jueves, 6 de junio de 2019

¿Qué és justificación?"


¿Qué és justificación?"
En pocas palabras, justificar es declarar justo; hacerlo a uno justo con Dios. La justificación, es Dios declarando justos a aquellos que reciben a Cristo, basándose
en que la justicia de Cristo es imputada a la cuenta de aquellos que lo reciben (2
Corintios 5:21). Aunque la justificación, como un principio, se encuentra a través
de toda la Escritura, el pasaje más importante que describe la justificación en relación a los creyentes está en Romanos 3:21-26: “Pero ahora, aparte de la ley,
se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en Él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que Él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe en Jesús".

Somos justificados, declarados justos, al momento de nuestra salvación. La justificación no nos hace justos, sino más bien declara nuestra justificación. Nuestra justificación procede de poner nuestra fe en la obra consumada de Jesucristo. Su sacrificio cubre nuestro pecado, permitiendo que, a través de Él, Dios nos vea como perfectos y sin culpa. Puesto que somos creyentes en Cristo, Dios ve la propia justicia de Cristo cuando nos mira. Esto satisface las demandas de perfección de Dios; así que, de esta manera, Él nos declara justos – Él nos justifica.

Romanos 5:18-19 lo resume bien: “Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos”.

“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio denuestro Señor Jesucristo(Romanos 5:1). Es por la justificación que la paz de Dios puede reinar en nuestras vidas. Es por el HECHO de la justificación, que los creyentes pueden tener la seguridad de la salvación, pero este es un estado siempre y cuando se esta en los caminos de Cristo y se es obediente a su palabra. 

Recuerden que Jesus también dijo : Mateo 7:19-23 ‘19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis , y sigue diciendo en el : 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”

Asi que el HECHO de la justificación,es lo que permite que Dios inicie el proceso de
santificación – el proceso de Dios haciendo realidad en nosotros, lo que ya somos
adheridos a El. Así que querido hermano en la Fe mantengace agarrado de Cristo, para que continue madurando su fe,la cual le permitirá mantener su estado de salvación y lograr morir victorioso, pues hasta el dia de nuestra muerte física en este mundo debemos llegar siendo fieles a El.

Por eso Jesús nos dijo en el mensaje a las 7 Iglesias en Apocalipsis 2:26-27 "  Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y le daré la estrella de la mañana. " y en Ap. 3;21 en el mensaje a la Iglesia de Laodicea la que representativa nos toca, nos dice : "  Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. "

viernes, 31 de mayo de 2019

"¿Por qué es importante creer en la inerrancia de la Biblia?"


"¿Por qué es importante creer en la inerrancia de la Biblia?"

Vivimos días en los que hay una tendencia a encogerse de hombros cuando se nos confronta con el error. En vez de preguntar como Pilato “¿Qué es la verdad?”, el hombre posmodernista dice, “Nada es verdad” o quizá “La verdad existe, pero no podemos conocerla”. Hemos crecido acostumbrados a ser engañados, y mucha gente parece cómoda con la falsa noción de que la Biblia también contiene errores.

La doctrina de la inerrancia bíblica es extremadamente importante, porque la verdad sí importa. Este hecho se refleja en el carácter de Dios y es fundamental para nuestro entendimiento de todo lo que enseña la Biblia. Estas son algunas razones por las que debemos creer absolutamente en la inerrancia bíblica:

1. La Biblia misma declara ser perfecta. “Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces (Salmos 12:6). La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo (Salmos 19:7). “Toda palabra de Dios es limpia” (Proverbios 30:5). Estas afirmaciones de pureza y perfección son declaraciones absolutas. Nótese que no dice “Casi todas las Palabras de Dios son puras” o “la Escritura es casi perfecta”. La Biblia argumenta una completa perfección, sin dar lugar a teorías de “perfección parcial”.

