domingo, 11 de diciembre de 2022

Co-herederos del Reino de Dios

 

Co-herederos del Reino de Dios

 (Gálatas 4, 1-11)


Somos herederos de Dios(Gálatas 4, 1-11)

Las Sagradas Escrituras hablan de la gran bendición que tienen todos aquellos que decidieron seguir al Señor Cristo Jesús y obedecer su palabra, el Apóstol Pablo dijo esto a los hermanos de la ciudad de Galacia; «Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses; mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros».

 El Apóstol Pablo dijo que, aunque los santos y ministros son herederos del Reino de Dios, mientras viven en este mundo no son diferentes a los esclavos que están bajo tutores y curadores temporalmente, y que sufren bajo los rudimentos del mundo durante un tiempo. Además dijo: «Aunque viváis como esclavos en este mundo por un tiempo, no debéis olvidar que sois hijos de Dios y que heredaréis toda la fortuna de Dios Padre». Este mensaje no sólo va dirigido a los siervos de Dios y la gente de aquella época, sino que también va dirigido a nosotros.

Para hacernos hijos de Dios, debemos cosechar tres virtudes Fe, Esperanza y Amor; El  Dios Padre nos hizo nacer bajo la Ley. Y entonces envió a Jesucristo bajo la Ley y nos ha salvado pagando el precio de su cuerpo. Así Dios os ha adoptado como hijos suyos a los que creemos en la Verdad. Y el Espíritu Santo, que ha venido a los corazones de los nacidos de nuevo, nos ha permitido llamar a Dios Abba, Padre. Colocándonos ya bajo la Ley de Cristo.

 Del mismo modo en que el Apóstol Pablo y nuestros antepasados en la fe, nosotros también anhelamos vivir con el Señor muy pronto, ya venga Él a nosotros o nosotros vayamos a Él. Tenemos la gran esperanza de recibir la herencia del Señor y disfrutar de ella. Creemos sin ninguna duda que heredaremos el esplendor y gloria que Dios Padre tiene. Algunos dicen que todo lo que está escrito en el Apocalipsis es «una colección de dichos místicos poco fiables». Son los que invocan argumentos científicos para impedir que los demás crean en la Palabra de Dios. Esta gente trata a los que creen en la Palabra de Dios como si fueran fanáticos, pero están equivocados.

La Biblia dice que Abraham siguió al Señor según la Palabra de Dios y toda la gente de fe que crea en la Palabra de Dios también vivió por fe y descansó antes que nosotros. Ahora están esperando que vuelva el Señor y Dios nos prometió que cuando llegara el momento, nuestro Señor nos llevaría de la Tierra y viviríamos con Él en el Reino Milenario. El Señor nos dijo que hará que los justos disfruten de todo el esplendor y gloria. Creemos en Su promesa. Somos herederos del Señor. Yo creo en que cuando entremos en el Reino Milenario o nos presentemos ante el Señor, Él secará nuestras lágrimas, nos protegerá, nos bendecirá y nos dará todo lo que queramos. Y cuando vayamos a Su Reino para siempre después de haber vivido en este mundo durante un tiempo, la gloria que recibiremos será abundante y eterna.

La herencia de Dios se refiere a Su Reino. Como dice la oración del Señor: «Venga tu reino» (Mateo 6, 10), el Reino de Dios ya ha venido a nuestros corazones; si vivimos el resto de nuestras vidas para difundir el Evangelio, entraremos en el Reino de Dios, y cuando el Señor vuelva, todas las promesas se cumplirán.

¿Cuándo volverá el Señor? ¿Cuándo se cumplirá esta promesa de la vuelta del Señor? No sabes exactamente cuándo será (Mat.24:36) y (Lc.12:40), pero está claro que volverá muy pronto. Creemos en esto. Estamos absolutamente convencidos de que el pueblo de Dios vivirá en el Reino del Señor. Del mismo modo en que el río fluye, con el paso del tiempo nos acercamos al día en que heredaremos el Reino de Dios.

Muy pronto llegará el día en que ustedes y yo heredaremos el Reino de Dios. Las horas pasan, aunque el reloj esté parado, y el tiempo vuela. Ya vivamos un día o dos, el reloj sigue marcando las horas. Incluso ahora mientras adoramos al Señor, el tiempo pasa; cuando cenamos, cuando servimos al Evangelio del agua y el Espíritu o rezamos, cuando jugamos al fútbol, cuando tenemos pensamientos negativos o positivos, el reloj marca las horas. Con el paso del tiempo, el día prometido pasará y heredaremos el Reino de Dios.

Heredaremos el Reino de Dios. Creemos que heredaremos todo el esplendor y la gloria de Dios para vivir con el Dios Padre, y Dios Hijo y . Esto es lo que nos está diciendo el Apóstol Pablo, que solía decir que la «fe, esperanza y amor» eran las tres virtudes que los santos debían tener en sus corazones. En nuestras vidas debemos tener fe, esperanza y amor y así la esperanza de que el Reino de Dios se cumplirá a su debido tiempo nos hace seguir siendo pacientes en todas las dificultades y correr la carrera de la fe hasta la meta.

 

 

Francis Suarez


sábado, 26 de noviembre de 2022

¿Por qué permite Dios cosas malas a la gente buena?"

 

¿Por qué permite Dios cosas malas a la gente buena?"



