sábado, 28 de enero de 2023

Jesús fue a Getsemani, Analizando Lucas 22:39-44

 

Jesús fue a Getsemani

Analizando Lucas 22:39-44



Creo que para todos los cristianos Getsemaní representa un lugar santo en el que, espiritualmente hablando, tendríamos que quitarnos el calzado de los pies para estar allí, como le sucedió a Moisés ante la zarza ardiendo desde la cual Dios le hablaba en el monte Sinaí). El Señor Jesús dejó a distancia a los discípulos.

Gregorio Nazianzeno  un arzobispo cristiano de Constantinopla del siglo IV, considerado uno de los Padres de la Iglesia  escribió lo siguiente:

"Amo a Dios porque le conozco, y le adoro porque no puedo comprenderlo"  Parece contradictorio pero no lo es.

Aunque muchas cosas no serán reveladas hasta la 2da venida de Cristo, trataremos de analizar la verdad que nos llegue, por obra de Dios.

Empezaremos con los versículos 39 y 40:

"Salió y se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos lo siguieron. Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad para que no entréis en tentación."

Después de instituir la Cena del Señor se fue al jardín. En esa última noche tuvo lugar allí un encuentro significativo. Aunque no sabemos todo acerca de ello, es evidente que Él luchó contra un enemigo invisible. Venció al enemigo y conquistó la victoria. La victoria del Monte Calvario, donde estaba la cruz, fue obtenida en el jardín de Getsemaní. Recordemos que al principio del ministerio Satanás vino y le tentó en el desierto. Satanás le había ofrecido los reinos del mundo, a cambio de recibir la adoración de Jesús., por supuesto lo rechazo, de haber aceptado Jesús habría evitado la cruz. Claramente el esfuerzo principal de Satanás se había llevado a cabo al principio del ministerio del Señor para que Él eludiese la cruz. Y ahora, al final del ministerio del Señor, volvió otra vez la tentación de Satanás.

También recordemos que el Señor les dijo a Sus discípulos que sufriría muchas cosas, y que Sus enemigos le matarían.  A esto Pedro le había respondido, como vemos en Mateo 16:22,  “ Señor, ten compasión de ti mismo, en ninguna manera esto te acontezca”. Que respuesta dio el Señor a Pedro? En Mateo 16:23 leemos que El Señor le dijo: “ Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres “. Indudablemente en los planes  de Satanás no había  lugar para la cruz de Cristo. Fue Satanás el que vino a Jesús en el jardín. Fue en aquellos momentos que Jesús les dijo a Sus discípulos: "Orad para que no entréis en tentación".

Leamos ahora los versículos 41 y 42:

"Se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra, y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya."

¿Me pregunto cuán lejos puedes tirar una piedra, bueno creo que dependerá de tu fuerza y destreza, pero de todas formas es lejos y te garantiza que tendrás privacidad con relación a los otros, que era lo que quería Jesús . Esa fue la distancia a la que se alejó Jesús de Sus discípulos antes de inclinarse para orar. El oró para que esa copa fuese apartada de Él. Este asunto ha causado bastantes discusiones y debates. Una gran parte de estudiosos de la Biblia  creen que Él tenía miedo de morir y de los sufrimientos que iba a padecer  antes de llegar a la cruz. Yo particularmente No creo que ese fuera el caso ya que en numerosas ocasiones , dijo que era preciso morir.. Me parece que el mérito estaba en que murió.

Entramos aquí en un terreno santo, pero a la vez complejo; veras este fue un momento en que se pusieron de manifiesto la naturaleza humana de Jesús contra la voluntad del Padre, pero también su naturaleza u origen Divino. (cf. Salmos 16:5; 23:5, con relación a esto citare de nuevo a  Gregorio Nazianzeno, Arzobispo de Constantinopla en el siglo IV. El cual tenía la siguiente creencia:

Enfatizó que Jesús no dejó de ser Dios cuando se hizo hombre, ni perdió ninguno de sus atributos divinos cuando tomó la naturaleza humana. Es más, Gregorio afirmaba que Cristo era perfectamente humano, con un alma perfectamente humana.

Yo creo que la copa se refería a la cruz misma y no me estoy refiriendo a los sufrimientos de la muerte. La copa consistía en que Él sería hecho pecado por nosotros, sería tratado por Dios como el pecado mismo. Él era el Hijo Santo de Dios. Cuando nuestros pecados fueron colocados sobre Él, se convirtió en algo repulsivo y abominable contra Dios mismo. El profeta Isaías dice nuestro equivalente ante Dios en (Is. 64:6) dice: “ Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia “

Lei alguna vez, hace mucho que alguien dijo: “ No sé por qué a veces podemos pensar que somos atractivos ante Dios. Nuestro pecado, que fue puesto sobre Él, era repulsivo y horrible. Era tan espantoso que, por un momento, Él pareció rebelarse contra esa carga.”

La cruz o el madero, era el instrumento más bárbaro para dar castigo y muerte a los delincuentes y enemigos  del imperio romano, pero a la vez el más vergonzoso. Se imaginan lo que represento para Jesús morir así por nosotros, no era miedo a la muerte o los sufrimientos, más bien era el rechazo a la forma tan grotesca y ridícula de morir en un espectáculo publico delante de sus angustiadores ( Ver Salmos 16:5; 23:5, ). Creo que fue su naturaleza divina que se resistió en un momento a someterse al espectáculo de morir así; Estamos hablando de Cristo Jesús el hijo de Dios, Dios mismo para nosotros creador de todo .

Sin embargo, el Señor había venido a cumplir la voluntad de Su Padre, y de esa manera pudo decir: "Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya". Él se entregó con sumisión a la voluntad de Su Padre, aunque llevar tu pecado y el mío le resultase tan repulsivo.

En este contexto, la verdadera humanidad y la fe de Jesús brillan intensamente. Aunque Su naturaleza llama por liberación, Su corazón estuvo dispuesto a cumplir el plan eterno del Padre al morir por nosotros ( Génesis 3:15; Isaías 53; Marcos 10:45 )

El versículos 43 se dice lo siguiente:

 "Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo."

Hubo un ministerio de los ángeles cuando el Señor fue tentado en el desierto.  También ocurrió en el jardín, cuando Satanás vino a tentarle nuevamente. Sólo Lucas destacó este hecho. Continuemos leyendo el versículo 44:  " Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.."

Claramente solo Lucas por su condición de medico podía contarnos que el Señor sudó grandes gotas de sangre. El Señor experimentó una reacción física tremenda a causa de la agonía y el conflicto que enfrentó. Cristo fue quebrantado por causa de nuestra condición humana perdida. El derramó Su sangre muriendo por nuestra libertad eterna. En Juan 10:10 dijo: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Creo que en los debates en vez de hablar de miedo, se debiera hablar de valentía.