2. La Biblia se sostiene o cae como un todo. Si se descubriera que un periódico importante rutinariamente contuviera ciertos errores, sería rápidamente desacreditado. No habría diferencia en decir “Todos los errores fueron confinados a la página 3”. Para que un periódico pueda ser confiable en todas sus secciones, debe ser verídico en todo su contenido. De la misma manera, si la Biblia fuera inexacta cuando habla de geología, ¿por qué se confiaría en su teología? O es un documento confiable, o no lo es.

3. La Biblia es un reflejo de su Autor. Todos los libros lo son. La Biblia fue escrita por Dios Mismo, al obrar a través de los autores humanos mediante un proceso llamado “inspiración”. Segunda de Timoteo 3:16 dice, “Toda la Escritura es inspirada por Dios” (literalmente, “es respirada por Dios”). Ver también 2 Pedro 1:21 y Jeremías 1:2.

Creemos que Dios, quien creó el universo, es capaz de escribir un libro. Y que el Dios que es perfecto es capaz de escribir un libro perfecto. El punto no es sólo “¿Tiene la Biblia un error?”, sino “¿Puede Dios cometer un error?”. Si la Biblia contiene verdaderos errores, entonces Dios no es omnisciente y es capaz Él Mismo de cometer errores. Si la Biblia contiene información errónea, entonces Dios no es veraz, sino un mentiroso. Si la Biblia contiene contradicciones, entonces Dios es el autor de la confusión. En otras palabras, si la inerrancia bíblica no es verdad, entonces Dios no es Dios.

4. La Biblia nos juzga, no viceversa. “Porque la palabra de Dios... discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12). Nótese la relación entre “el corazón” y “la Palabra”. La Palabra examina; el corazón está siendo examinado. El reacomodar partes de la Palabra por cualquier razón, es voltear un verso de cabeza. Nos convertimos en los examinadores, y la Palabra debe ser sometida a nuestro “superior escrutinio”. Sin embargo, Dios dice, “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios?” (Romanos 9:20).

5. El mensaje de la Biblia debe ser tomado como un todo. No es una mezcla de doctrina sobre la que tengamos libertad de elección. A mucha gente le agradan los versículos que dicen que Dios los ama, pero les disgustan los que dicen que Dios juzgará a los pecadores. Pero simplemente no podemos entresacar y elegir lo que nos guste acerca de la Biblia y desechar el resto. Si la Biblia está equivocada respecto al infierno, por ejemplo, entonces ¿quién dice que es verdadera al hablar sobre el cielo – o sobre cualquier otra cosa? Si la Biblia no puede contener verazmente los detalles sobre la creación, entonces tal vez los detalles sobre la salvación tampoco puedan ser confiables. Si la historia de Jonás es un mito, entonces quizá también lo es la historia de Jesús. Por el contrario, Dios ha dicho lo que ha dicho, y la Biblia nos presenta un cuadro completo de quien es Dios. “Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos” (Salmos 119:89).

6. La Biblia es nuestra única norma para la fe y la práctica. Si no es confiable, entonces ¿en qué basamos nuestras creencias? Jesús pide nuestra confianza, y eso incluye confiar en lo que Él dice en Su Palabra. Juan 6:67-69 es un hermoso pasaje. Jesús justo había presenciado la partida de muchos que habían afirmado que lo seguirían. Entonces Él se volvió a los doce apóstoles y les preguntó, “¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”. Que tengamos la misma confianza en el Señor y en Sus palabras de vida.

Nada de lo que hemos presentado aquí debe ser tomado como un rechazo al estudio verdadero. La inerrancia bíblica no significa que debemos dejar de utilizar nuestras mentes o aceptar ciegamente lo que dice la Biblia. Somos exhortados a estudiar la Palabra (2 Timoteo 2:15), y aquellos que la escudriñan son elogiados (Hechos 17:11). También reconocemos que hay pasajes difíciles en la Biblia, así como sinceros desacuerdos sobre su interpretación. Nuestra meta es aproximarnos reverentemente y en oración a la Escritura y cuando encontremos algo que no entendamos, oremos más intensamente, estudiemos más, y – si aún así la respuesta se nos escapa – reconozcamos humildemente nuestras propias limitaciones ante la perfecta Palabra de Dios.