¿Por qué les suceden cosas malas a la gente buena? Esa es una de las preguntas más difíciles en toda la teología. Dios es eterno, infinito, omnisciente, omnipotente, etc. ¿Por qué nosotros como seres humanos (no eternos, ni infinitos, ni omniscientes, ni omnipresentes, ni omnipotentes) esperamos poder comprender plenamente los designios de Dios? El libro de Job diserta sobre este asunto. Dios le permitió a Satanás hacer todo lo que él quería a Job, excepto matarlo. ¿Cuál fue la reacción de Job? “He aquí, aunque Él me matare, en Él esperaré” (Job 13:15). “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21). Job no comprendía el por qué Dios había permitido las cosas que le sucedían, pero él sabía que Dios era bueno y por lo tanto continuó confiando en Él. Básicamente, esa debería ser también nuestra reacción. Dios es bueno, justo, amoroso y misericordioso. Con frecuencia nos suceden cosas que simplemente no podemos comprender. Sin embargo, en vez de dudar de la bondad de Dios, nuestra reacción debe ser de confianza en Él. Por eso el sabio Rey Salomon dijo: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6).

 Tal vez una mejor pregunta sería, “¿Por qué le suceden cosas buenas a gente mala?” Dios es santo (Isaías 6:3; Apocalipsis 4:8) Los seres humanos somos pecadores (Romanos 3:23; 6:23). ¿Quieres saber cómo ve Dios a la humanidad? “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta. Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios. Su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre. Quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.” (Romanos 3:10-18). Cada ser humano en este planeta merece ser echado al infierno en este preciso momento. Cada segundo que seguimos vivos es solo por la gracia de Dios. Aún la más terrible miseria que pudiéramos experimentar en este planeta, es misericordia comparado con lo que merecemos, la condenación eterna en el lago de fuego del infierno.

“Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8). A pesar de la naturaleza malvada, vil, y pecadora de la gente de este mundo, Dios aún nos ama. El nos amó lo suficiente para sufrir Él mismo la pena de muerte que merecemos por nuestros pecados (Romanos 6:23). Todo lo que tenemos que hacer es creer en Jesucristo (Juan 3:16; Romanos 10:9) para ser perdonados y tener la vida eterna en el cielo (Romanos 8:1). Lo que merecemos es el infierno. Lo que se nos da es  vida eterna en el cielo si solo creemos.

 

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domingo, 13 de noviembre de 2022

¿Cuál es el sello del Espíritu Santo?

 

¿Cuál es el sello del Espíritu Santo?



Podemos decir muchas cosas acerca del Espíritu Santo, y aun así quedaríamos cortos en nuestra comprensión, pero empezaremos diciendo que el Espíritu Santo es conocido como el “depósito,” el “sello,” y las “arras” en los corazones de los cristianos (2 Corintios 1:22; 5:5; Efesios 1:13-14; 4:30). El Espíritu Santo es el sello de Dios sobre Su pueblo, Su derecho sobre nosotros como Su propiedad. Aquí debemos enfocar que la palabra griega traducida como “arras” en estos pasajes es arrhabōn que significa prenda,” esto es, parte del dinero de la compra o propiedad dada como enganche o anticipo para garantizar la seguridad de lo que resta. El don del Espíritu a los creyentes, es el pago inicial de nuestra herencia celestial, que Cristo prometió y aseguró para nosotros en la cruz. Debido a que el Espíritu nos ha sellado, estamos seguros de nuestra salvación. Nadie puede romper el sello de Dios si nos mantenemos en el. En otras palabras el Sello es el amor de Cristo

 Ahora recuerden que también  en un sentido, El Espíritu de Dios es nuestro Ayo y que es Ayos?, AYO

(gr. «paidagogos»).

Era originalmente un esclavo que llevaba a los hijos de su amo a la escuela. Las Escrituras nos muestran que la ley fue ayo para los judíos (no para los gentiles: Pablo habla en Gal. 3:24-25) y nos dice  De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe , Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,”  y porque eso?, porque la ley los condenaba y los tenia bajo esclavitud.

 El Espíritu Santo de Dios es dado a los creyentes como un “enganche” para asegurarnos que nuestra herencia completa como hijos de Dios nos será entregada. El Espíritu Santo nos es dado para confirmarnos que pertenecemos a Dios quien nos da Su Espíritu como un don o regalo, así como lo son la fe y la gracia (Efesios 2:8-9). A través del don del Espíritu, Dios nos renueva y santifica. Él produce en nuestros corazones esos sentimientos, esperanzas y deseos que son la evidencia de que somos aceptados por Dios, que somos considerados como Sus hijos adoptivos, que nuestra esperanza es genuina, y que nuestra recompensa y salvación están aseguradas si nos mantenemos en el, de la misma forma que un sello garantiza un testamento o un contrato. Dios nos concede Su Espíritu Santo como garantía de la promesa de que somos Suyos para siempre y que seremos guardados en el último día. La prueba de la presencia del Espíritu es Su operación en el corazón del creyente, la cual produce arrepentimiento, el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23), conformidad con los mandamientos y voluntad de Dios, una pasión por la oración y la alabanza, y amor por Su pueblo. Estas cosas son las evidencias de que el Espíritu Santo ha renovado el corazón del cristiano que ha sido sellado para el día de la redención.

 A su vez el Espíritu Santo de Dios nos garantiza la conexión con nuestro creador y de que hemos sido apartados para El, ayudándonos con suplir fuerzas para combatir el mal de este mundo y vencer sobre nuestras debilidades, ya que por nuestras propias fuerzas seria imposible vencer en la carne.

El Apóstol Pablo en Gal. 5:1 dijo :  Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

 Así es como a través del Espíritu Santo y el poder de Sus enseñanzas y guía, somos sellados y confirmados hasta el día de la redención, plenos y libres de la corrupción del pecado y de la tumba . Debido a que tenemos el sello del Espíritu en nuestros corazones, podemos vivir gozosamente, confiados en que nuestro lugar está asegurado en un futuro que guarda glorias inimaginables.

 

Francis Suarez

Elaborado : 11/07/2013


sábado, 5 de noviembre de 2022

¿Cómo experimentar una libertad en Cristo?"

 

¿Cómo experimentar una

 libertad en Cristo?"



