viernes, 12 de abril de 2013

El Libro de Jaser o Jasher


Publicado: junio 18, 2012 | Autor: Profecia en la Biblia |


Otro recurso adicional para realizar estudios bíblicos es el libro de Jaser.

El libro de Jaser ó Jasher es mencionado y citado en la Biblia en Josué 10:13 y 2º Samuel 1:18.

Considero el libro de Jaser como un libro de historia antigua que aunque no fuese escrito por inspiración divina debe ser un escrito apegado a la historia real con tal validez que es mencionado y citado en la Biblia, el libro de Jaser hasta donde lo he estudiado no contradice las narraciones de la Biblia y en ocasiones expande con algo más de detalles que permiten entender aún mejor ciertos pasajes y personajes bíblicos.

El libro de Jaser por lo mismo parece haber sido considerado por los judíos antiguos e incluso por los díscipulos de Jesús como una herramienta adicional de estudio.

Creo que el apóstol Pablo tomó del libro de Jaser los nombres de los magos Janes y Jambres mencionados en 2ª Timoteo 3:8 y relacionados con los hechos de Éxodo 7 11-12, ya que los nombres de Janes y Jambres no se mencionan en ninguna otra parte de la Biblia pero el libro de Jaser menciona esa escena con más detalles y da los nombres de los magos.

Como siempre al utilizar cualquier recurso adicional a la Biblia se debe ejercer lo que indica Hechos 17 :11 comparar con la Biblia si esas cosas son verdad.

El libro de Jaser es uno de los muy pocos libros – extra bíblicos – que son mencionados en la Biblia y que se han encontrado, algunos libros mencionados en la Biblia no han sido encontrados y permanecen en el misterio, como es el caso del libro de las guerras del Señor ó libro de las batallas de Jehová mencionado en Números 21 . 14

Israel en las profecías y su Historia

Israel en las profecías y su Historia


A.  LAS DISPENSACIONES CON RELACION A ISRAEL

La historia de Israel empieza en Génesis 12 con el llamamiento de Abraham y es un tema de gran importancia del Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento, en los Evangelios y Hechos, se da luz adicional acerca del estado de Israel en el primer siglo, con otras alusiones históricas y proféticas en el resto del Nuevo Testamento.

Israel está envuelto en todas las dispensaciones, comenzando con la dispensación de la promesa (véase capítulo 20, «Las dispensaciones»). En la dispensación de la promesa, el pacto con Abraham establece una base amplia para todos los tratos de Dios con Israel en las generaciones siguientes. La dispensación de la ley, que comienza con Éxodo 19, es la dispensación más importante del Antiguo Testamento y condiciona la vida de Israel hasta su cumplimiento en la cruz. La mayor parte de la historia escrita de Israel se relaciona con la dispensación de la ley.

En la dispensación de la gracia, Israel comparte con los gentiles los privilegios de la gracia en la salvación y como regla de vida. En la dispensación futura del reino, Israel nuevamente asume un papel prominente en la posesión de la tierra prometida y en la sujeción a Cristo como su rey. Aunque es desproporcionadamente pequeño en comparación con los gentiles, Israel juega un papel prominente en toda la historia del mundo desde Abraham hasta el fin (para mayores detalles, véase el capítulo 20).

B. LOS PACTOS CON RELACION A ISRAEL


Los pactos bíblicos están íntimamente relacionados con las dispensaciones. Israel tiene un papel de importancia en cada uno de los pactos bíblicos, comenzando con el pacto de Abraham en Génesis 12 (véase capítulo 21, «Los pactos»).

Los cinco pactos son los factores principales en la historia y profecía de Israel. Corno señalamos anteriormente, el pacto con Abraham es la base del programa de Israel. El pacto mosaico condiciona la vida de Israel en la dispensación de la ley y se relaciona con todo el Antiguo Testamento a partir de Éxodo 19. El pacto palestino tiene que ver particularmente con la posesión de la tierra por Israel, y el desposeimiento de ella, aunque anuncia la torna de posesión permanente en el reino milenial. El pacto davídico condiciona la relación de Israel con el reinado de David y anuncia proféticamente el reinado futuro de Cristo sobre la tierra en el milenio, con David resucitado actuando como su príncipe real. El nuevo pacto profetizado en el Antiguo Testamento relaciona a Israel con las bendiciones del reino y reemplaza y contrasta con el pacto mosaico. La relación detallada de cada uno de estos pactos fue presentada en el capítulo 21.

