Co-herederos del Reino de Dios
(Gálatas 4, 1-11)
Somos herederos de
Dios(Gálatas 4, 1-11)
Las Sagradas Escrituras hablan
de la gran bendición que tienen todos aquellos que decidieron seguir al Señor Cristo
Jesús y obedecer su palabra, el Apóstol Pablo dijo esto a los hermanos de la
ciudad de Galacia; «Pero también digo: Entre tanto
que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo;
sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.
Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los
rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a
su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que
estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por
cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el
cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo,
también heredero de Dios por medio de Cristo. Ciertamente, en otro tiempo, no
conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses; mas ahora, conociendo
a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo
a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?
Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que
haya trabajado en vano con vosotros».
El Apóstol Pablo dijo que, aunque los santos y ministros son herederos del Reino de Dios, mientras viven en este mundo no son diferentes a los esclavos que están bajo tutores y curadores temporalmente, y que sufren bajo los rudimentos del mundo durante un tiempo. Además dijo: «Aunque viváis como esclavos en este mundo por un tiempo, no debéis olvidar que sois hijos de Dios y que heredaréis toda la fortuna de Dios Padre». Este mensaje no sólo va dirigido a los siervos de Dios y la gente de aquella época, sino que también va dirigido a nosotros.
Para hacernos hijos de Dios,
debemos cosechar tres virtudes Fe, Esperanza y Amor; El Dios Padre nos hizo nacer bajo la Ley. Y
entonces envió a Jesucristo bajo la Ley y nos ha salvado pagando el precio de
su cuerpo. Así Dios os ha adoptado como hijos suyos a los que creemos en la
Verdad. Y el Espíritu Santo, que ha venido a los corazones de los nacidos de
nuevo, nos ha permitido llamar a Dios
Abba, Padre. Colocándonos ya bajo la Ley de Cristo.
La Biblia dice que Abraham
siguió al Señor según la Palabra de Dios y toda la gente de fe que crea en la
Palabra de Dios también vivió por fe y descansó antes que nosotros. Ahora están
esperando que vuelva el Señor y Dios nos prometió que cuando llegara el
momento, nuestro Señor nos llevaría de la Tierra y viviríamos con Él en el
Reino Milenario. El Señor nos dijo que hará que los justos disfruten de todo el
esplendor y gloria. Creemos en Su promesa. Somos herederos del Señor. Yo creo
en que cuando entremos en el Reino Milenario o nos presentemos ante el Señor,
Él secará nuestras lágrimas, nos protegerá, nos bendecirá y nos dará todo lo
que queramos. Y cuando vayamos a Su Reino para siempre después de haber vivido
en este mundo durante un tiempo, la gloria que recibiremos será abundante y
eterna.
La herencia de Dios se refiere
a Su Reino. Como dice la oración del Señor: «Venga tu reino» (Mateo
6, 10), el Reino de Dios ya ha venido a nuestros corazones; si vivimos el resto
de nuestras vidas para difundir el Evangelio, entraremos en el Reino de Dios, y
cuando el Señor vuelva, todas las promesas se cumplirán.
¿Cuándo volverá el Señor? ¿Cuándo se cumplirá esta promesa de la vuelta del
Señor? No sabes exactamente cuándo será (Mat.24:36) y (Lc.12:40), pero está
claro que volverá muy pronto. Creemos en esto. Estamos absolutamente
convencidos de que el pueblo de Dios vivirá en el Reino del Señor. Del mismo
modo en que el río fluye, con el paso del tiempo nos acercamos al día en que heredaremos
el Reino de Dios.
Muy pronto llegará el día en
que ustedes y yo heredaremos el Reino de Dios. Las horas pasan, aunque el reloj
esté parado, y el tiempo vuela. Ya vivamos un día o dos, el reloj sigue
marcando las horas. Incluso ahora mientras adoramos al Señor, el tiempo pasa;
cuando cenamos, cuando servimos al Evangelio del agua y el Espíritu o rezamos,
cuando jugamos al fútbol, cuando tenemos pensamientos negativos o positivos, el
reloj marca las horas. Con el paso del tiempo, el día prometido pasará y
heredaremos el Reino de Dios.
Heredaremos el Reino de Dios.
Creemos que heredaremos todo el esplendor y la gloria de Dios para vivir con el
Dios Padre, y Dios Hijo y . Esto es lo que nos está diciendo el Apóstol Pablo,
que solía decir que la «fe, esperanza y
amor» eran las tres virtudes que los santos debían tener en sus corazones.
En nuestras vidas debemos tener fe, esperanza y amor y así la esperanza de que
el Reino de Dios se cumplirá a su debido tiempo nos hace seguir siendo
pacientes en todas las dificultades y correr la carrera de la fe hasta la meta.
Francis Suarez