Es importante mencionar que aunque parezca una contradicción, la única verdadera libertad en Cristo viene a aquellos que son sus esclavos. La esclavitud ha llegado a significar degradación, miseria y desigualdad. Pero el paradigma bíblico es la verdadera libertad del esclavo de Cristo que experimenta el gozo y la paz, los derivados de la única y verdadera libertad que alguna vez podamos llegar a conocer en esta vida. Hay 124 casos en el nuevo testamento de la palabra doulos, que significa "alguien que pertenece a otro" o "esclavo con ningún derecho de propiedad". Desafortunadamente, la mayoría de las versiones modernas de la biblia, así como la Reina Valera, generalmente traducen la palabra doulos como "siervo" o "esclavo". Pero un siervo es uno que trabaja por un salario, y que, en virtud de su trabajo, su amo le debe algo. El cristiano, por el contrario, no tiene nada que ofrecerle al señor en pago por su perdón, y le pertenece totalmente al amo que lo compró con su sangre derramada en la cruz. Los cristianos son comprados por esa sangre y son posesión de su señor y salvador. No somos contratados por él; le pertenecemos a él (Romanos 8:9). Así que "esclavo" es realmente la única traducción correcta de la palabra doulos.

Lejos de ser oprimidos, el esclavo de Cristo es verdaderamente libre. Hemos sido liberados del pecado por el hijo de Dios quien dijo, "Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres" (Juan 8:36). Ahora, el cristiano puede decir con verdad, junto con Pablo, "Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte" (Romanos 8:2). Ahora sabemos la verdad y esa verdad nos hace libres (Juan 8:32). Paradójicamente, a través de nuestra servidumbre a Cristo, también nos hemos convertido en hijos y herederos del Dios altísimo (Gálatas 4:1-7). Como herederos, somos partícipes de esa herencia, la cual es la vida eterna que Dios concede a todos sus hijos. Este es un privilegio más allá de cualquier tesoro terrenal que alguna vez podamos heredar, mientras que aquellos en la esclavitud del pecado heredan sólo la muerte espiritual y una eternidad en el infierno.

La biblia nos dice que, espiritualmente hablando, nadie está libre. En Romanos 6, Pablo explica que todos somos esclavos. O somos esclavos del pecado o esclavos de la justicia. Aquellos que son esclavos del pecado no se pueden liberar a sí mismos de él, pero una vez que somos libres del castigo del poder del pecado a través de la cruz, nos convertimos en una clase diferente de esclavos, y es en esa esclavitud que podemos encontrar la paz y la verdadera libertad.

 Muchas veces no comprendemos de que hemos sido crucificados con Cristo (Gálatas 2:20) y que hemos nacido de nuevo completamente como nuevas criaturas (2 Corintios 5:17). La vida cristiana es una de morir a sí mismo y de levantarnos a "caminar en la novedad de vida" (Romanos 6:4), y esa vida nueva se caracteriza por tener pensamientos sobre aquel que nos salvó, no por tener los pensamientos acerca de la carne muerta que ha sido crucificada con Cristo. Cuando continuamente estamos pensando en nosotros mismos y complaciendo la carne en los pecados de los cuales hemos sido liberados, estamos básicamente cargando un cadáver, lleno de podredumbre y muerte. La única manera de enterrarlo completamente es por el poder del Espíritu, que es la única fuente de fortaleza. Fortalecemos la nueva naturaleza cuando la alimentamos continuamente con la palabra de Dios, y por medio de la oración obtenemos el poder que necesitamos para escapar del deseo de volver a la vieja vida de pecado.

Entonces, ¿por qué tantos cristianos viven como si estuvieran aún en la esclavitud? Por una sencilla razón; a menudo nos rebelamos contra nuestro amo, negándonos a obedecerle y aferrándonos a nuestras vidas pasadas. Nos sujetamos a los pecados que una vez nos ataron a Satanás como nuestro amo. Ya que nuestra nueva naturaleza aún vive en la vieja naturaleza carnal, todavía somos atraídos al pecado. Pablo le dice a los de Éfeso que "se despojen" del viejo hombre viciado conforme a los deseos engañosos y que "se vistan" del nuevo hombre creado según Dios en la justicia. Despojarse de la mentira, y vestirse de la verdad. Dejar a un lado el robar, y convertirse en alguien útil y que trabaja. Despojarse de la amargura, la rabia y la ira, y vestirse de bondad, compasión y perdón (Efesios 4:22-32). Hemos sido liberados de la esclavitud del pecado, pero a menudo nos volvemos a poner las cadenas porque hay una parte de nosotros que ama la vida antigua.

 Debemos escuchar el corazón de Dios, para que por medio del estudio de su Palabra, aprenderla para obrar de acuerdo a lo que quiere Dios que hagamos y para dejar de ser presa de aquellos falsos maestros que tergiversan la palabra de Dios y que muchos hermanos por falta de conocimiento bíblico son capturados y los hacen caer en creencias de doctrinas falsas, con razón Jesús dijo que : “ en él y su palabra seremos libres “. Sé que para nuestras iglesias se llenen de este tipo de personas, necesitaremos a la vez en nuestros púlpitos Lideres que se hallan forjado con esta disciplina.

Recordemos hermanos que perseverar en el estudio de la palabra santa, nos acerca más a Dios, nos hace libres, engrandecemos nuestra fe y nos ayuda a hacer la voluntad de Dios.

 

Mención Honorifica:

Este artículo es de gotquestions.

Bendiciones


domingo, 30 de octubre de 2022

"¿La gula es pecado? ¿Qué dice la Biblia respecto al comer de más?"

 

"¿La gula es pecado?

¿Qué dice la Biblia respecto al comer de más?"



Es interesante como vamos creciendo espiritualmente y sobre todo en el conocimiento de las escrituras, a veces encontramos cosas que por desconocimiento no la considerábamos y peor aún cometemos fallas y pecados sin saberlo, por ignorancia.

