sábado, 22 de febrero de 2025

“ No es suficiente Creer, hay que hacer algo más “

 

“ No es suficiente Creer, hay que hacer algo más “



Es común ver y escuchar de las personas de este mundo que no ha aceptado a Cristo Jesús como su Salvador, decir que cree en Dios incluso en su hijo Jesús , a veces dicen incluso que tienen fe, pero yo les digo fe en que; Pues las Santas Escrituras dicen que también el Diablo y sus Demonios creen (Santiago 2:19)  Pero lo más relevante que dice La Biblia es:  Que si no has nacido de nuevo no veras el reino de los cielos (Juan 3:3-5). Y para reafirmarlo (Juan 3:18 y su verso 36) te lo demuestran ya que en Juan capítulo 3 te habla de la autoridad de Cristo.

 Retomando lo anterior dicho, nacer de nuevo implica lo siguiente:

1-Debes arrepentirte de tus pecados,

2-Confesar con tu boca que eres pecador y admitir que la sangre de Cristo te limpia de ellos, y

3-Proceder al Bautismo para surgir como una nueva criatura que ya va a andar en los caminos de Cristo.

Inmediatamente hagas estas cosas sucederán tres cosas más, PRIMERO Dios mandara su Espíritu Santo a morar en ti para que desde ese momento tengas un ayudante que te guiara por tu nueva vida  SEGUNDO eres agregado de inmediato a formar parte de su Iglesia y TERCERO tu nombre es agregado al Libro de la Vida.

¿Qué es el bautismo?

 La respuesta que da la Biblia

El bautismo implica que una persona sea sumergida por completo en agua. a En la Biblia se registran muchos bautismos (Hechos 2:41). Entre ellos está el de Jesús, que fue sumergido en el río Jordán (Mateo 3:13, 16). Años después, un etíope fue bautizado en “una masa de agua” que estaba cerca del camino por el que viajaba (Hechos 8:36-40).

Jesús enseñó que, si alguien quería ser su discípulo, tenía que bautizarse (Mateo 28:19, 20). El apóstol Pedro reafirmó esta enseñanza (1 Pedro 3:21).

¿Qué significa el bautismo?

 El bautismo es la demostración pública de que una persona se ha arrepentido de sus pecados y le ha prometido a Dios hacer su voluntad pase lo que pase. Esto incluye obedecer a Dios y a Jesús en todo aspecto de su vida. El bautismo es el primer paso que tienen que dar las personas para vivir para siempre.

Sumergirse en el agua simboliza bien el gran cambio que hace una persona en su vida. De hecho, la Biblia compara el bautismo a un entierro (Romanos 6:4; Colosenses 2:12). Al entrar en el agua, es como si la persona muriera porque abandona su manera de vivir anterior. Y, cuando sale del agua, comienza una nueva vida como cristiano dedicado a Dios.

¿Enseña la Biblia que se debe bautizar a los bebés?

Claro que no,  la Biblia no enseña que se deba bautizar a los bebés.  Lo que enseña es que, antes de bautizarse, hay que hacer varias cosas. Para empezar, hay que entender al menos las enseñanzas básicas de la Palabra de Dios y vivir de acuerdo con ellas. También hay que arrepentirse de los pecados y, mediante una oración, dedicarse a Dios (Hechos 2:38, 41; 8:12). Y los bebés o los niños muy pequeños no pueden hacer ninguna de estas cosas.

 La Biblia contiene numerosas citas que describen cómo Dios se aparta de los impíos, aquellos que se alejan de sus caminos y desobedecen sus mandamientos. Aquí hay algunos ejemplos:

 * 2 Crónicas 29:6:

   * "Porque nuestros padres se rebelaron y hicieron lo malo ante el Señor nuestro Dios. Le dieron la espalda al Señor y despreciaron el lugar donde él reside."

 * Sofonías 1:6:

   * "a quienes le dieron la espalda al SEÑOR, a los que no buscan al SEÑOR y a los que no le piden consejo."

 * Ezequiel 8:17-18:

* Y me dijo: ¿No ves lo que éstos hacen, las grandes abominaciones que aquí hace la casa de Israel, para que me aparte de mi santuario? Mas aun verás abominaciones mayores. Pues yo también procederé con furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia; y gritarán a mis oídos con gran voz, y no les oiré.

Es importante tener en cuenta que, si bien la Biblia habla de que Dios se aparta de los impíos, también ofrece esperanza de arrepentimiento y perdón. Ezequiel 18:21-24 explica que si un impío se aparta de sus pecados y sigue los caminos de Dios, será perdonado.

Claro, también hay otras citas del Nuevo Testamento que hablan de cómo Dios responde a los justos e impíos:

 * Juan 9:31: "Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye."

 * 1 Pedro 3:12:

"Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal."

Además de estas citas del Nuevo Testamento, también se encuentra información relevante en el Antiguo Testamento, que es la base de las enseñanzas de Jesús y los apóstoles, legado que entro al mundo a través de sus Profetas en la antigüedad. Por ejemplo:

 * Salmos 34:15-16:

 "Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos. El rostro de Jehová está contra los que hacen mal, para cortar de la tierra su memoria."

