sábado, 23 de noviembre de 2024

"¿Es Bíblica la Teología del Reemplazo?"

 

"¿Es Bíblica la Teología del Reemplazo?"


Hace unos años atrás en la iglesia donde predicaba, La Iglesia de Cristo en Parkville, Guaynabo P.R. en una de mis predicaciones donde me tocaba estudio bíblico, lleve el tema de mencionar y aclarar “ la diferencia entre el Pueblo de Israel y La Iglesia”. Quise llevar el tema entendiendo que en esta iglesia a la que pertenecía , existían  hermanos en la fe que no entienden o no aceptan esta realidad, siendo así partidarios voluntaria o involuntariamente de la llamada “Teología del Reemplazo” que afirma que el pueblo de Israel dejo de ser pueblo de Dios y que en su lugar ahora está, la Iglesia que heredo todas las promesas, pactos y bendiciones dadas a Israel.

La Teología del Pacto está íntimamente ligada a la del Reemplazo; pero con ciertas diferencias; Esta última se basa en la teoría de que Dios tiene un solo pacto con el hombre (el pacto de la Gracia) y sólo un pueblo, representado por los Santos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento - un pueblo, una iglesia, y un plan para todos. Estas creencias requieren que los adherentes de la Teología del Reemplazo interpreten la profecía de una manera no literal. El Dispensacionalismo tradicional, por otro lado, es un sistema de teología con dos distintivos primarios: (1) una interpretación constantemente literal de las Escrituras, especialmente la profecía bíblica, y (2) una distinción entre Israel y la Iglesia en el programa de Dios.

Los que afirman la Teología del Reemplazo creen que hay, y siempre ha habido, un solo pueblo de Dios. Ellos creen que Israel era la Iglesia en el Antiguo Testamento, y que la Iglesia es Israel en el Nuevo Testamento. Las promesas de una tierra, muchos descendientes, y bendición para Israel en el Antiguo Testamento han sido “espiritualizadas” y aplicadas a la Iglesia en el Nuevo Testamento por la incredulidad de Israel y el rechazo de su Mesías. Los que sostienen la Teología del Reemplazo tampoco interpretan la profecía en un sentido normal. Como ejemplo, en Apocalipsis 20, el reino de Cristo de mil años es mencionado. Esta Teología diría que el número 1,000 es simbólico y realmente no significa 1,000 años literales. Ellos dirían que estamos en el Milenio ahora mismo, que el reino de Cristo con Sus santos está en efecto en el cielo ahora mismo, y que el período de 1,000 años es simbólico, empezando con la primera venida de Cristo y terminando cuando Él vuelva.

Hablando desde el punto de vista de las Escrituras, la Teología del Reemplazo está equivocada tanto en su concepto de Israel como en su forma de interpretar la profecía. El método correcto para interpretar la Escritura es por leerla en un sentido normal. A menos que el texto indique que esté usando alguna clase de lenguaje figurativo, éste debería ser entendido literalmente. Cuando la Escritura habla de Israel, no está refiriéndose a la Iglesia, y cuando habla de la Iglesia, no está refiriéndose a Israel. Dios tiene un plan para Israel y otro para la Iglesia. Además, con referencia a la profecía, todas las profecías que han sido cumplidas fueron cumplidas literalmente, y no figurativamente. Cristo cumplió literalmente las profecías del Antiguo Testamento acerca del Mesías cuando Él vino hace 2,000 años atrás. No hay razón de pensar que las profecías no cumplidas deberían ser entendidas en un sentido figurativo. Como las del pasado, la profecía futura se cumplirá literalmente en el futuro.