La gula parece ser un pecado que les gusta ignorar a los cristianos. Estamos listos para etiquetar como pecados el fumar o beber, pero por alguna razón la glotonería es aceptada o al menos tolerada. Muchos de los argumentos usados contra el fumar y tomar, tales como la salud y la adicción, se aplican igualmente al comer de más. Muchos creyentes ni siquiera considerarían tomar un vaso de vino o fumar un cigarro, pero no vacilan en atiborrarse de comida en la mesa, hasta el punto de sentirse que van a explotar. ¡Esto no debe ser así!

Proverbios 23:20-21 nos advierte, “No estés con los bebedores de vino, ni con los comedores de carne; porque el bebedor y el comilón empobrecerán, y el sueño hará vestir vestidos rotos.” Proverbios 28:7 declara, “El que guarda la ley es hijo prudente; mas el que es compañero de glotones avergüenza a su padre.” Proverbios 23:2 proclama, “Y pon cuchillo a tu garganta, si tienes gran apetito.”

Los apetitos físicos son una analogía de nuestra habilidad para controlarnos a nosotros mismos. Si somos incapaces de controlar nuestros hábitos alimenticios, probablemente también somos incapaces de controlar otros hábitos como los de la mente (lascivia, avaricia, ira), e incapaces de guardar nuestra boca del chisme o del conflicto. No debemos permitir que nuestros apetitos nos controlen, sino más bien debemos ejercer control sobre nuestros apetitos. (Ver Deuteronomio 21:20, Proverbios 23:2; 2 Pedro 1:5-7, 2 Timoteo 3:1-9, y 2 Corintios 10:5) La biblia nos enseña habilidad de decir “no” a cualquier exceso – el “auto-dominio”— es uno de los frutos del Espíritu que es común para todos los creyentes (Gálatas 5:22).

Dios nos ha bendecido al llenar la tierra con alimentos que son deliciosos, nutritivos y aún placenteros. Debemos honrar la creación de Dios, disfrutando de estas comidas, y consumiéndolas en cantidades apropiadas, a la vez controlamos nuestros apetitos, en vez de permitir que ellos nos controlen.

 

Francis Suarez


sábado, 22 de octubre de 2022

LA CENA DEL SEÑOR NO SE PRACTICA COMO SE DEBE

 


LA CENA DEL SEÑOR NO SE

PRACTICA COMO SE DEBE



Bíblica e históricamente, la Cena del Señor ha sido una parte regular de la reunión cristiana. Solo después de la Reforma el sermón lo reemplazó como la parte más importante de un servicio.

Todo indica que la iglesia primitiva celebró la Cena del Señor de manera regular, si no semanalmente

En Hechos 2:42 leemos: "Ellos [los cristianos] se dedicaban a la enseñanza de los apóstoles y al compañerismo, al partimiento del pan y a la oración".  Si bien esto podría ser una referencia a la comunidad general comiendo, el contexto sugiere lo contrario.

Primero, comer no es una práctica cristiana a la que los conversos deben dedicarse. Comer es una práctica común para todos, independientemente de su afiliación religiosa. En segundo lugar, las actividades circundantes son de naturaleza religiosa: enseñanza doctrinal, compañerismo y oración.

En Hechos 20: 7 leemos: "El primer día de la semana, cuando nos reunimos para partir el pan, Pablo comenzó a hablar con la gente … hasta la medianoche". Algunas cosas deben tenerse en cuenta. Primero, el propósito de la reunión era partir el pan. Parecería extraño que comer regularmente fuera el propósito por el cual se reunieron. Tiene más sentido entender que esta comida tiene un significado religioso, como lo es la Cena del Señor.

En segundo lugar, se señala explícitamente que este fue el primer día de la semana (domingo). Este fue el día en que el cuerpo de Cristo se reunió para adorar. En tercer lugar, se habla de otra actividad religiosa en conjunto con esta alimentación: la enseñanza apostólica.

Estos dos últimos puntos solidifican la conclusión de que esta comida era de naturaleza religiosa. Tenemos aquí entonces la evidencia que muestra ser una declaración normativa sobre el propósito de reunirse en el Día del Señor: y era  celebrar la Cena del Señor. Finalmente, en 1 Corintios 11:20 leemos: "Por lo tanto, cuando se reúnen en el mismo lugar, esto no es comer la Cena del Señor". De nuevo, este comentario  muestra que el propósito de reunirse implicaba comer la Cena del Señor. , y que era una práctica habitual. Cómo se practica en las iglesias Cristo.

¿Con qué frecuencia cumplen el mandato del Señor otras ? Una gran parte de las iglesias Evangélicas  solo celebran la Cena del Señor una o dos veces al año. ¿Por qué?, mirando el ejemplo de la iglesia primitiva, argumentaría que no lo celebran lo suficiente. Si bien fue de máxima importancia para las reuniones de la iglesia primitiva, está ausente de la mayoría de Iglesias en  nuestros días.

Hermanos La Cena del Señor es un acto del que deben participar los creyentes. Al hacerlo, primero, mostramos obediencia al mandato divino: “Tomad, comed … haced esto … coma así del pan, y beba de la copa” (1 Corintios 11:24–25, 28)  la Santa Cena es el canal ordenado por Dios para la sanidad y la integridad, que semanalmente nos vuelve a limpiar a través de la sangra de Cristo,  nos hace recordar su sacrificio que murió por nosotros y al mismo tiempo tener presente la esperanza viva que volverá por segunda vez a buscar a sus santos. AMEN


sábado, 8 de octubre de 2022

¿Conexión entre Oración y Ayuno?

 

¿Conexión entre Oración y Ayuno?



