lunes, 15 de enero de 2018

"¿ significado de tener temor de Dios?"

"¿ significado de tener temor de Dios?"

Para un no creyente, el temor de Dios es temer el juicio de Dios y la muerte eterna, la cual es la separación eterna de Dios (Lucas 12:5 “ Pero os enseñare a quien debéis temer, Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno” ; Hebreos 10:31 “ Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo”). Para un creyente, el temor de Dios es algo muy diferente. El temor del creyente es el reverenciar a Dios. Hebreos 12:28-29 es una buena descripción de esto, “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor. Esta reverencia y admiración es exactamente lo que significa el temor de Dios para los cristianos. Este es el factor que nos motiva a rendirnos al Creador del Universo.

Proverbios 1:7 declara, “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová...” Hasta que comprendamos quien es Dios, y desarrollemos un temor reverencial hacia Él, no podremos adquirir la verdadera sabiduría. La verdadera sabiduría sólo procede del entendimiento de quién es Dios – que Él es santo, justo y soberano. Deuteronomio 10:12,20,21 dice, “Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.” – “A Jehová tu Dios temerás, a Él solo servirás, a Él seguirás, y por su nombre jurarás. Él es el objeto de tu alabanza, y Él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto.” El temor de Dios es la base para nuestro andar en Sus caminos; servirle y sí, amarlo.

Muchas personas tienen la tendencia de minimizar el temor de Dios de los creyentes, interpretándolo como “respetarlo”. Mientras que el respeto indiscutiblemente está incluido en el concepto del temor de Dios, es mucho más que eso. El temor bíblico de Dios para un creyente, incluye el entender lo mucho que Dios aborrece el pecado y temer Su juicio sobre éste – aún en la vida de un creyente. Hebreos 12:5-11 describe la disciplina de Dios hacia el creyente. Aunque es hecha en amor (Hebreos 12:6),” Porque el Señor al que ama disciplina “ aún así es algo para temerse. Como hijos, el temor a la disciplina de nuestros padres se espera que prevenga las malas acciones. Lo mismo debe ser verdad en nuestra relación con Dios. Debemos temer Su disciplina y por lo tanto, buscar el vivir nuestras vidas de tal manera que lo agrademos.

Los creyentes no deben “tener miedo” de Dios. No tenemos razón para tenerle miedo. Tenemos Su promesa de que nada podrá separarnos de Su amor (Romanos 8:38-39). Tenemos Su promesa de que nunca nos dejará o desamparará (Hebreos 13:5).”Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que teneis ahora, porque el dijo: no te desamparare ni te dejare” El temer a Dios significa tener tal reverencia por Él, que éste tenga un gran impacto en la manera en que vivimos nuestras vidas. El temor de Dios es reverenciarlo, someternos a Su disciplina, y adorarlo con admiración.

Francis Suarez


domingo, 7 de enero de 2018

El Hombre cabeza de la mujer

¿Qué significa “el hombre es la cabeza de la mujer”?
"Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo."(1 Co 11:3).

En el estudio de las Sagradas Escrituras es también importante a veces tener conocimiento de las tradiciones y costumbres de un pueblo para entender mejor algunos elementos.

Cuando la Biblia fue escrita para la cultura Judía y Cristiana, en el Antiguo Testamento, existía un concepto llamado Autoridad Patrialcal”, el cual fue también establecido en el Nuevo Testamento. Esto significa que el hombre es quien representa a sus descendientes. Prueba de esto la encontramos en Hebreos 7:8-10: "Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. 9Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; 10porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro." Note que se dice que Leví pago los diezmos mientras todavía se encontraba en los lomos de su padre Abraham. O sea, no había nacido todavía. ¿Cómo hizo esto Abraham? Por representación debido a que Abraham, su padre “distante” lo representaba a él.

De igual manera, vemos este concepto—el de la Autoridad Patrialcal—en la Caída. Eva fue la que primero pecó; pero el pecado entró en el mundo a través de Adán, no de Eva. Romanos 5:12 dice: "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron." Esto es debido a que Adán representó a la humanidad y a la creación. Cuando Adán cayó, nosotros caímos. Por eso se dice que "Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados." (1 Co 15:22). Romanos 5:15 también dice: "Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo."