He observado a medida que pasa el tiempo y aprendo cada día mas sobre la “Santa Escritura de Dios” que gran parte de Iglesias evangélicas han adoptado una especie de repudio o rechazo a los judíos, y en algunas es tan evidente que se asemeja a un antisemitismo clásico. De corazón me lamento de esto ya que los judíos son nuestros hermanos mayores, el pueblo que antes de la fundación del mundo Dios primero conoció y lo eligió para llevar la luz del evangelio al mundo. Reconozco que muchas veces fallaron y erraron al no identificar a Jesús como el Hijo de Dios (El Mesías) y junto a nosotros darle muerte, pero también no puedo pasar por alto que de la misma forma Las Escrituras en sus profecías hablan de la restauración de este pueblo y que aún sigue siendo de Dios, el cual también los perdono una y otra vez.  Y si Dios tuvo misericordia y amor para darnos salvación y perdón a los gentiles que solo merecíamos la muerte, no tendrá más razones para perdonar al pueblo que antes conoció.

Existe en la Biblia un libro, pero sobre todo una cita que es una de las más repudiadas, por no decir odiadas de la mayoría de las iglesias evangélicas protestantes, la mayoría de los ministros y predicadores la evitan ¿Por qué? Bueno empezaremos diciendo que esta cita menciona y confirma que Israel sigue siendo pueblo de Dios y que al final de los tiempos postreros una vez pasado el tiempo de los gentiles, Dios traerá salvación a esta gente.  La cita esta en Romanos 11:1, Pablo considera la pregunta del futuro de Israel y la contesta definitivamente y retóricamente: “Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera.” El resto del capítulo hace claro que Israel ha sido “endurecido” o temporalmente puesto a un lado “en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles” (Romanos 11:25). Israel no llegó a ser la Iglesia; de hecho, la Iglesia ha sido “injertada en” (v. 17) la raíz de la familia de Dios, creando un solo cuerpo de dos, aunque se mantienen separados en origen, pero unidos en la fe. Si la Iglesia reemplazara a Israel, la imagen sería de un árbol (Israel) desarraigado y reemplazado por otro (la Iglesia). Pero la imagen de una rama injertada en el árbol es perfectamente clara. Este es el “misterio” del cual habla Pablo en el versículo 25. Un misterio en el Nuevo Testamento se refiere a algo previamente no revelado, y la idea de otro grupo de gente llegando a ser el pueblo escogido de Dios era desconocida a los judíos en aquel tiempo.

¿Desechará Dios a Su pueblo Israel? No, Dios no desechará a Su pueblo. Al contrario, el versículo 25 y lo que sigue dice, “Dios salvará a Su pueblo”. En algún momento futuro, “Vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad.” Aquí vemos la promesa de Dios a Su pueblo escogido de su restauración futura. ¡Qué plan tan glorioso! No me extraña que la contemplación de esto hizo que Pablo fervientemente proclamara, “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos, Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?(Rom. 11:33-34)” Dios es fiel, Él es misericordioso, y Sus planes son perfectos, y algún día, tanto judíos como gentiles adorarán al Señor Jesucristo como un solo cuerpo.

 

Francis Suarez

Fuentes:

La Biblia Reyna Valera 1960

Articulo “Que es la Teología del Reemplazo, es Bíblica” (Gotquestion.org)

Artículo del 29 de octubre del 2014, actualizado hoy


domingo, 17 de noviembre de 2024

¿Es correcto en los cristianos guardar el Sabbat?"

 

¿Es correcto en los cristianos guardar el Sabbat?"



Con mucha frecuencia se dice que “Dios instituyó el Sabbat en el Edén,” esto por la conexión entre el Sabbat y la creación en Éxodo 20:11. Aunque Dios descansó en el séptimo día (Génesis 2:3), bosquejando una futura ley del Sabbat, no hay ningún registro bíblico del Sabbat antes de que los hijos de Israel dejaran la tierra de Egipto. En ninguna parte de la Escritura existe ni una pequeña referencia de que la observación del Sabbat fue practicada desde Adán hasta Moisés.

