CUANDO VIENEN LAS TRIBULACIONES
“David se
angustió mucho…
mas David se fortaleció en el
SEÑOR su Dios”
(1 Samuel 30: 6)
Queridos hermanos en la fe, al
hablar de este tema vamos a considerar un periodo de la vida de David en que se
encontró inmerso en la angustia y la turbación, y veremos lo que hizo en este
tiempo de turbación y la manera maravillosa en que el Señor obró en su vida.
Los problemas no pasan a nadie por alto (Job 5:7; 14:1). Quizás usted esté
ahora pasando por un tiempo de dificultades. Si es así, hay ayuda para usted y si no, le servirá de preparación por adelantado para el futuro,
porque a todos nos llegan tiempos difíciles y es bueno saber qué hacer cuando
vengan. Mire 1 Samuel 30:1-6 y verá que:
1. Las dificultades de David eran muy reales.
sus problemas no eran nada
imaginarios. En comparación, ¿cómo son las dificultades de usted? ¿Están
relacionadas con alguna gran pérdida? (versículo 1), ¿tienen que ver con sus
seres queridos? (versículo 3), ¿le han hecho llorar hasta no poder más?
(versículo 4). ¡Qué reales son nuestros problemas! No tienen nada de
imaginarios y no hay nada malo en llorar para desahogarnos (Juan 11:35).
2. David tuvo problemas aunque era un hijo de Dios.. El Señor amaba a David: mire Hechos 13:22, y sin
embargo David se encontró en medio de estas circunstancias tan angustiosas. No
debemos esperar que el hecho de ser cristianos vayamos a ser inmunes a los
problemas. ¡Piense en lo mucho que sufrió el Señor (Hebreos 13:12) y en lo
mucho que el apóstol Pablo tuvo que pasar (2 Corintios 11:23-30)! Es más,
¿puede pensar en algún verdadero hijo de Dios que no haya experimentado algo de
la amargura de las pruebas y tribulaciones? No debemos pensar que Dios no nos ama
cuando los problemas se nos cruzan en el camino: mire 1 Pedro 4:12.
3. El Señor permitió las tribulaciones de David.
Dios permitió que ocurriera.
Permitió que entrara la angustia en la vida de Su hijo, tal como lo hizo con
José (Génesis 39:20), con Jeremías (Jeremías 37:15), Pedro (Hechos 12:5-6) y
como ha hecho con muchos de sus siervos de hoy. Cuando Job estaba sumergido en
la angustia, su fe estaba tan duramente arraigada en el Señor y en la soberanía
de Dios y en que nada de lo que ocurriera en su vida ahora o en el futuro podía
pasar sin el permiso y aparte de la gracia de Dios, que fue capaz de decir las
palabras de Job 13:15. El Señor podría haber evitado las tribulaciones de Job y
podría evitar todas las nuestras, pero no lo hace, y la mayor lección que
quiere que aprendamos es a confiar en Él cuando no podemos entender Sus
“porqués” ni Sus “motivos”. Lo que dice Romanos 8:28 es verdadero y siempre lo
será.
4. Los problemas de David eran seguramente por su culpa.
Esto es algo muy serio; David se había
apartado de Dios y ningún hijo de Dios puede hacer eso y escapar de Su
disciplina. Parece claro que el Señor permitió las tribulaciones de la vida de
David para corregirle: mire el Salmo 55:19 y compare con Deuteronomio 8:2-3 y
Hebreos 12:6. Saúl, cuya historia encontró en este mismo Primer libro de
Samuel, quiso quitarse de encima la autoridad de Dios, como hizo también David,
“pero en estos dos casos vemos la diferencia entre juicio y disciplina. En el
caso de Saúl la terminación de su vida y carrera fue el castigo por sus
ofensas, mientras que en el caso de David la vara se levantó para corregir y no
para destrucción, para traerle de regreso y no para apartarle para siempre,
para equiparle para servir y no para expulsarle”. ¿Es usted quizás el responsable
de sus propias tribulaciones?: mire Génesis 42:21 y fíjese en estas palabras:
“por eso ha venido sobre nosotros esta angustia”. Dios sólo permite las pruebas
y tribulaciones de la vida para Su gloria y para nuestro bien.
5. La tribulación de David era en realidad una bendición disfrazada.
Dirá usted: “¿cómo es posible,
perder esposa, hogar y amigos?” Fue una bendición disfrazada porque en el
versículo 8 se nos dice que David consultó al Señor, y cualquier experiencia
que nos lleve al Señor es valiosa: mire el Salmo 119:67 y Hebreos 12:11. Lo
único que Dios requiere de usted y yo es una entrega completa de nuestras vidas
a Él. Quiere que le amemos, a Él y Su voluntad, y que confiemos en Él
completamente
¿Qué hizo David en medio de sus
tribulaciones? El versículo 6 dice que “se fortaleció en el Señor su Dios”. Es
bueno buscar nuevas fuerzas en el Señor personalmente, pero a veces necesitamos
la ayuda de otros para hallar esas fuerzas. ¿Cómo podemos hacerlo?
(1) Recordándonos que pertenecemos
a Él. “David se fortaleció en el Señor
su Dios”. Descanse en la seguridad de esta relación personal.
(2) Recuerde Sus favores del
pasado: la maravillosa manera en que en el pasado le ha cuidado, dirigido,
bendecido, provisto y usado (1 Samuel 7:12).
(3) Vuelva a Él: con confesión (1
Juan 1:9) y petición (Salmo 34:6); humillándose ante Él y buscando liberarse
sólo en Él (Salmo 69:17).
(4) Consúltele (versículo 8).
Pregúntele lo que debe hacer en su difícil situación.
(5) Obedézcale (versículos 9 y
10). David obedeció, “siguió adelante”.
(6) Confía en Él. Al final del
versículo 8 leemos que Dios prometió a David una completa victoria y David
siguió adelante (versículo 9) confiado en que el Señor cumpliría Su palabra.
Todas las promesas que Dios nos hace son para que le tomemos la palabra y
confiemos en que cumplirá en nosotros y para nosotros lo que ha prometido: mire
Salmo 37:5, Proverbios 3:5-6, Mateo 11:28, Romanos 8: 28 y Filipenses 4:19.
¿Qué dice Hebreos 13 15?
Así que, ofrezcamos siempre a
Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que
confiesan su nombre.
1 Corintios 10:13
El apóstol Pablo nos enseñó la
forma de resistir la tentación.
13 No os ha sobrevenido ninguna
tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados
más de lo que podáis resistir, sino que dará también juntamente con la
tentación la salida, para que podáis soportar.
Josué 1:5-9 RVR1960
Nadie te podrá hacer frente en
todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la
tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.
Bendito el hombre que
confía en el Señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto
al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el
calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y
nunca deja de dar fruto.Jeremías 17:7-8
Cuando siento miedo,
pongo en ti mi confianza.Salmo 56:3
Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye.1 Juan 5:14
Sean vuestras costumbres sin
avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé,
ni te dejaré.Hebreos 13:5
Francis Suarez