¿Qué sucede después de la muerte?
Esta es una investigación de este tema, destinada a buscar la verdad bíblica,
no así que la diga aquí unilateralmente, sino en primer lugar quiero
proporcionar material para que tú puedas determinar cuál es la verdad. También
quiero abolir algunas creencias falsas tradicionales ajenas a la Biblia y
hacerte ver las dificultades de "la explicación tradicional". Creo
que nadie puede jactarse de que sabe todo lo que sucederá después de la muerte,
sólo sabemos lo que la Biblia dice, y tiene que ser suficiente. Entiende que
esto no es una cuestión de la salvación de una persona. Si no estás de acuerdo,
quiero bendecirte y ruego que esto no impida nuestra comunión en el Mesías
Yeshua.
Vamos a ver como se originó el hombre:
La vida del alma depende de la presencia del espíritu de la vida. Por
eso en la muerte el alma, o sea, toda la persona vuelve al polvo de la tierra
pero el espíritu vuelve a Dios, quien lo ha dado (Ecl.12:7).
Todos mueren.
1) A los incrédulos les espera un sufrimiento eterno.
2) En el fin todos reciben la misericordia.
3) El destino final de los que no se arrepienten y de los que rechazan
de arrepentirse es la aniquilación total de la existencia.
Por causa de la influencia de un filósofo griego Platón, la doctrina de
la inmortalidad del alma pudo entrar en el judaísmo. A eso de los años 200 a.C.
empezaron a desarrollar las dos escuelas. Los macabeos (desde 166 a.C.) de los
cuales salieron las clases de los saduceos y fariseos en los judíos presentaron
la idea de que se podía orar por los muertos y que el hombre tiene una innata
inmortalidad. Otra secta del judaísmo, sin embargo, mantuvo la interpretación
literal del Viejo Testamento apoyando la idea de la aniquilación de los impíos
y del ser mortal del hombre. Esta línea está representada también por Los
Manuscritos del Mar Muerto. Demuestran que los integrantes de la congregación
judía de los esenios guardaban la idea, según la cual solamente los justos
heredarán la vida eterna, mientras los impíos serán aniquilados, hasta tal
punto que dejarán de existir. La primera muerte es por su naturaleza sueño
profundo inconsciente, de lo cual pasará la resurrección, cuando los justo
serán recompensados y los pecadores castigados. No obstante de todas formas
parece que por la influencia de la filosofía griega hasta el tiempo de Jesús la
idea de la inmortalidad natural del hombre ya había encontrado una base firme
en el judaísmo.
También Novatianus de Roma (210-281 dC), y Arnobius en África eran
sustanciales apoyantes de la doctrina condicional de la inmortalidad. Después
de esto en la historia se encuentra cada vez menos los apoyantes de la doctrina
condicional de la inmortalidad. Entran en la escena ahora los defensores de la
incorrecta opinión de la inmortalidad innata del hombre.
El primero, que declaró la inmortalidad innata del alma como una
doctrina cristiana, parece ser Atenágoras de Atenas (127-190 dC). Su enseñanza
recibió gran apoyo de Tertullianus (murió 240 dC), quien aumentó en ella la
doctrina del sufrimiento eterno de los impíos. El entendió que el alma es una
entidad separada del cuerpo, en sí mismo inmortal. Por otra parte, de todas
formas, el alma muere sufriendo el castigo en la inmortalidad(!).
El teólogo más influyente de la iglesia, el obispo de Hipona Agustín
(murió 430 dC), aprobó la doctrina de la inmortalidad de todas las almas y del
sufrimiento eterno de los impíos de Tertullianus. Por lo tanto, es fácil de
entender cómo esta doctrina originalmente completamente extraña a la Biblia obtenía
tan fuerte y duradera posición en la dogmática de la iglesia cristiana. Incluso
hasta el día de hoy domina la percepción y el pensamiento religioso de millones
de personas y deja su huella en las costumbres y la vida de ellos.