C. LA HISTORIA EN EL A.T. DE ISRAEL

Aunque la historia de Israel empieza propiamente con Jacob, que recibió el nombre de Israel, la historia de Israel normalmente incluye la vida de Abraham e Isaac, abuelo y padre de Jacob, respectivamente. Abraham, que residía originalmente en Ur de los caldeos, fue con su padre hacia el noroeste unos 1.600 Kms. a Harán y allí llegó a ser un rico ganadero. A la muerte de su padre, en obediencia a Dios, Abraham con su esposa Sara y. su sobrino Lot llegaron a la tierra prometida, otros 1.600 Kms. hacia el sudoeste de Harán. En la tierra prometida Dios comenzó tener sus tratos con Abraham. Dios había prometido a Abraham, en el importante pacto abrahámico, que llegaría a ser un gran hombre, que llegaría a ser padre de una gran nación y que por medio de su posteridad sería bendito todo el mundo. Como vimos previamente en el estudio del pacto abrahámico, en el, capítulo. 21 estas promesas han sido literalmente cumplidas. Después que Abraham y Sara eran demasiado viejos para tener hijos, nació Isaac milagrosamente. Luego, a su debido tiempo; nacieron Jacob y Esaú e Isaac y Rebeca, siendo el menor de los mellizos, «Jacob», el escogido por Dios para ser cabeza de la nación de Israel

El relato de las vidas de Abraham, Isaac y Jacob Ocupa los capítulos 12 á 50 de Génesis y evidentemente es importante para Dios en forma especial si tomamos en cuenta que todo el relato de la creación ocupa solo dos capítulos (1 y 2) y toda la historia de la caída en el pecado sólo ocupa un capítulo (Gn. 3). Desde el punto de vista divino, la historia de Israel es la clave de la historia cómo un todo

En concordancia con la profecía dicha a Abraham en Génesis 15:13-14, Israel descendió a Egipto, en tiempos de hambre El camino había sido preparado por José, que había llegado a ser una gran autoridad en Egipto. Jacob y su familia fueron bien recibidos en la tierra de Egipto, donde fueron cuidados durante toda la vida de José.

Los .centenares de años que los israelitas vivieron en Egipto terminaron desastrosamente cuando hubo un cambio de dinastía y con ello se acabó su situación de privilegio pasando a ser esclavos. En su esclavitud clamaron al Señor; y el Señor levantó a Moisés y Josué para que, sacándolos de la tierra de Egipto, los condujesen a la tierra prometida, Aunque Israel traicionó a Dios en Cades-Barnea. (Nm. 14) y ellos vagaron durante, cuarenta años en el desierto como consecuencia, finalmente. Dios los capacitó para conquistar la .tierra que estaba al lado, oriental del Jordán, y después de la muerte de Moisés pudieran cruzar el Jordán y conquistar gran parte de la tierra prometida.

El regreso a la tierra prometida y su establecimiento como nación prosperó a través de la vida dé Josué, pero Israel se apartó de Dios y cayó en un espiral descendente como lo relata el libro de Jueces

Entonces Dios levantó al profeta Samuel, que en gran medida restauró espiritualmente a Israel y echó las bases de las glorias que el reino tendría bajo Saúl, David y Salomón. Aunque Saúl fracasó como primer rey de Israel, su sucesor David, cómo un gran guerrero, pudo conquistar mucho terreno perteneciente a la tierra prometida.

Salomón, el hijo de David, extendió su influencia hasta que puso bajo tributo la mayor parte de la tierra originalmente mencionada a Abraham, desde el río de Egipto hasta el río Eufrates. Su violación del mandato de Dios de no tener muchas esposas y de no depender de los caballos para su poderío militar (Dt. 17:16-17) preparó el camino para la división del reino y para la rápida declinación del poderío de Israel después de él. Los hijos de Salomón fueron criados mayormente por mujeres paganas que no tenían ninguna simpatía por la ley de Dios. Poco después de la muerte de Salomón se retiraron las diez tribus del Norte (Israel) y tuvieron una sucesión de reyes impíos. El juicio de Dios cayó sobre ellos en la cautividad asiria en el año 721 a.C. Las dos tribus restantes del sur (Judá), aunque tuvieron algunos reyes piadosos, siguieron el mismo camino descendente y fueron llevados cautivos por los babilonios en el año 605 a.C.

Al finalizar los 70 años de cautiverio babilónico, en concordancia con la promesa escrita en Jeremías 29:10, Israel pudo nuevamente regresar a la tierra. El libro de Esdras relata el regreso del pueblo y sus luchas de veinte años por reconstruir el templo, y Nehemías completa la historia con la reconstrucción de los muros de Jerusalén y. de la ciudad misma como un siglo más tarde. Sin embargo, cuando Israel regresó a su tierra, no siguió al Señor y cayó bajo el dominio de medos y persas durante 200 años; luego se vio envuelto en una guerra entre Siria y Egipto después de la muerte de Alejandro el Grande en el año 323 a.C.

Mientras tanto, el poder de. Roma comenzó a expandirse con la conquista de Sicilia en el año 242 a.C. Jerusalén misma fue sometida por el general romano Pompeyo en el año 63 a.C. Israel fue cruelmente tratado por los romanos, que llevaron a. cientos de miles de judíos como esclavos. Finalmente, bajo la autoridad romana fue crucificado Jesucristo, y más tarde (70 d.C.) fue destruida la ciudad de Jerusalén, e Israel se vio esparcido por todo el mundo y alejado de su tierra. Sólo en el siglo xx Israel comenzó a regresar a su tierra y volvió a formar una entidad nacional, para llegar a ser un estado reconocido en 1948.