Muy bien. Esto nos lleva ahora a la mujer. Note una vez más que Génesis 2:24 dice: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne." Cuando una mujer y un hombre se casan, ellos se convierten en una sola carne; hay unidad entre ellos. Pero es el hombre quien es la cabeza de la familia, razón por la cual se dice que el hombre es la cabeza de la mujer.

Algunos pueden pensar que esto fue una noción cultural que simplemente se coló en la Biblia; pero Pablo lo presenta claramente al relacionar esta autoridad con relación al orden creado:

"Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, 9y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 10Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles." (1 Co 11:8-10).

Debido a que Eva escuchó al diablo es que el tema del orden y jerarquía en la relación del matrimonio tuvo que haber sido planteado y explicado.

"A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreara de ti." (Gn 3:16).

Esta autoridad no se trata de tener la mano sobre la mujer ni tampoco significa que ella no tenga derechos o que sea una ciudadana de segunda clase. Al contrario, Dios le da al marido algunos mandamientos bastante serios:

(Ef 5:25-27).
"Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra. 27a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga  ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha."

1Pedro 3:7
Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas.

Efesios 5:28
Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.

Efesios 5:33
En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.

Colosenses 3:19
Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas.

1 Tesalonicenses 4:4
que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor,

1 Pedro 3:1
Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres

Finalmente, el tema de la autoridad es un tema de orden, no acerca de quién es mejor o más importante. El marido es la cabeza de la mujer en la familia y tiene la responsabilidad de guiarla a una relación cercana con el Señor. Dios le exigirá al hombre el día que nuestras obras sean juzgadas.


Francis Suarez

"¿Cuál es el reino de Dios?"

"¿Cuál es el reino de Dios?"


En el estudio de las Sagradas Escrituras con frecuencia  se hace referencia al reino de Dios en los evangelios (por ejemplo, Marcos 1:15; 10:15; 15:43; Lucas 17:20) y en otros lugares en el nuevo testamento (por ejemplo, Hechos 28:31; Romanos 14:17; 1 Corintios 15:50). El reino de Dios es sinónimo con el reino de los cielos. El concepto del reino de Dios adquiere diferentes matices en su significado en diferentes pasajes de las escrituras.

En términos generales, el reino de Dios es el reinado de un Dios eterno y soberano sobre todo el universo. Varios pasajes de las escrituras demuestran que Dios es el monarca indiscutible de toda la creación: "El Señor ha establecido su trono en el cielo, y su reino gobierna sobre todo" (Salmo 103:19). Y como el rey Nabucodonosor declaró, "El reino de Dios es un reino eterno" (Daniel 4:3). Toda autoridad existente ha sido establecida por Dios (Romanos 13:1).
Los mansos heredarán la tierra, dijo Jesús (Mateo 5:5), aunque también dijo: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Verso 3). ¿Nos habla Jesús en estos dos versículos de dos clases de cristianos y dos esperanzas distintas para sus seguidores? ¿Es que para los pobres en espíritu es el reino de los cielos, mientras que para los mansos es la herencia de la tierra? ¿Existen acaso dos esperanzas distintas para dos tipos diferentes de cristianos: una que es pobre en espíritu y que de un carácter manso? No lo creo, pues todos los cristianos deben ser mansos, sin excepción alguna.

Ahora bien, el propio Jesús afirmó ser MANSO y humilde de corazón en Mateo 11:29: “ Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy MANSO y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. Nos preguntamos entonces: ¿heredará Jesús la tierra y no el reino de los cielos porque Él mismo se calificó de manso y no de pobre en espíritu? La respuesta es que Jesús (como sus seguidores) es el heredero del reino de Dios (o de los cielos) el cual se establecerá en la tierra renovada en su Parusía. Recuerden que el Señor dijo: “Venga tu reino…hágase tu voluntad en la tierra” (Mateo 6:10).

