domingo, 25 de julio de 2021

Definicion del Pecado y Como Vencerlo

 

"¿ Definición del pecado y

Como podemos vencerlo?"


El pecado es descrito en la Biblia como la trasgresión a la ley de Dios (1 Juan 3:4) y la rebelión contra Dios (Deuteronomio 9:7; Josué 1:18). El pecado tuvo su origen con Lucifer, el “Lucero, hijo de la mañana”, el más hermoso y poderoso de los ángeles. No contento con ser todo esto, el deseó ser semejante al Dios altísimo, y esa fue su caída y el inicio del pecado (Isaías 14:12-15). Cambiado su nombre a Satanás, él trajo el pecado a la raza humana en el Jardín del Edén, donde tentó a Adán y Eva con la misma seducción - “...seréis como Dios...”. Génesis 3 describe la rebelión de Adán y Eva contra Dios y contra Sus mandamientos. A partir de ese momento, el pecado ha pasado a través de todas las generaciones de la raza humana, y nosotros como descendientes de Adán, hemos heredado el pecado de él. Romanos 5:12 nos dice que a través de Adán, el pecado entró al mundo y, por lo tanto la muerte pasó a todos los hombres, porque “la paga del pecado es muerte...” (Romanos 6:23).

¿Cómo puedo saber si algo es un pecado?"

 Hay dos aspectos incluidos en esta pregunta. Hay cosas que la Biblia menciona y declara específicamente que son pecado, y hay otras cosas que la biblia no trata directamente. Ejemplos de estas listas de pecados se encuentra en: Proverbios 6:16-19; Gálatas 5:19-21 y 1 Corintios 6:9-10. No puede haber duda de que las Escrituras presentan estas actividades como pecaminosas, cosas que Dios no aprueba. Homicidio, adulterio, mentira, robo, etc. – indudablemente la biblia presenta tales cosas como pecados. El punto más difícil es determinar lo que es pecado en áreas en las que la biblia no lo señala específicamente. Cuando la biblia no cubre un tema determinado, tenemos algunos principios generales en Su Palabra para guiarnos.

Primero, cuando no existe una referencia específica en las Escrituras, es bueno preguntar no si cierta cosa está mal, sino más bien si es valorada como buena. La biblia dice, por ejemplo, “redimir el tiempo” (Colosenses 4:5). Nuestros pocos días aquí en la tierra son tan cortos y preciosos en relación con la eternidad, que nunca debemos desperdiciar el tiempo en cosas egoístas, sino usarlo sólo en lo que “sea bueno para la necesaria edificación” (Efesios 4:29).

Una buena prueba es determinar si podemos honestamente y con buena conciencia, pedirle a Dios que bendiga y utilice esa actividad en particular para Sus propios buenos propósitos. “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31). Si existe duda en que complazca o no a Dios, entonces lo mejor es dejarlo. “todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:23).

¿Cómo puedo vencer el pecado en mi vida cristiana?"

La Biblia presenta diferentes recursos para ayudarnos a vencer nuestra pecaminosidad. En esta vida, nunca seremos perfectamente victoriosos sobre el pecado (1 Juan 1:8), pero esa debe ser nuestra meta. Con la ayuda de Dios, y siguiendo los principios de Su palabra, podemos progresivamente vencer el pecado y llegar a ser más y más como Cristo.

El primer recurso que la Biblia menciona para ayudarnos a vencer el pecado es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es un don que Dios nos ha dado para ser victoriosos en el vivir cristiano. En Gálatas 5:16-25, Dios hace un contraste entre las obras de la carne y el fruto del Espíritu. En ese pasaje, somos llamados a caminar en el Espíritu. Todos los creyentes ya poseen el Espíritu Santo, pero este pasaje nos dice que necesitamos caminar en el Espíritu, dejando bajo Su control nuestra voluntad. Esto significa que deberíamos llevar a la práctica lo que el Espíritu Santo nos induce a hacer en nuestras vidas, en lugar de seguir los deseos de la carne.

La diferencia que el Espíritu Santo puede hacer en la vida del creyente se demuestra en la vida de Pedro, quien antes de ser lleno del Espíritu Santo, negó a Jesús tres veces, habiendo dicho antes que seguiría a Cristo hasta la muerte. Una vez lleno del Espíritu, Pedro habló del Salvador a los judíos en pentecostés de manera fuerte y abierta.

Uno camina en el Espíritu tratando de no apagar al Espíritu (como dice en 1ª Tesalonicenses 5:19) y buscar más bien, ser lleno del Espíritu (Efesios 5:18-21). ¿Cómo se llena uno del Espíritu Santo? Primero, es elección de Dios igual que lo era en el Antiguo Testamento. Dios elegía a individuos específicos para llevar a cabo una obra que Él quería que hicieran y los llenaba con Su Espíritu (Génesis 41:38; Éxodo 31:3; Números 24:2; 1ª Samuel 10:10). En Efesios 5:18-21 y Colosenses 3:16, encontramos evidencia de que Dios escoge llenar a aquellos que se están llenando de la Palabra de Dios. De manera que eso nos lleva a nuestro siguiente recurso.

(2) La Palabra de Dios, la Biblia, en 2ª Timoteo 3:16-17 dice que Dios nos ha dado Su Palabra para equiparnos para cada buena obra. Esto nos enseña cómo vivir y qué creer, nos revela cuando hemos escogido senderos erróneos, nos ayuda a regresar al sendero correcto, y nos ayuda a permanecer en ese sendero. Como nos dice Hebreos 4:12, la Palabra es viva y eficaz, y capaz de penetrar en nuestros corazones, para arrancar los problemas más profundos que humanamente hablando no se pueden vencer. El salmista habla acerca de este poder que puede cambiar vidas en el Salmo 119. A Josué se le dijo que la clave del éxito para vencer a sus enemigos, era no era olvidar este recurso, sino más bien meditar en la Palabra día y noche, de manera que pudiera obedecerla. Él lo hizo, aún cuando lo que Dios le ordenó no tenía sentido militar, y esta fue la clave para su victoria en su lucha por obtener la tierra prometida.

La Biblia es un recurso que a menudo tratamos de manera ligera. Damos prueba de ello al llevar nuestras Biblias a la iglesia, o leer el devocionario diario o un capítulo diario, pero fallamos en memorizarla, en meditar en ella o en aplicarla para nuestras vidas; fracasamos en confesar los pecados que nos revela o adorar a Dios por los dones que revela habernos dado.


1 comentario:

  1. Juan 9:31
    [31]Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero sí a los piadosos y a quienes hacen su voluntad.

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