D. LA HISTORIA DE ISRAEL Y EL CUMPLIMIENTO DE LA PROFECIA

La historia del Antiguo Testamento en gran parte es cumplimiento de las grandes profecías de las Escrituras. Centenares de profecías se han cumplido literalmente. De acuerdo con las profecías dadas a Abraham, Israel llegó a ser una gran nación. El Antiguo Testamento predijo tres expulsiones de Israel de la tierra y las tres se cumplieron: 1) en su descenso a Egipto, la esclavitud y liberación subsecuentes, y el regreso a la tierra; 2) las cautividades en Asiria y Babilonia que sacaron a Israel una vez más de su tierra, con su subsiguiente regreso de Babilonia una vez pasados 70 años; y 3) su nueva expulsión una vez más después de la destrucción de Jerusalén el año 70 de esta era. El extenso movimiento de Israel poseyendo la tierra y siendo desposeído de ella formó gran parte de su fondo histórico (Gn. 15:13-16; Dt. 28:62-67; Jer. 25:11, 12; véanse también Lv. 26:3-46; Dt. 30:1-3; Neh. 1:8; Sal. 106:1-48; Jer. 9:16; 18:15-17; Ez. 2:14, 15; 20:23; 22:15; Stg.1:1).

Son importantes para la historia de Israel las profecías dadas acerca del carácter y el destino de los hijos de Jacob (Gn. 49:1-28). En el Antiguo Testamento se dan numerosas otras profecías acerca de los tratos de Dios con las doce tribus de Israel.

Otro tema importante de la profecía y su cumplimiento se relaciona con el reino de David. De acuerdo con el pacto davídico el trono es prometido a David y su simiente para siempre (2 S. 7:16; Sal. 89:35-36; Jer. 33:21; Dn. 7:14). Las promesas de bendición y de maldición se cumplieron literalmente en los tratos de Dios con Saúl, David, Salomón y los reinos que les sucedieron en Judá e Israel.

E. LA PROFECIA DE LOS 490 AÑOS DE ISRAEL

Una de las profecías importantes dadas por medio de Daniel está en Daniel 9:24-27. Aquí, de acuerdo con la información dada por el ángel Gabriel a Daniel, «setenta semanas» o setenta sietes (490 años) iban a comprender la historia futura de Israel. Se le dijo a Daniel: «Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos» (9:24).

La profecía iba a comenzar con el mandamiento de restaurar y reconstruir a Jerusalén (Dn. 9:25), y 483 años de un total de los 490 años iban a ser cumplidos antes de la venida del Mesías Príncipe. Aunque los eruditos han diferido grandemente en la interpretación de este pasaje, probablemente el mejor punto de vista sea comenzar este período de 490 años con el tiempo de la reconstrucción de Jerusalén por Nehemías el año 445 a.C. Entonces culminaría aproximadamente el año 32 d.C., aproximadamente en la fecha en que Cristo murió en la cruz. Estudios recientes han ubicado la muerte de Cristo en el año 33, aunque otros intérpretes dan el año 30 o aun fechas anteriores.

Según la profecía de Daniel, después de quitársele la vida al Mesías, lo que ocurriría cumplidos los 483 años, pero ciertamente antes de los últimos siete años de la profecía, Jerusalén misma sería destruida (Dn. 9:26). Esto fue cumplido históricamente en la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.

Está implícito en la profecía de Daniel que hay un período considerable entre el fin de los 483 años, o las 69 semanas, y el comienzo de los últimos siete años o septuagésima semana, puesto que incluye dos sucesos separados por 40 años. La última semana se iba a caracterizar por un pacto que se hace con un príncipe futuro relacionado con el pueblo que destruyó la ciudad. Como el pueblo que destruyó la ciudad fue el pueblo romano, «el príncipe que ha de venir» (Dn. 9:26) será precisamente un gobernador del imperio romano resucitado. Muchos intérpretes miran esto como un suceso aún futuro que ocurrirá después que la iglesia haya sido arrebatada.

Este gobernador futuro hará un pacto de siete años con el pueblo de Israel, como se describe en Daniel 9:27. El pacto será quebrantado a la mitad de la semana, y los últimos tres años y medio serán de persecución y tribulación para Israel.

Este período es tema de extensas profecías en Apocalipsis capítulos 6 a 18 y termina con la segunda venida de Cristo en Apocalipsis 19. Es de especial interés la predicción de que este príncipe que ha de venir hará cesar el sacrificio y la ofrenda y ‘hará desolación en el templo. Esto implica un futuro templo en Jerusalén y una reiniciación del sistema mosaico de sacrificios por los judíos ortodoxos en el período que precede a la segunda venida de Cristo.