jueves, 30 de mayo de 2019

Seguimos orando y pidiendo


Seguimos orando y pidiendo, trasladándonos ante el lugar santísimo ante la presencia de Dios a través de la oración, por nuestra estimada hermana en la fe GLORIA RODRIGUEZ, esperando que nuestra petición este conforme a su soberana voluntad.
Deseosos de que su salud sea recobrada, para que prontamente se reuna a los demás hermanos para adorar, alabar y honrar a nuestro Dios y su hijo CristoJesus, y seguir estudiando su palabra. Amen.
Sus hermanos


"¿Cuál es lá definicion del pecádo y Como podemos vencerlo?"

Tema del Estudio Biblico, presentado por el Hno. Francis Suarez en el culto regular del domingo 26 de Mayo, en la Iglesia de Cristo, del Sector Los Angeles en Carolina, san Juan P.R.


"¿Cuál es lá definicion del pecádo y
Como podemos vencerlo?"
El pecado es descrito en la Biblia como la trasgresión a la ley de Dios (1 Juan 3:4) y la rebelión contra Dios (Deuteronomio 9:7; Josué 1:18). El pecado tuvo su origen con Lucifer, el “Lucero, hijo de la mañana”, el más hermoso y poderoso de los ángeles. No contento con ser todo esto, el deseó ser semejante al Dios altísimo, y esa fue su caída y el inicio del pecado (Isaías 14:12-15). Cambiado su nombre a Satanás, él trajo el pecado a la raza humana en el Jardín del Edén, donde tentó a Adán y Eva con la misma seducción - “...seréis como Dios...”. Génesis 3 describe la rebelión de Adán y Eva contra Dios y contra Sus mandamientos. A partir de ese momento, el pecado ha pasado a través de todas las generaciones de la raza humana, y nosotros como descendientes de Adán, hemos heredado el pecado de él. Romanos 5:12 nos dice que a través de Adán, el pecado entró al mundo y, por lo tanto la muerte pasó a todos los hombres, porque “la paga del pecado es muerte...” (Romanos 6:23).

¿Cómo puedo saber si algo es un pecado?"

Hay dos aspectos incluidos en esta pregunta. Hay cosas que la Biblia menciona y declara específicamente que son pecado, y hay otras cosas que la biblia no trata directamente. Ejemplos de estas listas de pecados se encuentra en: Proverbios 6:16-19; Gálatas 5:19-21 y 1 Corintios 6:9-10. No puede haber duda de que las Escrituras presentan estas actividades como pecaminosas, cosas que Dios no aprueba. Homicidio, adulterio, mentira, robo, etc. – indudablemente la biblia presenta tales cosas como pecados. El punto más difícil es determinar lo que es pecado en áreas en las que la biblia no lo señala específicamente. Cuando la biblia no cubre un tema determinado, tenemos algunos principios generales en Su Palabra para guiarnos.
Primero, cuando no existe una referencia específica en las Escrituras, es bueno preguntar no si cierta cosa está mal, sino más bien si es valorada como buena. La biblia dice, por ejemplo, “redimir el tiempo” (Colosenses 4:5). Nuestros pocos días aquí en la tierra son tan cortos y preciosos en relación con la eternidad, que nunca debemos desperdiciar el tiempo en cosas egoístas, sino usarlo sólo en lo que “sea bueno para la necesaria edificación” (Efesios 4:29).
Una buena prueba es determinar si podemos honestamente y con buena
conciencia, pedirle a Dios que bendiga y utilice esa actividad en particular para Sus
propios buenos propósitos. “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa,
hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31). Si existe duda en
que complazca o no a Dios, entonces lo mejor es dejarlo. “todo lo que no
proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:23).

¿Cómo puedo vencer el pecado en mi vida cristiana?"

