Sobre (1 Corintios 7:14) Dos Preguntas
“...Porque el marido incrédulo es
santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera
vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos...”(1 Cor. 7:14)
¿Cómo es que el esposo o esposa es “santificado en un creyente”?
Cuando leemos la palabra “santo” o “santificado”, inmediatamente viene a nuestra mente alguien que es salvo. Sin embargo, y por causa del plan de salvación que leemos en la Biblia, es evidente que la palabra “santificado” en este texto tiene otro significado.
El plan de salvación no incluye casarse con un cristiano, o ser esposo, o esposa de un creyente. El pecador necesita creer que Jesucristo es el Hijo de Dios (Juan 3:16; Hechos 8:36). Necesita arrepentirse de sus pecados (Hechos 3:19), necesita ser sumergido en agua para perdón de sus pecados (Hechos 2:38), y entonces puede decir que es salvo, pues ha obedecido el evangelio (Marcos 16:15, 16). Y a todo esto también súmele que debe perseverar hasta el fin de sus días sin apartarse del Señor.
Así pues, el hombre o la mujer implicados en 1 Corintios 7:14, aunque santificados en sus respectivos cónyuges, no implica que sean salvos.
¿Cómo debemos entender, entonces, la palabra “santificados” en este contexto? Bueno, leyendo los versículos 12 y 13, nos damos cuenta que algunos cristianos que tenían esposo o esposa no creyente, pensaban que debían abandonarlos por este hecho. Pablo les dice, “...Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente... no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente... no lo abandone...” ¡Ellos creían que Dios no se agradaba de tales matrimonios mixtos! ¿A qué conclusión llegaban? El divorcio. Querían repudiar a sus cónyuges por ser incrédulos, pues al ser incrédulos, son pecadores, y si son pecadores, ¡debe ser pecado vivir y comulgar con ellos!
Al saber Pablo sobre esta cuestión, les dice que “NO” que no deben “ABANDONAR” a sus cónyuges por el hecho de que ellos no son cristianos. En el versículo 14 les da la razón de ese mandamiento, “...porque el marido incrédulo es santificado en la mujer...” y “...la mujer incrédula en el marido...”, es decir, que Dios acepta tales matrimonios. La palabra “santificado” denota “aceptación”, “aprobación”. Dios “acepta” o “aprueba” a tales personas como maridos o esposas de los creyentes. Entonces no son “matrimonios reprobados”, ni “cónyuges reprobados”, sino “aceptados” por Dios.
En conclusión, Pablo pone una razón muy fuerte para que los corintios comprendan que el marido incrédulo es aceptado por Dios como esposo de un cristiano, la santidad de los hijos. ¿Puede mancharse esa santidad? No, entonces no es posible que Dios rechace un matrimonio mixto. Y esto no esta en desacuerdo con la cita (2 Corintios 6:14) del yugo desigual, esto lo revela Pablo pero con otro propósito.
Aquí vemos que solo libra de responsabilidad al cristiano cuando el cónyuge incrédulo lo abandona a pesar de los esfuerzos del cristiano o cristiana de mantener intacto el matrimonio. PERO el texto NO DICE que el cónyuge cristiano puede divorciar a su cónyuge incrédulo. Además el texto NO DICE que el cristiano puede volver a casarse con otra persona por el simple hecho de haber sido abandonado por el cónyuge incrédulo. Sencillamente dice que “no está sujeto a servidumbre”. Ya que la enseñanza de Cristo en Mateo 19 es tan clara y el significado de no estar sujeto a servidumbre no es tan claro, no me atrevo a decir que sea base para el segundo casamiento .Asi que en realidad no justifica ni muestra otra causa para divorciarse que no sea la mencionada por Jesús “ADULTERIO”
La Biblia describe la condición de la mujer divorciada (no por fornicación) quien se casa con otro como "adúltera" (Mateo 5:32 ), pero esto no alivia de responsabilidad o de pecado al hombre que la divorció y no cambia el hecho que él también comete adulterio si se casa con otra. Según (Mateo 19:9), aunque él se hubiera casado primero, ella siempre habría cometido adulterio al casarse ella con otro. No es asunto de esperar para ver cual de los divorciados se casa primero. El pecado comenzó con divorciarse por otra causa. Ante Dios siguen comprometidos él con ella y ella con él en el pacto matrimonial que hicieron. No se pueden soltar de este pacto por medio del divorcio por otra causa (que no sea la fornicación), suceda lo que sucede después (excepto la muerte, por supuesto).
Deseamos unidad y paz, y entendimiento para el que lo necesita.
Francis Suarez elaborado el 28 de
agosto del 2012
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