Interpretaciones Biblicas
¿Quiénes son los 144.000 que
menciona Apocalipsis 7?
La Biblia enseña que después del arrebatamiento de la
iglesia, cuando Cristo venga en las nubes a buscar su iglesia, cuando la haya
sacado del escenario de este mundo y la traslade a las mansiones celestiales;
entonces comenzarán los juicios de Dios sobre aquellos que rechazaron o fueron
indiferentes con la oferta de salvación del Señor Jesucristo.
Ese período de los siete años donde Dios volcará las copas
de su ira, se conoce en la Biblia como la Gran Tribulación (Mt.24: 21), que concluirá con la guerra del Armagedón, cuando
Cristo venga con sus huestes celestiales a tomar el reino que le corresponde (Ap.19: 11-19). Entonces pondrá sus pies
sobre el monte de los Olivos (Zc. 14:4).
Cuando nuestro Rey y Señor Jesuscristo viene por Su iglesia antes que comience la Gran
Tribulación, lo hace secretamente, como ladrón en la noche (Ap.3: 3), como la estrella resplandeciente de la mañana (Ap.22: 16). Allí no desciende
hasta la tierra, sino que solamente viene en el aire y se lleva su iglesia. (1Ts. 4:16 )“Porque el Señor mismo con voz
de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y
los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los
que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para
recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.
Con ese acontecimiento glorioso que asombrará al mundo
entero por la gran cantidad de personas que se desvanecerán de la faz de la
tierra, se cerrará la puerta de la salvación para todos los gentiles (todos aquellos que no son judíos). (Mt. 25:10-12) “vino el esposo; y las que
estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después
vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él,
respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco”.
Lo mismo sucedió en el juicio universal que Dios mandó en
los días de Noé, cuando él y su familia hubieron entrado en el arca, Dios cerró
la puerta y nadie más pudo entrar para obtener salvación. (Gn. 7:16) “y Jehová le cerró la puerta” vr. 23 “y
quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca”.
En (Mt.24: 37-38)
dice: "Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del
Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo,
casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el
arca".
La puerta de la salvación se cerrará para los gentiles
porque su número esté completo. Habrá llegado entonces la plenitud de la
iglesia, es decir, nadie más se podrá añadir a ese cuerpo que constituye la
esposa de Cristo. Pero será en ese momento, cuando la iglesia completa es
llevada por el Señor al cielo, que comenzará la Gran Tribulación aquí en la
tierra y Dios nuevamente entrará en tratos con la nación de Israel. (Rm. 11:25-26) “Porque no quiero, hermanos, que
ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros
mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya
entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo”.
Durante ese período de los juicios de la Gran Tribulación,
Dios traerá al arrepentimiento a Su pueblo terrenal Israel, los “amigos del esposo” (Jn.3: 29). Y lo hará por medio de la
predicación del evangelio del reino (Mt.24:
14), que no es el mismo evangelio de la gracia que predica la iglesia.
Esa predicación que se esparcirá por todo el mundo estará a
cargo de los 144.000 que indica en (Ap.
14: 3) “Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro
seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino
aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la
tierra”.
En esto no existe ningún misterio, porque la Biblia enseña
claramente que estos 144.000 serán
de las doce tribus de Israel, doce mil de cada una. Son judíos que saldrán a
predicar el evangelio del reino a los judíos que están esparcidos por todo el
mundo durante la Gran Tribulación.
(Ap. 7:2-8) "Vi también a otro ángel que subía de
donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los
cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra
y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles,
hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. Y oí el
número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las
tribus de los hijos de Israel. De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la
tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados. De la
tribu de Aser, doce mil sellados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De
la tribu de Manasés, doce mil sellados. De la tribu de Simeón, doce mil
sellados. De la tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de Isacar, doce
mil sellados. De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José,
doce mil sellados. De la tribu de Benjamín, doce mil sellados".
El Fruto de su labor evangelística se menciona en (Ap. 7: 9) “Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y
pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero,
vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos”.
No existe ninguna duda que todos estos que se salvarán
durante la Gran Tribulación son israelitas, porque el mismo contexto aclara que
son judíos que estaban esparcidos en todas las naciones, de todas las tribus y
hablando diferentes lenguas de los lugares que pertenecían. Por lo demás, el
número de gentiles salvados se completó cuando vino Cristo y se llevó Su
iglesia (1Ts.4: 17, Rm.11: 25-26).
