A continuacion les presento, un trabajo realizado por Jack Kelley, sobre como sera la vida en la tierra durante los primeros Mil Años de reinado de Cristo, el llamado (Milenio).
La vida en la tierra durante el milenio
Sunday,
March 1st, 2015
Domingo, 1 de marzo de 2015
Un Estudio
Bíblico por Jack Kelley
Hal Lindsey
especuló una vez que cuando Satanás sea enjuiciado le lanzará dos acusaciones a
Dios. “Tú no eres justo y Tú no tienes amor”. En estudios anteriores vimos cómo
Dios demostró Su justicia perfecta a través de Israel y Su amor perfecto a
través de la Iglesia. En este estudio halaremos acerca de un tiempo en el
futuro cuando tanto la justicia perfecta como el amor perfecto gobernarán las
vidas de las personas en la Tierra.
Israel vivió
bajo un sistema de leyes absolutamente justas. Era claro y conciso, no tenía
excepciones, ni mostraba ningún favoritismo. Había bendiciones para la
obediencia y castigo para la desobediencia en una obvia relación de causa y
efecto. Lo que ellos determinaban eso obtenían. Dios les dijo, “Si ahora
ustedes prestan oído a mi voz, y cumplen mi pacto, serán mi tesoro especial por
encima de todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece. Ustedes serán
para mí un reino de sacerdotes y un pueblo santo” (Éxodo 19:5-6).
A la Iglesia
se le mostró las incomparables riquezas de la gracia de Dios. Nosotros somos
los más bendecidos entre cualquier otro grupo de la humanidad y lo único que se
nos pide es que aceptemos por fe el regalo gratuito de la salvación el cual fue
adquirido por adelantado para nosotros con la vida del mismo Dios. Así es, Dios
se complace si vivimos nuestras vidas de una manera que le exprese nuestra
gratitud a Él, y nos recompensa por hacerlo, pero lo único que Él requiere es
que creamos en aquel que Él envió. “Entonces le dijeron: «¿Y qué debemos
hacer para poner en práctica las obras de Dios?» Jesús les respondió: «Ésta es
la obra de Dios: que crean en aquel que él ha enviado.»(Juan 6:28-29).
En la Era del
Reino las personas creyentes serán salvas por fe, como la Iglesia, pero estarán
obligadas a guardar la Ley como evidencia de su fe, como Israel. Digo esto
porque está muy claro que la salvación por gracia por medio de la fe solamente,
terminará con el Rapto de la Iglesia. De otra forma no habría necesidad para un
templo en Israel durante el milenio, requiriendo que todas las naciones hagan
una peregrinación anual al Templo del Señor. El Señor les enseñará Sus caminos
y las personas caminarán en Sus pasos, y la Ley (la Torá) saldrá de Sion y la
palabra del Señor de Jerusalén.
Por
consiguiente, la justicia perfecta y el amor perfecto estarán combinados. Esta
será la respuesta final de Dios a Satanás y Su intento final de morar en paz
entre Su pueblo. ¿Funcionará, o como Israel y la Iglesia antes de esto, la Era
del Reino terminará en un fracaso?
Solamente
hemos hablado sobre la Ley y la Gracia, pero realmente hubo otros cuatro
intentos de lograr una coexistencia pacífica entre Dios y el ser humano, los
cuales nos llevan a estos últimos dos. Para poder comprender totalmente la
historia del ser humano con su Creador, es necesario que repasemos estos otros
intentos también. Se les llama Dispensaciones, o administraciones, y son siete
en total.
Las Siete
Dispensaciones
A través de
la historia Dios ha tratado con Su pueblo en diferentes formas como parte del
proceso de revelar Su carácter. Cada una de estas dispensaciones dio inicio con
un acuerdo entre Dios y el ser humano el cual subsecuentemente este último
violó, terminando esa relación en un fracaso y requiriendo así el juicio de
Dios.
1).
Inocencia… Entre la Creación y la caída del ser humano
Dios interactuó libre y personalmente con el mismo. El ser humano fue creado
como un ser inmortal y así como tenía el poder de decisión no tenía una
naturaleza pecaminosa. Dios colocó a Adán y Eva en Su paraíso y solamente les
dio una restricción. Ellos no debían comer del árbol del conocimiento del bien
y del mal. Pero ellos violaron esa única restricción y fueron expulsados del
paraíso. Adán, Eva, y la serpiente fueron juzgados, la Creación fue maldecida y
el pecado entró en el mundo.