Es mi opinión, Bendiciones para todos


Francis Suarez

Dic, 2016


sábado, 21 de enero de 2023

"El Espíritu vuelve a Dios que lo dio"

 


"El Espíritu vuelve a Dios que lo dio"


En algunas ocasiones se utilizan las palabras de Eclesiastés 12:7 para sostener la creencia en el vuelo del espíritu al cielo al morir el cuerpo, donde se supone que entra en su herencia eterna; aunque parece que siempre se olvidan de que "es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo" (2 Corintios 5:10) Aquí este Tribunal de Cristo es el juicio para los creyentes, que pertenecen a la primera resurrección.

Para qué podría ser semejante juicio, si los hombres van a sus premios o castigos al morir, es inconcebible para una mente racional. También de la misma manera citan a (Heb. 9:27) que dice : “ Esta determinado que todo hombre muera una sola vez, y luego el juicio,” como si al morir inmediatamente se nos pasa juicio y recibimos lo que merecemos; mal entendiendo que la escritura lo que afirma es que después de morir el próximo acontecimiento será la resurrección para juicio, sea un creyente que murió en victoria o un impío pecador que llego a la muerte sin recibir a Cristo.

 Ahora bien, lo primero a lo cual dirigiríamos la atención del lector en el versículo en referencia es al hecho que Salomón no hace diferencia entre buenos y malos, sino que habla, sin calificaciones, de que, al morir la persona, el espíritu regresa a Dios que lo dio. Lo que sea el espíritu del cual se habla aquí, todos concordarán en que todos los hombres lo tienen, tanto los buenos como los malos, y que al producirse la muerte ese espíritu abandona al bueno y al malo por igual; y en vista de que se dice que regresa a Dios que lo dio, se entiende que vino de Dios.

 El hecho que el espíritu del cual se habla aquí se da a todos los hombres por igual, y que al producirse la muerte regresa a Dios desde donde vino, muestra claramente que ese espíritu no es el hombre mismo, bueno o malo, porque ningún creyente en la teoría popular admitirá que la supuesta entidad espiritual de los malos va a Dios al producirse la muerte. Porque para que este texto pueda ajustarse a la teoría de la existencia desincorporada consciente y a la creencia de que se va al cielo al morir, debe modificarse considerablemente. Habría que recordarle a Salomón que cometió un grave error al no cuidar sus palabras para que dijeran que al producirse la muerte sólo el espíritu de los buenos va a Dios, mientras que el de los malos va en otra dirección; no a Dios, sino al diablo.

Ud., estimado lector, no estará dispuesto a admitir que Salomón se equivocó. Más bien Ud. se sentirá inclinado a concluir que la teoría popular discrepa tanto de la inspiración que las palabras de la Escritura tendrían que ser modificadas en gran medida para que pudieran ajustarse a los dogmas de las escuelas teológicas, basadas en interpretaciones y opiniones de hombres.

 Sírvase tomar nota de que el espíritu del cual se habla aquí regresa a Dios que lo dio . Dios lo dio. Es un elemento que Dios dio a algo o a alguien. Es aquello que fue dado a un ser, y no es el ser a quien le fue dado. Por lo tanto, no es el hombre mismo sino algo que fue dado al hombre, lo cual, al producirse la muerte, abandona al hombre al cual le fue dado y regresa a Aquel que lo dio.

Ahora bien, estimado lector, quiero pedirle que vuelva a leer lo que hemos dicho y los textos que hemos dado en la Proposición 18 en relación con el tema del espíritu. Entonces Ud. verá que la palabra espíritu se usa con frecuencia para referirse a la vida, tanto del hombre como de los animales. La palabra espíritu en el versículo en referencia procede del término hebreo ruach. Salomón usó esta misma palabra en este mismo libro, en Eclesiastés 3:19, pero nuestros traductores la vertieron ahí como "respiración" y aquí como "espíritu" (Eclesiastés 12:7) Con respecto al hombre y a las bestias, ahí se dice: "Una misma respiración [ ruach ] tienen todos".  Ahora bien, ¿qué dio Dios al hombre cuando lo hizo un ser viviente? La respuesta se da en Génesis 2:7-- "Sopló en su nariz aliento [ ruach ] de vida". ¿Qué ocurre cuando muere un hombre? "Sale su aliento [ ruach ], y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos" (Salmos 146:4) Cuando respiramos inhalamos el aire que nos rodea, el cual Dios, en sus métodos misteriosos, ha impregnado con el principio de vida. Cuando, por enfermedad o accidente, nos vemos impedidos de respirar, nuestro aliento o respiración se va, la vida se va y quedamos sin vida como estaba Adán antes de que Dios soplara el aliento de vida en su nariz. Dios es la única fuente de vida; la vida de todos los seres vivientes. La vida vino de él. Al producirse la muerte, la vida regresa a él. La vida que Dios dio a Adán no fue una entidad inmortal. Sin duda no fue una entidad consciente lo que sopló Dios en la nariz de Adán. Tampoco es una entidad consciente cuando regresa a Dios que lo dio.

Además, el espíritu o vida de todos los hombres y de todos los animales procede de Dios; pero el hombre salió del polvo. "Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra" (Génesis 2:7) "El primer hombre es [formado] de la tierra, terrenal" (1 Corintios 15:47) El hombre salió del polvo; su vida, o espíritu de vida o aliento de vida, vino de Dios. Cuando se produce la muerte, hay un retorno de las cosas. El hombre que salió del polvo regresa a la tierra, y la vida que fue dada para hacerlo un hombre viviente regresa a Dios que lo dio. Al hacer un hombre viviente, se produce la formación y otorgamiento de vida. Para que ese mismo hombre muera se le debe retirar la vida, y el hombre mismo queda expuesto a la descomposición.

Esto es lo que nuestro texto dice acerca de la muerte: "Y el polvo vuelva a la tierra, como era , y el espíritu [vida] vuelva a Dios que lo dio". Y lo que se aplica en esto al hombre también se aplica a las bestias; porque Salomón dice de ambos: "Como mueren los unos, así mueren los otros, * * * todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo" (Eclesiastés 3:19, 20) El hombre que no es mejor que las bestias "es semejante a las bestias que perecen [...], como a rebaños que son conducidos al Seol [sepulcro]" (Salmos 49:12, 14, 20) Pero el hombre que sobrepasa a las bestias en la escala intelectual y moral, y se hace responsable ante Dios, saldrá a vida otra vez; se producirá una resurrección [ anastasis ---levantarse otra vez] "para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo" (2 Corintios 5:10).

 El espíritu que vuelve a Dios

"Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio" (Eclesiastés 12:7).