Es significativo que los primeros 483 años se hayan ya cumplido. Jerusalén fue reedificada en los primeros 49 años, como se indica en Daniel 9:25. El Mesías fue ejecutado despuéS de 483 años. Los sucesos de la última semana aún están en el futuro y proporcionan una cronología para el tiempo del fin que lleva hasta la segunda venida de Cristo.

F. PROFECIA ACERCA DE LA VENIDA DEL MESIAS

1 Pedro 1:10-11 señala claramente que los profetas del Antiguo Testamento no pudieron distinguir ‘las dos venidas del Mesías. La era actual era un secreto tan perfecto en los consejos de Dios que, para los profetas, los sucesos que se cumplieron en su primera venida y los que aún tienen que cumplirse en su segunda venida no estaban separados en ninguna forma en lo que se refiere al tiempo de su cumplimiento.

Isaías 61:1-2 es una ilustración de esto. Al leer este pasaje en la sinagoga de Capernaum, Cristo se detuvo repentinamente cuando terminó de leer lo referente a los rasgos que estaban predichos para su primera’ venida (Lc. 4:18-21), sin hacer referencia a los rasgos restantes que habrán de cumplirse cuando El venga otra vez. Del mismo modo, el ángel Gabriel, al anunciar el ministerio de Cristo, combinó como si fueran una sola cosa los hechos que corresponden a la primera y la segunda venidas (Lc. 1:31-33).

Según la profecía del Antiguo Testamento, Cristo iba a venir como un cordero pacífico destinado para el sacrificio (Is. 53:1-12), y como el victorioso y glorioso León de la Tribu de Judá (Is. 11:1-12; Jer. 23:5-6). Considerando estas dos extensas líneas de predicción, no’ hay que maravillarse de que hubiera perplejidad en la mente de los profetas del Antiguo Testamento en cuanto a «qué tiempo» se cumpliría todo esto (1 P. 1:10-11).

La profecía estipulaba que el Mesías sería de la tribu de Judá (Gn. 49:10), de la casa de David (Is. 11:1; Jer. 33:21), nacido de una virgen (Is. 7:14), en Belén de Judá (Mi. 5:2), que debía sufrir una muerte expiatoria (Is. 53:1-12) por crucifixión (Sal. 22:1-21), resucitar de los muertos (Sal. 16:8-11) y venir a la tierra por segunda vez (Dt. 30:3) en las nubes del cielo (Dn. 7:13). Jesús de Nazaret ha cumplido o cumplirá todas las exigencias de la profecía acerca del Mesías de una manera que ningún otro pretendiente puede hacerlo.

G. PROFECIAS ACERCA DE LA ÚLTIMA DISPERSION Y RESTAURACION DE ISRAEL

De gran importancia en las profecías acerca de Israel son las relacionadas con la dispersión final de Israel y su restauración final. Las cautividades en Asiria del reino del norte y en Babilonia del reino del sur, como castigo por el pecado, dieron como resultado el que toda la casa de Israel fuera llevada fuera de su tierra y a su debido tiempo fuera dispersada entre las naciones de la tierra. Esto fue en cumplimiento de múltiples profecías (Lv. 26:32-39; Dt. 28:63-68; Neh. 1:8; Sal. 44:11; Jer. 9:16; 18:15-17; Ez. 12:14-15; 20:23; 22:15; Stg. 1:1).

En ningún caso se perdería la identidad de Israel como nación aun a través de siglos de dispersión (Jer. 31:36; Mt. 24:34). Rechazaron la oferta divina, la provisión para su restauración y la gloria del reino que haría su Mesías en su primera venida (Mt. 23:37-39); en Cades-barnea, donde fue extendido el tiempo que tendrían que pasar en el desierto (Nm. 14:1-45), el castigo de ellos fue continuo y será continuo hasta que El venga otra vez. En aquella oportunidad El reunirá nuevamente a su pueblo, lo llevará a su tierra y los hará entrar en la gloria y bienaventuranza de todos los pactos y promesas de Jehová acerca de ellos (Dt. 30:1-10; Is. 11:11-12; Jer. 23:3-8; Ez. 37:21-25; Mt. 24:31).

H. PROFECIAS ACERCA DEL TIEMPO DEL FIN

Como se dijo en el breve estudio de Daniel 9:27, Israel tendrá un papel futuro dramático en los sucesos del tiempo del fin que desembocan en la segunda venida de Cristo. Según las Escrituras, hay cuatro movimientos importantes hacia el futuro de Israel en relación con el fin de la era.

1. La profecía dice que Israel será reconstituido como un estado político. A fin de hacer un pacto con el «príncipe que ha de venir», fue necesario que Israel volviera a constituirse nuevamente como un estado político. Ciertamente, esto se cumplió dramáticamente en mayo de 1948 cuando Israel fue reconocido como nación y se le entregó una parte de la tierra prometida como territorio. En los años siguientes sus territorios se han extendido y se ha aumentado su poderío, hasta que Israel hoy día, aunque pequeño en población, es un factor importante en los asuntos mundiales. Este es el preludio de otras profecías que deben ser cumplidas.

