domingo, 23 de agosto de 2020

Exégesis de: “Tome su cruz y sígame”

 


Exégesis de: “Tome su cruz y sígame” (Mateo 16:24; Marcos 8:34; Lucas 9:23)

En la cita de (Mt.16:24) muchas personas interpretan la "cruz" como una carga que deben llevar en sus vidas: un problema o tribulación, o incluso talves una enfermedad física que les afecta. Muchas veces lo confiesan diciendo "Esa es mi cruz que tengo que llevar". Pero esto es lo que Jesús quiso decir cuando dijo, "tome su cruz y sígame".

Nadie estaba pensando en la cruz como símbolo de una carga o problema que había que llevar cuando Jesús la llevó y fue crucificado en ella. Para una persona en el primer siglo, la cruz significaba una cosa y sólo una cosa: la muerte por la forma más dolorosa y humillante que los seres humanos podrían desarrollar.

Solo después de la muerte y resurrección de Jesús, la Iglesia reconoció ver la cruz como un símbolo valioso de la expiación, perdón, gracia y amor de Cristo hacia nosotros. Pero en los días de Jesús, la cruz representaba solamente muertes tortuosas. Puesto que los romanos obligaron a los condenados llevar sus propias cruces al lugar de la crucifixión, el llevar una cruz significaba llevar su propio mecanismo de ejecución mientras se enfrentaban a la multitud haciendo el ridículo por el camino a la muerte.

En el caso de llevar la cruz y seguir a Cristo implica decir sí a algo por el bien de Jesús. Llevar la cruz implica oración y estudio de la Biblia. Estos toman tiempo y deben ser elegidos y ser buscados, en lugar de otros pasatiempos que podríamos preferir humanamente y que siendo de este mundo no son de provecho espiritual.

Por lo tanto, "tome su cruz y sígame" significa estar dispuesto a morir con el fin de seguir a Jesús. Esto se llama "morir a sí mismo". Es un llamado a la entrega absoluta. Después que Jesús ordenó llevar la cruz, dijo, "Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?" (Lucas 9:24-25; Mateo 16:26; Marcos 8:35-36). Aunque el llamado es difícil, la recompensa es inigualable, esa cruz representa su capacidad de sacrificio.

 Dondequiera que Jesús iba, él atrajo a multitudes. Aunque estas multitudes a menudo los seguían como el Mesías, su punto de vista de quién realmente era el Mesías y lo que iba a hacer, estaba distorsionado. Pensaron que Cristo traería consigo la restauración del reino. Creían que los liberaría del régimen opresor de sus ocupantes romanos. Incluso el propio círculo íntimo de los discípulos de Cristo creían que el reino vendría pronto (Lucas 19:11). Seguir a Jesús es fácil cuando la vida va muy bien; nuestro verdadero compromiso con él se revela durante las pruebas. Jesús nos aseguró que las pruebas vendrían a los que los seguían (Juan 16:33). El discipulado exige sacrificio, y Jesús jamás ocultó ese costo.

En Lucas 9:57-62, tres personas parecían dispuestos a seguir a Jesús. Cuando Jesús los cuestionó más adelante, su compromiso fue a medias en el mejor de los casos. Fallaron al no medir el costo de seguirlo. Ninguno estaba dispuesto a tomar su cruz y crucificar a sus propios intereses.

Éste llamado es lo que Jesús quiso decir cuando dijo, "tome su cruz y sígame".

Si te preguntas si estás dispuesto a tomar tu cruz, considera lo siguiente:

"¿Estás dispuesto a seguir a Jesús, si esto significa perder tu familia, algunos de tus amigos más cercanos, tu trabajo, la pérdida de tu reputación y lo peor tu propia vida? Si es así has vencido.

 

Gracias a estas entidades, por su aporte como fuente, para la elaboración de este articulo:

Mateo 16 Comentario de Matthew Henry, traducido del Inglés

(Biblia Paralela) y

Gotquestions.org

 


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