Aunque la conexión entre oración y ayuno no está específicamente explicada en la Escritura, un hilo común que los conecta parece correr a través de todos los ejemplos de oración y ayuno que han sido registrados en la Biblia y si, ellos demuestran la fuerte relación que tienen ambos cuando se combinan con humildad y respeto a las suplicas hechas al Señor.  Desde los tiempos de Adán, el pueblo de Dios ha ayunado con el fin de estar más cerca de Él y adorarlo. Jesús demostró la importancia del ayuno por medio de Su propio ejemplo (véase Lucas 4:1–4). Mediante la revelación de los postreros días, hemos aprendido que el Señor todavía espera que Su pueblo ayune y ore con frecuencia.

El Salvador nos enseñó que el ayuno con un propósito determinado es algo más que abstenerse de comer y de beber; es también concentrarse en asuntos espirituales, La oración es una parte necesaria del ayuno. En las Escrituras, el ayuno y la oración se mencionan juntos. A nuestro ayuno lo debe acompañar la oración sincera, y es necesario que comencemos y terminemos nuestro ayuno con una oración.                Un ayuno puede tener varios propósitos. Por medio del ayuno y de la oración, podemos vencer debilidades o encontrar solución a problemas. Algunas veces oramos y ayunamos para pedir ayuda o guía para otras personas, por ejemplo, en beneficio de un familiar que esté enfermo y que necesite una bendición.

Marco Histórico Bíblico:        

 En el Antiguo Testamento, parece que el ayuno y la oración tenía que ver con un sentido de necesidad y dependencia, y/o de una total incapacidad ante calamidades presentes o anticipadas. Podemos ver que la oración y el ayuno se combinan en el Antiguo Testamento en tiempos de duelo, arrepentimiento, y/o profunda necesidad espiritual.

 La oración y ayuno de Nehemías, como se describe en el primer capítulo de su libro, fue resultado de su profunda aflicción sobre las noticias de que Jerusalén había sido asolada. Sus muchos días de oración estuvieron caracterizados por lágrimas, ayuno, confesión por su pueblo, y ruegos a Dios por misericordia. Tan intensa y sincera era la manifestación de sus angustias, que es casi inconcebible que pudiera “tomarse un descanso” en medio de tales oraciones, para comer y beber. La devastación que sufrió Jerusalén, también impulsó a Daniel a adoptar una postura similar: “Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza” (Daniel 9:3). Como Nehemías, Daniel ayunó y oró para que Dios tuviera misericordia de la gente, diciendo “hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas” (v. 5).

En muchos casos en el Antiguo Testamento, ayunar está ligado a la oración intercesora. David oró y ayunó por su hijo enfermo (2 Samuel 12:16), llorando ante el Señor en ferviente intercesión (vv.21-22). Ester urgió a Mardoqueo y a los judíos a ayunar por ella, mientras planeaba aparecer ante su esposo el rey (Ester 4:16). Claramente, el ayuno y la petición están estrechamente relacionados.

 Hay ejemplos de oración y ayuno en el Nuevo Testamento, pero éstos no están relacionados con el arrepentimiento o la confesión. La profetisa Ana “… no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones” (Lucas 2:37). A la edad de 84 años, su oración y ayuno eran parte de su servicio al Señor en Su templo mientras esperaba al prometido Salvador de Israel. También en el Nuevo Testamento, la iglesia en Antioquia ayunaba en conexión con su adoración, cuando el Espíritu Santo les habló acerca de comisionar a Saulo y Bernabé para la obra del Señor. “Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron” (Hechos 13:3).

Una cosa está clara: la teología del ayuno es una teología de prioridades, en la cual se les da a los creyentes la oportunidad de expresarse ellos mismos, en una devoción indivisible e intensa al Señor y a las preocupaciones de la vida espiritual. Esta devoción será expresada mediante la abstinencia por un poco de tiempo, de cosas tan buenas y normales como la comida y la bebida, a fin de disfrutar de un tiempo ininterrumpido de comunión con nuestro Padre. Permitiendo asi a través de estos dos tener la “…libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo” (Hebreos 10:19), ya sea ayunando o no, es una de las partes más deleitosas de esas “cosas mejores” que son nuestras en Cristo. La oración y el ayuno no deben ser una carga o un deber, sino más bien una celebración de la bondad y misericordia de Dios para con Sus hijos.

Francis Suarez


sábado, 1 de octubre de 2022

"¿ Ama Dios a todos por igual, o solo a los cristianos?"

 

"¿ Ama Dios a todos por igual, o solo a los cristianos?"



Podríamos decir que hay un sentido en el que Dios ama a todos en el mundo entero (Juan 3:16; 1 Juan 2:2; Romanos 5:8) Este amor no es condicional – está basado solo en el hecho de que Dios es un Dios de amor (1 Juan 4:8, 16). El amor de Dios por toda la humanidad resulta en el hecho de que Dios muestra Su misericordia al no castigar a la gente de inmediato por sus pecados (Romanos 3:23; 6:23). Si Dios no amara a todos, estaríamos ahora mismo en el infierno. El amor de Dios por el mundo es manifestado en el hecho de que Él da a la gente la oportunidad de arrepentirse (2 Pedro 3:9). Sin embargo, el que Dios ame al mundo no significa que Él ignore el pecado. Dios es también un Dios de justicia (2 Tesalonicenses 1:6). El pecado no puede quedar impune para siempre (Romanos 3:25-26).

La Biblia describe la mayor prueba de amor en Romanos 5:8, “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Cualquiera que ignore el amor de Dios, que rechace a Cristo como su Salvador, que niegue al Salvador que lo rescató (2 Pedro 2:1); estará sujeto a la ira de Dios por la eternidad, porque la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23). El amor incondicional de Dios se muestra en cuanto a Su misericordia hacia todos. Pero Dios ama condicionalmente sólo a aquellos que ponen su fe en Su Hijo para la salvación. (Juan 3:36). Sólo aquellos que creen en Jesucristo como su Señor y Salvador experimentarán el amor de Dios por la eternidad.