Acá tenemos una descripción de lo que ocurre con el hombre cuando muere. Pero se levanta naturalmente la pregunta: ¿Qué es ese espíritu que regresa a Dios?

 

Las palabras del apóstol Santiago pueden ayudarnos a entenderlo:

 "Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta" (Santiago 2:26). El espíritu, entonces, es lo que mantiene el cuerpo vivo.

 Algunas Biblias tienen una acotación marginal en la cual explican que la palabra "espíritu" puede ser traducida también por "respiración". Pues el cuerpo sin la respiración o el aliento está muerto.

 Las dos palabras, "aliento" y "espíritu se usan indistintamente en las Escrituras. Job 27:3 dice en la Versión Moderna: "Mientras tanto que mi espíritu esté dentro de mí, y haya hálito de Dios en mis narices... "

 El espíritu que un hombre recibe de Dios y que vuelve a Dios cuando muere, es lo que Dios pone en sus narices.

 Volvámonos ahora pues al relato de la creación del hombre otra vez. ¿Qué puso Dios en las narices del hombre?

 

"Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente" (Génesis 2:7).

 Dios insufló en la nariz del hombre en ocasión de la creación el aliento de vida. Luego, en ocasión de la muerte, la chispa o el aliento o el espíritu de vida regresa a Dios quien lo dio. Es el proceso inverso de la creación.

 "Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra".

 ¿Describiremos al hombre tal como salió de las manos de su Creador?

 Allí está: completo con todas sus partes. Tiene un cerebro en la cabeza listo para pensar, pero no piensa. Hay sangre en las venas lista para fluir, pero no fluye. Tiene un corazón en el pecho listo para latir, pero no late. Está listo para vivir, para amar, para actuar, peo no vive, no ama, no actúa todavía.

 "Y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente".

 Desde ese momento el hombre poseyó una identidad, una personalidad, un carácter. El hombre llegó a ser "alma viviente", según la antigua versión de Valera, o un "ser viviente", según la versión revisada.

 Luego, cuando el hombre muere, de acuerdo con Eclesiastés 12:7, el polvo vuelve a la tierra como era, y el espíritu de vida, o aliento de vida, sea que se trate de un hombre santo o pecador, regresa a Dios quien lo dio. La identidad no está perdida. El carácter está preservado. La personalidad está segura en las manos de Dios. Pero el hombre deja de estar consiente, porque la unión del cuerpo y el aliento - unión que da vida y que la mantiene - ha sido quebrantada.

 En otras palabras, si la unión del polvo de la tierra y el aliento de vida produce un ser viviente, ¿qué le ocurre a ese ser o a esa alma viviente cuando estos dos elementos son separados en ocasión de la muerte? Por eso Job dice: “ "Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?" (Job 14:14) y David dice: “Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el sepulcro, ¿quién te alabará? (Salmo 6:5) También : ‘  Los muertos no alaban al SEÑOR, ni ninguno de los que descienden al silencio. (Salmo 115:17) Isaías también hablo: “Porque el sepulcro no te exaltará, ni te alabará la muerte; ni los que descienden a la fosa esperarán tu verdad. (Isaias 38:18) y nuevamente salomón dice: “ Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.”(Ecle. 9:5)

Cualquiera puede ver que el hombre deja de existir como un ser viviente hasta que el Autor de la vida reúna de nuevo los dos elementos en el día de la resurrección.  AMEN.

 Francis Suarez

 Articulo del 11 enero 2017


sábado, 14 de enero de 2023

¿Qué sucede después de la muerte?

 

¿Qué sucede después de la muerte?



Esta es una investigación de este tema, destinada a buscar la verdad bíblica, no así que la diga aquí unilateralmente, sino en primer lugar quiero proporcionar material para que tú puedas determinar cuál es la verdad. También quiero abolir algunas creencias falsas tradicionales ajenas a la Biblia y hacerte ver las dificultades de "la explicación tradicional". Creo que nadie puede jactarse de que sabe todo lo que sucederá después de la muerte, sólo sabemos lo que la Biblia dice, y tiene que ser suficiente. Entiende que esto no es una cuestión de la salvación de una persona. Si no estás de acuerdo, quiero bendecirte y ruego que esto no impida nuestra comunión en el Mesías Yeshua.

 Para que se pueda analizar el asunto, hay que entender lo que es el hombre o como está formado. Según la Biblia un hombre consiste de cuerpo, alma y espíritu (1.Ts.5:23)

Vamos a ver como se originó el hombre:

 "Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente."(Gn.2:7)

 El alma del primer hombre, Adán, no existía antes que el cuerpo hecho del polvo de la tierra y soplo de Dios se unieron. Dios no puso ningún alma separado viviente al hombre. El cuerpo y el alma no son separados.

La vida del alma depende de la presencia del espíritu de la vida. Por eso en la muerte el alma, o sea, toda la persona vuelve al polvo de la tierra pero el espíritu vuelve a Dios, quien lo ha dado (Ecl.12:7).

 

Todos mueren.

 Según la Biblia un hombre no es un hombre, ni en esta vida ni en la venidera sin el cuerpo. ¿Cómo es eso? La Biblia tiene muchas referencias a la vida sin el cuerpo, p.ej. "sino que os habéis acercado... a los espíritus de los justos hechos perfectos."(Hebr.12:22-23), "pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor"(2Cor.5:8), "Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios..."(Ap.6:9) El cuerpo sin el espíritu está muerto (Stg.2:26) Correcto y no puede haber ninguna vida del alma sin el cuerpo y el espíritu. ¡No es así! Los anteriores versículos de la Biblia dicen otra cosa!

 Si la cosa es tan simple, ¿por qué hasta la gran mayoría de los cristianos que creen en la Biblia creen que los muertos viven? ¡Porque en la Biblia se dice así! Yeshua dijo: "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?"(Jn.11:26) Vamos a ver la cosa más detalladamente, ¡acompáñanos!

 Hay 3 líneas básicas en la cuestión del destino de los incrédulos, que normalmente la gente piensa:

1) A los incrédulos les espera un sufrimiento eterno.

2) En el fin todos reciben la misericordia.

3) El destino final de los que no se arrepienten y de los que rechazan de arrepentirse es la aniquilación total de la existencia.