2. Según Daniel 9:27, Israel hará un pacto con un príncipe gentil romano, gobernador del Mediterráneo, pacto establecido para un plazo de siete años. Esto introducirá el período del pacto en que Israel tendrá una cierta medida de paz y seguridad. En este período es indudable que muchos judíos más regresarán a la tierra prometida e Israel prosperará financiera y políticamente.

3. Sin embargo, el pacto con Israel será dramáticamente quebrantado a los tres años y medio de promulgado e Israel pasará a ser un pueblo perseguido en lugar de ser favorecido. Este es el «tiempo de angustia de Jacob» (Jer. 30:7) y la Gran Tribulación (Dn. 12:1; Mt. 24:21; Ap. 7:14). A este período prestaremos más atención en los dos capítulos siguientes.

4. La gloriosa restauración de Israel en el reino milenial vendrá a continuación de la segunda venida de Cristo y proseguirá a través de mil años de reinado de Cristo en la tierra.

La importancia de comprender las cuatro etapas en la restauración de Israel se ve en el hecho de que la primera etapa ya se ha cumplido y que la segunda no ocurrirá probablemente hasta que la iglesia haya sido arrebatada. Se está preparando el escenario para los dramáticos sucesos del tiempo del fin en los cuales Israel tendrá un papel de primerísima importancia.

I. PROFECIA ACERCA DEL REINO MESIANICO Y EL DIA DEL SEÑOR

En lo que respecta a la cantidad de textos bíblicos que lo tratan, no hay tema de la profecía comparable con el del reino mesiánico. Más allá de todos los castigos predichos que han de caer sobre Israel está la gloria que recibirá cuando su pueblo sea reunido nuevamente en su tierra, con bendiciones espirituales inmensurables bajo el glorioso reino de su Rey Mesías. Esta visión fue dada a todos los profetas. Tan cierta y literalmente como Israel, en cumplimiento de la profecía, fue echado de su tierra y se le hizo pasar por sufrimientos durante todos estos siglos, así cierta y literalmente será restaurado para recibir maravillosas bendiciones en una tierra redimida y glorificada (Is. 11 - 12; 24:22 - 27:13; 35:1-10; 52:12; 54-55; 59:20-66:24; Jer. 23:3-8; 31:1-40; 32: 37-41; 33:1-26; Ez. 34:11-31; 36:32 - 37:28; 40:1 -48:35; Dn. 2: 44, 45; 7:14; Os. 3:4, 5; 13:9-14:9; Jl. 2:28-3:21; Am. 9:11-15; Sof. 3:14-20; Zac. 8:1-22; 14:9-21).

Las predicciones acerca del reino en el Antiguo Testamento son frecuentemente parte de las predicciones del regreso del rey. Cuando estos dos temas se combinan en uno, se denomina «día del Señor», lo que se refiere al período que se extiende desde el arrebatamiento de la iglesia y los juicios que siguen a este suceso sobre la tierra, hasta el fin de su reino milenial (Is. 2:10-22; Zac. 14).

Hay una serie de indicaciones de que el día del Señor comenzará tan pronto como ocurra el arrebatamiento de la iglesia. Los sucesos más importantes del día del Señor, en consecuencia, parecen incluir la gran tribulación y los juicios de Dios que preceden a la segunda venida del Señor, y los juicios que habrá en la segunda venida de Cristo y todo el millar de años que Cristo reinará sobre la tierra.

Puesto que muchas de las grandes profecías no se habían cumplido por el tiempo en que se completó el Antiguo Testamento, la revelación del Nuevo Testamento es esencial para presentar el relato completo y detallado de los diversos cumplimientos del Antiguo Testamento y las muchas profecías que aún quedan por cumplirse. La historia de Israel en la historia y la profecía se ha cumplido en gran parte, pero los grandes sucesos aún están en el futuro. Se está acumulando la evidencia de que el tiempo final cuando Israel vuelva a lo suyo está muy cerca.

Francis Suarez
Fuentes:
1-Adorador.com
2-Grandes Temas Biblicos, CLIE, España

¿Qué es el premilenialismo?"

Pregunta: "¿Qué es el premilenialismo?"
El premilenialismo es la opinión de que la Segunda Venida de Cristo ocurrirá anterior a Su Reinado Milenial, y que el Reino Milenial es literalmente de un período de 1,000 años. Para poder entender e interpretar los pasajes de la Escritura que tratan sobre los eventos del final de los tiempos, hay dos cosas que debemos entender claramente: (1) un método apropiado para la interpretación de la Escritura, y (2) la diferencia entre Israel (los judíos) y la Iglesia (el conjunto de todos los creyentes en Jesucristo).

