cuando Jesús venga en la gloria de su reino, entonces se acordará del ladrón arrepentido, y lo devolverá a la vida, es decir, el arrepentido ladrón también creyó que, cuando Jesús venga en gloria, le RESUCITARÁ.

Veamos ahora la respuesta de Jesús.

La traducción literal del texto griego de Lucas 23:43 es la siguiente: "DE CIERTO TE DIGO HOY CONMIGO ESTARAS EN EL PARAISO". Esta es la verdadera traducción. La palabra "que" no aparece en el texto griego, sino que fue añadida por los traductores de la cristiandad; el texto griego tampoco tiene comas ni puntos.

Jesús estaba usando la palabra "hoy" de la misma forma que se utiliza en muchas partes de las Escrituras del Antiguo Pacto, con el fin de reforzar una afirmación anterior. Veamos los siguientes tres ejemplos bíblicos: "Yo pongo HOY por testigos al cielo y a la tierra... Aprende pues, HOY, y reflexiona en tu corazón... Guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando HOY..."

(Deuteronomio 4:26, 39, 40).

Declarar algo "hoy" equivalía a hacer una afirmación solemne y con autoridad, y de una certeza total. Por lo tanto, cuando Jesús dijo al ladrón arrepentido "DE CIERTO TE DIGO HOY CONMIGO ESTARÁS EN EL PARAISO", de ninguna manera le estaba diciendo que ese mismo día estaría con él en el Paraíso, sino que en ese mismo día le estaba asegurando solemnemente que estaría con él en el Paraíso, ¡en tiempo futuro! Por lo tanto, el ladrón arrepentido podía tener la completa seguridad de que estaría con Jesús en el Paraíso, PERO NO CUANDO MURIERA,

sino cuando Jesús VINIERA EN SU REINO.

¿A qué hora habría muerto?

Las horas del día estaban divididas en cuatro partes: la hora tercera sería aproximadamente a las 09:00 AM, la sexta, 12:00 MD; la novena, 03:00 PM y la doceava a las 06:00 PM; por lo que podemos decir que Jesús murió aproximadamente a las tres de la tarde que es la hora novena.(Mteo 27;35-46)  Leamos Juan 19: 30-34.

También es de vital importancia tener en cuenta dos cosas:

1) El día bíblico, como se mencionó anteriormente, es de tarde a tarde, de 06:00 PM a 06:00 PM. Según levíticos 23:32, el cual dice: "Día de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve días del mes en la tarde; de tarde a tarde guardaréis vuestro reposo". 

2) Jesús fue crucificado en la pascua o preparación de la pascua según Lucas 23:53-54 "Y quitándolo, lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se había puesto a nadie. Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo".

Hubieron dos días de reposo

Cuando leemos en Levíticos 23:5 la Biblia nos dice: "En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová". El mes primero de los Israelitas es Nisan, Jesús murió el catorce de ese mes ya que en ese día se celebraba la pascua y él era el cordero pascual tal como dijo Juan el bautista: "éste es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). 

Si seguimos leyendo el siguiente versículo, de Levíticos 23, encontramos que el verso 6 declara que "a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura" en otras palabras el quince de Nisan comenzaba esta fiesta, pero en el versículo 7 leemos "el primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis", es decir, que el primero de esos siete días, el quince de Nisan, sería día de reposo.

En Marcos 16:1 dice: "Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle", dicho de otra manera, leeríamos cuando paso el 15 de Nisan, el cual fue día de reposo, compraron especias aromáticas, las compraron el 16 de Nisan. 

En ese mismo día (16 de Nisan), en Lucas 23:56 se nos dice que "vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento" es decir, que el mismo 16 de Nisan las prepararon, pero descansaron el 17 de Nisán, el cual era día de reposo conforme al mandamiento de Éxodo 20:10 "más el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas", el séptimo día es el que conocemos como sábado, esto fue el 17 de Nisan. 

Jesús no fue al cielo (el Paraíso) cuando murió, porque después de resucitar él dijo a María Magdalena que AUN NO HABÍA SUBIDO AL PADRE (Jn.20:17), y el Padre está en el CIELO (Mt.6:9). Jesús cuando murió fue al SEPULCRO, al reino de los muertos, es decir, al HADES, así lo dijo el propio Jesús: "Estará el Hijo del Hombre EN EL CORAZÓN DE LA TIERRA tres días y tres

noches" (Mateo 12:40). "Corazón" es un modismo hebreo para expresar "en medio de". Jesús estaba diciendo bien claro que estaría muerto en el interior de la tierra, sepultado. El propio Apóstol Pedro dijo en su primer discurso a los judíos de Jerusalén que el alma (la vida) de Jesús estuvo en el HADES, es decir, en el reino de la muerte, y al tercer día volvió a vivir, resucitó (Hch.2:31-32).