2).
Conciencia… Entre la caída del
ser humano y el diluvio universal Dios le permitió a la conciencia del mismo
gobernar sin la intervención divina. Debido a la recién adquirida naturaleza
pecaminosa del ser humano, el resultado fue “que la maldad de los seres
humanos era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del
corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5).
Después de repetidas advertencias, Dios destruyó a todos los miembros de la
raza humana, menos a ocho de ellos, en el diluvio universal.
3). El Gobierno
Humano… desde el diluvio universal a la Torre de
Babel. Después del diluvio Dios le permitió al ser humano establecer su primer
sistema de gobierno. Pero la gente desobedeció el mandato de Dios de ir a
poblar la tierra, y en vez de eso se dedicó a edificar una gran ciudad y una
torre para protegerse de otro diluvio. También la gente utilizó esa torre para
estudiar astrología, que es una corrupción del Evangelio que Dios había escrito
en las estrellas utilizando el nombre de las 12 constelaciones. Por eso Dios le
dio a cada una de las 70 familias de los seres humanos un lenguaje único para
que las otras familias no las pudieran entender. Esto causó confusión y
desconfianza entre la gente así que se separaron para dispersarse por todo el
mundo, y Dios destruyó la torre.
4). La
Promesa… Dios apartó a los descendientes de Abraham
como Su pueblo escogido y les prometió a Abraham y a Sara un hijo por medio del
cual, les dijo, Él bendeciría al mundo. Pero se cansaron de aguardar Su
promesa, así que por su propia cuenta produjeron un hijo, llamándolo Ismael.
Más tarde, cuando Dios les dio a Isaac, el hijo que Él les había prometido,
Ismael fue despedido produciendo la mala sangre entre Ismael (los árabes) e
Isaac (los judíos), la cual continúa hasta el día de hoy.
5). La Ley… desde el Monte Sinaí hasta Pentecostés. Después que Dios sacó a
los israelitas de Egipto, le dio a Moisés los 10 Mandamientos y les ofreció a
los judíos la tierra que le había prometido a Abraham junto con una vida de paz
y de plenitud si obedecían Su Ley. Después de 2000 años de estar vacilantes
entre la obediencia y la rebelión que tuvo como resultado su rechazo del
Mesías, Dios finalmente tuvo suficiente, los expulsó de su tierra y los
dispersó por todo el mundo. (Pero no para siempre. La Dispensación de la Ley
fue interrumpida siete años antes de su tiempo establecido. Después del Rapto,
durante los 7 años finales, también conocidos como la Semana 70 de Daniel,
Israel tendrá una oportunidad final para vivir en obediencia a Dios y aceptar a
su Mesías.)
6). La
Gracia… la Era de la Gracia. Al no ser ya requerido
que la justicia se obtuviera por medio de la obediencia a la Ley, Dios impuso
Su propia justicia al hombre por la gracia mediante la fe en la obra completa
del Señor Jesús, prometiendo la bendición eterna y un lugar en Su propia casa
para todas las personas que la aceptaran. Fue el regalo escandalosamente más
lujoso jamás dado, el cual es gratuito con solamente pedirlo. Pero hacia el
final de la Era de la Gracia la mayor parte de la humanidad habrá rechazado Su
regalo, escogiendo la gente en lugar de eso vivir bajo sus propios términos,
apostando ya sea que Dios no existe, y si existe, que Él les permitirá entrar
en Su reino de todas maneras. Después de remover a los relativamente pocos que
han aceptado Su regalo para que estén seguros con Él, Él castigará al resto de
ellos a través del tiempo más severo de juicio que jamás haya tenido la Tierra.
7). El Reino… es el Reino de mil años del Señor, también conocido como el
Milenio. En el comienzo Satanás será atado, todos los incrédulos serán
expulsados del planeta, la maldición será removida, y Dios una vez más va a
morar en medio de Su pueblo. Ustedes pensarán que finalmente el hombre podría
vivir de una manera agradable a Él. Ya sea que lo haga o no, es el objeto de
nuestro estudio.
¿A quién le
llama usted un fracasado?