Al mismo tiempo se desarrollaba el universalismo o sea una tendencia
ideológica de que al final todos van a ser salvos. Este tipo de doctrina exige
un pleno mal entendimiento de las verdades de la Biblia y el rechazo total de
las verdades tales como la segunda venida de Cristo, la resurrección corporal,
el fin repentino del mundo y el reino de los mil años. Sin embargo, esta
enseñanza tiene una gran cantidad de seguidores, incluso en los tiempos
modernos, por ejemplo en la Iglesia Evangélica Luterana.
Ahora, como vamos a ver de cerca este interesante e importante tema,
nuestra autoridad de ninguna manera es principalmente la historia, ni la
filosofía, sino la Biblia, que contiene el mensaje inmutable de Dios. Por lo
tanto, dejar de lado todos los prejuicios destruyentes y sinceramente tratar de
ver y entender lo que el Libro de los libros habla sobre el tema.
El Espíritu en la Biblia no significa ninguna personalidad independiente
en el ser humano. Por ejemplo, en el Nuevo Testamento buenos ejemplos de ello
son p.ej. Lc.1:47, Lc.8:55, Lc.23:46, Hch.7:59, Mt.26:41, Hch.6:10 y 2 Tim.1:7
Como el resultado de la desobediencia de Adán y Eva, toda la creación
quedó bajo maldición.
La misericordia y el amor de Dios se manifiestan en el hecho que Dios no
rechazó definitivamente al hombre, sino le dio una segunda oportunidad. La
profecía de la simiente de la mujer, que heriría la cabeza del serpiente (Gen.3:15),
fue la primera luz del evangelio. La verdad es que ya no eliminaría la amenaza
de la muerte, pero ofrecería la salvación por medio de un sacrificio sustituto.
La parte humana en el tiempo, sin embargo, fue el retorno al polvo, del que fue
tomado.
En ningún caso el castigo dado para la primera pareja humana no puede
significar la vida en la inmortalidad. Tal afirmación es el mismo tipo de
mentira que el convencimiento de la serpiente que "no morirás". Es
volver las cosas que son verdad al revés, tal vez sólo por el prejuicio de que
el alma supuestamente tiene que ser inmortal a pesar de que la palabra alma
(hebr. nefes, gr. psykhee) nunca aparece en la Biblia junto con la palabra
inmortal. Igualmente errónea es la creencia de que el espíritu que Dios puso al
hombre sea la vida de Dios inmortal. El mismo aliento de la vida, pertenecía a
todos los creados, también a los animales. No se trataba de alguna vida
imperecedera de Dios, sino de un principio que sostiene la vida, que todos
tienen igual (Ecl.3:19). Este espíritu no es apto para la eternidad, a menos
que Dios no le puede dar su propia vida, que se lleva a cabo por el nuevo
nacimiento (Jn.3:5).Atención!
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento certifica que "el pago del pecado es la muerte"
(Rom.6:23). Pero la muerte no es la vida excepto para un creyente renacido,
según la promesa de Yeshua (ver Jn.11:26), sino su antítesis.
Tanto la primera muerte como la primera resurrección son debido a factores independientes de nosotros. Si morimos por el pecado de Adán, de la misma manera sin nuestro propio merito somos resucitados por el otro Adán, el Cristo. Para los impíos la resurrección será la resurrección de condenación, mientras para los que han creído en Cristo, será la resurrección de vida (Jn.5:29).
La primera muerte no podemos evitar. La excepción son los santos que,
cuando Cristo viene, van a ser transformados vivos al estado glorificado (ver 1
Cor.15:51). Una cosa, sin embargo, podemos elegir. Nosotros mismos podemos
resolver y elegir, si moriremos nuestra primera muerte en Cristo, salvo, o en
nuestros pecados y sin salvación.
La Biblia en lugar de eso habla de la primera muerte como un sueño, de
la cual se despierta ya sea a la salvación o a la perdición, esto es en la resurrección
(Jn.5:28,29). Si queremos hablar de un "estado intermedio", encajaría
en este contexto, siempre cuando Usted recuerde, que no se concede a ello
ninguna vida consciente o actividades, que la Biblia enseña claramente que se
han terminado. El estado en la muerte es el mismo para todos, tanto para los
buenos como los malos, y es comparable a un descanso inconsciente. Se dice que
la resurrección es despertar de este sueño.