La Biblia presenta diferentes recursos para ayudarnos a vencer nuestra
pecaminosidad. En esta vida, nunca seremos perfectamente victoriosos sobre el
pecado (1 Juan 1:8), pero esa debe ser nuestra meta. Con la ayuda de Dios, y
siguiendo los principios de Su palabra, podemos progresivamente vencer el pecado
y llegar a ser más y más como Cristo.

El primer recurso que la Biblia menciona para ayudarnos a vencer el pecado es el
Espíritu Santo. El Espíritu Santo es un don que Dios nos ha dado para ser
victoriosos en el vivir cristiano. En Gálatas 5:16-25, Dios hace un contraste entre
las obras de la carne y el fruto del Espíritu. En ese pasaje, somos llamados a
caminar en el Espíritu. Todos los creyentes ya poseen el Espíritu Santo, pero este
pasaje nos dice que necesitamos caminar en el Espíritu, dejando bajo Su control
nuestra voluntad. Esto significa que deberíamos llevar a la práctica lo que el
Espíritu Santo nos induce a hacer en nuestras vidas, en lugar de seguir los deseos
de la carne.
La diferencia que el Espíritu Santo puede hacer en la vida del creyente se
demuestra en la vida de Pedro, quien antes de ser lleno del Espíritu Santo, negó a
Jesús tres veces, habiendo dicho antes que seguiría a Cristo hasta la muerte. Una
vez lleno del Espíritu, Pedro habló del Salvador a los judíos en pentecostés de
manera fuerte y abierta.
Uno camina en el Espíritu tratando de no apagar al Espíritu (como dice en 1ª
Tesalonicenses 5:19) y buscar más bien, ser lleno del Espíritu (Efesios 5:18-
21). ¿Cómo se llena uno del Espíritu Santo? Primero, es elección de Dios igual que
lo era en el Antiguo Testamento. Dios elegía a individuos específicos para llevar a
cabo una obra que Él quería que hicieran y los llenaba con Su Espíritu (Génesis
41:38; Éxodo 31:3; Números 24:2; 1ª Samuel 10:10). En Efesios 5:18-21 y
Colosenses 3:16, encontramos evidencia de que Dios escoge llenar a aquellos
que se están llenando de la Palabra de Dios. De manera que eso nos lleva a
nuestro siguiente recurso.
(2) La Palabra de Dios, la Biblia, en 2ª Timoteo 3:16-17 dice que Dios nos ha
dado Su Palabra para equiparnos para cada buena obra. Esto nos enseña cómo
vivir y qué creer, nos revela cuando hemos escogido senderos erróneos, nos
ayuda a regresar al sendero correcto, y nos ayuda a permanecer en ese sendero.
Como nos dice Hebreos 4:12, la Palabra es viva y eficaz, y capaz de penetrar en
nuestros corazones, para arrancar los problemas más profundos que
humanamente hablando no se pueden vencer. El salmista habla acerca de este
poder que puede cambiar vidas en el Salmo 119. A Josué se le dijo que la clave
del éxito para vencer a sus enemigos, era no era olvidar este recurso, sino más
bien meditar en la Palabra día y noche, de manera que pudiera obedecerla. Él lo
hizo, aún cuando lo que Dios le ordenó no tenía sentido militar, y esta fue la clave
para su victoria en su lucha por obtener la tierra prometida.
La Biblia es un recurso que a menudo tratamos de manera ligera. Damos prueba
de ello al llevar nuestras Biblias a la iglesia, o leer el devocionario diario o un
capítulo diario, pero fallamos en memorizarla, en meditar en ella o en aplicarla
para nuestras vidas; fracasamos en confesar los pecados que nos revela o adorar
a Dios por los dones que revela habernos dado


francis Suarez Rodriguez
25de Mayo 2019

"¿Cuál es la postura de los preteristas sobre el final de los tiempos?"


"¿Cuál es la postura de los preteristas sobre el final de los tiempos?"