Algunas
personas en la Iglesia pueden cuestionar el punto de vista de que la Era de la
Gracia ha sido un fracaso, pero eso es porque nosotros estamos entre las pocas personas
que hemos aceptado el regalo gratuito del perdón del Señor y, por consiguiente,
vamos a disfrutar de sus beneficios. Recuerden, el deseo de Dios es
reconciliarnos con Él (Colosenses 1:19-20). Él no quiere que nadie
perezca sino que todos lleguen al arrepentimiento (2 Pedro 3:9). Y sin
embargo, durante los últimos 2.000 años la mayoría de las personas han
rechazado Su regalo y se han ido por su propio camino. Después de haber hecho
todo lo que Él podía hacer, aun quedándose corto para no violar el libre
albedrío del ser humano al obligarlo a aceptar el perdón que Él ofreció, la
mayor parte de la humanidad lo habrá rechazado. ¿Lo podrá usted culpar por
ponerse tan bravo hasta llegar a derramar Su ira completa en contra de la
humanidad?
Aun en la
Iglesia la respuesta al regalo gratuito de Dios de la vida eterna, ha sido más
apatía que adoración. Cuando menos de un 10% de la gente que alegan haber
nacido de nuevo han adoptado una visión bíblica del mundo, queda claro que
existe una seria ruptura entre Su regalo y nuestra gratitud. Cuando comparamos
eso a la meta deseada por Dios, la Era de la Gracia ha sido un fracaso.
Nada de esto
sorprende más a Dios que el resultado de Sus intentos previos. Él no hace las
cosas para ver cómo respondemos. Ya Él conoce eso. Él hace las cosas para que
podamos ver cómo es que vamos a responder nosotros. Pablo dijo que todo lo que
se había escrito en el pasado se había escrito para nuestra enseñanza (Romanos
15:4). Hasta el momento, la lección ha sido que no importa lo que Dios ha
hecho para acercarnos más a Él, el ser humano no es confiable y es rebelde,
alejando a Dios de sí mismo y, como resultado, acarreándose el juicio sobre sí.
Y ahora para
el reino
Antes de
continuar, recordemos que la Iglesia estará en la Nueva Jerusalén durante el
Milenio, y no en la Tierra. La gente que estará en la Tierra será Israel y los
sobrevivientes de la Gran Tribulación, las cuales serán personas creyentes,
quienes repoblarán las naciones. Todavía en su estado natural, a esas personas
pronto se les unirán los hijos e hijas que tendrán.
Entonces,
¿qué hay sobre la Era del Reino, será también un fracaso? Un estudio sobre la
Era del Reino muestra que al inicio la vida en la tierra será tan similar al
cielo como uno se la pueda imaginar. Habrá paz en la tierra, y buena voluntad
para con los seres humanos, tal y como el ángel se lo prometió a los pastores
en la noche del nacimiento del Señor (Lucas 2:14). La creación, ya
liberada de la maldición, responderá ansiosamente al esfuerzo del cuidado del ser
humano, con cosechas tan abundantes que habrá tiempo para sembrar una nueva
cosecha antes que pueda recogerse la cosecha Anterior (Amós 9:13). Un
clima perfecto y una generosidad abundante harán que el trabajo de la gente sea
un gozo en lugar de una carga pesada. Lapsos de vida prolongados retornarán
pues las enfermedades y los males físicos serán cosa del pasado. “Aún han de
morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual con bordón en
su mano por la multitud de los días. Y las calles de la ciudad estarán llenas
de muchachos y muchachas que jugarán en ellas” (Zacarías 8:4-5).
Esto será cierto en todo el mundo porque el Señor solucionará las disputas
entre las naciones. Ya no tomarán las armas para pelear unos con otros, como
tampoco se entrenarán más para la guerra (Isaías 2:4). “Cada uno se
sentará bajo su vid y a la sombra de su higuera, y no habrá nadie que pueda
amedrentarlos” (Miqueas 4:4).