Sobre esto mencionando al Rey David de ejemplo dijo que su sepulcro estaba con ellos y que David no subió al cielo. (Verso 29 y 34).   Así que,  Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, es decir, el Hijo del Hombre que está en el cielo.  Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre,  para que todo aquel que cree, tenga en Él vida eterna. (Juan 3:13-15)

Por lo tanto, JESÚS NO ESTUVO VIVO EN NINGÚN LUGAR ENTRE SU MUERTE Y RESURRECCIÓN, sino que estuvo bajo el poder de la MUERTE, es decir, en el HADES. La doctrina de que Jesús estuvo vivo entre su muerte y resurrección en un "más allá" es una vulgar doctrina de demonios, opuesta completamente al Evangelio. Jesús murió realmente, y VOLVIÓ A VIVIR CUANDO RESUCITÓ, por lo tanto, él no estuvo vivo entre su muerte y resurrección.  VEAMOS.

¿Fue Elías al cielo? Jesús dijo que nadie, excepto Él

Según 2 Reyes 2:11-12, “Elías subió al cielo en un torbellino” y Génesis 5:24 dice que “Enoc caminó con Dios, entonces ya no existía más, porque Dios se lo llevó”. Ambos pasajes implicarían que Elías y Enoc fueron al cielo, cierto, pero no lo tomen así. También se implica que Abraham, Isaac y Jacob están vivos y con el Señor en el cielo, pero porque, por la cita de : (Lucas 20:38) y todos los que son el pueblo de Dios estarán en el cielo cuando mueran y sean resucitados para juicio. 

Veamos ahora el significado de la palabra "Paraíso". La palabra "paraíso" viene del idioma antiguo de los persas, y significa simplemente un jardín o parque repleto de placeres y maravillas. Pues bien, esa palabra tiene DOS aplicaciones en la Biblia, como veremos ahora, uno es TERRENAL y el otro es CELESTIAL. En Isaías 51:3 leemos lo siguiente:

"Ciertamente consolará IEVE a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en PARAÍSO, y su soledad en huerto de IEVE; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto".

Como podemos ver, esa profecía de Isaías es completamente TERRENAL, no celestial, y se refiere al futuro glorioso de Sion, cuando el IEVE transformará el desierto en Paraíso, en huerto de IEVE, lleno de alegría y gozo o placeres maravillosos para la gente que viva en ese nuevo mundo.

Sin embargo, el Paraíso que encontramos en las Escrituras del Nuevo Pacto es

CELESTIAL. Veamos: "Conozco a un hombre en el Mesías, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta EL TERCER CIELO. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado AL PARAÍSO, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar" (2ª Corintios 12:2-4). En ese pasaje de Pablo se identifica claramente al Paraíso con el TERCER CIELO. Por lo tanto, tenemos un Paraíso terrenal, que vendrá a la tierra en el futuro, y tenemos un Paraíso CELESTIAL que ya existe en el tercer cielo, y es en ese Paraíso del tercer cielo donde Dios tiene su morada (Mt.6:9).

Veamos ahora este otro texto donde aparece la palabra Paraíso: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del PARAÍSO de Dios." (Apocalipsis 2:7). El anterior pasaje dice que el Paraíso de Dios está allá donde se encuentra el árbol de la vida, ¿y donde está el árbol de la vida? Dicho árbol estuvo un día en la tierra, en el jardín del Edén (Gen.2:9), pero ya no está en esta tierra, sino que fue llevado al tercer cielo. En Apocalipsis 22:2 leemos que el árbol de la vida está en la NUEVA JERUSALÉN CELESTIAL, en medio de la calle de esa ciudad, y las hojas de ese árbol servirán para la sanidad de las naciones. Por consiguiente, ya sabemos qué es el Paraíso, y donde se encuentra. El Paraíso es el tercer cielo, es decir, la NUEVA JERUSALÉN, y el Paraíso también es el vergel maravilloso que vendrá la tierra cuando venga la gloria de Sion. Cuando Jesús dijo al ladrón arrepentido que estaría con él en el Paraíso, lo que Jesús le estaba prometiendo es que cuando él venga del cielo como Rey, con gran poder y gloria, entonces el ladrón arrepentido estará con él en el Paraíso o vergel maravilloso que comenzará en la tierra cuando el Señor Jesús, el Mesías, venga en gloria a gobernar las naciones del mundo.

 

Francis Suarez

 

 


domingo, 4 de febrero de 2024

Los creyentes en la gloria

 

Los creyentes en la gloria

(Juan 17:24-26)



Muchas veces la oración de Jesús se había centrado en los discípulos durante su paso por este mundo, pero ahora el asunto por el que oraba por ellos es diferente. No se trata ya de su salvación, o de su santificación, sino de su glorificación. Por lo tanto, el Señor habla a continuación de la participación de sus discípulos en su futura gloria con él, emulando así el mismo trato para todos aquellos creyentes que decidieron aceptarle y servirle, en conjunto los que conforman su Iglesia.

"Quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo" Expreso

(Jn 17:24) "Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo."

El uso del tiempo presente que el Señor emplea aquí ("donde yo estoy"), no se refiere a su ubicación en Jerusalén, rumbo a Getsemaní, sino en la gloria donde él estaría en poco tiempo. Tal era su certeza en que sería glorificado junto al Padre que lo presenta una vez más como un hecho consumado. Es evidente que él veía ya su victoria y regreso triunfal a lo más alto del cielo, pero pensando en ello, su deseo íntimo era que los creyentes se unieran a él en su gloria eterna.

Notemos bien que el Señor no sólo quiere que seamos llevados al cielo, aunque evidentemente esto está incluido en su petición, sino que lo que pide expresamente es que "estén conmigo". El amor de Cristo no quedará satisfecho hasta que cada miembro de su pueblo esté con él para siempre en su gloria.

Ahora hermanos encontramos un equilibrio perfecto en las palabras del apóstol Pablo:

(Fil 1:21-26)Dice : "Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros."

Para Pablo había un propósito en quedar en esta vida presente, y como vemos, no era disfrutar de las cosas del mundo, sino servir a Dios y a los hermanos dentro del ámbito del Reino de Dios. Pero por otro lado, no dejaba de desear "partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor".

Seguramente exclamaremos algo parecido a lo que dijo la reina de Sabá cuando conoció a Salomón:

(2 Cr 9:5-6) "Y dijo al rey: Verdad es lo que había oído en mi tierra acerca de tus cosas y de tu sabiduría; Mas yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto: y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha; porque tú superas la fama que yo había oído."

En todo caso, si viéramos todo este asunto con cordura espiritual, deberíamos empezar por admirarnos de que el Señor quiera estar con nosotros toda la eternidad. No hay ningún misterio en que nosotros queramos estar con él, pero sí en que él quiera pasar la eternidad con personas como nosotros.

"Para que vean mi gloria que me has dado"

Pero el Señor no sólo quiere que sus discípulos estén con él, sino también quiere que contemplen su gloria. Surge entonces la pregunta: ¿a qué gloria se refiere?

Puede entenderse como una referencia a la gloria de su naturaleza humana después de la ascensión (Fil 3:21), o a la gloria que Cristo tiene ahora como Redentor y Cabeza de la Iglesia. El Apóstol Pablo habla de ella de esta forma:

(Ef 1:20-23) "...la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo."

Notemos hermanos que en su oración el Señor agrega que esta gloria le fue dada por el Padre, "porque me has amado desde antes de la fundación del mundo". El Padre había ordenado esa gloria para su Hijo por esa razón, porque amaba a su Hijo desde la eternidad.

Sólo esto puede llenar una eternidad entera de un gozo sin fin. ¿Qué otra cosa lo podría hacer? Cuando pensamos en una eternidad sin fin, fácilmente podríamos pensar que llegará un momento en que podremos ser sumidos en el aburrimiento o la monotonía, pero disfrutar de la gloria de Cristo será un deleite sin fin, siempre nuevo y maravilloso. Recordemos lo que dijo el apóstol Pablo:

(1 Co 2:9) "Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman."

Pero, además de todo lo anterior, en el plan misericordioso de Dios los creyentes no sólo ven la gloria de Cristo, sino que también participan de ella:

(Col 3:4) "Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria."

(Ro 8:18) "Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse."

Esto implica que los creyentes serán transformados a la imagen de Cristo glorificado.

"Padre justo, el mundo no te ha conocido"

(Jn 17:25) "Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste."

Cuando anteriormente el Señor había pedido santificación para sus discípulos, se dirigió al Padre como "Padre santo", ahora, cuando está tratando del destino eterno de los hombres, se dirige a él como "Padre justo", y lo que pretende resaltar con ello es que es justo salvar a los que han creído en él y llevarlos a la gloria eterna, del mismo modo que es justo dejar fuera a aquellos que no han querido creer en él.

"Les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún"

(Jn 17:26) "Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos."

Aquí el Señor resume lo que había hecho y lo que aún haría por sus discípulos. En primer lugar les había dado a conocer al Padre ("les he dado a conocer tu nombre"), pero seguiría haciéndolo, ya no directamente, sino por medio del Espíritu Santo. Aunque en el contexto presente, podemos pensar también que lo seguirá haciendo cuando estén en la gloria celestial con él. Allí  seguirá enseñando las riquezas inagotables de Dios que habían sido suyas desde antes de la creación del mundo. Estoy seguro Amen.

Francis Suarez