Pero el
siguiente ciclo de juicios se retrasará hasta que otro evento se lleve a cabo.
Este es la comisión de los 144.000 judíos quienes muchos creen que serán los
que evangelizarán el mundo durante la Semana Setenta de Daniel. Llevando el
sello de Dios en sus frentes son los únicos en la Tierra que quedan así
protegidos de los juicios venideros. En Ezequiel 9:4 leemos sobre un caso
similar cuando antes de que la Ciudad de Jerusalén fuera destruida por los
babilonios, unos ángeles la recorrieron buscando y sellando a los fieles para
protegerlos de la destrucción. En este caso el Señor también retrasa el juicio
venidero hasta que todos los fieles sean sellados. Todas las personas en la
Tierra estarán en peligro, ya sea creyentes o no.
Después que
Jacob adoptó a los hijos de José, Efraín y Manasés (Génesis 48:5), había
catorce nombres entre los que se escogerían los nombres para las doce tribus de
Israel. Pero la Biblia nunca enumera más de 12 tribus en cualquier momento, por
eso es que algunas veces las listas son diferentes. Los levitas no recibieron
tierra alguna y nunca salieron a la guerra, por eso son frecuentemente
omitidos. José también fue omitido cuando Efraín y Manasés fueron incluidos
puesto que cada uno de ellos recibió la mitad de su tribu como herencia. Pero
el listado de Apocalipsis 7 es único porque Leví y José se encuentran incluidos
mientras que Dan y Efraín fueron omitidos.
Muchos eruditos
creen que Dan fue omitido porque fue por medio de la tribu de Dan que la
idolatría se introdujo en la tierra después que murió Salomón (1 Reyes
12:28-30).
Jacob había
profetizado en Génesis 49:17 que:
“ Será Dan serpiente junto al camino, víbora
junto a la senda, que muerde los talones del caballo, y hace caer hacia atrás
al jinete”
De esta manera
se insinúa que Dan sería el responsable por la caída de Israel en la idolatría.
Existe una tradición que Dan fue el que maquinó el secuestro y posterior venta
de José a la esclavitud, y otra que el anticristo saldrá de la tribu de Dan,
pero ninguna de las dos pueden ser confirmadas en la Biblia. Por estas u otras
razones, nadie de la tribu de Dan recibirá el sello protector. Pero Dios es
misericordioso, y al comienzo de la Era del Reino, cuando la tierra se vuelve a
distribuir, Dan recibe la primera parte (Ezequiel 48:1).
A pesar de que
Efraín no se menciona por su nombre, su pueblo está incluido ya que aquí
conforman el grupo llamado José. Recuerde que la tribu de José fue dividida
entre Efraín y Manasés sus dos hijos. Al incluir a José y a Manasés en esta
lista, el pueblo de ambas mitades de la tribu de José es sellado sin mencionar
el nombre de Efraín. 1 Reyes 12:28-30 también nos dice que un becerro de oro
fue levantado en Bet-el, en tierra de Efraín (Hermano de Jose), y otro becerro
en la tierra de Dan. El Señor aborrece la idolatría.
Los esfuerzos
para espiritualizar este pasaje para que se entienda como un grupo simbólico de
todos los creyentes, son un lamentable e inadecuado intento de los seguidores
de la Teología de la Sustitución o Reemplazo
para privar a Israel de su papel en los tiempos finales dentro del plan
redentor de Dios. Este pasaje es demasiado claro para justificar cualquier
interpretación que no sea la literal.
Todas aquellas
personas que dicen que esta lista no es exacta porque diez tribus
desaparecieron en el año 721 a.C., cuando el Reino del Norte fue esparcido en
el destierro, harían bien en leer 2 Crónicas 11:16:
“ Tras aquellos acudieron también de todas las tribus de
Israel los que habían puesto su corazón en buscar al SEÑOR, el Dios de Israel;
y vinieron a Jerusalén para ofrecer sacrificios a Jehová, el Dios de sus
padres.”
El historiador
Josefo reportó que esta migración produjo un aumento substancial en la
población de Jerusalén. Dios siempre ha mantenido un remanente fiel de Su
pueblo.
Ahora identificaremos al otro grupo, el
que está en el Cielo.
La multitud vestida de ropas blancas
(Ap. 7:13-15) “Entonces uno de los ancianos habló,
diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde
han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han
salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido
en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven
día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su
tabernáculo sobre ellos”.