El Salmista dice: "Alumbra
mis ojos, para que no duerma de muerte" (Sal.13:3)
Y según el profeta Daniel "Y
muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para
vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua" (Dan.12:2).
La palabra "los que duermen" se
ha traducido de la palabra de hebreo cuyo verdadero significancia es dormir.
La Biblia no hace en ninguna parte diferencia entre el sueño de los
buenos y de los malos. Ambos duermen.
El profeta Isaías presenta un mensaje lleno de esperanza: "Tus muertos vivirán; sus cadáveres
resucitarán. !!Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual
rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos." (Is.26:19).
Cuando fue muerto Lázaro, un cercano de Jesús, dijo Jesús a sus discípulos:
"Nuestro amigo Lázaro duerme; mas
voy para despertarlo".(Jn.11:11). Este despertamiento significo
resucitarlo de entre los muertos. Es difícil comprender que se mencione la
muerte tantas veces, sobre todo en el Nuevo Testamento, como un mero eufemismo
o una expresión simbólica, sino más bien un concepto, que lo más simplemente y
naturalmente, pone de manifiesto el hecho de que la primera muerte no es el
final e irrevocable muerte, que será parte de los que no se han arrepentido de
sus pecados. Esta seguido por la resurrección, que es la única ruta para el
destino final de cada uno de nosotros.
Seol es, pues, el lugar de la muerte y no de la vida en ningún modo.
La palabra del griego que en el Nuevo Testamento corresponde a seol es
hades. Esta palabra se menciona en el NT 10 veces y está siempre combinado con
la idea de la muerte.
Según el testimonio del Nuevo Testamento los muertos descansan o duermen
en sus tumbas. Se dice de Esteban, el primer mártir, que hombres piadosos
llevaron a enterrar a Esteban e hicieron gran llanto sobre él . Entonces,
Esteban fue a la tumba, no al cielo.
Pedro quien predicó en el poder del Espíritu Santo testificó de David
diciendo: "Porque David no subió a los cielos" y "su
sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy." (Hc.2:34,29). El
mejor ejemplo es, sin embargo, la muerte de Jesús. El gustó la muerte por
todos. En su muerte Cristo se dirigió al Hades y estaba allí hasta su
resurrección. No es cierto! Según la Biblia "Cristo
subió a lo alto, llevó cautiva la cautividad (del Hades, donde él "predicó
a los espíritus encarcelados" 1P.3:18-20), y dio dones a los
hombres." (Ef.4:8, Sal.68:19)
"Porque
también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos,
para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado
en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los
que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios
en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas,
es decir, ocho, fueron salvadas por agua." (1 P.3:18-20)
Esto indica que Cristo no podía estar vivo entre su muerte y su
resurrección. Porque de lo contrario, diciendo que "vivificado en espíritu"
pierde su significado. Quien ya está vivo, ya no hay necesidad de volver a
hacerlo. No hay que olvidar la verdad básica del cristianismo es que Cristo
realmente murió.
Toda la redención y la reconciliación está basado en el hecho de que
Cristo realmente murió. Sin esto lo que pasó en Gólgota sólo sería una especie
de abracadabra, que no tendría ninguna significancia para nuestra salvación.
Nuestros pecados estarían todavía sin reconciliación, y no tendríamos la
esperanza de la vida eterna.
Esta palabra de Pedro sobre los espíritus, para quienes Cristo predicó
debe ser entendida de la siguiente manera: a) Como los espíritus no serían
espíritus sin cuerpo. sino personas a quienes Noé predicó "en el Espíritu
de Cristo" y tenemos la opción b) Cristo habría predicado después de su
resurrección para los ángeles caídos (mencionados en el libro de judas, (Judas
1:6) también el Libro de Enoc apócrifo).
