"¿Por qué debemos estudiar el Antiguo
Testamento?"
La Biblia es una revelación progresiva. Si te saltas la primera mitad de
cualquier buen libro y tratas de terminarlo, tendrás dificultades para entender
los personajes, la trama, y el final. De la misma manera, el Nuevo Testamento
es plenamente comprendido sólo cuando es visto como erigido sobre los cimientos
de los eventos, personajes, leyes, sistema sacrificial, pactos y promesas del
Antiguo Testamento (AT). Si solo tuviéramos el Nuevo Testamento (NT), al venir
a los Evangelios, no sabríamos por qué los judíos estaban buscando al Mesías
(un Rey Salvador). Sin el AT, no comprenderíamos por qué este Mesías vendría
(ver Isaías 53); no seríamos capaces de identificar a Jesús de Nazaret como el
Mesías a través de muchas detalladas profecías que fueron dadas concerniente a
Él (por ej., Su lugar de nacimiento (Miqueas 5:2); el modo en que moriría
(Salmos 22, especialmente vv. 1, 7-8, 14-18; Salmos 69:21, etc.), Su
resurrección (Salmos 16:10), y muchos más detalles sobre Su ministerio (Isaías
52:13; 9:2, etc.).
Sin el AT, no entenderíamos las costumbres judías que son mencionadas en
pasajes del NT. No entenderíamos las perversiones que hicieron los fariseos a
la ley de Dios, al añadirle sus tradiciones. No entenderíamos por qué Jesús
estaba tan enfadado mientras Él purificaba el patio del templo. No
entenderíamos que podemos usar la misma sabiduría que usó Jesucristo en Sus
muchas respuestas a Sus adversarios (tanto humanos como demoníacos).
Sin el Antiguo Testamentos nos perderíamos de numerosas profecías
detalladas que sólo pudieron cumplirse porque la Biblia es la Palabra de Dios,
no de los hombres (ver los profetas mayores y menores) (p. ej., Daniel 7 y los
capítulos siguientes). Estas profecías dan detalles específicos sobre el
levantamiento y caída de naciones, cómo caerían, si se levantarían nuevamente,
cuáles poderes serían los siguientes en emerger, quienes serían los actores
principales (Ciro, Alejandro el Grande, etc.), y qué sucedería a sus reinos
cuando estos personajes murieran. Estas detalladas profecías son tan exactas
que los escépticos atacan diciendo que tuvieron que haber sido escritas después
de los hechos.
El AT también contiene numerosas lecciones para nosotros a través de las
vidas de sus muchos personajes falibles. Al observar sus vidas podemos ser
animados a confiar en Dios sin importar lo que suceda (Daniel 3), y a no
comprometernos en las cosas pequeñas (Daniel 1), para que seamos fieles más
tarde ante las cosas grandes (Daniel 6). Podemos aprender que es mejor confesar
el pecado pronta y sinceramente, en lugar de pasar la culpa a otros (1 Samuel
15). Podemos aprender a no jugar con el pecado, porque nos encontrará
desprevenidos y su mordida es mortal. (Ver Jueces 13-16).
Podemos aprender que necesitamos confiar (y obedecer) a Dios si
esperamos experimentar la vida en Su tierra prometida en esta vida y Su paraíso
en la próxima (Números 13). Aprendemos que si consideramos el pecado, sólo nos
estamos exponiendo a cometerlo (Génesis 3; Josué 6-7). Aprendemos que el pecado
tiene consecuencias, no sólo para nosotros mismos, sino para nuestros seres
amados y a la inversa, que nuestro buen comportamiento tiene recompensas no
sólo para nosotros sino también para aquellos que están a nuestro alrededor
(Génesis 3; Éxodo 20:5-6).
El Antiguo Testamento también contiene gran cantidad de sabiduría que el
Nuevo Testamento no comparte. Mucha de ésta se encuentra contenida en los
Salmos y Proverbios. Estos trocitos de sabiduría revelan cómo puedo ser más
sabio que mis maestros, a lo que nos conducirán varios pecados (nos ayuda a ver
el anzuelo que esconde el bocado), y lo que los logros en este mundo nos
ofrecen (nada). ¿Cómo puedo reconocer si soy un necio (esto es, moralmente)?
¿Cómo puedo encontrarle significado a la vida? Nuevamente, hay mucho ahí que
sólo está esperando a ser encontrado por alguien que realmente quiera aprender.
Sin el AT, no tendríamos una base para sostenernos contra el error de
las perversiones políticamente correctas de nuestra sociedad, en la que la
evolución es vista como creadora de todas las especies a través de millones de
años (en lugar de ser ellas el resultado de la creación especial de Dios en
seis días literales). Aceptaríamos la mentira de que los matrimonios y la
unidad familiar son una estructura evolutiva que debe continuar cambiando ante
los cambios sociales, en vez de ser vista como un diseño de Dios con el
propósito de criar buenos hijos y para la protección de aquellos que de otra
manera serían utilizados y abusados (más frecuentemente las mujeres y los niños).
Sin el AT, no entenderíamos las promesas que Dios cumplirá en un futuro
con la nación judía. Como resultado, no veríamos propiamente que el período de
la Tribulación es un lapso de siete años en el cual Cristo trabajará
específicamente con la nación judía que lo rechazó en Su primera venida, pero
que lo recibirá en Su segunda venida. No entenderíamos cómo el futuro reinado
de Cristo de 1,000 años encaja en Sus promesas a los judíos, ni cómo los
gentiles encajarían en él. Tampoco veríamos cómo el final de la Biblia ata los
cabos sueltos que no fueron revelados en el principio de la Biblia, cómo Dios
restaurará el paraíso que Él originalmente creó para que fuera este mundo, y
cómo disfrutaremos de un íntimo compañerismo con Él de una manera personal como
en el Huerto del Edén.
En resumen, el Antiguo Testamento es un espejo que nos permite mirarnos
a nosotros mismos en las vidas de los personajes del Antiguo Testamento y nos
ayuda a aprender lo experimentado en sus vidas. Vierte mucha luz sobre quién es
Dios y las maravillas que Él ha hecho y la salvación que Él ha forjado.
Transmite gran consuelo a aquellos que padecen persecución o tribulación (ver
especialmente los Salmos). Revela a través del repetido cumplimiento de las
profecías, por qué la Biblia es única entre todos los libros sagrados –
solamente ella puede demostrar que es lo que clama ser: la inspirada Palabra de
Dios. Revela grandes cosas sobre Cristo en página tras página de sus escritos.
Contiene tanta sabiduría que va más allá de lo que es aludido o citado en el
Nuevo Testamento. En pocas palabras, si aún no te has aventurado en la
profundidad de sus páginas, te estás perdiendo de mucho de lo que Dios ha
dispuesto para ti. Mientras lo lees, habrá mucho que no entiendas de inmediato,
pero habrá mucho que entenderás y aprenderás. Y mientras continúas
estudiándolo, pide a Dios que te enseñe más, tu minería te pagará con tesoros aún más
brillantes.
Este articulo es cortesía y elaborado por el Link Cristiano: GotQuestion.org , del cual estamos 100% de acuerdo.