Es la adicción a la cafeína un pecado?"
1 Corintios 6:12 declara: "Todas
las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son
lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna". En ninguna parte
la biblia menciona la cafeína, por lo que el tema de la adicción a la cafeína
no se aborda directamente en la biblia. Todo lo que se puede hacer es tomar los
principios bíblicos que se aplican a no ser adicto a nada y, luego aplicar esas
verdades a la adicción a la cafeína. 1 Corintios 6:12 es probablemente la
escritura más apropiada. Si bien el contexto está tratando con la inmoralidad
sexual, las palabras de Pablo claramente van más allá de la inmoralidad sexual
cuando él dice, "yo no me dejaré dominar de ninguna".
Al igual que la gula, la
adicción a la cafeína es algo con lo que los cristianos a menudo son
hipócritas. Los cristianos se apresuran a condenar la adicción al alcohol y al
tabaco, pero tienden a ignorar otras adicciones que son "socialmente más aceptables", tales como el exceso de
comer y la cafeína. Evidentemente el alcohol puede tener efectos más peligrosos
sobre el comportamiento y puede ser perjudicial para la salud cuando se toma en
exceso. El tabaco es perjudicial para la salud, incluso en pequeñas cantidades.
En comparación, la cafeína puede no parecer tan mala, pero los cristianos no
deberían vivir basados en: "no es
tan dañina como tal cosa…". Más bien, los cristianos deben vivir
preguntándose: “¿Es correcto? ¿Está honrando a Dios?".
La cafeína, en cantidades
razonables, no es ni excesivamente nociva para la salud ni es adictiva. La
cafeína, en cantidades excesivas, es perjudicial para la salud y adictiva. ¿Es
malo tomarse una taza de café en la mañana para ayudar a despertar? No, por
supuesto que no. ¿Está mal ser completamente dependiente del café que no pueda
hacer nada en la mañana hasta que se haya tomado una o varias tazas de café?
Según 1 Corintios 6:12, la respuesta es sí. No debemos ser adictos a nada. No
debemos permitir ser dominados/controlados/esclavizados por nada. Esto
ciertamente incluye la cafeína. Cuando se consume con moderación, la cafeína no
es un pecado. Cuando uno es adicto y dependiente de la cafeína, ahí es cuando
se vuelve un problema espiritual, y es un pecado que es preciso vencer.
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