Parece que para Dios la muerte significa precisamente la muerte de la carne, de modo que según el testimonio de Pedro que escribió en el Espíritu Santo, el espíritu del Cristo descendió durante la muerte al Hades, porque dice la escritura : “ Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mt 12:40) . desde donde llevó cautivo los santos del Viejo Pacto, Efesios, y el Salmo 68 lo confirman: "Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres." Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?"(Ef.4:8-9) aquí la cautividad es el pecado que te mantiene esclavo de la muerte, y cristo con su muerte nos libero de ella llevándola cautiva (Presa) y dio dones a los hombres, ósea el conocimiento de su palabra para salvación y ser libres, y en cuanto a que descendió a las partes mas bajas de la tierra es obvio que es las prisiones o abismos de oscuridad donde esta reservados los ángeles caídos, los cuales visito Cristo resucitado para predicarle el mensaje de Victoria, consumado es. (Aleluya) Estos versículos no se pueden entenderse de otro modo.
A las tareas de Jesús como el Mesías prometido perteneció a mostrar
también el mandato divino para sanar enfermos y despertar hasta los muertos. La
muerte tenia que haber sido vencida primero en su propio ser y a continuación,
en los seres humanos. Por lo tanto, podemos decir que el objetivo de la
encarnación de Cristo era no sólo ex presionar la naturaleza de Dios al mundo,
liberar al hombre del pecado y recuperar la relación entre el hombre y Dios.
El evangelio de Juan en particular subraya el papel de Jesús como el
único proveedor de la vida para el hombre perdido. Justo esta vida (gr. dzooee)
-la vida imperecedera que nunca acaba - es lo que con claridad diferencia al
hombre salvo y santo de los perdidos, quienes no tienen esta vida.
Esa nueva declaración, que hay en el Nuevo Testamento en comparación con
el Antiguo, es esencialmente sólo una declaración de la vida solo por medio de
Cristo. Esta vida se convierte en el destino final del hombre por el
renacimiento y la resurrección.
La parábola
del Hombre Rico y Lázaro (Lc. 16:10-30)
20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la
puerta de aquél, lleno de llagas,
21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y
aun los perros venían y le lamían las llagas.
22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno
de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.
23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a
Abraham, y a Lázaro en su seno.
24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de
mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi
lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu
vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú
atormentado.
26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y
vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden,
ni de allá pasar acá.
27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de
mi padre,
28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no
vengan ellos también a este lugar de tormento.
29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.
30 Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de
entre los muertos, se arrepentirán.
31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se
persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.
Para empezar hay que decir que esta parábola es el único pasaje del
Nuevo Testamento, que presenta la persona en el Seol/el Hades sufriendo en las
llamas del infierno. Ya este hecho plantea la pregunta de si tal caso
individual es una razón suficiente para las conclusiones que muchos han hecho.
Lo más probable es que Jesús aprovechó aquí una forma de pensar
característica a la época, para presentar una enseñanza espiritual de tipo
diferente. Uno casi podría decir que Jesús usó esta parábola deliberadamente
para enseñar la gran verdad que el futuro del hombre se resuelve en el momento
presente. En segundo lugar, quería enseñar la forma en que la riqueza debe ser
utilizada correctamente. Además, la parábola presenta la importante verdad de
que el destino eterno se decide en esta vida y no hay otra época de
misericordia y después de la muerte nada puede cambiar su destino ya no.
Por lo tanto, se trata de una presentación alegórica basado en una
leyenda. Jesús en esta parábola quiso hacer la ilustración, vuelvo y digo a
través de esta historia de las consecuencias y el destino que tendrá cada
hombre al hacer mal uso de su vida aquí en la tierra, mostro cual sería el
destino final del rico que no realizo obras buenas, con buena vida y nunca se preocupó
por su salvación espiritual, y del pobre lázaro que si pensó en ella.