¿Es cierto que Dios ama a todos? Sí. Porque quiere que todos se salven; pero ¿Dios ama más a los cristianos que a quiénes no lo son? Si. ¿Por qué aunque Dios ama de una manera diferente a los cristianos de lo que ama a los no creyentes, el dice en su palabra : “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36) ? Sí. Dios ama a todos por igual en cuanto a Su misericordia para todos, y nos da un tiempo para que nos acerquemos a el, pero ese plazo termina. Por eso usted debe saber que Dios ama aún más a los cristianos en cuanto a que ellos tienen Su eterna gracia y misericordia  por haber tomado la decisión de seguirle y aceptar a su hijo Cristo Jesús. (Romanos 5:9).

Francis Suarez

Articulo Noviembre del 2014


sábado, 24 de septiembre de 2022

"¿ Misericordia y Gracia, cuál es la diferencia ?"

 

"¿ Misericordia y Gracia, cuál es la diferencia ?"

 


De acuerdo a la Biblia, todos hemos pecado (Eclesiastés 7:20; Romanos 3:23 y 1 Juan 1:8). Como resultado de ese pecado, todos merecemos la muerte (Romanos 6:23) y la condenación eterna en el lago de fuego (Apocalipsis 20:12-15). Considerando eso, cada día que vivimos es un acto de la misericordia de Dios. Si Dios nos diera lo que merecemos, todos estaríamos, ahora mismo, condenados por una eternidad. En Salmo 51:1-2, David clama, “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad y límpiame de mi pecado.” Una súplica a Dios por misericordia es pedirle que detenga el juicio que merecemos, y en vez de ello nos conceda el perdón que de ninguna manera nos hemos ganado. 

La misericordia y la gracia son confundidas con frecuencia. Mientras que los términos tienen significados similares, la gracia y la misericordia no son lo mismo. Para sintetizar la diferencia vemos que, misericordia es que Dios no nos castigue como lo merecen nuestros pecados, y gracia es que Dios nos bendiga a pesar de que no lo merezcamos. La misericordia es la liberación del juicio. La gracia es la bondad que se extiende a quienes no la merecen.

No merecemos nada de Dios. Dios no nos debe nada. Todo el bien que experimentamos, es el resultado de la gracia de Dios (Efesios 2:5). La gracia es simplemente un favor inmerecido. Dios nos da cosas buenas que no merecemos y que nunca podríamos ganar. Rescatados del juicio por la misericordia de Dios, la gracia es cualquier cosa y todo lo que recibimos más allá de esa misericordia [Perdón] (Romanos 3:24). La gracia común se refiere a la gracia soberana que Dios otorga a toda la humanidad, independientemente de su condición espiritual ante Él, mientras que la gracia salvadora es esa dispensación especial de gracia, por la que Dios extiende soberanamente la inmerecida asistencia divina sobre Sus elegidos para su regeneración y santificación. 

¿Qué es la misericordia?

La misericordia generalmente se define como paciencia o benevolencia, y a menudo se manifiesta cuando alguien merece una pena severa. Además, es una de las cualidades del carácter de Dios, quien muestra misericordia a la humanidad constantemente, como lo hizo con el pueblo de Israel:

“Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz; porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres” (Deuteronomio 4:30-31).

Muchas veces, la misericordia se demuestra a través del perdón. Perdonar a alguien que nos ha hecho daño, por ejemplo, es un acto de misericordia.

El libro de Números ilustra esto a través de un relato. Cuando los israelitas mandaron espías a explorar la tierra prometida, diez de ellos volvieron con malas noticias. Al oírlas, el pueblo entero se lamentó y se quejó hasta el punto de querer elegir a un nuevo líder que los llevara de vuelta a Egipto, aun después de todos los milagros que Dios había hecho por ellos.

Dios se enojó tanto por esta rebelión que decidió destruir al pueblo por completo. Pero cuando estaba a punto de hacerlo, Moisés intervino apelando a su misericordia:

“Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del Señor, como lo hablaste, diciendo:

Eterno, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable... Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí” (Números 14:17-19).

En este sentido la misericordia y la gracia son mejor ilustradas en la salvación que está disponible a través de Jesucristo. Merecemos el juicio, pero si recibimos a Jesucristo como Salvador, recibimos misericordia de Dios, y somos librados del juicio momentáneamente, no es una condición eterna, pero es esto solo, recibe perdón y nada más; Sin embargo a parte de ser perdonado, en la Gracia usted es liberado del juicio, recibe bendiciones y es justificado y santificado en la sangre salvadora de Jesucristo con carácter eterno si usted mantiene su estado de salvación y muere como un cristiano victorioso hasta el final de sus días. En lugar del juicio, recibimos por gracia la salvación, el perdón de los pecados, una vida abundante (Juan 10:10) y una eternidad en el cielo, el lugar más maravilloso imaginable (Apocalipsis 21-22). Por la misericordia y la gracia de Dios, nuestra respuesta debe ser caer de rodillas en adoración y agradecimiento. Hebreos 4:16 declara, “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”

Por último la Gracia que es salvadora está disponible para todos, pero entienda; para todos aquellos que decidan convertirse a Cristo, obedecerle y seguirle; Un pecador puede recibir misericordia, pero si no acepta a Cristo Jesús como su salvador no puede recibir ni beneficiarse de la Gracia.

Amen.

Agradecimientos por sus buenos artículos a:

Graciaesperanzayverdad.org y

Gotquestions.org


domingo, 18 de septiembre de 2022

Reflexiones acerca del Diaconado de las Mujeres

 

Reflexiones acerca del

 Diaconado de las Mujeres



Saludos queridos hermanos y lectores, a continuación les dejo un artículo que proviene de una línea imparcial, es del. Dr. Piñero, estudioso del Cristianismo y Literatura Clásica Antigua Filólogo,  exponiendo su punto como investigador,  donde expone razones y analiza Las Escrituras, sobre todo la cita de (1 Tim. 3:8-13).