Estas citas bíblicas destacan un contraste entre la respuesta de Dios a los justos y a los impíos. Mientras que Dios escucha las oraciones de los justos y vela por ellos, Él se opone a aquellos que hacen el mal, por estas razones querido amigo lector que no has aceptado a Cristo como tu salvador personal ese será tu destino;  Por favor acéptalo entrégate a él, traspasa tus cargas y pecados a él, que te limpiara y te recibirá, pues de caso contrario ya estás muerto, fuera de los caminos de Dios.

 

Francis Suarez

 

domingo, 9 de febrero de 2025

¿Qué significa Mateo 10:28?

 

¿Qué significa Mateo 10:28?



Mateo 10:28. LBLA  “Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno.”

¿Quiénes irán al infierno?

No cabe duda que el infierno se ha convertido en un tema muy discutido en los últimos años, incluso entre los cristianos. Sin embargo, la polémica es totalmente provocada por el hombre. El rechazo de la realidad del infierno surge de una incapacidad humana para conciliar el amor de Dios con el castigo eterno, o directamente de un rechazo a la palabra de Dios. Incluso algunos que profesan ser cristianos, han llegado a conclusiones que no son bíblicas. Algunos han intentado de redefinir el infierno, han creado un estado intermedio que no se encuentra en las escrituras, o han negado el infierno por completo. Al hacerlo, están ignorando la advertencia de Jesús en Apocalipsis 22:19, "Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro".

El infierno se menciona 167 veces en la biblia, a veces llamado Gehena, Hades, el hoyo, el abismo, o el castigo eterno (Proverbios 7:27; Lucas 8:31; 10:15; 2 Tesalonicenses 1:9). Jesús habló del cielo y del infierno como lugares reales (Mateo 13:41-42; 23:33; Marcos 9:43-47; Lucas 12:5). La historia que Jesús contó acerca del rico y Lázaro fue un caso real que mostraba la realidad de los dos destinos eternos (Lucas 16:19-31). El cielo es la morada de Dios (2 Crónicas 30:27), donde Jesús ha ido a "preparar un lugar" para aquellos que lo aman (Juan 14:2). El infierno fue creado para "el diablo y sus ángeles" (Mateo 25:41). Pero debido a que cada ser humano es un pecador, cada persona ya ha sido condenada al infierno (Romanos 3:10; 5:12; Juan 3:18). Todos merecemos el infierno como el justo castigo por nuestra rebelión contra Dios (Romanos 6:23).

Nuestro Rey y Señor Cristo Jesús fue claro en cuanto a que "el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3:3). También explicó que el infierno es un castigo eterno para quienes no le obedezcan (Mateo 25:46).

2 Tesalonicenses 1:8-9 dice que al final Dios dará "retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder". Juan el Bautista dijo esto de Jesús: "Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará" (Mateo 3:12).

Juan 3:18 explica en términos más sencillos quién va a ir al cielo y quién irá al infierno: "El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios". Por lo tanto, aquellos que van al infierno específicamente son aquellos que no creen en el nombre de Jesús. "Creer" va más allá de un reconocimiento mental de la verdad. Creer en Cristo para salvación, requiere una transferencia de lealtad. No nos vamos a adorar a nosotros mismos, vamos a abandonar nuestro pecado, y comenzamos a adorar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza (Mateo 22:36-37; Marcos 12:30).

Dios desea que cada persona pase la eternidad con él (Mateo 18:14; 2 Pedro 3:9), aunque él acepta nuestro libre albedrío (Juan 4:14). Cualquiera que lo desee, pueda ir al cielo (Juan 1:12). Jesús ya pagó el precio de nuestra salvación, pero debemos aceptar ese regalo y transferir la titularidad de nuestras vidas a Dios (Lucas 9:23). El cielo es perfecto, y Dios no puede llevar a nadie que insiste en aferrarse a su pecado. Debemos permitir que él nos limpie de nuestro pecado y que nos haga justos delante de él (2 Corintios 5:21). Juan 1:10-12 nos muestra el problema y la solución: "En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios".

Podemos elegir confiar en el pago que Jesús hizo por nuestro pecado, o podemos escoger pagar por nuestros pecados nosotros mismos; sin embargo, debemos recordar que el pago por nuestro pecado es la eternidad en el infierno. C. S. Lewis lo dijo de esta manera: "Al final, sólo hay dos tipos de personas: aquellos que le dicen a Dios, "hágase tu voluntad", y aquellos a quienes Dios al final les dice, "hágase tu voluntad".

Francis Suarez

Agradecimientos especial a:

Gotquestions.org por su articulo “Quienes iran al Infierno’


domingo, 2 de febrero de 2025

¿Cuál es el Día del Señor?

 

¿Cuál es el Día del Señor?