La Palabra de Dios es muy clara en que la observancia del Sabbat fue una señal especial entre Dios e Israel: “Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas y os he traído a Mí. Ahora pues, si diereis oído a Mi voz, y guardareis Mi pacto, vosotros seréis Mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque Mía es toda la tierra.” (Éxodo 19:3-5)

“Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre Mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.” (Éxodo 31:16-17)

En Deuteronomio 5, Moisés reafirma los diez mandamientos a la siguiente generación de israelitas. Aquí, después del mandamiento de la observancia del Sabbat en los versos 12-14, Moisés da la razón del por qué el Sabbat fue dado a la nación de Israel. “Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.” (Deuteronomio 5:15)

Nótese las palabras “por lo cual.” No fue la intención de Dios el dar a Israel el Sabbat para que recordaran la creación, sino para que recordaran su esclavitud en Egipto y la liberación del Señor. Nótense también los requerimientos para la observancia del Sabbat: La persona que se encontraba bajo la ley del Sabbat, no podía salir de su casa en Sabbat (Éxodo 16:29), no podía hacer un fuego (Éxodo 35:3), ni tampoco provocar que alguien más trabajara (Deuteronomio 5:14). La persona que quebrantara la ley del Sabbat era condenada a muerte (Éxodo 31:15; Números 15:32-35).

Una revisión de los pasajes del Nuevo Testamento nos muestra cuatro puntos importantes; (1). Cuando Cristo se apareció en Su forma resucitada, (y el día es mencionado), siempre se dice que es el primer día de la semana (Mateo 28:1, 9, 10; Marcos 16:9; Lucas 24; 1, 13, 15; Juan 20:19,26) (2). La única vez que es mencionado el Sabbat desde el libro de Hechos hasta Apocalipsis, es por propósitos evangelísticos hacia los judíos y usualmente el lugar es una sinagoga (Hechos capítulos 13 –18). Pablo escribió, “Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley.” (1 Corintios 9:20) Pablo no iba a la sinagoga a tener compañerismo y edificar a los santos, sino para convencer y salvar a los perdidos. (3). A partir de que Pablo declaró “...desde ahora me iré a los gentiles.” (Hechos 18:6), jamás volvió a mencionarse el Sabbat. Y (4). En vez de sugerir adherirse a la observancia del Sabbat, el recordatorio del Nuevo Testamento implica lo opuesto (incluyendo la excepción del anterior punto 3, encontrado en Colosenses 2:16).

Examinando más de cerca el anterior punto 4, vemos que no hay obligación para el creyente del Nuevo Testamento de guardar el Sabbat, y también nos muestra que la idea de que el domingo sea “El Sabbat cristiano” tampoco es bíblica. Como expusimos anteriormente, hay una ocasión en que el Sabbat es mencionado después de que Pablo comenzó a enfocarse en los gentiles, “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.” (Colosenses 2:16-17) El Sabbat judío fue abolido en la cruz donde Cristo murió... “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.” (Colosenses 2:14)

Esta idea es repetida más de una vez en el Nuevo Testamento; “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace.” (Romanos 14:5-6ª) “...mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios ¿Cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años.” (Gálatas 4:9-10)

Pero algunos argumentan que un mandato hecho por Constantino en el año 321 de nuestra era “cambió” el Sabbat, de sábado a domingo. ¿En qué día se reunía la iglesia primitiva para adorar? La Escritura nunca menciona una reunión de creyentes en Sabbat (sábado) para adorar y tener compañerismo. Sin embargo, hay pasajes muy claros que mencionan el primer día de la semana. Por ejemplo, Hechos 20:7 dice que “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan,...” En 1 Corintios 16:2 Pablo exhorta a los creyentes corintios “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado...” Puesto que Pablo designa esta ofrenda como “servicio” en 2 Corintios 9:12, esta colecta debe haber estado relacionada con la adoración del servicio dominical en la asamblea cristiana. Históricamente el domingo, no el sábado, era normalmente el día de reunión para los cristianos en la iglesia, y su práctica data del primer siglo.