El texto original no tiene puntuación, y esto es así porque en aquella
época en los idiomas no había signos de puntuación, por lo que igual de bien se
puede suponer que Jesús le dijo: "De
cierto te digo hoy, que estarás conmigo en el paraíso." Las palabras "te
digo hoy" a menudo se encuentran en el discurso de Dios en el
Antiguo Testamento, por ejemplo Deut.6:6, Deut.7:11, etc. Aquí podemos ver como
era utilizada la expresión “ te digo hoy”. En la comunidad o
pueblo hebreo esta afirmación denotaba un compromiso a cumplir departe del que
lo decía, reafirmando con seguridad. Esta explicación no convence a algunas
personas pero analice lo siguiente:
En Jn.20:17 cuando Jesús se apareció a María Magdalena después de su resurrección, él dijo "No me toques, porque aún no he subido a mi Padre,..." ¿Ves? ¡La traducción "te digo que hoy estarás" no debe entenderse así, es imposible que Jesús que murió a eso de las tres de la tarde subiera al cielo llevándose al ladrón dimas porque al morir Jesús fue al sepulcro, ósea el hades donde permaneció tres días y tres noches como dice la escritura, para después resucitar ¿Cómo es eso? Yeshua se comprometió a llevar el ladrón al paraíso, pero eso seria en su momento cuando todos seamos resucitados en el juicio.! No hay ninguna contradicción aquí!
DEFINICION DE PARAISO CELESTIAL
El Paraíso es el lugar de la suprema bienaventuranza en la que la Divinidad de Cristo Jesús, los Ángeles y los Santos, viven juntos gozando de la grandiosa visión de Dios y de su propiedad.
Siempre en la interpretación de la Biblia hay que tomar en cuenta el testimonio de toda la Biblia, ya que no puede en modo alguno estar en conflicto con sí misma, y no es.
Según el testimonio de la Biblia esta segunda muerte es, en efecto, la
pérdida de la vida ofrecida como un don de la salvación para toda la eternidad.
La segunda muerte no es la continuación de la vida a través de los tiempos. Es
precisamente en este en que el mundo teológico se ha dividido grandemente. Hay
quienes explican que la muerte significa vida y que el castigo final quiere
decir la muerte en la vida o también la vida en la muerte. Otros enseñan que
todos serán salvos.
Pero dejemos que la Biblia misma diga lo que realmente es el carácter de
esta segunda muerte.
La lengua utilizada por el Antiguo Testamento demuestra claramente como
la muerte, que se ha decretado para un alma que peca (Ez.18:4), representa una
pérdida real de la vida y la vuelta al polvo, de que el hombre fue creado.
"Pero los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados, y los que dejan a
Jehová serán consumidos." (Is.1:28); "y señalarlos para el día de la
matanza" (Jer.12:3): "Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada
a todo hombre; y los muertos de Jehová serán multiplicados" (Is.66:16);
"Mas los transgresores serán todos a una destruidos; La posteridad de los
impíos será extinguida" (Sal.37:38); "Por tanto, Dios te destruirá
para siempre; Te asolará y te arrancará de tu morada, Y te desarraigará de la
tierra de los vivientes" (Sal.52:5); "Sean raídos del libro de los
vivientes" (Sal.69:29)
Es difícil encontrar otro lenguaje más claro que describa de una forma
más viva y real esta terminación de toda la existencia y la destrucción
completa de lo que según la Biblia espera a los impíos y los que se han
apartado del Señor. Y es evidente que en estos y en muchos otros pasajes que
hablan de igual manera, se entiende al hombre como totalidad. Será quebrantado
totalmente, va a ser consumido totalmente. Toda la posteridad del hombre será
extinguida, y no sólo la posteridad de una parte del hombre. Va a ser destruido
para siempre, desarraigado de la tierra de los vivientes y raídos totalmente
del libro de los vivientes.
En todos estos casos se habla del juicio definitivo. El árbol, que no da
buen fruto, es cortado y echado en el fuego, dice Jesús (Matt.7:19).
Pero aquel, a quien Dios de esta manera consume, destruye y ahoga, ya no
puede seguir existiendo. De otro modo las palabras no tendrían ninguna
importancia. Según la Biblia la muerte misma como poder destructor será
finalmente erradicada (Ap.20:14). Esto significa que hay incluso una muerte de
la Muerte.