 La base de las dos primeras opiniones es la fe en la inmortalidad innata del hombre, mientras la última idea se basa en la convicción según que el hombre en si mismo no tiene esta cualidad, sino que su posible inmortalidad está caracterizada por ser condicional. Según el testimonio de la Biblia y de la historia, justo la última opinión ha estado reinando tanto durante el Viejo y el Nuevo Testamento. Los judíos y los primeros cristianos tenían la idea según la cual la inmortalidad es una característica que pertenece únicamente para Dios, como se ve en la palabra de Pablo a Timoteo:

 "...y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad;" (1 Tim.6:16)

 La palabra inmortal no se menciona en el Viejo Testamento, pero Isaías afirma que "el Dios eterno es Jehová" (Is.40:28)

 Un poco de la historia

Por causa de la influencia de un filósofo griego Platón, la doctrina de la inmortalidad del alma pudo entrar en el judaísmo. A eso de los años 200 a.C. empezaron a desarrollar las dos escuelas. Los macabeos (desde 166 a.C.) de los cuales salieron las clases de los saduceos y fariseos en los judíos presentaron la idea de que se podía orar por los muertos y que el hombre tiene una innata inmortalidad. Otra secta del judaísmo, sin embargo, mantuvo la interpretación literal del Viejo Testamento apoyando la idea de la aniquilación de los impíos y del ser mortal del hombre. Esta línea está representada también por Los Manuscritos del Mar Muerto. Demuestran que los integrantes de la congregación judía de los esenios guardaban la idea, según la cual solamente los justos heredarán la vida eterna, mientras los impíos serán aniquilados, hasta tal punto que dejarán de existir. La primera muerte es por su naturaleza sueño profundo inconsciente, de lo cual pasará la resurrección, cuando los justo serán recompensados y los pecadores castigados. No obstante de todas formas parece que por la influencia de la filosofía griega hasta el tiempo de Jesús la idea de la inmortalidad natural del hombre ya había encontrado una base firme en el judaísmo.

 Jesús y los apóstoles quedaban en sus ideas sobre la muerte y el juicio en la información del Viejo Testamento. Lo mismo hacían también los Padres de la Iglesia sin tomar en cuenta algunas pocas excepciones. Entre estos están p.ej. Clemente de Roma, Banabas, Ignacio de Antioquía, Hermas, Didaké, Tatianus, Teófilo de Antioquía y Justino Mártir (murió en el año 165), quien justificó su idea con toda claridad diciendo entre otras cosas lo siguiente:

 "Porque sólo Dios no ha sido creado y es imperecedero y por lo tanto él es Dios. Pero todo lo demás después de él se ha creado, y es efímero. Por esta razón las almas mueren y son punibles"

 La herejía gnóstico-maniqueo y su intrusión en la iglesia cristiana en estos tiempos despertó especialmente al obispo de Galo Irenaeus(Ireneo de Lyon) (130-202 dC) a defender la doctrina correcta sobre la naturaleza y el destino. La idea básica de Irenaeus fue el universo libertado de pecado y el sufrimiento. Esto requiere la destrucción definitiva del pecado y de los pecadores, las potestades del mal y demonios y por otra parte el regreso de los justos. Hizo hincapié en que los seres humanos pueden obtener la inmortalidad sólo por la misericordia y el poder de Dios. En cuanto al destino de los impíos, es según Irenaeus eterno por sus consecuencias. Así pues, la pena máxima es abolir el derecho de existir. Su privación para siempre es sinónimo de castigo eterno. El hombre puede conseguir la inmortalidad según Irenaeus en la resurrección. Hizo hincapié en el hecho de que el hombre ha sido creado para la inmortalidad, pero es todavía por su ser un mortal, y aún no tiene esta inmortalidad.

También Novatianus de Roma (210-281 dC), y Arnobius en África eran sustanciales apoyantes de la doctrina condicional de la inmortalidad. Después de esto en la historia se encuentra cada vez menos los apoyantes de la doctrina condicional de la inmortalidad. Entran en la escena ahora los defensores de la incorrecta opinión de la inmortalidad innata del hombre.

El primero, que declaró la inmortalidad innata del alma como una doctrina cristiana, parece ser Atenágoras de Atenas (127-190 dC). Su enseñanza recibió gran apoyo de Tertullianus (murió 240 dC), quien aumentó en ella la doctrina del sufrimiento eterno de los impíos. El entendió que el alma es una entidad separada del cuerpo, en sí mismo inmortal. Por otra parte, de todas formas, el alma muere sufriendo el castigo en la inmortalidad(!).

El teólogo más influyente de la iglesia, el obispo de Hipona Agustín (murió 430 dC), aprobó la doctrina de la inmortalidad de todas las almas y del sufrimiento eterno de los impíos de Tertullianus. Por lo tanto, es fácil de entender cómo esta doctrina originalmente completamente extraña a la Biblia obtenía tan fuerte y duradera posición en la dogmática de la iglesia cristiana. Incluso hasta el día de hoy domina la percepción y el pensamiento religioso de millones de personas y deja su huella en las costumbres y la vida de ellos.

Al mismo tiempo se desarrollaba el universalismo o sea una tendencia ideológica de que al final todos van a ser salvos. Este tipo de doctrina exige un pleno mal entendimiento de las verdades de la Biblia y el rechazo total de las verdades tales como la segunda venida de Cristo, la resurrección corporal, el fin repentino del mundo y el reino de los mil años. Sin embargo, esta enseñanza tiene una gran cantidad de seguidores, incluso en los tiempos modernos, por ejemplo en la Iglesia Evangélica Luterana.

Ahora, como vamos a ver de cerca este interesante e importante tema, nuestra autoridad de ninguna manera es principalmente la historia, ni la filosofía, sino la Biblia, que contiene el mensaje inmutable de Dios. Por lo tanto, dejar de lado todos los prejuicios destruyentes y sinceramente tratar de ver y entender lo que el Libro de los libros habla sobre el tema.

 Hombre, por lo tanto, está compuesto de cuerpo, alma y espíritu.

El Espíritu en la Biblia no significa ninguna personalidad independiente en el ser humano. Por ejemplo, en el Nuevo Testamento buenos ejemplos de ello son p.ej. Lc.1:47, Lc.8:55, Lc.23:46, Hch.7:59, Mt.26:41, Hch.6:10 y 2 Tim.1:7

 La paga del pecado es la muerte

 “ Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” .(Gn.2:16-17)

 El lenguaje aquí es muy clara y convincente. Desobediencia conduciría a la "muerte cierta" o sea a la destrucción total. Pero la serpiente torció el discurso de Dios en su totalidad y presentó el argumento de "No morirás..." Usted probablemente está consciente de la historia.

Como el resultado de la desobediencia de Adán y Eva, toda la creación quedó bajo maldición.

 Dios le dio una segunda oportunidad

La misericordia y el amor de Dios se manifiestan en el hecho que Dios no rechazó definitivamente al hombre, sino le dio una segunda oportunidad. La profecía de la simiente de la mujer, que heriría la cabeza del serpiente (Gen.3:15), fue la primera luz del evangelio. La verdad es que ya no eliminaría la amenaza de la muerte, pero ofrecería la salvación por medio de un sacrificio sustituto. La parte humana en el tiempo, sin embargo, fue el retorno al polvo, del que fue tomado.