El Sabbat fue dado a Israel y no a la iglesia. El Sabbat sigue siendo sábado, no domingo y jamás ha sido cambiado. Pero el Sabbat es parte de la Ley del Antiguo Testamento y los cristianos son libres de la carga de la Ley (Gálatas 4:1-26; Romanos 6:14). La observancia del Sabbat no es requerida a los cristianos – (sea sábado o domingo). El primer día de la semana, domingo, el día del Señor (Apocalipsis 1:10), celebra la Nueva Creación, con Cristo como nuestra Cabeza resucitada. No estamos obligados a seguir el Sabbat Mosaico – descansando; sino que somos libres de seguir al Cristo resucitado -- sirviéndole. El apóstol Pablo dijo que cada cristiano individualmente debe decidir si observa el descanso del Sabbat o no. “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.” (Romanos 14:5) Debemos adorar a Dios cada día, no sólo en sábado o domingo.

Francis Suarez

Articulo 1ro Noviembre 20014


domingo, 10 de noviembre de 2024

¿Cuál es el sello del Espíritu Santo?

 

¿Cuál es el sello del Espíritu Santo?



Podemos decir muchas cosas acerca del Espíritu Santo, y aun así quedaríamos cortos en nuestra comprensión, pero empezaremos diciendo que el Espíritu Santo es conocido como el “depósito,” el “sello,” y las “arras” en los corazones de los cristianos (2 Corintios 1:22; 5:5; Efesios 1:13-14; 4:30). El Espíritu Santo es el sello de Dios sobre Su pueblo, Su derecho sobre nosotros como Su propiedad. Aquí debemos enfocar que la palabra griega traducida como “arras” en estos pasajes es arrhabōn que significa prenda,” esto es, parte del dinero de la compra o propiedad dada como enganche o anticipo para garantizar la seguridad de lo que resta. El don del Espíritu a los creyentes, es el pago inicial de nuestra herencia celestial, que Cristo prometió y aseguró para nosotros en la cruz. Debido a que el Espíritu nos ha sellado, estamos seguros de nuestra salvación. Nadie puede romper el sello de Dios si nos mantenemos en él..

El Espíritu Santo de Dios es dado a los creyentes como un “enganche” para asegurarnos que nuestra herencia completa como hijos de Dios nos será entregada. El Espíritu Santo nos es dado para confirmarnos que pertenecemos a Dios quien nos da Su Espíritu como un don o regalo, así como lo son la fe y la gracia (Efesios 2:8-9). A través del don del Espíritu, Dios nos renueva y santifica. Él produce en nuestros corazones esos sentimientos, esperanzas y deseos que son la evidencia de que somos aceptados por Dios, que somos considerados como Sus hijos adoptivos, que nuestra esperanza es genuina, y que nuestra recompensa y salvación están aseguradas, de la misma forma que un sello garantiza un testamento o un contrato. Dios nos concede Su Espíritu Santo como garantía de la promesa de que somos Suyos para siempre y que seremos guardados en el último día. La prueba de la presencia del Espíritu es Su operación en el corazón del creyente, la cual produce arrepentimiento, el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23), conformidad con los mandamientos y voluntad de Dios, una pasión por la oración y la alabanza, y amor por Su pueblo. Estas cosas son las evidencias de que el Espíritu Santo ha renovado el corazón del cristiano que ha sido sellado para el día de la redención.

A su vez el Espíritu Santo de Dios nos garantiza la conexión con nuestro creador y de que hemos sido apartados para El, ayudándonos con suplir fuerzas para combatir el mal de este mundo y vencer sobre nuestras debilidades, ya que por nuestras propias fuerzas seria imposible vencer en la carne.

Así es como a través del Espíritu Santo y el poder de Sus enseñanzas y guía, somos sellados y confirmados hasta el día de la redención, plenos y libres de la corrupción del pecado y de la tumba. Debido a que tenemos el sello del Espíritu en nuestros corazones, podemos vivir gozosamente, confiados en que nuestro lugar está asegurado en un futuro que guarda glorias inimaginables.

 

 

Francis Suarez

jueves, 7 de noviembre de 2013

Fuentes Consultadas.

La Biblia

AnswerQuestion.org

El Apologista


domingo, 3 de noviembre de 2024

¿Cómo podemos definir que es un Cristiano, según la Biblia?"

 

¿Cómo podemos definir que es un Cristiano, según la Biblia?"



