¿ Las
mujeres deberían servir como pastoras o predicadoras en la Iglesia?"
LA
PROHIBICIÓN DE PABLO EN 1 TIMOTEO 2:12
El texto
fundamental que establece que las mujeres no deberían servir como ancianos es en
este pasaje, 1ª Timoteo 2:11-12 proclama, "La mujer aprenda en silencio, con
toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre
el hombre, sino estar en silencio". En la iglesia, Dios asigna
diferentes roles a los hombres y a las mujeres. Este es el resultado de la
manera en que la humanidad fue creada (1ª Timoteo 2:13) y la manera en la que
el pecado entró en el mundo (2ª Timoteo 2:14). Dios, a través de los escritos
del apóstol Pablo, restringe a las mujeres de servir en roles de enseñanza y/o
tener autoridad sobre los hombres. Esto impide a las mujeres servir como
pastoras sobre los hombres, lo cual definitivamente incluye predicarles,
enseñarles públicamente y ejercer autoridad espiritual sobre ellos. Pablo
prohíbe a las mujeres involucrarse en dos actividades que caracterizan el
ministerio de los ancianos: enseñar y ejercer autoridad.
La prohibición está fundamentada en la creación, no en
circunstancias
Estos
intentos de relativizar la prohibición de Pablo deben ser juzgados como sin
éxito. Pablo podría fácilmente haber escrito, «no quiero que las mujeres
enseñen o ejerzan autoridad sobre los hombres porque no están educadas,» o, «no
quiero que las mujeres enseñen o ejerzan autoridad sobre los hombres porque
están divulgando falsas enseñanzas». Sin embargo, ¿cuál es la razón que Pablo
da para su mandato en el versículo 12? La razón fundamental para el mandato se
encuentra en el próximo versículo: «porque Adán fue formado primero, luego Eva»
(versículo 13). Pablo no dice nada acerca de la falta de educación o acerca de
las mujeres promulgando falsas enseñanzas. En cambio, él apela al orden creado,
a la intención buena y perfecta de Dios cuando Él formó a los seres humanos. Es
imperativo ver que la referencia a la creación indica que el mandato para las
mujeres no enseñar o ejercer autoridad sobre los hombres es una palabra
transcultural, una prohibición que está atada a la iglesia en todos los tiempos
y lugares. Al dar este mandato, Pablo no apela a la creación caída o las
consecuencias que pertenecen a la vida humana como resultado del pecado. Más
bien, él fundamenta la prohibición en el todo de la buena creación que existió
antes de que el pecado entrara al mundo.
La razón
fundamental por la que las mujeres no deberían servir como pastoras está
comunicado aquí, y por tanto el argumento de la creación no puede ser
descartado como limitado a la cultura. Además, el Nuevo Testamento contiene
algunos llamados similares al orden creado. Por ejemplo, la homosexualidad no
está de acuerdo con la voluntad de Dios porque es «contraria a la naturaleza» (Romanos 1:26); es decir, viola lo que
Dios pretendía cuando hizo a los seres humanos como masculino y femenino (Génesis 1:26-27). Igualmente, Jesús
enseña que el divorcio no es el modelo divino ya que en la creación Dios hizo
un hombre y una mujer, significando que un hombre debería casarse con una mujer
«hasta
que la muerte los separe» (Mateo
19:3-12). Por tanto, también, toda comida debe ser recibida con gratitud
porque es un don de la mano creativa de Dios (1 Timoteo 4:3-5).
En 1
Timoteo 2:11-15, Pablo fundamenta de manera específica su prohibición de las
mujeres enseñando y ejerciendo autoridad en el orden de la creación, es decir,
que Adán fue hecho primero y luego Eva (Génesis
2:4-25). La narrativa en Génesis está cuidadosamente construida, y Pablo,
bajo la inspiración del Espíritu Santo, nos ayuda a ver el significado de Eva
siendo creado después de Adán. Las críticas frecuentemente objetan que el
argumento falla en persuadir porque los animales fueron creados antes que los
seres humanos, pero esto pasa por el punto de Pablo. Sólo los seres humanos son
creados a imagen de Dios (Génesis
1:26-27), y por lo tanto Pablo comunica el significado de Dios creando al
hombre antes que la mujer, es decir, que el hombre es responsable de dirigir.
Pablo da una segunda razón de porque
las mujeres no deberían enseñar o ejercer autoridad sobre los hombres en 1 Timoteo 2:14: «y Adán no fue
engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión». El
punto de Pablo aquí es probablemente no que las mujeres son más propensas a ser
engañadas que los hombres, porque en otra parte él elogia a las mujeres como
maestras de mujeres y niños (Tito 2:3;
2 Timoteo 1:5; 3:14-15), lo cual él
no recomendaría si las mujeres por naturaleza fueran aptas para ser engañadas.