En ningún caso el castigo dado para la primera pareja humana no puede significar la vida en la inmortalidad. Tal afirmación es el mismo tipo de mentira que el convencimiento de la serpiente que "no morirás". Es volver las cosas que son verdad al revés, tal vez sólo por el prejuicio de que el alma supuestamente tiene que ser inmortal a pesar de que la palabra alma (hebr. nefes, gr. psykhee) nunca aparece en la Biblia junto con la palabra inmortal. Igualmente errónea es la creencia de que el espíritu que Dios puso al hombre sea la vida de Dios inmortal. El mismo aliento de la vida, pertenecía a todos los creados, también a los animales. No se trataba de alguna vida imperecedera de Dios, sino de un principio que sostiene la vida, que todos tienen igual (Ecl.3:19). Este espíritu no es apto para la eternidad, a menos que Dios no le puede dar su propia vida, que se lleva a cabo por el nuevo nacimiento (Jn.3:5).Atención!

Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento certifica que "el pago del pecado es la muerte" (Rom.6:23). Pero la muerte no es la vida excepto para un creyente renacido, según la promesa de Yeshua (ver Jn.11:26), sino su antítesis.

 "Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? " (Jn. 11:26)

 Hay dos muertes

 Según la Biblia y la experiencia humana de la vida, todos debemos morir una vez (Hebr.9:27). La primera o sea la muerte natural es sin distinción, parte de los justos como los impíos (Rom.5:12). Esta primera muerte no es castigo por los pecados personales, pero es una consecuencia de la pecaminosidad general de la raza. Morimos porque somos descendientes de Adán quien cayó. Sin embargo, esta muerte no es la muerte final. Por eso la Biblia en muchas ocasiones la llama "sueño". No quiere decir que literalmente sea un sueño habitual, sino más bien por el hecho de que a esta primera muerte sigue la resurrección para todos (Jn.5:28,29). Pablo dice la cosa como sigue:

 "Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados." (1 Cor.15:21-22)

Tanto la primera muerte como la primera resurrección son debido a factores independientes de nosotros. Si morimos por el pecado de Adán, de la misma manera sin nuestro propio merito somos resucitados por el otro Adán, el Cristo. Para los impíos la resurrección será la resurrección de condenación, mientras para los que han creído en Cristo, será la resurrección de vida (Jn.5:29).

 Los que han sido despertados para la resurrección de condenación experimentarán entonces la muerte final, o sea la segunda muerte, lo que significa la pérdida irrevocable de toda la vida y la existencia (Mt.10:28 Mal.4:1, Ap.20:14). La cosa se puede decir de tal manera que los impíos morirán primera vez en su pecado, pero la segunda vez por el pecado, porque no han recibido y tenido para sus propias vidas al Salvador, que murió para reconciliar sus pecados personales (Ap.20:5,6, Ez.18:26)

La primera muerte no podemos evitar. La excepción son los santos que, cuando Cristo viene, van a ser transformados vivos al estado glorificado (ver 1 Cor.15:51). Una cosa, sin embargo, podemos elegir. Nosotros mismos podemos resolver y elegir, si moriremos nuestra primera muerte en Cristo, salvo, o en nuestros pecados y sin salvación.

 La primera muerte

 Vamos a considerar ahora la cuestión que ha sido escrito y hablado mucho y de que las ideas son muy contradictorias. El espiritismo afirma haber encontrado la respuesta y declara que no hay muerte, sólo un cambio de formato de la vida a otro. Según ello el cuerpo humano, eso sí, queda en la tumba, pero el alma va al cielo, o así llamado estado intermedio, donde sigue viviendo.

La Biblia en lugar de eso habla de la primera muerte como un sueño, de la cual se despierta ya sea a la salvación o a la perdición, esto es en la resurrección (Jn.5:28,29). Si queremos hablar de un "estado intermedio", encajaría en este contexto, siempre cuando Usted recuerde, que no se concede a ello ninguna vida consciente o actividades, que la Biblia enseña claramente que se han terminado. El estado en la muerte es el mismo para todos, tanto para los buenos como los malos, y es comparable a un descanso inconsciente. Se dice que la resurrección es despertar de este sueño.

 Yeshua(Cristo) dijo que si creemos en Él, nunca moriremos (Jn.11:26). En otras palabras, aquellos que creyeron y murieron en Él no pueden morir espiritualmente, o "dormir" eternamente, que es, inevitablemente, la interrupción de la vida continua. ¿Es eso la clase de vida eterna que el Mesías prometió, de que soñaba también Pablo (2Cor.5: 8)? El Mesías dijo que nunca morimos o dejamos de existir. Hebreos dice: "Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él (Yeshua) también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre."(Hebr.2 :14-15) Yeshua derrotó la muerte, se encuentra ahora en su poder, por lo tanto, los que hemos llegado a ser sus hijos somos libres de la muerte! A pesar de la destrucción de nuestros cuerpos, tenemos de Dios "un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos"(2Cor.5:1), si Él fue a prepararnos lugar en el cielo (Jn.14:3)! Nuestra vida eterna ya ha comenzado!, porque en la resurrección seremos levantados para vida eterna. Job dice: "Así el hombre yace y no vuelve a levantarse; Hasta que no haya cielo, no despertarán, Ni se levantarán de su sueño." (Job14:12)

El Salmista dice: "Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte" (Sal.13:3)

Y según el profeta Daniel "Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua" (Dan.12:2). La palabra "los que duermen" se ha traducido de la palabra de hebreo cuyo verdadero significancia es dormir.

La Biblia no hace en ninguna parte diferencia entre el sueño de los buenos y de los malos. Ambos duermen.

 La palabra dormir incluye también la idea de despertar ósea resucitar. Así, David vio el día en que se vería la cara del Señor cuando despierte a la semejanza del Señor (Sal.17:15).

El profeta Isaías presenta un mensaje lleno de esperanza: "Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. !!Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos." (Is.26:19).

Cuando fue muerto Lázaro, un cercano de Jesús, dijo Jesús a sus discípulos: "Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarlo".(Jn.11:11). Este despertamiento significo resucitarlo de entre los muertos. Es difícil comprender que se mencione la muerte tantas veces, sobre todo en el Nuevo Testamento, como un mero eufemismo o una expresión simbólica, sino más bien un concepto, que lo más simplemente y naturalmente, pone de manifiesto el hecho de que la primera muerte no es el final e irrevocable muerte, que será parte de los que no se han arrepentido de sus pecados. Esta seguido por la resurrección, que es la única ruta para el destino final de cada uno de nosotros.