El término “Cristiano” que se define como seguidor o discípulo de cristo, se deriva a su vez del Cristianismo “ Doctrina religiosa enseñada y fundada por Jesús de Nazaret.” Y es utilizada tres veces en el Nuevo Testamento - en Hechos 11:26; Hechos 26:28, y 1 Pedro 4:16. Los seguidores de Jesucristo fueron llamados “Cristianos” primero en Antioquía debido a que su comportamiento, actividad y forma de hablar fueron como los de Cristo. (Hechos 11:26).  En los inicios tempranos de la Iglesia antigua este término fue utilizado por la gente pagana en Antioquía como un tipo de apodo despectivo, fue utilizado para burlarse de los Cristianos y Literalmente  significa “perteneciente, o seguidor al partido de Cristo”.

Hay que decir que lamentablemente con el paso del tiempo, la palabra “Cristiano” ha perdido mucho de su significado y a menudo es utilizada para describir a alguien religioso o que tiene altos valores morales, en lugar de un verdadero seguidor de Jesucristo nacido de nuevo (ésta vez en el espíritu) como lo vemos en Juan 3:3. Mucha gente que no cree ni confía en Jesucristo, se considera cristiana simplemente porque asiste a la iglesia y un día tomo la decisión de bautizarse. Bien dijo una vez un evangelista, “Asistir a la iglesia no hace a uno un Cristiano, al igual que ir a un garaje no hace a uno un automóvil.”  Repetimos nuevamente ser un miembro de una iglesia, visitarla los domingo o sábados regularmente, y dar ofrendas e incluso diezmo, no pueden hacerle un cristiano genuino si en verdad no ha habido una transformación para bien en su vida.

La cita bíblica de Mateo 7:21, lo establece bien claro y dice: "No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos".

Otra cita bíblica que menciona la voluntad del Padre es Mateo 12:49, 50, que dice: "Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre".

Ahora, hay cosas en Las Sagradas Escrituras que debemos tener bien claras, como por ejemplo que ella nos dice que las buenas obras que hacemos por si solas no nos pueden hacer aceptables a Dios. En la cita del libro de Tito 3:5 nos dice que “Dios nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.” Teniendo esto claro debemos concluir que  un cristiano es alguien que ha sido nacido de nuevo por Dios (espiritualmente hablando) y ha puesto su fe y confianza en Jesucristo como nos dice la escritura. Esto lo vemos en Juan 3:3,7, y en 1 Pedro 1:23. En Efesios 2:8 leemos que “Por gracia somos salvos por medio de la fe y esto no procede de nosotros, sino que es un regalo, un don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe ni se jacte.” El verdadero seguidor de Cristo es alguien que se ha arrepentido de sus pecados y ha puesto su fe y confianza solamente en Jesucristo. Su confianza no está en seguir una religión, ni una serie de claves morales, ni una lista de cosas que uno debe o no debe hacer.

En Juan 1:12 nos dice: “Más a todos lo que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” El creer en Dios y su hijo Cristo Jesús nos proporciona la única oportunidad de ser llamados hijos de Dios a través de una fe verdadera, la cual fruto de ella nacen las buenas obras, el amor hacia los demás, la obediencia Un verdadero cristiano es en verdad un hijo de Dios, una parte de la verdadera familia de Dios, y uno a quien le ha sido dado una nueva vida en Cristo. Por lo tanto Dios pone un deseo en el corazón del cristiano de cambiar totalmente su estilo de vida y le incentiva a llevar una vida santa y pura. Finalmente podríamos decir que La marca de un cristiano verdadero se define en la ejecución de tres (3) principios básicos 1) Creer en el único Dios verdadero (Jehová) y su hijo Jesucristo, 2) Demostrar amor hacia los demás y 3) la obediencia a la Palabra de Dios. Esto lo vemos en las Sagradas Escrituras en 1 Juan 2:4 y en 1 Juan 2:10.

Francis Suarez

Articulo : 10 Noviembre 2014

En Fs.cristiano.blogspot.com