 Sigue existiendo el diaconado en el que participan las mujeres, al parecer en pie de igualdad con los varones. Leemos en 1 Tim 3,8-13:

 « De la misma manera (griego hosaútos; se sobreentiende que los “obispos”: vv. 1ss), también los diáconos deben ser dignos, deben tener una sola palabra, no dados al mucho vino, ni amantes de ganancias deshonestas, 9 sino guardando el misterio de la fe con limpia conciencia. 10 Que también éstos sean sometidos a prueba primero, y si son irreprensibles, que entonces sirvan como diáconos. 11 De igual manera (griego hosaútos), las mujeres (diáconos) deben ser dignas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. 12 Que los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus propias casas. 13 Pues los que han servido bien como diáconos obtienen para sí una posición honrosa y gran confianza en la fe que es en Cristo Jesús.  »

 Este diaconado nada tiene que ver con la institución -o estamento- de las “viudas” como ayudantes en el ministerio de la iglesia que se regula unas cuantos párrafos más adelante en la Epístola (cap. 5) y que veremos a continuación.

 El párrafo que acabamos de citar más arriba aunque directamente no habla del estado civil de las mujeres que, al perecer, han de servir como diaconisas. Si por los hombres sugiere que sean ¿Casadas una sola vez? (en el sentido no tanto de ser divorciadas y como  viudas que permanecen como tal, sin volver a contraer matrimonio).

 Sin embargo, en el caso de las mujeres diáconos no parece que pudieran estar casadas, o por lo menos con marido vivo, todo indica que las mujeres diáconos eran viudas, divorciadas una sola vez con justificación bíblica o eran doncellas (Vírgenes); esta última al parecer era la condición más favorable mencionada por el Apóstol Pablo para servir a la obra del Señor, como lo enfatiza en su epístola de 1ra de Corintios 7:28 y 34,  puesto que se exigía una dedicación completa al servicio de la comunidad de los fieles y la obra de la iglesia, y esto hacia difícil a una mujer casada tener tiempo para atender un esposo y su casa misma.  Tanto era así que para poder subsistir los diáconos de ambos sexos percibían ya probablemente una compensación económica de las arcas de la comunidad a través de las ofrendas al igual que los presbíteros gobernantes. Lo deducimos del siguiente pasaje (1 Tim 5:17-18):

 « Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza. 18 Porque la Escritura dice: ‘No pondrás bozal al buey cuando trilla, y digno es el obrero de su salario, ver también (Dt 25,4), lo cual significa que el obrero es digno de su salario, incluso los que tienen por cometido el servicio al Señor en el Tabernáculo (véase Núm 18:31). »

En cualquier caso hermanos lectores el Apóstol Pablo enfatiza que es mejor quedarse en el estado que fue llamado por Dios y permanecer en el. (1Cor. 7:24)

 Gálatas 6:6 dice: “El que es enseñado en la Palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye”.

 En muchas Iglesias los pastores no se les paga lo justo para sostener a su familia y ellos se ven en la penosa necesidad de trabajar secularmente, y esto es un impedimento para la Obra, puesto que no es atendida lo suficiente, conforme al propósito de Dios para ellos.

 La institución del “orden” de las viudas

 1 Tim 5,3-16 es el texto básico que rige la institución de las viudas, como orden más o menos eclesial (no puede saberse si recibían o no la ordenación estricta por medio de la imposición de las manos; lo más probable es que no fuera así):

 « “Honra a las viudas que en verdad son viudas; 4 pero si alguna viuda tiene hijos o nietos, que aprendan éstos primero a mostrar piedad para con su propia familia y a recompensar a sus padres, porque esto es agradable delante de Dios. 5 Pero la que en verdad es viuda y se ha quedado sola, tiene puesta su esperanza en Dios y continúa en súplicas y oraciones noche y día. 6 Mas la que se entrega a los placeres desenfrenados, aun viviendo, está muerta. 7 Ordena también estas cosas, para que sean irreprochables. 8 Pero si alguno no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.

9 Que la viuda sea puesta en la lista (griego, literalmente “catálogo”) sólo si no es menor de sesenta años, habiendo sido la esposa de un solo marido, 10 que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos, si ha mostrado hospitalidad a extraños, si ha lavado los pies de los santos, si ha ayudado a los afligidos y si se ha consagrado a toda buena obra. 11 Pero rehúsa poner en la lista a viudas más jóvenes, porque cuando sienten deseos sensuales, contrarios a Cristo, se quieren casar, 12 incurriendo así en condenación, por haber abandonado su promesa anterior.

13 Y además, aprenden a estar ociosas, yendo de casa en casa; y no sólo ociosas, sino también charlatanas y entremetidas, hablando de cosas que no son dignas. 14 Por tanto, quiero que las viudas más jóvenes se casen, que tengan hijos, que cuiden su casa y no den al adversario ocasión de reproche. 15 Pues algunas ya se han apartado para seguir a Satanás. 16 Si alguna creyente tiene viudas en la familia , que las mantenga, y que la iglesia no lleve la carga para que pueda ayudar a las que en verdad son viudas. »

 En primer lugar, las viudas auténticas, desprotegidas y de vida irreprochable no son ante todo una institución que ofrece sus prestaciones, sino particularmente una que las recibe: deben ser cuidadas por el sistema de “seguridad social de la comunidad”, es decir, bien por su familia (hijos,, o parientes, v. 16), o por los fondos al respecto de la iglesia misma, hecha a través de las ofrendas

 

Francis Suarez

Bendiciones de Dios al hermano Antonio Piñero

Por su aporte de este análisis.