 La resurrección es para todos buenos o malos, no puedes evitarla, la diferencia es que aquellos que murieron en la primera muerte natural en Cristo aceptándolo serán resucitados o despertados para vida eterna, pero los impíos que murieron fuera de Cristo serán despertados o levantados en la segunda resurrección que será después que pasen los mil años (Ap. 20:5), y esta será para condenación, ósea serán echados al lago de fuego y azufre (muerte segunda) para su aniquilación.

 Los muertos están en el Seol

 En el Viejo Testamento se menciona la palabra seol (el Seol), lo que significa el lugar de descanso de todos los muertos. Allí reina la oscuridad y el silencio. No hay ningún tipo de vida. Es el punto final de la vida temporal, donde toda la actividad se detiene. Tanto los buenos como los malos van allí sin distinción. Por lo tanto, Eclesiastés dice para los que siguen vivos: "Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría." (Ecl.9:10) Sin duda fue así antes de la muerte de Yeshua. Sin embargo, Él venció la muerte y ahora nosotros los que creemos en él iremos al cielo , pero en la resurrección!

Seol es, pues, el lugar de la muerte y no de la vida en ningún modo.

La palabra del griego que en el Nuevo Testamento corresponde a seol es hades. Esta palabra se menciona en el NT 10 veces y está siempre combinado con la idea de la muerte.

Según el testimonio del Nuevo Testamento los muertos descansan o duermen en sus tumbas. Se dice de Esteban, el primer mártir, que hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban e hicieron gran llanto sobre él . Entonces, Esteban fue a la tumba, no al cielo.

Pedro quien predicó en el poder del Espíritu Santo testificó de David diciendo: "Porque David no subió a los cielos" y "su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy." (Hc.2:34,29). El mejor ejemplo es, sin embargo, la muerte de Jesús. El gustó la muerte por todos. En su muerte Cristo se dirigió al Hades y estaba allí hasta su resurrección. No es cierto! Según la Biblia "Cristo subió a lo alto, llevó cautiva la cautividad (del Hades, donde él "predicó a los espíritus encarcelados" 1P.3:18-20), y dio dones a los hombres." (Ef.4:8, Sal.68:19)

 Sin duda para muchos un pasaje problemático: ¿cómo habría que entender 1 P.3:18-20?

"Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua." (1 P.3:18-20)

 El texto plantea la pregunta: ¿Por qué Cristo fue vivificado en espíritu, si ya lo estaba durante todo el período de la muerte? Pedro en particular dice justo que Cristo "siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu". El propio testimonio del Señor resucitado y glorificado se escucha de esta manera: "yo soy el que vivo, y estuve muerto" (Ap.1:18).

Esto indica que Cristo no podía estar vivo entre su muerte y su resurrección. Porque de lo contrario, diciendo que "vivificado en espíritu" pierde su significado. Quien ya está vivo, ya no hay necesidad de volver a hacerlo. No hay que olvidar la verdad básica del cristianismo es que Cristo realmente murió.

Toda la redención y la reconciliación está basado en el hecho de que Cristo realmente murió. Sin esto lo que pasó en Gólgota sólo sería una especie de abracadabra, que no tendría ninguna significancia para nuestra salvación. Nuestros pecados estarían todavía sin reconciliación, y no tendríamos la esperanza de la vida eterna.

Esta palabra de Pedro sobre los espíritus, para quienes Cristo predicó debe ser entendida de la siguiente manera: a) Como los espíritus no serían espíritus sin cuerpo. sino personas a quienes Noé predicó "en el Espíritu de Cristo" y tenemos la opción b) Cristo habría predicado después de su resurrección para los ángeles caídos (mencionados en el libro de judas, (Judas 1:6) también el Libro de Enoc apócrifo).

 El libro de Judas dice: “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; (Jd 1:6) Es importante señalar que en el AT cuando se usan los términos espíritus o hijos de Dios, siempre se refieren a los ángeles, solo en el NT se empieza a usar el término hijos de Dios cuando fuimos adoptados como hijos del Dios Padre a través de su hijo Cristo Jesús. Otra cosa note que en el texto de (1ra Pedro 3:18-20) no se dice que la predicación hubiera pasado necesariamente durante la muerte, dice vivificado en el espíritu, ósea ya resucitado con un cuerpo glorificado.

Parece que para Dios la muerte significa precisamente la muerte de la carne, de modo que según el testimonio de Pedro que escribió en el Espíritu Santo, el espíritu del Cristo descendió durante la muerte al Hades, porque dice la escritura : “ Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mt 12:40) . desde donde llevó cautivo los santos del Viejo Pacto, Efesios, y el Salmo 68 lo confirman: "Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres." Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?"(Ef.4:8-9) aquí la cautividad es el pecado que te mantiene esclavo de la muerte, y cristo con su muerte nos libero de ella llevándola cautiva (Presa) y dio dones a los hombres, ósea el conocimiento de su palabra para salvación y ser libres, y en cuanto a que descendió a las partes mas bajas de la tierra es obvio que es las prisiones o abismos de oscuridad donde esta reservados los ángeles caídos, los cuales visito Cristo resucitado para predicarle el mensaje de Victoria, consumado es. (Aleluya) Estos versículos no se pueden entenderse de otro modo.

 Cristo el único proveedor de la vida

 El mensaje básico de la Biblia es la salvación a través de Cristo. En el Antiguo Testamento este mensaje es todavía escondido. Sus profecías hacen referencia para el futuro. El Nuevo Testamento a su vez, habla de su cumplimiento. La persona de Jesús, su vida y sus enseñanzas mostraron que el tiempo mesiánico había llegado.

A las tareas de Jesús como el Mesías prometido perteneció a mostrar también el mandato divino para sanar enfermos y despertar hasta los muertos. La muerte tenia que haber sido vencida primero en su propio ser y a continuación, en los seres humanos. Por lo tanto, podemos decir que el objetivo de la encarnación de Cristo era no sólo ex presionar la naturaleza de Dios al mundo, liberar al hombre del pecado y recuperar la relación entre el hombre y Dios.

 Uno murió por todos.

 También incluía como una parte muy importante la adquisición de la vida eterna, interminable para nosotros y la destrucción de Satanás, y sus obras.

El evangelio de Juan en particular subraya el papel de Jesús como el único proveedor de la vida para el hombre perdido. Justo esta vida (gr. dzooee) -la vida imperecedera que nunca acaba - es lo que con claridad diferencia al hombre salvo y santo de los perdidos, quienes no tienen esta vida.

Esa nueva declaración, que hay en el Nuevo Testamento en comparación con el Antiguo, es esencialmente sólo una declaración de la vida solo por medio de Cristo. Esta vida se convierte en el destino final del hombre por el renacimiento y la resurrección.