La Biblia
solamente menciona un Templo en el Milenio. Estará en Israel y los sacrificios
diarios volverán a ser la norma, los cuales serán administrados por el
sacerdocio levítico. El Templo del Milenio será muy distinto a los Templos
históricos. No habrá altar del incienso, ni Menora, ni arca de la alianza, ni
la fuente de lavarse. El velo entre el Lugar Santo y el Lugar Santísimo será
reemplazado por una mampara de madera, y todo su interior estará recubierto de
madera en lugar de oro, como en los templos anteriores. De las fiestas
levíticas solamente se celebrará la Pascua (sin cordero), los Panes sin
Levadura, y los Tabernáculos, con la representación mundial en la fiesta de los
Tabernáculos (Ezequiel 40-46). A pesar de que la Biblia no lo menciona,
me imagino que el resto del mundo va a utilizar algún sistema de adoración tipo
sinagoga, primeramente desarrollado por Ezequiel durante el cautiverio
babilónico el cual se usa hoy en día.
Solamente se
nos da atisbos del comienzo y del fin de la Era del Reino, pero debido a las
asombrosas diferencias en los dos, podemos suponer que después de un período de
tiempo las cosas comenzarán rápidamente a ir cuesta abajo. La administración
del Señor será justa pero inflexible. Él las regirá con vara de hierro y Su
castigo por la desobediencia será duro y rápido. Por ejemplo, las naciones que
rehúsen participar en la fiesta anual de los Tabernáculos no recibirán lluvia (Zacarías
14:16-19).
Pero el ser
humano natural tiene una naturaleza pecaminosa y eventualmente se rebelará en
contra del gobierno del Señor. El Salmo 2 nos cuenta la historia.
“¿Por qué
se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los
reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra el SEÑOR y contra su
ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas.
El que mora
en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en
su furor, y los turbará con su ira. Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi
santo monte” (Salmo 2:1-6).
Una vez más
los seres creados presumirán que pueden librarse del gobierno de su Creador.
Pero el Rey que rige la Tierra fue puesto allí por el mismo Dios, y eso lo hace
el Rey de sus reyes. Luego Él les recordará cuál es la posición de ellos en la
jerarquía.
“Yo
publicaré el decreto; el SEÑOR me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré
hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los
confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de
alfarero los desmenuzarás. Ahora, pues, oh reyes, sean prudentes; admitan
amonestación, jueces de la tierra. Sirvan al SEÑOR con temor, y alégrense con
temblor. Honren al Hijo, para que no se enoje, y perezcan en el camino; pues se
inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él
confían.” (Salmo 2:7-12).
En un evento
que más tarde fue modelado en la ceremonia de adopción bíblica (Gálatas
4:4-7), el Padre formalmente nombra a Su Hijo el heredero de Su posesión
legándole Su herencia. Todas las naciones son Suyas, y Él tiene la autoridad de
regirlas como mejor le plazca. La elección del ser humano será obedecer o
sufrir las consecuencias. La obediencia será recompensada con bendición, pero
la rebelión acarreará la destrucción.
Tampoco se
nos dice cuántas personas serán salvas durante el Milenio, ni cuál será su
destino. Lo que se nos dice es que al final de los mil años de la Era del Reino
Satanás será soltado y no tendrá ningún problema para reclutar un enorme
ejército para un último intento de recuperar su imperio perdido. Él encontrará
una audiencia que está lista para escuchar su engaño y su ejército pronto será
tan numeroso como la arena del mar. De todas partes del mundo se reunirán para
rodear al pueblo de Dios y Su Ciudad Santa. Pero con una rápida y repentina
ráfaga de fuego desde el Cielo, todos serán consumidos y Satanás será lanzado
al lago de fuego por toda la eternidad (Apocalipsis 20:7-10). Una vez
más, el ser humano se rebela, Dios lo juzga y otra Era termina en fracaso.
“Entonces
vendrá el fin, cuando él (Jesús) entregue el reino al Dios y
Padre, y haya puesto fin a todo dominio, autoridad y poder. Porque es necesario
que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies, y
el último enemigo que será destruido es la muerte. Porque Dios sujetó todas las
cosas debajo de sus pies.
Y cuando dice
que todas las cosas quedaron sujetas a él, es evidente que esto no incluye a
aquel que puso todas las cosas debajo de sus pies. Pero una vez que todas las
cosas queden sujetas a él, entonces el Hijo mismo quedará sujeto al que puso
todas las cosas debajo de sus pies, para que Dios sea el todo en todos” (1 Corintios 15:24-28).
En ese
momento, la respuesta de Dios a las acusaciones de Satanás será completa, y Su
juicio será final. El Cielo y la Tierra serán purificados. La Eternidad dará
comienzo, y Dios reinará supremo. ¡Aleluya! 01/03/15.
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