Primero: Un método apropiado para la interpretación de la Escritura, requiere que la Escritura sea interpretada de manera que sea consistente en su contexto. Esto es, que un pasaje debe ser interpretado de manera que sea coherente con la audiencia para quien fue escrita, aquellos de quien se escribe, por quién fue escrito, etc. Es crucial conocer al autor, la audiencia a quien se proyecta, y los antecedentes históricos de cada pasaje que se interpreta. Al establecer el aspecto histórico y cultural con frecuencia revelará el significado correcto que tiene un pasaje. También es importante recordar que la Escritura interpreta la Escritura. Esto es, muchas veces un pasaje cubrirá un tópico o tema que también es referido en alguna otra parte de la Biblia. Es importante interpretar todos estos pasajes consistentemente uno con el otro.

Finalmente, y lo más importante, los pasajes deben siempre ser tomados en su significado normal, regular, sencillo y literal, a menos que el contexto del pasaje indique que es de naturaleza figurativa. Una interpretación literal no eliminará la posibilidad de que se usen figuras del lenguaje. Más bien, anima al interprete a no incluir el significado del lenguaje figurativo en el pasaje, a menos que sea apropiado por ese contexto. Es crucial nunca buscar un significado más “profundo, más espiritual” que el que es presentado. Esto es peligroso, porque cuando se hace, las bases para la verdadera interpretación se colocan en la mente del lector, en lugar de las que vienen de las Escrituras. En este caso no puede haber objetivos comunes de interpretación, sino que la Escritura se convierte en objeto de la impresión y significado propio de todas y cada una de las personas que la leen. 2 Pedro 1:20-21 nos recuerda“entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”

Aplicando estos principios de interpretación bíblica, debe verse que Israel (los descendientes físicos de Abraham) y la Iglesia (todos los creyentes) son dos grupos diferentes. Es crucial reconocer y entender que Israel y la Iglesia son distintos, porque si esto no es comprendido, la Escritura será malinterpretada. Específicamente, los pasajes que tratan con las promesas hechas a Israel (tanto cumplidas como por cumplir) son propensas a malentenderse y malinterpretarse si uno trata de aplicarlas a la iglesia, y viceversa. Recuerda, ¡el contexto del pasaje determinará para quién fue escrito, y guiará a la interpretación más certera!

Con estos dos conceptos en mente, veamos varios pasajes de la Escritura que tratan con la visión del premilenialismo. Comencemos en Génesis, en su capítulo 12, versos 1-3. Ellos leen, “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”

Aquí Dios promete a Abraham tres cosas: que Abraham tendría muchos descendientes, que esta nación ocuparía y poseería una tierra, y que del linaje de Abraham (los judíos) vendría una bendición universal que llegaría a toda la humanidad. En Génesis 15:9-17, Dios ratifica Su pacto con Abraham. En la manera en que esto es hecho, Dios coloca toda la responsabilidad del pacto sobre ÉL mismo. Esto es, no había nada que pudiera hacer Abraham que ocasionara el fracaso del pacto que Dios hizo. También en este pasaje, se establecen las fronteras para la tierra que los judíos eventualmente ocuparían. Para una lista detallada de los límites, ver Deuteronomio 34. Otro pasaje que trata con la promesa de la tierra; Deuteronomio 30:3-5 y Ezequiel 20:42-44.

2 Samuel, capítulo 7 trata de Cristo gobernando durante el milenio. 2 Samuel 7, versos 11.17 registra una promesa hecha por Dios al rey David. Aquí Dios le promete a David que tendrá descendientes y que de esos descendientes Dios establecerá Su reino eterno. Esto se refiere al gobierno de Cristo durante el Milenio, y para siempre. Es importante tener en mente que esta promesa debe ser cumplida literalmente, y que aún no ha tenido lugar. Algunos creerían que el gobierno de Salomón fue el cumplimiento literal de esta profecía, pero hay un problema con eso; El territorio sobre el cual Salomón reinó, no es propiedad de Israel en la actualidad, y Salomón tampoco reina sobre el Israel actual. Recuerda que Dios prometió a Abraham y a sus descendientes que poseerían la tierra para siempre, lo cual aún no ha sucedido. También 2 Samuel 7 dice que Dios establecería un Rey que reinaría eternamente, Por lo tanto Salomón no pudo ser el cumplimiento de la promesa hecha a David. Por consiguiente, ¡esta es una promesa que aún tiene que ser cumplida!

Ahora, con esto en mente, examina lo que está registrado en Apocalipsis 20:1-7,“Vi un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años, y lo arrojó al abismo, y lo encerró y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él mil años. Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión.”

Los mil años que son mencionados repetidamente en Apocalipsis 20:1-7 corresponden literalmente al reinado de 1,000 años de Cristo sobre la tierra. Recuerda que la promesa hecha a David, respecto al reinado tiene que ser cumplida literalmente, y aún no ha tenido lugar. El Premilenialismo ve que este pasaje describe el futuro cumplimiento de la promesa con Cristo en el trono. Dios hizo pactos incondicionales con ambos Abraham y David. Ninguno de estos pactos han sido cumplidos total o permanentemente. La única manera de que estos pactos puedan ser cumplidos como Dios prometió que serían, es el literal y físico reinado de Cristo en la tierra.