Es probable que Pablo estuviera pensando otra vez en la creación, por la
serpiente trastornar el orden creado al engañar a Eva en lugar de a Adán
(trastornando así el liderazgo masculino), aunque hay evidencia de que Adán
estaba con Eva cuando la tentación ocurrió (Génesis
3:6). El versículo 14 no enseña que las mujeres no estaban educadas, porque
el engaño es una categoría moral, considerando que la falta de educación se
soluciona con la instrucción.
La
decepción de Eva no puede ser atribuida a la debilidad intelectual, porque fue
debido a su rebelión, su deseo de ser independiente de Dios. Además, la
referencia al engaño aquí no indica que las mujeres de Éfeso jugaron un papel
primario en la difusión de falsa enseñanza, porque los falsos maestros
mencionados en 1 Timoteo son hombres (1
Timoteo 1:20). En realidad, si a las mujeres se les prohibió enseñar porque
defendían la falsa enseñanza, tenemos la extraña y poco probable situación de
que todas las mujeres cristianas en Éfeso fueron engañadas por la falsa
enseñanza. Más bien, el punto de Pablo es que la tentación de satanás a Eva en
lugar de Adán amenazó el liderazgo masculino, porque él engañó y tentó a la
mujer incluso cuando Adán estuvo presente con Eva mientras ocurría la
tentación. De hecho, cuando Eva fue
engañada primero por la serpiente, la responsabilidad primaria por el pecado
cayó sobre los hombros de Adán. Esto es evidente en Génesis 3, cuando Dios le
habla a Adán primero sobre el pecado de la primera pareja, y esto es confirmado
por Romanos 5:12-19 donde la
pecaminosidad de la raza humana es remontada a Adán y no a Eva.
Hay muchas "objeciones" a este punto de vista
sobre las mujeres en el ministerio pastoral. Una objeción común es que Pablo
restringe a las mujeres de enseñar porque en el siglo primero, las mujeres por
regla general eran incultas. Sin embargo, en ninguna parte de 1ª Timoteo 2:11-14 menciona el nivel
educativo. Si la educación hubiese sido un requisito para el ministerio, la
mayoría de los discípulos de Jesús probablemente no habrían calificado. Una
segunda objeción común era que Pablo solamente restringió a las mujeres de
Éfeso de enseñar a los hombres (1ª Timoteo fue escrita a Timoteo, un pastor en
la iglesia de Éfeso). La ciudad de Éfeso fue conocida por su templo de
Artemisa, y las mujeres eran la autoridad en esa rama del paganismo; por lo
tanto, la teoría dice que Pablo sólo reaccionaba contra las costumbres de los
idólatras de Éfeso dirigidas por mujeres, y la iglesia necesitaba ser
diferente. Sin embargo, en ningún lugar del libro de 1ª Timoteo se menciona a
Artemisa, ni Pablo menciona la práctica estándar de los adoradores de Artemisa
como una razón para las restricciones en 1ª
Timoteo 2:11-12.
Una tercera objeción común es que Pablo
solamente se está refiriendo a los esposos y las esposas, no a los hombres y a
las mujeres en general. Las palabras en griego para "mujer" y "hombre" en 1ª Timoteo 2:11-14
podrían referirse a esposos y esposas. Sin embargo, el significado básico de
las palabras es más amplio que eso. Adicionalmente, las mismas palabras en
griego son utilizadas en los versículos 8-10. ¿Solo los esposos deben orar en
todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda (versículo 8)? ¿Solo
las esposas deben vestirse con ropa decorosa, con pudor y modestia; tener
buenas obras y adorar a Dios (versículos 9-10)? Por supuesto que no. Los
versículos 8 al 10 claramente se refieren a los hombres y mujeres en general,
no solamente a los esposos y a las esposas. No hay nada en el contexto que
debiera indicar una limitación para esposas y esposos en los versículos 11 al
14.
Sin
embargo, otra objeción a esta interpretación de mujeres en el ministerio
pastoral es en relación con Miriam, Débora, Hulda, mujeres que mantuvieron
posiciones de liderazgo en el antiguo testamento. Es verdad que estas mujeres
fueron escogidas por Dios para un servicio especial para Él y que ellas son
modelos de fe, coraje y, sí, liderazgo. Sin embargo, la autoridad de las
mujeres en el antiguo testamento no es relevante para el tema de los pastores
en la iglesia. Las epístolas del nuevo testamento presentan un nuevo paradigma
para el pueblo de Dios, la iglesia, el cuerpo de Cristo y, ese paradigma
involucra una estructura de autoridad única para la iglesia, no para la nación
de Israel o cualquier otra entidad del antiguo testamento.
