LA PREDICACIÓN DE HOY
SIETE COSAS INCORRECTAS EN LA IGLESIA MODERNA Por Francis Suarez
Es mi firme convicción de que el ministerio de la
Palabra de Dios debe ser siempre el corazón y el centro del ministerio de la
iglesia (2 Tim. 4:2). Una adecuada predicación bíblica debe ser, expositiva,
teológica, y centrada en Dios.
Lamentablemente escasea en estos días esta predicación. Y es que existen un montón de comunicadores evangélicos talentosos en el movimiento moderno, pero los sermones de hoy tienden a ser homilías breves, superficiales y tópicas que dan masaje al ego de la gente y se centran en temas bastante insípidos como las relaciones humanas, el “éxito” en la vida, los problemas emocionales, y otros temas prácticos pero según el mundo-y definitivamente no bíblicos. Tal predicación es ligera y sin sustancia, barata y sintética, dejando poco más que una efímera huella en la mente de los oyentes.
Esto es lo que hay de malo con la predicación bíblica
superficial y de manera marginal de hoy en día en muchas Iglesias, que hemos
observado.
1. Usurpa
la autoridad de Dios sobre la Salvación del alma. El hecho de que un predicador proclame o no con
valentía la Palabra de Dios, en última instancia no es una cuestión de
autoridad. ¿Quién tiene derecho a hablar a la iglesia? ¿El predicador, o
Dios? Siempre que algo sustituya la predicación de la Palabra de Dios, la
autoridad de Dios será usurpada. ¡Qué cosa tan llena de orgullo se comete! De
hecho, es difícil concebir algo más insolente que pueda ser hecho por un hombre
que es llamado por Dios a predicar. Nunca se debe predicar de opinión personal
o sin la Biblia de soporte.
2. Se elimina el Señorío de Cristo de su iglesia. ¿Quién es la Cabeza de la iglesia? Es Cristo realmente la autoridad dominante en la enseñanza de la iglesia? Si es así, ¿por qué hay tantas iglesias donde su Palabra no está siendo fielmente proclamada? Al observar el ministerio contemporáneo, vemos programas y métodos que son fruto de la invención humana; frutos de las encuestas de opinión . Estos nuevos predicadores, en esencia, han arrebatado el control del programa de la iglesia de su verdadera Cabeza: “ El Señorío Jesucristo ”. En días pasados escuche en un video colgado en YouTube, una supuesta Pastora que enseñaba que para lograr la Salvación es 60% de Gracia y el otro 40% restante lo pone usted para llegar a la perfección como santo, y muchas personas incluyéndome preguntaron, y entonces la muerte de Cristo por nosotros fue un sacrificio en vano. Nuestros antepasados puritanos resistieron la imposición de las liturgias impuestas por el gobierno precisamente por esta razón: lo vieron como un ataque directo a la jefatura de Cristo sobre Su propia iglesia ganada a través de su Sacrificio Expiatorio. Los predicadores modernos quienes han descuidado la Palabra de Dios han cedido a aquello por lo que esos hombres lucharon y murieron. Cuando Jesús Cristo es exaltado entre su pueblo, su poder se manifiesta en la iglesia con el cumplimiento de su palabra. Otro punto es permitir pastoras lo cual la Escritura no permite, (1Cor.14:34-25) y (1Cor. 11:8-12).
3. Obstaculiza la labor del Espíritu Santo. ¿Cuál es el instrumento que el Espíritu utiliza para hacer su obra? La Palabra de Dios. Él usa la Palabra como instrumento de regeneración (1 Ped. 1:23; De igual forma vemos a hermanos rebeldes que no aceptan a veces la palabra de Dios aun mostrándole las Escrituras, en (Santiago 1:19-21 dice). También lo utiliza como medio de santificación (Juan 17:17). De hecho, es la única herramienta que usa (Efesios 6:17). Así que cuando los predicadores abandonan la Palabra de Dios, socavan la obra del Espíritu Santo, produciendo conversiones superficiales y cristianos espiritualmente cojos -si no es que totalmente falsos-.
4. Separa al predicador personalmente de la gracia santificante de la Escritura. El mayor beneficio personal que obtengo de la predicación es la obra que el Espíritu de Dios hace en mi propia alma al estudiar y prepararme para la exposición o realización de artículos que desarrollo para continuar la obra de la gran comisión mandada por el Señor. Semana tras semana, el deber de cuidar la exposición mantiene mi corazón centrado y fijo en las Escrituras, y la Palabra de Dios me nutre, mientras me preparo para alimentar del conocimiento de las Escrituras a mis hermanos en la Fe, y aquellos que aún no conocen de Cristo Jesús. El enemigo de nuestras almas está tras los predicadores en particular, y la gracia santificante de la Palabra de Dios es esencial para nuestra protección. Debemos estudiarla como los ciudadanos de Berea.
5. Mienten a la gente acerca de lo que realmente necesita. En Jeremías 8:8-11, Dios condena a los profetas que trataron con las heridas de las personas superficialmente. Este versículo se aplica poderosamente a los Pastores y predicadores de plástico que habitan tantos púlpitos evangélicos prominentes de hoy. Omiten las verdades sobre el pecado y el juicio venidero y dejan de hablar de las Profecías de los últimos días. Moderan el tono ofensivo de las partes del mensaje de Cristo. Mienten a la gente acerca de lo que realmente necesitan, prometiéndoles “satisfacción” y bienestar terrenal, cuando lo que las personas realmente necesitan es un visión exaltada de Cristo y de una verdadera comprensión del esplendor de la santidad de Dios, que no llegara sin sacrificio primero.
Otra
cosa es: Que dejan de reprender a los hermanos,
llamarles la atención por temor a que se enojen o se vallan, la verdad no puede
ser callada ni chantajeada. El que obra mal o provoca divisiones entre los
hermanos con su mala conducta hay que decírselo cueste lo que cueste. (Mateo
18:15-17 y Tito 3:10-11)
La
ofrenda hoy en día
es necesaria para la manutención de la Iglesia pero no exhibir riqueza como
muchas y acumular.
7. No comprometerse despoja el púlpito del poder de Dios. “La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos” (Hebreos 4:12). Todo lo demás es impotente, dando sólo una ilusión de poder simplemente. La estrategia humana no es más importante que la Escritura. La habilidad del empresario religioso de hacer espectáculos para atraer a la gente no debe impresionarnos más que habilidad de la Biblia para transformar vidas, ni es más importante.
Así que, predique la Palabra, a pesar de que
actualmente esté pasado de moda hacerlo, según muchos (2 Tim. 4:2). No hable de
opiniones personales todo lo que hable expréselo con la Biblia y sea eficiente
con las cosas de la Iglesia y sus propósitos, para no perder la Bendición. (Bautisterio). Esa es la única manera en que su ministerio puede
llegar a ser verdaderamente fructífero. Porque la Palabra de Dios nunca regresa
vacía, y siempre cumplirá aquello para lo cual Él la envió, y prosperará en
aquello a lo que Él envía hacer (Isaías 55:11)
Amen
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