El aplicar un método de interpretación literal a la Escritura, da como resultado que las piezas del rompecabezas se unan. Todas las profecías Del Antiguo Testamento sobre la Primera Venida de Jesucristo fueron cumplidas literalmente, Por lo tanto, debemos esperar que las profecías respecto a Su Segunda Venida, también sean cumplidas literalmente.

El Premilenialismo es el único sistema que concuerda con una interpretación literal de los pactos de Dios y la profecía del fin de los tiempos.
Recopilado by. FS.

Articulo Biblico : Restaurando el Planeta By Jack Kelley

Restaurando el Planeta Tierra


Un comentario Bíblico por Jack Kelley


“Y Jesús les dijo: Ciertamente les digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, ustedes que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel” (Mateo 19:28).


“Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin.” (Apocalipsis 21:5-6).




Los juicios de los tiempos finales serán en extremo devastadores, y el Señor advirtió que si no les ponía fin en el momento asignado, nadie podría sobrevivir (Mateo 24:22). Pero a causa de los elegidos, Él les pondría fin y cuando lo haga se iniciará la restauración de la Tierra.


Yo creo que una de las funciones complementarias de los juicios de los tiempos finales es para que se inicie el proceso de hacer que la Tierra vuelva a la condición que tenía justo después de la creación. Es como si la Gran Tribulación es la fase de demolición de esa restauración. Esto lo sugieren frases como “Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados” (Apocalipsis 16:20) y “el mar ya no existía más”(Apocalipsis 21:1). Y hablando de dónde se encuentra el Señor actualmente Pedro le dijo a la gente, “quien ciertamente es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas” (Hechos 3:21).


Al comparar versículos como este con el retorno de los lapsos de vida más largos como lo indica Isaías 65:20, yo creo que la mayor parte de los océanos y mares actuales ya sea que regresen a sus orígenes subterráneos o que se evaporen a la atmósfera superior para establecer el toldo de vapor que una vez rodeó la Tierra (Génesis 1:6-7) y así favorecer los largos lapsos de vida previos al diluvio.


“Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del SEÑOR, la hermosura del Dios nuestro


El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos” (Isaías 35:1-2, 7)


“En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca. Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad cipreses, pinos y bojes juntamente, para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano del SEÑOR hace esto, y que el Santo de Israel lo creó” (Isaías 41:18-20).


Los montes serán bajados y el fondo del mar será alzado. Manantiales y ríos correrán a través de tierras que han estado áridas por miles de años. Los grandes desiertos se convertirán en verdes planicies una vez más. La inclinación actual del eje de la Tierra es el causante de las extremas diferencias en el clima del mundo y es lo que hace que grandes áreas de tierra sean inhabitables. Yo creo que todo eso será corregido al momento de la Segunda Venida. El eje de la tierra será enderezado y el año será acortado a sus 360 días originales. La Tierra una vez más va a disfrutar de un clima sub tropical a nivel mundial como lo tenía antes de que Adán lo perdiera y los efectos terribles del pecado fueran soltados sobre la Tierra. Esto es algo que la creación ha estado esperando ansiosamente desde entonces.


“Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios” (Romanos 8:19-21).


Y esta restauración no estará limitada a la Tierra solamente. Una sanidad masiva y espontánea va a corregir todas las imperfecciones de una humanidad caída.


“Mas a ustedes los que temen mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldrán, y saltarán como becerros de la manada” (Malaquías 4:2) “Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo” (Isaías 35:5-6)


Cuando el Señor retorne en gloria la espera terminará, y pronto después la creación una vez más será un jardín exuberante. Él hará los desiertos como el Edén, las tierras áridas como los huertos del Señor (Isaías 51:3).


Algunas personas tienen problemas con esto porque están muy enamoradas de la creación como la ven actualmente. Recuerdo leer acerca de una persona que le pedía a Dios que no la llevara en el Rapto porque ella no podía imaginarse nada tan bello como la Tierra actual, ni aun el Cielo. Personas como esta están muy limitadas en su pensamiento. Están basando el futuro sobre el pasado en lugar de en las promesas de Dios. No se detienen a pensar que si la Tierra es tan bella a pesar de estar bajo maldición, ¿cuánto más bella será cuando la maldición sea removida y la Tierra sea restaurada a su condición original?


“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo se los hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para ustedes. Y si me fuere a prepararles un lugar, vendré otra vez, y los tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, ustedes también estén” (Juan 14:2-3).


Además, las personas que piensan así no se dan cuenta de que el Señor ha pasado 2000 años“preparándonos un lugar” en la casa de Su Padre. Él no regresa para estar con nosotros aquí en donde nos encontramos; Él regresa para llevarnos con Él a donde Él está. La Iglesia ya no le llamará hogar a la Tierra sino que morará con Él en la casa de Su Padre. ¿Es que estas personas realmente creen que después del Rapto, cuando veamos toda la eternidad desplegada frente a nuestros ojos, nos desilusionaremos con nuestro futuro que vamos a desear regresar a esta creación caída?