Más concretamente, el reino de Dios es un reinado espiritual en los corazones y en las vidas de aquellos que están dispuestos a someterse a la autoridad de Dios. Quienes desafían la autoridad de Dios y se niegan a someterse a él, no son parte del reino de Dios; en cambio, aquellos que reconocen el señorío de Cristo y se rinden alegremente al reinado de Dios en sus corazones, son parte del reino de Dios. En este sentido, el reino de Dios es espiritual; Jesús dijo que su reino no era de este mundo (Juan 18:36), y predicaba que era necesario el arrepentimiento para ser parte del reino de Dios (Mateo 4:17). En Juan 3:5-7 se evidencia que el reino de Dios puede ser equivalente a la salvación es evidente en Juan 3:5-7, donde Jesús dice que se debe nacer de nuevo para entrar en el reino de Dios. Ver también 1 Corintios 6:9.

Hay otro sentido en el que se usa el reino de Dios en las escrituras: el reinado literal de Cristo en la tierra durante el milenio. Daniel dijo que "el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido" (Daniel 2:44;
Daniel 7:13-14), y muchos otros profetas predijeron lo mismo (por ejemplo, Abdías 1:21; Habacuc 2:14; Miqueas 4:1-3; Zacarías 14:6-9) y a Isaias 65: 17-25 y 66: 22-23
Todas estas citas hablan del reinado físico de Cristo por mil años desde Jerusalen. Algunos teólogos se refieren al futuro, a la manifestación abierta del reino de Dios como "el reino de gloria", y en el presente, la manifestación oculta del reino de Dios como el "reino de la gracia". Pero ambas manifestaciones están conectadas; Cristo ha establecido su reinado espiritual en la iglesia en la tierra en el corazón de cada uno de sus creyentes o santos,, y un día él establecerá su reinado físico en Jerusalén, donde establecera un Reinado físico o literal por mil años (El Milenio)

El reino de Dios tiene varios aspectos. El señor es el soberano del universo, y por tanto en ese sentido su reino es universal (1 Timoteo 6:15). Al mismo tiempo, el reino de Dios implica arrepentimiento y el nuevo nacimiento, en la medida que Dios reina en los corazones de sus hijos en este mundo como una preparación para el próximo. La tarea iniciada en la tierra encontrará su consumación en el cielo, después del reinado de mil años (El Milenio) (ver Filipenses 1:6).

Agradecimientos a Got'Question.org
Amen

Francis Suarez

Como interpretar la Biblia a nuestros dias

Cómo podemos saber qué partes de la Biblia se aplican para nosotros en la actualidad?"

Muchos de los malos entendidos ocurren cuando catalogamos mandatos que debíamos estar siguiendo, como “específicos de una época,” aplicable únicamente para la audiencia original; o adoptamos mandatos específicos para una audiencia dete¿rminada como verdades eternas. ¿Cómo discernimos la diferencia? Lo primero que debemos considerar es que el canon de la Escritura fue cerrado al final del primer siglo d.C., lo que significa que la mayor parte, sino toda la Biblia, no fue originalmente escrita para nosotros. Los autores tuvieron en mente la audiencia de su época y probablemente no tenían idea de que sus palabras serían leídas por gente de todo el mundo siglos más tarde. Eso debe motivarnos a ser muy cuidadosos cuando interpretamos la Biblia para los cristianos de la actualidad. Parece ser que mucha de la predicación contemporánea está tan preocupada por la relevancia, que tratamos la Biblia como si fuera un lago del cual pescamos aplicaciones para los cristianos de hoy. Y esto se hace a expensas de la interpretación y exégesis correcta. 



Las tres principales reglas de la hermenéutica (el arte y ciencia de la interpretación bíblica) son; 1) el contexto; 2) el contexto; y 3) el contexto. Antes de que podamos decirles a los cristianos del siglo XXI cómo se aplica la Biblia a ellos, primero debemos llegar a la mejor comprensión posible de lo que la Biblia quiso comunicar a su audiencia original. Si extraemos una aplicación que resultaría extraña para la audiencia original, hay una gran posibilidad de que no hayamos interpretado el pasaje correctamente. Una vez que tengamos la confianza de que ya comprendimos lo que significaba el texto para sus oyentes originales, entonces necesitamos considerar las diferencias entre ellos y nosotros. ¿Cuáles son las diferencias en lenguaje, cultura, geografía, lugar y situación? Todos estos aspectos tienen que tomarse en consideración antes de hacer la aplicación. Una vez que entendamos la divergencia de nuestras culturas, podremos encontrar las similitudes entre la audiencia original y nosotros. Finalmente, podremos así encontrar la aplicación para nosotros en nuestro tiempo y situación. 