Aquellos que se salvan durante la Gran Tribulación le
servirán día y noche en su templo. La iglesia ya estará en el cielo, donde no
existe día ni noche ni templo. Ap. 21:9 “Ven acá, yo te mostraré la desposada,
la esposa del Cordero.” Vrs. 22-23 “Y no vi en ella templo; porque el Señor
Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. La ciudad no tiene
necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la
ilumina, y el Cordero es su lumbrera”.
Los gentiles nunca tuvieron acceso al templo (Nm.3:38 "y
el extranjero que se acercare, morirá") ni lo tendrán durante el
milenio cuando el Señor levante Su templo aquí en la tierra, Ez. 44: 6-7 “Así
ha dicho Jehová el Señor: Basta ya de todas vuestras abominaciones, oh casa de
Israel; de traer extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de
carne, para estar en mi santuario y para contaminar mi casa”. Porque el templo
es el centro exclusivo del pacto de Dios con Su pueblo terrenal, Israel.
Los judíos consideraban abominable hasta relacionarse con
los gentiles en su vida cotidiana, incluso el apóstol Pedro dice en casa de
Cornelio (Hch. 10: 28) “Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable
es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero”.
El templo al cual hace referencia Ap. 7-15 y donde estarán
aquellos que se salvarán durante la Gran Tribulación, será el que levante el
Señor Jesucristo durante Su reinado de mil años aquí en la tierra. Es el que se
menciona en Ezequiel caps.40 al 44, y allí establece el Señor que: Ez. 43:7 “y me
dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde posaré las
plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre;
y nunca más profanará la casa de Israel mi santo nombre”.
Los de entre todas las naciones que vendrán a adorar a
Jerusalén después de la guerra del Armagedón, luego del juicio de las naciones
(Mt. 25: 32), cuando el Señor haya establecido Su reino en la tierra y
edificado el templo, a la luz del desenlace final de ese período de mil años de
paz y prosperidad; queda de manifiesto que todos esos gentiles eran falsos
adoradores, como también los hay hoy en día en las iglesias.
Zac. 14:16-17 “Y todos los que sobrevivieren de las
naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al
Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Y
acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén
para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia”.
Irán a “adorar” buscando solamente algún bien material, como muchos en el día
de hoy, para pedirle a Dios un favor, la solución de un problema familiar,
sanidad, trabajo, etc.
Hay diferentes opiniones sobre quiénes conforman esta
multitud. Por sus ropas blancas y su declaración en cuanto al Autor de su
salvación, todos están de acuerdo de que son creyentes de la Tierra, pero de
que pueblos; en realidad son judíos.
Pero los hechos de que 1)
Juan, el discípulo más cercanamente asociado con la Iglesia, no los
reconociera,
2) su arribo al cielo se presenta tres
capítulos después del Rapto, y 3) su
destino es el de servidores en el templo y no corregentes del universo, y
significa que todos ellos son creyentes posteriores al Rapto y no son parte de
la iglesia. Ellos han sido víctimas de la destrucción de la tierra durante los
juicios de los sellos y han pagado el precio óptimo por su recién encontrada
fe.
Ellos son llamados los mártires de la tribulación, o los
santos de la tribulación, pero técnicamente, eso tampoco es exacto, porque la
Gran Tribulación aún no ha comenzado. Todavía estamos en la primera mitad de la
Semana Setenta. Recuerde, la Semana Setenta de Daniel es un período de siete
años que empieza en Apocalipsis 6 y se llama La Tribulacion..
La Gran
Tribulación es
la segunda mitad de
la Semana 70 y empieza en Apocalipsis 13.
¿Cómo es que
sabemos eso?
La palabra griega traducida “salidos de la” en la frase “estos
son los que han salido de la gran tribulación”, es la misma palabra
traducida “de” en Apocalipsis 3:10 en donde el Señor promete la liberación de
la iglesia de los juicios de los tiempos finales.
Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo
también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo
entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
Según la Concordancia
Strong, esta es una preposición primaria que denota origen. Significa “de, o fuera de, el lugar, el tiempo o la
causa” de un evento específico.
Así que, como la iglesia, estos santos han sido removidos
del lugar, el tiempo y la causa de la Gran Tribulación. Ellos no llegaron a
tiempo a la fe en Jesús para el momento del Rapto por eso es que no disfrutarán
del destino y bendición que son únicos para la iglesia. Pero lo más seguro es
que fueron persuadidos hacia la fe debido a la desaparición de la iglesia.