Pero nuestro enfoque aquí es la restauración del Planeta Tierra, en donde Israel una vez más será la nación más favorecida. Una de las pistas que tenemos de que la Era del Reino en la Tierra se ocupa de Israel y no de las naciones gentiles y ni siquiera de la Iglesia, es que casi todos los pasajes que la describen se encuentran en el Antiguo Testamento, y en su mayoría se centran en Israel.


De ellos sabemos acerca del florecimiento del desierto (Isaías 35:1-2), de la tierra siendo tan fértil que antes que la gente pueda terminar la cosecha será de nuevo tiempo de sembrar (Amós 9:13). La paz fluirá como un río y la riqueza de las naciones como torrente que se desborda (Isaías 66:12). En Jerusalén los ancianos y las ancianas se sentarán en las calles llenas de muchachos y muchachas que están jugando (Zacarías 8:4-5). Y en el campo, “se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca del SEÑOR de los ejércitos lo ha hablado” (Miqueas 4:4).


La paz prevalecerá en el reino animal también. Los animales que son depredadores y los que son presas vivirán lado a lado, y sus pequeñuelos se van a echar juntos, todos ellos viviendo de nuevo en perfecta armonía unos con los otros y con la raza humana (Isaías 11:6-8). Habrá otra reversión de las condiciones existentes después del diluvio, cuando el temor y el pavor del hombre cayó sobre todas las bestias de la tierra y las aves del cielo (Génesis 9:2-3).


Y así el momento de restauración habrá llegado, y en todas sus formas la Tierra volverá a ser como era en el principio. A cualquier lugar que uno vaya habrá paz en la Tierra y buena voluntad hacia todas las personas, tal y como el ángel Gabriel lo prometió a los pastores hace tanto tiempo ya. El mismo Señor va gobernar, y la gente vendrá de todas partes del mundo para aprender de Él.


“Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa del SEÑOR como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Vengan, y subamos al monte del SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas.


Porque de Sion saldrá la ley (la Torá), y de Jerusalén la palabra del SEÑOR. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra” (Isaías 2:2-4)


Pero como siempre ha sido, la semilla de rebelión aun permanecerá en el corazón del hombre natural. Las personas tendrán todas las ventajas concebibles en esto, lo cual será su última oportunidad para vivir en paz con Dios. Pero dentro de una generación o dos esa semilla volverá a germinar cuando las personas sobrevivientes de la tribulación sean mayores de edad. Algunas de ellas elegirán seguir a sus padres al pie de la cruz para recibir su redención personal. Pero con cada generación que nace un número creciente de esas personas no lo hará. Y eso sucederá aun cuando Satanás está atado, cuando el mismo Señor es su Rey, y la Ley de Dios será la ley de todas ellas.


Es que no existe ninguna condición o circunstancia que le permita al hombre natural con su naturaleza pecaminosa vivir en paz con Dios. Conforme se acerca el final de la Era del Milenio, las personas incrédulas sobrepasarán ampliamente a las que son creyentes, especialmente entre las naciones. Cuando Satanás es soltado se levantarán como un solo hombre y marcharán a través de la anchura de la Tierra para rodear el campamento del pueblo de Dios y la ciudad que Él ama en un intento final de expulsar al Señor del planeta Tierra. Pero fuego descenderá del cielo que los consumirá a todos, y Satanás será capturado de nuevo, pero esta vez para ser lanzado en el lago de fuego para siempre (Apocalipsis 20:9-10).


Después del Milenio, Dios a el hombre volverán a disfrutar de un nuevo comienzo, llamado Eternidad. La Biblia no nos brinda ninguna información sobre ello porque termina al final del Milenio. Una cuidadosa lectura muestra que en Apocalipsis 20, Juan, después de seis versículos, saltó hacia adelante para describir los destinos finales de Satanás y de todas las personas incrédulas mientras hablaba sobre el tema (Apocalipsis 20:7-15). Luego en Apocalipsis 21:1-27 Juan se devolvió al principio del Milenio para mostrarnos la Nueva Jerusalén, y en Apocalipsis 22:1-5 nos brinda un vistazo de la vida en la Tierra durante el Milenio. Esto lo sabemos porque Apocalipsis 21:1 es una cita directa de Isaías 65:17 en donde el contexto es la era del Reino en Israel y Apocalipsis 22:1-2 es un resumen de Ezequiel 47:1-12, el cual también es un pasaje del milenio


Como parte de la Iglesia definitivamente estaremos a la cabeza para entrar en la Eternidad, como lo estarán los creyentes resucitados tanto de los tiempos del Antiguo Testamento como de la Semana Setenta de Daniel. Pero tendremos que esperar por lo menos hasta el Rapto para ver cómo será eso. Todo lo que sabemos por el momento es que esa será la aventura más grandiosa jamás diseñada para la humanidad, y nosotros estaremos en primera fila cuando llegue el momento para disfrutarla. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 19/01/13