Los preteristas consideran el libro del Apocalipsis como un cuadro simbólico de los conflictos de la iglesia primitiva, mismos que ya se han cumplido. Esta opinión niega la calidad de predicción futura de la mayor parte del libro de Apocalipsis. En varias maneras esta opinión combina la interpretación alegórica y simbólica, con el concepto de que Apocalipsis no trata de futuros eventos específicos. El movimiento preterista enseña esencialmente que todas las profecías del Nuevo Testamento sobre el final de los tiempos, fueron cumplidas en el año 70 de nuestra era, cuando los romanos atacaron y destruyeron a Jerusalén e Israel.

Mientras que las cartas a las iglesias en los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis fueron escritas a iglesias reales existentes en el primer siglo, y contienen aplicaciones prácticas para las iglesias actuales, los capítulos del 6 al 22 describen eventos que están aún por suceder en un futuro. No hay razón para interpretar alegóricamente el futuro cumplimiento profético. El cumplimiento profético fue cumplido literalmente en el pasado. Tomemos como ejemplo todos los textos del Antiguo Testamento que predicen la primera venida de Cristo. Jesucristo vino en el tiempo que fue predicho que vendría (Daniel 9:25-26). Cristo nació de una virgen (Isaías 7:14). Cristo sufrió y murió por nuestros pecados (Isaías 53:5-9). Estos son sólo unos pocos ejemplos de probablemente cientos de profecías del Antiguo Testamento que el Señor dio a los profetas, y que están registradas en la Escritura, las cuales fueron cumplidas literalmente. Simplemente no tiene sentido el tratar de alegorizar las profecías por cumplirse, o entenderlas de manera diferente a la que se lee normalmente.

Cuando lees en Apocalipsis los capítulos del 6 al 18, te enteras del tiempo más terrible que jamás ocurrirá en el mundo, el tiempo cuando la bestia (el anticristo) reinará por siete años (La Gran Tribulación), y cuando el falso profeta promoverá ante el mundo la adoración de la bestia como dios. Más adelante, en el capítulo 19, todo llega a un clímax con el literal regreso de Cristo. Jesucristo derrota a la bestia y al falso profeta en la batalla del Armagedón, y entonces son lanzados al lago de fuego. En el capítulo 20, Cristo, que tiene a Satanás atado en el abismo, establece Su reino terrenal por 1,000 años. Al final de los 1,000 años, Satanás es desatado y causa una breve rebelión, que es sofocada prontamente por Cristo y Satanás es lanzado definitivamente al lago de fuego. Entonces es el juicio final, la resurrección y el juicio de todos los incrédulos. Los capítulos 21 y 22 describen el estado eterno – la manera en que los creyentes gozarán de la presencia y la comunión con el Señor por toda la eternidad, presenciando la tierra nueva y cielo nuevo.

El preterismo es totalmente inconsistente en su interpretación del libro de Apocalipsis. De acuerdo con la opinión preterista sobre el final de los tiempos, los capítulos 6-18 de Apocalipsis son simbólicos y alegóricos, y no describen eventos literalmente. Sin embargo, el capítulo 19, de acuerdo al preterismo, debe ser entendido literalmente. Jesucristo literalmente regresará físicamente. Entonces, nuevamente el capítulo 20 es interpretado alegóricamente por los preteristas. Más adelante, los capítulos 21-22 son entendidos al menos parcialmente como literales, de que, sí, habrá realmente un Nuevo Cielo y una Nueva Tierra. Nadie niega que Apocalipsis describa algunas cosas figurativamente; sin embargo el negar selectivamente la naturaleza literal de porciones selectas del Apocalipsis, conduce a no tener bases para interpretar literalmente nada del Apocalipsis. Si los sellos, las trompetas, las copas, los testigos, los 144,000, la bestia, el falso profeta, el Reino Milenial, etc., son alegorías o simbolismos - ¿sobre qué bases aseguramos que la Segunda Venida de Cristo, y la Nueva Tierra son de interpretación literal? Ese es el fracaso del preterismo – somete la interpretación de Apocalipsis a la opinión de quien lo interprete. En vez de eso, debemos leerlo, creerlo y obedecerlo – literal y exactamente.

