¿ La oración en grupo,
es importante ?
Indudablemente
para aquellas personas que pudieran estar solos y luchando con las cargas de la
vida, el oír que otros los levantan hasta el trono de gracia, puede ser muy
alentador. También nos edifica en el amor y cuidado por otros mientras
intercedemos por ellos. Al mismo tiempo, la oración en grupo sólo será el
reflejo de los corazones de los individuos que participan en ella. Venimos a
Dios en humildad (Santiago 4:10), verdad (Salmo 145:18), obediencia (1 Juan 3:21-22),
con agradecimiento (Filipenses 4:6) y confianza (Hebreos 4:16; Pero eso si,
recordemos que Jesús nos advirtió contra ese comportamiento en Mateo 6:5-8,
donde Él nos exhorta a no ser protagónicos, a usar vana palabrería o hipócritas
en nuestras oraciones, sino a orar secretamente en nuestros propios cuartos si
es el caso, para evitar tal tentación.
Estimados
hermanos la oración en grupo es una parte importante de la vida de la iglesia,
junto con la adoración, la sana doctrina, la comunión y el compañerismo. La
iglesia primitiva se reunía regularmente para aprender la doctrina de los
apóstoles, partir el pan y orar juntos (Hechos 2:42). Cuando oramos junto con
otros creyentes, los efectos pueden ser muy positivos. La oración en grupo nos
edifica y unifica mientras compartimos nuestra misma fe. El mismo Espíritu
Santo que habita dentro de cada creyente hace que nuestros corazones se
regocijen mientras oímos las alabanzas a nuestro Señor y Salvador,
entrelazándolos juntos en un lazo único de compañerismo que no encontramos en
ningún otro lugar en la vida, no dejemos de hacerlo.
Las
oraciones bíblicas, sin embargo, son multifacéticas, que involucran todo el
deseo de entrar en una comunión consciente e íntima con nuestro santo, perfecto
y justo Dios. Lo que hay que evitar es usar la oracion como un medio para
obtener cosas y convertirla meramente en una ocasión para recitar una larga
lista de peticiones. El que Dios se incline a escuchar a Sus criaturas, provoca
expresar alabanzas y adoración en abundancia (Salmo 27:4; 63:1-8), produce un
sincero arrepentimiento y confesión (Salmo 51: Lucas 18:9-14), genera una
efusividad de gozo y acción de gracias (Filipenses 4:6; Colosenses 1:12), y
crea sinceros ruegos intercesores a favor de otros (2 Tesalonicenses 1:11;
2:16).
La
oración entonces, es cooperar con Dios para que se cumpla Su plan, no para
tratar de doblegarlo a Él a nuestra voluntad. Mientras vamos abandonando
nuestros propios deseos en sumisión a Aquel que conoce nuestras circunstancias
mucho más de lo que nosotros podemos, y que “sabe lo que necesitamos antes de
pedirlo” (Mateo 6:8), nuestras oraciones alcanzan su más alto nivel.
Por tanto, las oraciones ofrecidas en sumisión a la Divina voluntad, siempre
son contestadas positivamente, ya sean ofrecidas por una persona o por mil.
Muchos
piensan que la idea de que la oración en grupo es más efectiva para mover la
mano de Dios, viene en gran parte de la interpretación de Mateo 18:19-20 “Otra
vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca
de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los
cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo
en medio de ellos”. Estos versículos vienen de un largo pasaje en el
cual se indican los procedimientos a seguir en el caso de la disciplina de la
iglesia a un miembro que ha pecado. Yo particularmente estoy de acuerdo,
recuerden el dicho de que en la union esta la fuerza.
La
oración en grupo es importante porque crea unidad (Juan 17:22-23), y es un
aspecto clave para que los creyentes se animen unos a otros (1 Tesalonicenses)
y se estimulen mutuamente al amor y a las buenas obras (Hebreos 10:24).