 


domingo, 28 de agosto de 2022

EVALUANDO LOS PÚLPITOS DE HOY

 


 

 PREDICACIÓN DE HOY

SEIS COSAS MALIGNAS EN LA IGLESIA

Por Francis Suarez

Todo el que conozca algo de mi manera cuando predico,  sabe que estoy comprometido con la predicación expositiva. Es mi firme convicción de que el ministerio de la Palabra de Dios debe ser siempre el corazón y el centro del ministerio de la iglesia (2 Tim. 4:2). Una adecuada predicación bíblica debe ser, expositiva, teológica, y centrada en Dios.

Lamentablemente  escasea en estos días esta predicación. Y es que existen un montón de comunicadores evangélicos talentosos en el movimiento moderno, pero los sermones de hoy tienden a ser homilías breves, superficiales y tópicas que dan masaje al ego de la gente y se centran en temas bastante insípidos como las relaciones humanas, el “éxito” en la vida, los problemas emocionales, y otros temas prácticos pero según el mundo-y definitivamente no bíblicos. Tal predicación es ligera y sin sustancia, barata y sintética, dejando poco más que una efímera huella en la mente de los oyentes.

Aquí están, aproximadamente en el orden en que se me ocurrieron. Esto es lo que hay de malo con la predicación bíblica superficial y de manera marginal de hoy en día en muchas Iglesias.

1. Usurpa la autoridad de Dios sobre el alma. El hecho de que un predicador proclame o no con valentía la Palabra de Dios, en última instancia no es una cuestión de autoridad. ¿Quién tiene derecho a hablar a la iglesia? ¿El predicador, o Dios? Siempre que algo sustituya la predicación de la Palabra de Dios, la autoridad de Dios será usurpada. ¡Qué cosa tan llena de orgullo se comete! De hecho, es difícil concebir algo más insolente que pueda ser hecho por un hombre que es llamado por Dios a predicar.

2. Se elimina el Señorío de Cristo de su iglesia. ¿Quién es la Cabeza de la iglesia? Es Cristo realmente la autoridad dominante en la enseñanza de la iglesia? Si es así, ¿por qué hay tantas iglesias donde su Palabra no está siendo fielmente proclamada? Al observar el ministerio contemporáneo, vemos programas y métodos que son fruto de la invención humana; frutos de las encuestas de opinión y encuestas de barrio. Estos nuevos predicadores, en esencia, han arrebatado el control del programa de la iglesia de su verdadera Cabeza: “ El Señorío Jesucristo ”. Nuestros antepasados puritanos resistieron la imposición de las liturgias impuestas por el gobierno precisamente por esta razón: lo vieron como un ataque directo a la jefatura de Cristo sobre Su propia iglesia. Los predicadores modernos quienes han descuidado la Palabra de Dios han cedido a aquello por lo que esos hombres lucharon y murieron. Cuando Jesús Cristo es exaltado entre su pueblo, su poder se manifiesta en la iglesia. Cuando la iglesia es comandada por representantes que quieren apaciguar la cultura, el Evangelio es minimizado, se pierde poder, se debe fabricar energía artificial, y la superficialidad toma el lugar de la verdad.

3. Obstaculiza la labor del Espíritu Santo. ¿Cuál es el instrumento que el Espíritu utiliza para hacer su obra? La Palabra de Dios. Él usa la Palabra como instrumento de regeneración (1 Ped. 1:23; Santiago 1:18). También lo utiliza como medio de santificación (Juan 17:17). De hecho, es la única herramienta que usa (Efesios 6:17). Así que cuando los predicadores abandonan la Palabra de Dios, socavan la obra del Espíritu Santo, produciendo conversiones superficiales y cristianos espiritualmente cojos -si no es que totalmente falsos-.

4. Separa al predicador personalmente de la gracia santificante normal de la Escritura. El mayor beneficio personal que obtengo de la predicación es la obra que el Espíritu de Dios hace en mi propia alma al estudiar y prepararme para la exposición o realización de artículos que desarrollo para continuar la obra de la gran comisión mandada por el  Señor. Semana tras semana, el deber de cuidar la exposición mantiene mi corazón centrado y fijo en las Escrituras, y la Palabra de Dios me nutre, mientras me preparo para alimentar del conocimiento de las Escrituras a mis hermanos en la Fe, y aquellos que aun no conocen de Cristo Jesús.    El enemigo de nuestras almas está tras los predicadores en particular, y la gracia santificante de la Palabra de Dios es esencial para nuestra protección.

5. Miente a la gente acerca de lo que realmente necesita. En Jeremías 8:11, Dios condena a los profetas que trataron con las heridas de las personas superficialmente. Este versículo se aplica poderosamente a los Pastores y  predicadores de plástico que habitan tantos púlpitos evangélicos prominentes de hoy. Omiten las verdades sobre el pecado y el juicio. Moderan el tono ofensivo de las partes del mensaje de Cristo. Mienten a la gente acerca de lo que realmente necesitan, prometiéndoles “satisfacción” y bienestar terrenal, cuando lo que las personas realmente necesitan es un visión exaltada de Cristo y de una verdadera comprensión del esplendor de la santidad de Dios.

6. Despoja el púlpito del poder.  “La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos” (Hebreos 4:12). Todo lo demás es impotente, dando sólo una ilusión de poder simplemente. La estrategia humana no es más importante que la Escritura. La habilidad del empresario de espectáculos para atraer a la gente no debe impresionarnos más que habilidad de la Biblia para transformar vidas.

Así que, predique la Palabra, a pesar de que actualmente esté pasado de moda hacerlo, según muchos (2 Tim. 4:2). Esa es la única manera en que su ministerio puede llegar a ser verdaderamente fructífero. Además, garantiza que usted va a ser fructífero en el ministerio, porque la Palabra de Dios nunca regresa vacía, y siempre cumplirá aquello para lo cual Él la envió, y prosperará en aquello a lo que Él envía hacer (Isaías 55:11)

Amen