Argumentos
similares se hacen usando a Priscila y Febe en el nuevo testamento. En el libro
de los Hechos, el capítulo 18, Priscila y Aquila son presentados como ministros
fieles de Cristo. El nombre de Priscila es mencionado primero, indicando
probablemente que ella era más "prominente" en el ministerio que su
esposo. ¿Enseñaron Priscila y su esposo el evangelio de Jesucristo a Apolos?
Sí, en su casa "le expusieron más exactamente el camino de Dios" (Hechos
18:26). ¿Dice la Biblia alguna vez que Priscila pastoreó una iglesia, o
enseñó públicamente o se convirtió en la líder espiritual de una congregación
de santos? Sin embargo, en ninguna parte se describe a Priscila participando en
una actividad de ministerio que esté en contradicción con 1ª Timoteo 2:11 al 14.
En Romanos 16:1, a Febe se le considera
una "diaconisa" (o "sierva") en la iglesia y es altamente
elogiada por Pablo. Pero, como con Priscila, no hay nada en las Escrituras que
indique que Febe fuera una pastora o maestra de hombres en la iglesia. "Apto para enseñar" es un
calificativo dado para los ancianos, pero no para los diáconos (1ª Timoteo 3:1-13; Tito 1:6-9).
La
estructura de 1ª Timoteo 2:11 al 14
deja la razón perfectamente establecida. El versículo 13 comienza con "Porque" y da la "causa" de lo que Pablo
declara en los versículos 11 y 12. ¿Por qué las mujeres no deberían enseñar
o tener autoridad sobre los hombres? Porque "Adán fue formado primero,
luego Eva. Y Adán no fue engañado; sino que la mujer, siendo engañada, incurrió
en transgresión". Esa es la razón. Dios creó a Adán primero y luego creó a
Eva a fin de que fuera "ayuda idónea" para Adán. Este orden de la
creación tiene una aplicación universal para la humanidad en la familia (Efesios 5:22-23) y en la iglesia.
El hecho
de que Eva fuera engañada también se da en 1
Timoteo 2:14 como una razón para que las mujeres no sirvan como pastoras o
tengan autoridad espiritual sobre los hombres. Esto no significa que las
mujeres sean ingenuas o que sean engañadas más fácilmente. Si todas las mujeres
son engañadas más fácilmente, ¿por qué se les permitiría enseñar a los niños
(quienes son fácilmente engañados) y a otras mujeres (quienes supuestamente son
engañadas más fácilmente)? El texto simplemente dice que las mujeres no deben
enseñar o tener autoridad espiritual sobre los hombres porque Eva fue engañada.
Dios ha dado a los hombres la autoridad de enseñanza principal en la iglesia.
Es notorio
que muchas mujeres sobresalen en dones de hospitalidad, enseñanza, evangelismo
y ayuda. Gran parte del ministerio de la iglesia local depende de las mujeres.
Las mujeres en la iglesia no están restringidas de orar o profetizar en público
(1ª Corintios 11:5), solamente de
tener autoridad en las enseñanzas espirituales sobre los hombres. La Biblia en
ninguna parte restringe a las mujeres de ejercitar los dones del Espíritu Santo
(1ª Corintios capítulo 12). Así las mujeres a través de la Gran Comision están
llamadas tambien a ministrar a otros, a demostrar el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23), y a proclamar el
evangelio a los perdidos (Mateo
28:18-20; Hechos 1:8; 1ª Pedro 3:15).
Dios ha
ordenado que solamente los hombres sirvan en posiciones de autoridad de
enseñanza espiritual en la iglesia. Esto no es necesariamente porque son
mejores maestros, o porque las mujeres son inferiores o menos inteligentes (tal
no es el caso). Es simplemente la manera en que Dios designó la iglesia para
que funcione. Los hombres deben ser ejemplo en el liderazgo espiritual, en sus
vidas y a través de sus palabras. Las mujeres deben asumir un papel menos
autoritario. Se las anima a enseñar a otras mujeres (Tito 2:3-5). La Biblia tampoco restringe a las mujeres de enseñar
a los niños. La única actividad de la que están restringidas es de enseñar o
tener autoridad espiritual sobre los hombres. Esto impide que las mujeres
sirvan como pastoras de hombres. De ninguna manera esto las hace menos
importantes, más bien les da un ministerio enfocado más de acuerdo con el
talento dado por Dios.
Francis
Suarez, Gracias por escritos de:
IX 9Marks, Gotquestion y Gracethrufaith
Para la elaboración.