¿Cuál es la diferencia entre el Reino de Dios y el Reino de los Cielos, la hay ?"


¿Cuál es la diferencia entre el Reino de Dios y el Reino de los Cielos, la hay ?"

Aunque algunos creen que el Reino de Dios y el Reino de los Cielos se refieren a dos cosas diferentes, es claro que ambas frases se refieren a los mismo. La frase “el reino de Dios” ocurre 68 veces en 10 diferentes epístolas del Nuevo Testamento, mientras que “el reino de los cielos” ocurre 32 veces, y solo en el Evangelio de Mateo. Basándose en el uso exclusivo de Mateo de la frase y en la naturaleza judía de su Evangelio, algunos intérpretes han concluido que Mateo estaba escribiendo acerca del reino milenial, mientras que otros autores del Nuevo Testamento se estaban refiriendo al reino universal. Sin embargo, un estudio más detenido del uso de la frase, revela que esta interpretación es equivocada.
Por ejemplo, hablando de el joven rico, Cristo usa “el reino de los cielos” y “el reino de Dios” indistintamente. “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.” (Mateo 19:23). En el siguiente verso, Cristo proclama, “Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.” (verso 24). Jesús no hace distinción entre los dos términos, sino parece considerarlos como sinónimos.
Marcos y Lucas utilizaron la frase “el reino de Dios” donde Mateo usó “el reino de los cielos” frecuentemente en relatos paralelos de la misma parábola. Comparar Mateo 11:11-12 con Lucas 7:28; Mateo 13:11 con Marcos 4:11 y Lucas 8:10; Mateo 13:24 con Marcos 4:26; Mateo 13:31 con Marcos 4:30 y Lucas 13:18; Mateo 13:33 con Lucas 13:20; Mateo 18:3 con Marcos 10:14 y Lucas 18:16; y Mateo 22:2 con Lucas 13:29. En cada instancia, Mateo usa la frase “el reino de los cielos” mientras que Marcos y/o Lucas usan “el reino de Dios.” Es claro que las dos frases se refieren a la misma cosa.

miércoles, 1 de mayo de 2019

¿Qué quiere decir que somos sacerdotes?


¿Qué quiere decir que somos sacerdotes?

En las santas escrituras el apóstol Pedro describió a los cristianos como sacerdotes. En su primera epístola dijo que somos real sacerdocio (1 Pedro 2:9) y sacerdocio santo (1 Pedro 2:5) y el mismo apóstol Juan decía que el Señor nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, (Apocalipsis 1:6)
Pero ¿qué quiere decir que somos sacerdotes? Para responder a esta interrogante es necesario una mirada al sistema de sacrificios, a la estructura del tabernáculo y la naturaleza, los requisitos y el propósito del oficio sacerdotal:

Los escritores del Nuevo Testamento usaron varias palabras para describir nuestra nueva naturaleza como creyentes. Leemos que somos siervos, ovejas, santos y desde luego, la realidad más prominente tiene que ver con nuestra identidad como ‘hijos de Dios’.  Cada una de estas figuras comunican las distintas realidades y cada una apunta a diferentes aspectos de nuestra salvación. Y sobre todo a partir de CristoJesus que surge esta nueva creacion la " Iglesia" cuerpo de Cristo de la cual es la cabeza.

El Antiguo Testamento nos explica que el tabernáculo era el santuario que Israel edificó en el desierto para la adoración a Dios. Moises recibió las instrucciones en cuanto a su diseño y las dimensiones del mismo. Este santuario estaba dividido en tres partes: El atrio, que era un patio grande, el Lugar santo y el Lugar santísimo. Estos dos últimos eran una especie de tienda que estaba dividida por una gruesa tela llamada el velo. Nadie, excepto el sumo sacerdotes podía cruzar el velo para entrar al Lugar Santísimo. Esto era permitido solo una vez al año para hacer expiación por los pecados del pueblo (Hebreos 9:6-7). Ademas, el Señor estableció el sistema de sacrificios, con sus rituales y ordenanzas y designó únicamente a la tribu de Leví para servir como sacerdotes, en particular a la familia de Aaron.

