Reflexiones acerca del
Diaconado de las Mujeres
Saludos queridos hermanos y lectores, a continuación les dejo un artículo
que proviene de una línea imparcial, es del. Dr. Piñero, estudioso del Cristianismo
y Literatura Clásica Antigua Filólogo, exponiendo su punto como
investigador, donde expone razones y analiza Las Escrituras, sobre todo
la cita de (1 Tim. 3:8-13).
Sigue existiendo el diaconado en el que participan las mujeres, al
parecer en pie de igualdad con los varones. Leemos en 1 Tim 3,8-13:
« De la misma manera (griego hosaútos; se sobreentiende que los “obispos”:
vv. 1ss), también los diáconos deben ser dignos, deben tener una sola palabra,
no dados al mucho vino, ni amantes de ganancias deshonestas, 9 sino guardando
el misterio de la fe con limpia conciencia. 10 Que también éstos sean sometidos
a prueba primero, y si son irreprensibles, que entonces sirvan como diáconos.
11 De igual manera (griego hosaútos), las mujeres (diáconos) deben ser
dignas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. 12 Que los diáconos
sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus propias
casas. 13 Pues los que han servido bien como diáconos obtienen para sí una
posición honrosa y gran confianza en la fe que es en Cristo Jesús. »
Este diaconado nada tiene que ver con la institución -o estamento- de las
“viudas” como ayudantes en el ministerio de la iglesia que se regula
unas cuantos párrafos más adelante en la Epístola (cap. 5) y que veremos a
continuación.
El párrafo que acabamos de citar más arriba aunque directamente no habla
del estado civil de las mujeres que, al perecer, han de servir como
diaconisas. Si por los hombres sugiere que sean ¿Casadas una sola
vez? (en el sentido no tanto de ser divorciadas y como viudas que permanecen como tal, sin volver a
contraer matrimonio).
Sin embargo, en el caso de las mujeres diáconos no parece que pudieran
estar casadas, o por lo menos con marido vivo, todo indica que las mujeres diáconos
eran viudas, divorciadas una sola vez con justificación bíblica o eran
doncellas (Vírgenes); esta última al parecer era la condición más
favorable mencionada por el Apóstol Pablo para servir a la obra del Señor, como
lo enfatiza en su epístola de 1ra de Corintios 7:28 y 34, puesto que
se exigía una dedicación completa al servicio de la comunidad de los fieles y
la obra de la iglesia, y esto hacia difícil a una mujer casada tener tiempo
para atender un esposo y su casa misma. Tanto era así que para poder
subsistir los diáconos de ambos sexos percibían ya probablemente una compensación
económica de las arcas de la comunidad a través de las ofrendas al igual que
los presbíteros gobernantes. Lo deducimos del siguiente pasaje (1 Tim
5:17-18):
« Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble
honor, principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza. 18
Porque la Escritura dice: ‘No pondrás bozal al buey cuando trilla, y digno es
el obrero de su salario, ver también (Dt 25,4), lo cual significa que el
obrero es digno de su salario, incluso los que tienen por cometido el servicio
al Señor en el Tabernáculo (véase
Núm 18:31). »
En cualquier caso hermanos lectores el Apóstol Pablo enfatiza que es
mejor quedarse en el estado que fue llamado por Dios y permanecer en el. (1Cor.
7:24)
Gálatas 6:6 dice: “El que es enseñado en la Palabra, haga
partícipe de toda cosa buena al que lo instruye”.
En muchas Iglesias los pastores no se les paga lo justo para sostener a
su familia y ellos se ven en la penosa necesidad de trabajar secularmente, y
esto es un impedimento para la Obra, puesto que no es atendida lo suficiente,
conforme al propósito de Dios para ellos.
La institución del “orden” de
las viudas
1 Tim 5,3-16 es el texto básico que rige la institución de las
viudas, como orden más o menos eclesial (no puede saberse si recibían o no la
ordenación estricta por medio de la imposición de las manos; lo más probable es
que no fuera así):
« “Honra a las viudas que en verdad son viudas; 4 pero si alguna viuda
tiene hijos o nietos, que aprendan éstos primero a mostrar piedad para con su
propia familia y a recompensar a sus padres, porque esto es agradable delante
de Dios. 5 Pero la que en verdad es viuda y se ha quedado sola, tiene puesta su
esperanza en Dios y continúa en súplicas y oraciones noche y día. 6 Mas la que
se entrega a los placeres desenfrenados, aun viviendo, está muerta. 7 Ordena
también estas cosas, para que sean irreprochables. 8 Pero si alguno no provee para
los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que
un incrédulo.
9 Que la viuda sea puesta en la lista (griego, literalmente “catálogo”)
sólo si no es menor de sesenta años, habiendo sido la esposa de un solo marido,
10 que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos, si ha mostrado
hospitalidad a extraños, si ha lavado los pies de los santos, si ha ayudado a
los afligidos y si se ha consagrado a toda buena obra. 11 Pero rehúsa poner en
la lista a viudas más jóvenes, porque cuando sienten deseos sensuales,
contrarios a Cristo, se quieren casar, 12 incurriendo así en condenación, por
haber abandonado su promesa anterior.
13 Y además, aprenden a estar ociosas, yendo de casa en casa; y no sólo
ociosas, sino también charlatanas y entremetidas, hablando de cosas que no son
dignas. 14 Por tanto, quiero que las viudas más jóvenes se casen, que tengan
hijos, que cuiden su casa y no den al adversario ocasión de reproche. 15 Pues
algunas ya se han apartado para seguir a Satanás. 16 Si alguna creyente tiene
viudas en la familia , que las mantenga, y que la iglesia no lleve la carga
para que pueda ayudar a las que en verdad son viudas. »
En primer lugar, las viudas auténticas, desprotegidas y de vida
irreprochable no son ante todo una institución que ofrece sus prestaciones,
sino particularmente una que las recibe: deben ser cuidadas por el sistema de “seguridad
social de la comunidad”, es decir, bien por su familia (hijos,, o
parientes, v. 16), o por los fondos al respecto de la iglesia misma, hecha a
través de las ofrendas
Francis Suarez
Bendiciones de Dios al hermano Antonio Piñero
Por su aporte de este análisis.
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