También es importante el hecho de que cada pasaje solo tiene una interpretación correcta. Puede tener una gama de aplicaciones, pero solo una interpretación. Esto significa que algunas aplicaciones son mejores que otras. La aplicación que esté más cercana a la interpretación correcta, es una mejor aplicación del texto. Por ejemplo, se han predicado muchos sermones basados en 1 Samuel 17 (la historia de David y Goliat) que implica “vencer los gigantes en tu vida.” Pero apenas tocan los detalles de la narrativa y van directo a la aplicación, lo que usualmente incluye alegorizar a Goliat con una dificultad, o situaciones intimidantes que debemos vencer por fe. También hay intentos de alegorizar las cinco piedras lisas que David recogió. Estos sermones usualmente concluyen exhortándonos a ser fieles como David. 

Si bien estas interpretaciones arman sermones atractivos, es dudoso que la audiencia original hubiera recibido ese mensaje de esta historia. Antes de que podamos aplicar la verdad de 1 Samuel 17, debemos saber cómo lo entendió la audiencia original, y eso significa determinar el propósito general de 1 Samuel como un libro. Sin entrar en una exégesis detallada, solo digamos que no se trata de desafiar a los gigantes en tu vida. Eso puede ser una ‘aplicación’ distante del pasaje, pero como ‘interpretación’ es ajena al texto. Dios es el héroe de la historia y David es Su instrumento elegido para traer la salvación a Su pueblo. La historia contrasta al rey del pueblo (Saúl) con el rey de Dios (David), y también prefigura lo que Cristo (el Hijo de David), haría al proveer nuestra salvación. 

Otro ejemplo común de interpretar sin considerar el contexto, es Juan 14:13-14. Al leer este verso fuera del contexto, parecería indicar que si le pedimos a Dios ‘cualquier cosa’ la recibiremos, en tanto usemos la fórmula “en el nombre de Cristo.” Aplicando las reglas de una hermenéutica apropiada a este pasaje, vemos que Jesús les está hablando a Sus discípulos en el aposento alto la noche que fue traicionado. La audiencia inmediata son los discípulos. Esta es esencialmente una promesa para los discípulos de Jesús, de que Dios proveería los recursos necesarios para que ellos llevaran a cabo sus ministerios. Es un pasaje de consuelo, porque Jesús pronto los dejaría. ¿Hay una aplicación para los cristianos del siglo XXI? ¡Desde luego! Si oro de acuerdo a la voluntad de Dios (en el nombre de Cristo), Dios nos dará lo que necesitamos para llevar a cabo Su voluntad en y a través de nosotros. Además, la respuesta que obtengamos, siempre glorificará a Dios. Lejos de darnos cualquier cosa que deseemos, este pasaje nos enseña a sujetarnos a la voluntad de Dios en oración, ya que Dios siempre proveerá lo que necesitemos para llevar a cabo Su voluntad. 

La interpretación bíblica apropiada es construir sobre los siguientes principios: 

1. El contexto. Para entender plenamente, comienza por lo pequeño y extiéndete hacia fuera: verso, pasaje, capítulo, libro, autor y testamento o pacto. 

2. Tratar de comprender cómo habría entendido el texto la audiencia original.

3. Considerar las diferencias entre tu cultura y la de la audiencia original.

4. Si un mandato moral del Antiguo Testamento es repetido en el Nuevo Testamento, considéralo una “verdad eterna.”

5. Recuerda que cada pasaje tiene una sola y correcta interpretación, pero puede tener muchas aplicaciones (algunas mejores que otras). 

6. Sé siempre humilde, y no olvides el papel del Espíritu Santo en la interpretación. Él ha prometido guiarnos a toda la verdad (Juan 16:13).

Como antes mencionamos, la interpretación bíblica es tanto un arte como una ciencia. Hay reglas y principios, y algunos de los pasajes más difíciles requieren más esfuerzo que otros. Debemos estar siempre abiertos a cambiar una interpretación si el Espíritu nos convence y la evidencia lo apoya.

Cortesia de Got Questions