 "El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida." (1 Jn.5:12)

 La tragedia de la humanidad moderna es que piensan que son inmortales, aunque son sólo polvo y cenizas, que por el pecado están condenados a desaparecer. Algunas personas tienen tanta confianza en las posibilidades de la ciencia del futuro que se ofrecen a ser congeladas a si mismas siglos adelante en la esperanza de que la ciencia será capaz de revivirlos un día. Pero estas personas olvidan el hecho de que la vida eterna no es extensión de esta vida temporal, sino se trata de una vida totalmente diferente. Esta vida no puede darnos la ciencia, no la tecnología, sino sólo el que es el camino, la verdad y la vida. Él nos dice que si no nacemos de nuevo, desde arriba, no podemos ver el reino de Dios.

 Algunos pasajes problemáticos:

La parábola del Hombre Rico y Lázaro (Lc. 16:10-30)

 Lc. 16:19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.

20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas,

21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.

22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.

23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.

24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.

25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.

26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.

27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre,

28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.

29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.

30 Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.

31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.

 Como base de esta parábola se afirma generalmente que los muertos viven una vida consciente, que todos tienen un alma inmortal y que el hombre cuando muere (o más bien su alma) vaya inmediatamente ya sea al cielo o a un lugar de tormento.

Para empezar hay que decir que esta parábola es el único pasaje del Nuevo Testamento, que presenta la persona en el Seol/el Hades sufriendo en las llamas del infierno. Ya este hecho plantea la pregunta de si tal caso individual es una razón suficiente para las conclusiones que muchos han hecho.

Lo más probable es que Jesús aprovechó aquí una forma de pensar característica a la época, para presentar una enseñanza espiritual de tipo diferente. Uno casi podría decir que Jesús usó esta parábola deliberadamente para enseñar la gran verdad que el futuro del hombre se resuelve en el momento presente. En segundo lugar, quería enseñar la forma en que la riqueza debe ser utilizada correctamente. Además, la parábola presenta la importante verdad de que el destino eterno se decide en esta vida y no hay otra época de misericordia y después de la muerte nada puede cambiar su destino ya no.

 ¡NOTA! La Biblia todavía no conoce ninguna vida del alma sin el cuerpo y separado de ello. En la parábola se habla de los ojos que ven, de la lengua, que habla y está buscando alivio del dolor mediante el dedo del Lázaro. El cuerpo esta implicado.

Por lo tanto, se trata de una presentación alegórica basado en una leyenda. Jesús en esta parábola quiso hacer la ilustración, vuelvo y digo a través de esta historia de las consecuencias y el destino que tendrá cada hombre al hacer mal uso de su vida aquí en la tierra, mostro cual sería el destino final del rico que no realizo obras buenas, con buena vida y nunca se preocupó por su salvación espiritual, y del pobre lázaro que si pensó en ella.

 Las palabras de Jesús para el criminal en el madero

 "Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso." (Lc.23:43)

El texto original no tiene puntuación, y esto es así porque en aquella época en los idiomas no había signos de puntuación, por lo que igual de bien se puede suponer que Jesús le dijo: "De cierto te digo hoy, que estarás conmigo en el paraíso." Las palabras "te digo hoy" a menudo se encuentran en el discurso de Dios en el Antiguo Testamento, por ejemplo Deut.6:6, Deut.7:11, etc. Aquí podemos ver como era utilizada la expresión “ te digo hoy”. En la comunidad o pueblo hebreo esta afirmación denotaba un compromiso a cumplir departe del que lo decía, reafirmando con seguridad. Esta explicación no convence a algunas personas pero analice lo siguiente:

En Jn.20:17 cuando Jesús se apareció a María Magdalena después de su resurrección, él dijo "No me toques, porque aún no he subido a mi Padre,..." ¿Ves? ¡La traducción "te digo que hoy estarás" no debe entenderse así, es imposible que Jesús que murió a eso de las tres de la tarde subiera al cielo llevándose al ladrón dimas porque al morir Jesús fue al sepulcro, ósea el hades donde permaneció tres días y tres noches como dice la escritura, para después resucitar ¿Cómo es eso? Yeshua se comprometió a llevar el ladrón al paraíso, pero eso seria en su momento cuando todos seamos resucitados en el juicio.! No hay ninguna contradicción aquí!

DEFINICION DE PARAISO CELESTIAL

 El Paraíso es la gloriosa corte en que habitan comitivas celestiales rodeadas por una luz inefable. Allá arriba los Serafines y las almas que aman, pertenecientes al mismo coro, se encienden incesantemente en Dios. Llamas ardientes envuelven a los Serafines y a su compañía, volviéndolos luminosos. Y en toda la formación celestial fluye la dulzura divina.

 El Paraíso es la expansión de la luz de Dios que atrae a Sí a los que de Él provienen y que han permanecido siempre en su santa mirada. Es la tierra prometida de los Mártires, de todos los que, creyendo, han gastado su vida para poderla habitar un día. Es el punto de llegada a la perfección de los hijos de Dios. Es la mirada donde Dios concibe sus pensamientos creativos. Es el oasis de la creación de los seres vivientes y razonables. Es la fuente de donde provienen la razón y la naturaleza de la vida.

El Paraíso es el lugar de la suprema bienaventuranza en la que la Divinidad de Cristo Jesús, los Ángeles y los Santos, viven juntos gozando de la grandiosa visión de Dios y de su propiedad.

Siempre en la interpretación de la Biblia hay que tomar en cuenta el testimonio de toda la Biblia, ya que no puede en modo alguno estar en conflicto con sí misma, y no es.

 La segunda muerte

 El concepto de "la segunda muerte" aparece en la Biblia solo cuatro veces y todos en el Apocalipsis:

 "El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte." (Ap.2:11)

 "Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años." (Ap.20:6)

 "Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda." (Ap.20:14)

 "Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda." (Ap.21:8)

 En el Nuevo Testamento la segunda muerte significa, como los textos mencionados indican, la pena y castigo final, lo que los impíos tienen que enfrentar. Esta pena se llevará a cabo después de que los impíos son despertados de la muerte en la segunda resurrección. Es el castigo de los pecados personales, que no son confesados ni rechazados y no a través de la fe en Cristo dejando que Cristo los redima.

Según el testimonio de la Biblia esta segunda muerte es, en efecto, la pérdida de la vida ofrecida como un don de la salvación para toda la eternidad. La segunda muerte no es la continuación de la vida a través de los tiempos. Es precisamente en este en que el mundo teológico se ha dividido grandemente. Hay quienes explican que la muerte significa vida y que el castigo final quiere decir la muerte en la vida o también la vida en la muerte. Otros enseñan que todos serán salvos.

Pero dejemos que la Biblia misma diga lo que realmente es el carácter de esta segunda muerte.