Ellos serán martirizados al inicio de la Semana Setenta, por lo que podrán
escapar de lo peor de los juicios de los tiempos finales. Más tarde, los vivos
envidiarán a los muertos tanto así que desearán la muerte, pero la muerte los
eludirá (Apocalipsis 9:6).
Estos santos tendrán una existencia privilegiada en la
eternidad, siempre ante la presencia del Señor. Le servirán día y noche en Su
Templo en la tierra y nunca jamás necesitarán de nada más. El Señor extenderá
Su tabernáculo sobre ellos, lo que significa que Él será responsable por su
bienestar. No sentirán hambre ni sed, y el Señor removerá todo pesar de sus
mentes, enjugando toda lágrima de sus ojos.
Pero a pesar de que sirven al Señor en Su templo, nunca se
les llama sacerdotes, como sí se le llama así a la Iglesia. Tampoco ninguno de
ellos se sentará jamás en un trono a la par de su Amado, como ejemplos de las
incomparables riquezas de la gracia de Dios expresadas en Su amor por la
iglesia, Su obra de arte (Efesios
2:6-10). Ellos nunca compartirán en Su herencia como tampoco serán contados
entre el grupo más favorecido en toda la creación. Cuando fueron bruscamente
presionados, ellos necesitaron de una señal final e incontrovertible de que
había llegado el momento correcto para creer. Careciendo de la fe para aceptar
lo que no podían ver, necesitaron de una evidencia. Esa evidencia les llegó en
la forma del Rapto de la Iglesia, cuando todas las personas que creyeron
solamente por fe desaparecieron ante sus propios ojos. Ya era muy tarde para
ser incluidos en ese increíble evento, pero finalmente creyeron debido a ello.
Como el Señor le dijo a Tomás:
“Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los
que no vieron, y creyeron
“(Juan20:29).
Con el séptimo sello próximo a abrirse, los juicios de las siete
trompetas son presentados. Este segundo ciclo de juicios completará la primera
parte de la Semana Setenta de Daniel y preparará el escenario para la
presentación del anticristo y la Gran Tribulación
Porque después del juicio de las naciones, serán gobernados
con vara de hierro por el Señor (Ap.19:15) para controlar el pecado que
continuará morando en ellos y no interfieran con la paz de Su reinado. También
Satanás será atado durante ese período (Ap.20:2).
Pero inmediatamente que Satanás sea suelto nuevamente,
reunirá a esos “adoradores” de entre
todas las naciones y procurarán derrocar al Señor y Su gobierno de paz. Todas
las naciones rodearán Jerusalén con sus ejércitos intentando dar un golpe de
Estado al Señor. Pero esa insolencia e insensatez será duramente sancionada por
la justicia divina.
Ap. 20:7-14 “Cuando los mil años se cumplan, Satanás
será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los
cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la
batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la
anchura de la tierra, y rodearon el
campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del
cielo, y los consumió. Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de
fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán
atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
Y vi un gran trono
blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y
el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y
pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue
abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las
cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los
muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que
había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el
Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda”.
Si Ud. es de los que está esperando pasar a la Gran
Tribulación para entonces salvarse, con mucha solemnidad y con la autoridad de
la Palabra de Dios que tengo en mis manos le garantizo con absoluta seguridad,
que está cometiendo un error que lamentará toda una eternidad, porque no existe
una segunda oportunidad. La puerta de la salvación se cerrará en cualquier
momento, cuando Cristo venga a buscar Su iglesia y comiencen los justos juicios
de Dios sobre este mundo que ha rechazado, o sido indiferente con la obra
gloriosa llena de amor y misericordia que el Señor Jesucristo realizó en la
cruz del Calvario.
Por lo tanto, no existe ninguna duda que aquellos que se
salven durante la Gran Tribulación, serán solamente los de la nación de Israel.
Y los predicadores que el Señor utilizará en todo el mundo para llamarlos al
arrepentimiento, serán los 144.000 doce mil de cada una de las doce tribus de
Israel.
Elaborado y recopilado por:
Francis Suarez
Fuentes: 1) Libro
“Apocalipsis explicado” de Jack Fleming
2) “Quienes son los 144,000 elegidos”
de Jack Kelly
3)
Articulos “los 144,000” de Qotquestion.Org
4) Articulo " Los Elegidos" de Francis Suarez