Ahora bien, todo este sistema de sacrificios, el tabernáculo y el oficio sacerdotal apuntaban a una realidad mayor: la persona y la obra de Cristo. En palabras del apóstol Pablo todo era una sombra (Colosenses 2:16) que ilustraba y anticipaba, el más grande sacrificio, es decir la cruz de nuestro Señor Jesucristo.
A la luz de esto debemos considerar un hecho de crucial importancia que Mateo registra cuando Jesús murió en la cruz: Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos (Mateo 27:51). Este evento, representa una verdad espiritual de gran valor para el creyente y fue explicado por el escritor de Hebreos de esta manera:

Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne (Hebreos 10:19-20). Esto quiere decir, que el cuerpo golpeado y lacerado de Jesús es ese velo que se rasgó para darnos acceso a Dios. A diferencia de los israelitas, ahora tenemos esa libertad de acercarnos a Dios.

Por lo tanto, estamos en condiciones de considerar no solo nuestra nueva posición como sacerdotes sino también la función que se desprende de ella. Sabemos que somos sacerdotes. Sabemos que el velo se rasgó y que hay un camino nuevo que nos lleva a Dios. Por eso se nos invita a acercarnos para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo ( 1 Pedro 2:4-5) y también se nos anima a acercarnos confiadamente para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (Hebreos 4:16).

A esta realidad y a este aspecto de la vida cristiana los reformadores del siglo XVI le llamaron el sacerdocio universal de todos los creyentes. Ellos enseñaban que la vida que agrada a Dios se debe expresar en todas y en cada una de las áreas de nuestras vidas.
Entonces ¿qué significa que somos sacerdotes? O ¿qué es el sacerdocio del creyente?
El sacerdocio del creyente hace referencia a la nueva posición de los cristianos para la tarea de la adoración. En virtud de esto, todo creyente tiene el privilegio y la responsabilidad de acercarse y presentarse ante Dios como un sacrificio (Romanos 12:1) y a su vez para ofrecerle sacrificios espirituales (1 Pedro 2:4-5). Ahora podemos adorarle en todo lugar. Podemos orar, pedirle y recibir de Él. Podemos servirle, buscar su rostro, y más glorioso aún, ser aceptados por él.

El velo se rasgó y el camino se abrió. Somos sacerdotes y podemos acercarnos. Vivamos para adorar a Dios. Vivamos para Su gloria.

El sacerdocio del creyente se ejerce en todas y cada una de las esferas de la vida, desde las responsabilidades individuales en el hogar, en el trabajo y en la iglesia hasta en las relaciones interpersonales. Todo lo que hacemos es adoración espiritual. Todo es sagrado. Nuestra labor como trabajadores, nuestro desempeño como estudiantes, nuestra dedicación como esposos, padres e hijos son formas legítimas a través de las cuales ejercemos nuestro sacerdocio.

martes, 16 de abril de 2019

¿Qué es la gracia?