La lengua utilizada por el Antiguo Testamento demuestra claramente como la muerte, que se ha decretado para un alma que peca (Ez.18:4), representa una pérdida real de la vida y la vuelta al polvo, de que el hombre fue creado. "Pero los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados, y los que dejan a Jehová serán consumidos." (Is.1:28); "y señalarlos para el día de la matanza" (Jer.12:3): "Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos de Jehová serán multiplicados" (Is.66:16); "Mas los transgresores serán todos a una destruidos; La posteridad de los impíos será extinguida" (Sal.37:38); "Por tanto, Dios te destruirá para siempre; Te asolará y te arrancará de tu morada, Y te desarraigará de la tierra de los vivientes" (Sal.52:5); "Sean raídos del libro de los vivientes" (Sal.69:29)

Es difícil encontrar otro lenguaje más claro que describa de una forma más viva y real esta terminación de toda la existencia y la destrucción completa de lo que según la Biblia espera a los impíos y los que se han apartado del Señor. Y es evidente que en estos y en muchos otros pasajes que hablan de igual manera, se entiende al hombre como totalidad. Será quebrantado totalmente, va a ser consumido totalmente. Toda la posteridad del hombre será extinguida, y no sólo la posteridad de una parte del hombre. Va a ser destruido para siempre, desarraigado de la tierra de los vivientes y raídos totalmente del libro de los vivientes.

 La misma incondicionalidad de la devastación y la destrucción lo vemos también en el testimonio del Nuevo Testamento. Jesús mismo enseñó en muchas de sus presentaciones vivas y poderosas la destrucción completa de los impíos. Así que habla de la caída de una casa edificada sobre la arena (Mt.7:26,27),la cizaña que se recoge y se quema (Mt.13:30,40), de los peces que se echa fuera (Mt.13:48), de las plantas que serán desarraigadas (Mt.15:13), de las higueras no fructíferas que se corta(Lc.13:7), y del pámpano que se echa en el fuego, y arde (Jn.15:6).

En todos estos casos se habla del juicio definitivo. El árbol, que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego, dice Jesús (Matt.7:19).

 También el apóstol Pablo habla a menudo acerca de cómo los impíos van a sufrir la devastación y destrucción, la muerte absoluta y extinción de la vida. Así, los impíos según él sufrirán >>pena de eterna perdición<< de la presencia del Señor (2 Ts.1:9). También habla de aquellos que retroceden para perdición (Hebr.10:39). Dios es para ellos fuego consumidor (Hebr.12:29), que ha de devorar a los adversarios (Hebr.10:27).

Pero aquel, a quien Dios de esta manera consume, destruye y ahoga, ya no puede seguir existiendo. De otro modo las palabras no tendrían ninguna importancia. Según la Biblia la muerte misma como poder destructor será finalmente erradicada (Ap.20:14). Esto significa que hay incluso una muerte de la Muerte.

La segunda muerte significa, por lo tanto, una profunda y definitiva destrucción, y no una constante agonía y el dolor. ¿Cuánto tiempo durará el dolor y sufrimiento de cada individuo? Sigue siendo Dios que lo decide. Sabemos sólo que cada uno recibe según sea su obra (Ap.22:12).

 El Infierno

La palabra que se utiliza del infierno en el Nuevo Testamento es gehena.

 Esta palabra aparece en ella 12 veces, por ejemplo, cada vez que Jesús se refiere a lo que en español se traduce el infierno.

La palabra se refiere a un valle situado en el lado sur de Jerusalén, cuyo nombre en hebreo es Ge Hinnom, es decir, el valle de Hinnom. El lugar fue utilizado como un lugar de incineración de los delincuentes, de los animales muertos y de los residuos de la ciudad. Era conocido como un lugar "donde su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará" (Is.66:24).

El valle de Hinnom, es decir, gehena, fue un símbolo muy ilustrativo de cómo se ejecuta el juicio final. Esa es la razón por la que Jesús la usó en repetidas ocasiones con el fin de intensificar la fuerza y la vivacidad de su enseñanza.

Si la gente asocia a esta palabra una imagen de algún lugar de eterno tormento, no es por la culpa de la Biblia.

 La mayoría puede estar equivocada

El argumento de que la muerte es vida en otra forma, es en sí mismo imposible y contradictorio. Estos conceptos se excluyen mutuamente. Es imposible imaginar la vida y la muerte literal como un fenómeno simultáneo en la experiencia del individuo, pues la muerte significa dejar de vivir. La muerte es un enemigo de la vida. La muerte significa que las funciones de la vida y las experiencias tanto sensoriales como emocionales terminan. Esto significa el final de la existencia. Puede ser difícil de entender, pero no podemos hacer nada con el hecho de que la Biblia realmente habla de la muerte en la que el espíritu / el alma deja el cuerpo y está en otra dimensión no en un estado consiente!

Por el impacto del platonismo la misma alma empezó a significar lo mismo que la vida inmortal e imperecedera hasta en medio del pecado y el sufrimiento - sin la posibilidad de que termine. Esto condujo a una curiosa conclusión de que el alma que muere perpetuamente, a pesar nunca podría morir. La muerte se convirtió en una agonía y sufrimiento sin fin, mientras que la vida empezó a significar lo mismo que la santidad y la bienaventuranza en la continua existencia.

De hecho, esto se trata de un mal entendimiento y mala explicación de algunos conceptos y textos bíblicos. En lugar de aceptar la muerte como la paga del pecado, como enseña claramente la Biblia, y la vida eterna sólo para las personas justas y arrepentidas como la dádiva de Dios (Ro.6:23), hacen de la vida eterna el destino de ambos, de los justos y de los impíos. Para otros en la gloria, para algunos en el tormento interminable.

Este tipo de doctrina no sólo esta contra la clara enseñanza de la Biblia, sino, sobre todo, contra las cualidades más altas de la naturaleza de Dios, Su amor y Su santidad. Es relativamente fácil de entender que la paga y el resultado del pecado es la muerte y la devastación de la presencia del Señor, el cese de toda la existencia, incluso en el lago de fuego. Es fácil comprender que cada uno recibe según sus elecciones y sus hechos - y después todo termina.

Por lo tanto, la segunda muerte no puede ser vida eterna en el tormento, y tampoco Cristo no fue castigado con ese tipo del sufrimiento y la muerte, sino con aquel, de que la Biblia tan claramente habla y que recibió su cumplimiento en el Gólgota. La muerte y la vida se excluyen mutuamente y son opuestos como el día y la noche, la verdad y la falsedad. La muerte es el final de la vida, en lugar de que continúe en el infierno o en el paraíso. La idea de que la muerte es la vida, tiene ecos del engaño de la serpiente en el principio de los tiempos.

 ¡NOTA! Ninguna decisión del destino final del hombre se hace antes del juicio final.

 El criterio de la condena es esto:

El que creyere (en Jesucristo) y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. (Mc.16:16)

 Francis Suarez