El Día del Señor (a diferencia del Día de Jehová), es el domingo. La frase Día del Señor se utiliza sólo una vez en las Escrituras. Apocalipsis 1:10 dice, "Yo estaba en el Espíritu en el Día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta". Puesto que el apóstol Juan no da detalles sobre el significado de "el Día del Señor", podemos asumir que su público objetivo, los cristianos del primer siglo, ya estaban familiarizados con la expresión.

 Algunos suponen que el Día del Señor es lo que en el Nuevo Testamento es equivalente al sábado o día de reposo. Dios instituyó el día de reposo para la nación de Israel, con el propósito de conmemorar su liberación de Egipto (Deuteronomio 5:15). El día de reposo comenzó el viernes a la puesta del sol y terminó el sábado al atardecer, e iba a ser un día de completo descanso de todo el trabajo, simbolizando el reposo del Creador el séptimo día (Génesis 2:2-3; Éxodo 20:11; 23:12). El día de reposo fue una señal especial para los israelitas que habían sido separados para ser seguidores del Dios altísimo. Al guardar el día de reposo, les ayudaría a distinguirse de las naciones vecinas. Sin embargo, en ninguna parte de las Escrituras se considera el día de reposo como el Día del Señor. El término día de reposo todavía se usaba dentro de la comunidad judía en los tiempos del Nuevo Testamento, y tanto Jesús como los apóstoles lo mencionan (Mateo 12:5; Juan 7:23; Colosenses 2:16).

El domingo fue el día en que Jesucristo resucitó de los muertos, un acto que separó para siempre el cristianismo de cualquier otra religión (Juan 20:1)Incluso del Judaismo, que aunque Israel sigue siendo Pueblo de Dios la Iglesia es una nueva creación y todas las cosas son hechas nuevas 2 Corintios 5:17. Dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”  Desde ese momento, los creyentes se han reunido el primer día de la semana para celebrar la victoria de Jesús sobre el pecado y la muerte (Hechos 20:7; 1 Corintios 16:2). Aunque Dios designó el día de reposo como un día santo, Jesús demostró que Él era el Señor del día de reposo (Mateo 12:8). Jesús dijo que no había venido a abolir la ley, sino a cumplirla. El guardar la ley no puede justificar a nadie; la humanidad pecaminosa puede ser declarada justa sólo a través de Jesús (Romanos 3:28). Pablo hace eco de esta verdad en Colosenses 2:16-17, cuando escribe, "Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo".

El Día del Señor se considera normalmente como el domingo, pero no se trata de un equivalente directo para el día de reposo judío (sábado), en otras palabras, el domingo no es el "día de reposo cristiano". Aunque no estamos bajo la ley, si debemos apartar un día para descansar y honrar al Señor, quién murió y resucitó por nosotros (Romanos 6:14-15). Como seguidores de Jesús, nacidos de nuevo, somos libres para adorarlo cualquier día en que nuestra conciencia lo determine. Romanos 14 da una clara explicación de cómo los cristianos pueden lidiar con esas zonas grises sutiles del discipulado. Los versículos 5 y 6 dicen, "Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.

El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios".

Algunos judíos mesiánicos desean continuar considerando al día de reposo (sábado) como santo, por causa de su herencia judía. Algunos gentiles cristianos se unen a sus hermanos y hermanas judíos, para guardar el sábado como una forma de honrar a Dios. Adorar a Dios el sábado es aceptable, y vale la pena mencionar que el día de la semana no es el asunto más importante, sino la motivación en el corazón detrás de esa elección. Si el legalismo o el guardar la ley motiva la elección de observar el sábado (día de reposo), entonces esa elección no se hace con una actitud correcta de corazón (Gálatas 5:4). Cuando nuestros corazones son puros delante del Señor, somos libres para adorarlo el sábado (el sabbat) o el domingo (el Día del Señor). Dios está igualmente complacido con ambos.

Jesús advirtió en contra el legalismo cuando citó al profeta Isaías: "Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado" (Mateo 15:8-9; ver Isaías 29:13). Dios no está interesado en que guardemos los rituales, normas o requisitos. Él quiere corazones que estén incendiados por el fuego de Su amor y de Su gracia, el día sábado (día de reposo), en el Día del Señor, y todos los días (Hebreos 12:28-29; Salmo 51:15-17).

NOTA ILUSTRATIVA: en inglés, sunday, día del sol). El nombre sunday deriva de fuentes paganas. (Nota del Editor: en castellano, domingo deriva del latín dominicus, día del Señor). La división del calendario en semanas de siete días fue obra de los astrólogos de Babilonia. De ellos el plan pasó a Egipto donde los días recibieron los nombres de los planetas, uno siendo para el sol. Después que el cristianismo se estableciera en el norte de Europa, los pueblos teutónicos sustituyeron los nombres de sus dioses con títulos egipcios, de donde tenemos el origen de los nombres en inglés Tuesday, Wednesday, Thursday (en castellano, martes, miércoles, jueves). Pero el primer día continuó llamándose día del Sol (Sunday), mayormente porque el emperador Constantino, por decreto real en el año 321, lo hizo Solis Day, día del sol.

 

Francis Suarez