¿Qué es la gracia?
Millones de cristianos alrededor del mundo han escuchado acerca de la gracia de Dios. ¿cuántos realmente comprenden la importancia de este concepto?
¿Qué es la gracia en realidad y cuál es su relación con la salvación? La Biblia explica claramente que la gracia es un don de Dios; es el regalo de su misericordia clemente e inmerecida para la humanidad.
Dios es misericordioso
En Éxodo 34:6-7, Dios dice lo siguiente a Moisés: “¡Eterno! ¡Eterno! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado”.
En Salmos 145:8-9, el rey David también enfatiza en la naturaleza misericordiosa de Dios; “Clemente y misericordioso es Jehová, lento para la ira, y grande en misericordia. Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras”.
Y, más adelante, el apóstol Pedro explica que Dios es el “Dios de toda gracia” (1 Pedro 5:10).
Entonces, ¿qué es la gracia? Es la esencia misma del carácter de Dios; aquello que se manifiesta con tanta abundancia en sus actos de piedad, misericordia, compasión y altruismo.
¿Por qué necesitamos de la gracia de Dios?
En primer lugar, debemos reconocer que, como leemos en Romanos 3:23, “todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”, y que además, “la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). En otras palabras, el pecado, o infracción de la ley (1 Juan 3:4), conlleva un sentencia, que es la pena de muerte. Sin embargo, Jesucristo pagó esa pena por nosotros por medio de su sacrificio.
Fue el sacrificio de Cristo, el derramamiento de su sangre, lo que hizo posible que Dios nos diera el regalo de su gracia; como dice Romanos 3: 24, podemos ser “justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Por lo tanto, la gracia de Dios se recibe a través de Jesucristo, y, si no la recibiésemos, moriríamos como consecuencia de nuestros pecados sin la oportunidad de tener vida eterna.
Efesios 1:5-6 nos muestra que el plan de Dios consiste en tener misericordia de toda la humanidad, perdonar nuestros pecados y predestinarnos a ser adoptados y aceptos por Él: “en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”.
¿Quién recibe la gracia de Dios?
La gracia es un regalo de Dios. Es cierto que no puede ganarse, pero tampoco se obtiene automáticamente. Estas son algunas de las características de quienes reciben la gracia de Dios:
  • Aquellos que tienen fe; como leemos en Romanos 5:1-2, “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”.
  • Aquellos que son humildes; como expresa el apóstol Pedro, “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (1 Pedro 5:5), lo cual confirma Santiago más adelante: “Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (Santiago 4:6).
  • Aquellos que son perdonados; “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia” (Efesios 1:7).
Pero, por supuesto, finalmente solo Dios decide a quién dará su gracia. “¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca” (Romanos 9:14-15).
¿Qué espera Dios de nosotros?
Jesucristo dio su vida por nosotros, nos absolvió de la pena de muerte y perdonó nuestros pecados a través de su gracia. Como dice Hechos 15: 11, “Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos”.
Dios, por su gracia, nos da el regalo del perdón y eventualmente nos dará vida eterna. Pero Él espera que nosotros cambiemos nuestra manera de vivir, dejando atrás el pecado.
Es cierto que no podemos ganar la gracia de Dios, “porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8.9). Pero también debemos tener en cuenta que “somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (v. 10).
En otras palabras, cuando alguien se arrepiente de sus pecados y se bautiza, debe comenzar a vivir “para buenas obras”, como una persona diferente cuya mente está enfocada en servir a Dios y a los demás. Nuestra manera de pensar y nuestra estilo de vida ya no pueden ser los mismos de antes.
La ley y la gracia
La relación que existe entre la ley y la gracia de Dios es comúnmente malentendida. La Biblia enseña que estos dos conceptos no están en oposición, sino estrechamente conectados.
El apóstol Pablo explica este tema con la siguiente palabras: “¿Qué, pues, diremos?
¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (Romanos 6:1-2). Y en los versículos 14 y 15 continua: “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera”.
Más adelante, Santiago clarifica que “la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma… ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?” (Santiago 2:17, 20).
Esto quiere decir que, así como la gracia de Dios es absolutamente necesaria para obtener la salvación, también lo son las buenas obras, “las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).
¿Cuál es el propósito de la gracia de Dios?
Como hemos visto, la gracia es la misericordia inmerecida y clemente de nuestro Creador. Es un regalo maravilloso que debería motivarnos a vivir como nuestro Dios misericordioso desea que lo hagamos.
¿Cuál será el destino de quienes reciban la gracia de Dios? ¡Serán salvos y formarán parte del reino de Dios! Eventualmente, Jesucristo regresará a la tierra para establecer un reino divino donde todos aprenderán acerca de la misericordia y la gracia de nuestro Creador y aceptarán su camino de vida.
“Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia” (Hebreos 12:28).