La segunda muerte significa, por lo tanto, una profunda y definitiva destrucción, y no una constante agonía y el dolor. ¿Cuánto tiempo durará el dolor y sufrimiento de cada individuo? Sigue siendo Dios que lo decide. Sabemos sólo que cada uno recibe según sea su obra (Ap.22:12).
La palabra que se utiliza del infierno en el Nuevo Testamento es gehena.
La palabra se refiere a un valle situado en el lado sur de Jerusalén,
cuyo nombre en hebreo es Ge Hinnom, es decir, el valle de Hinnom. El lugar fue
utilizado como un lugar de incineración de los delincuentes, de los animales
muertos y de los residuos de la ciudad. Era conocido como un lugar "donde
su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará" (Is.66:24).
El valle de Hinnom, es decir, gehena, fue un símbolo muy ilustrativo de
cómo se ejecuta el juicio final. Esa es la razón por la que Jesús la usó en
repetidas ocasiones con el fin de intensificar la fuerza y la vivacidad de su
enseñanza.
Si la gente asocia a esta palabra una imagen de algún lugar de eterno
tormento, no es por la culpa de la Biblia.
El argumento de que la muerte es vida en otra forma, es en sí mismo
imposible y contradictorio. Estos conceptos se excluyen mutuamente. Es
imposible imaginar la vida y la muerte literal como un fenómeno simultáneo en
la experiencia del individuo, pues la muerte significa dejar de vivir. La
muerte es un enemigo de la vida. La muerte significa que las funciones de la
vida y las experiencias tanto sensoriales como emocionales terminan. Esto
significa el final de la existencia. Puede ser difícil de entender, pero no
podemos hacer nada con el hecho de que la Biblia realmente habla de la muerte
en la que el espíritu / el alma deja el cuerpo y está en otra dimensión no en
un estado consiente!
Por el impacto del platonismo la misma alma empezó a significar lo mismo
que la vida inmortal e imperecedera hasta en medio del pecado y el sufrimiento
- sin la posibilidad de que termine. Esto condujo a una curiosa conclusión de
que el alma que muere perpetuamente, a pesar nunca podría morir. La muerte se
convirtió en una agonía y sufrimiento sin fin, mientras que la vida empezó a
significar lo mismo que la santidad y la bienaventuranza en la continua
existencia.
De hecho, esto se trata de un mal entendimiento y mala explicación de
algunos conceptos y textos bíblicos. En lugar de aceptar la muerte como la paga
del pecado, como enseña claramente la Biblia, y la vida eterna sólo para las
personas justas y arrepentidas como la dádiva de Dios (Ro.6:23), hacen de la
vida eterna el destino de ambos, de los justos y de los impíos. Para otros en
la gloria, para algunos en el tormento interminable.
Este tipo de doctrina no sólo esta contra la clara enseñanza de la Biblia, sino, sobre todo, contra las cualidades más altas de la naturaleza de Dios, Su amor y Su santidad. Es relativamente fácil de entender que la paga y el resultado del pecado es la muerte y la devastación de la presencia del Señor, el cese de toda la existencia, incluso en el lago de fuego. Es fácil comprender que cada uno recibe según sus elecciones y sus hechos - y después todo termina.
Por lo tanto, la segunda muerte no puede ser vida eterna en el tormento, y tampoco Cristo no fue castigado con ese tipo del sufrimiento y la muerte, sino con aquel, de que la Biblia tan claramente habla y que recibió su cumplimiento en el Gólgota. La muerte y la vida se excluyen mutuamente y son opuestos como el día y la noche, la verdad y la falsedad. La muerte es el final de la vida, en lugar de que continúe en el infierno o en el paraíso. La idea de que la muerte es la vida, tiene ecos del engaño de la serpiente en el principio de los tiempos.
El que creyere (en Jesucristo) y fuere bautizado, será salvo; mas el que
no creyere, será condenado. (Mc.16:16)
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