¿Cuál es el tiempo de angustia para Jacob?
El estudio de las Sagradas Escrituras es algo muy serio, sobre todo para aquellos siervos de Dios que tenemos el privilegio de predicar su palabra; nos exige poner empeño en el estudio y análisis para lograr cuando el caso lo requiere una correcta exégesis bíblica. Por eso debemos reconocer la diferencia que existe entre exégesis y hermenéutica.
Ambos términos provienen del griego: exegesis ἐξήγησις1
, que es la forma crítica de interpretar un texto y hermenéutica ἑρμηνευτικὴ
τέχνη2 , que trata del arte o ciencia de interpretar o explicar dicho texto o
cita.
Todos conocemos o hemos escuchado del patriarca Jacob mencionado en la biblia , esta nos dice que Jacob probablemente nació en Lahai-roi, y que fue uno de los últimos patriarcas al cual se le debe el nacimiento de las 12 tribus de Israel a través de sus hijos. De hecho Jacob recibió el nombre de Israel dado por Dios (Gen, 35:10) nació unos veinte años después del matrimonio entre Isaac y Rebeca, cuando para ese tiempo su padre tenía 60 años de edad, y su abuelo Abraham, 160 años. ... Era el segundo nacido de los hijos mellizos de Isaac y Rebeca.
La frase “tiempo
de angustia para Jacob” es una cita de Jeremías 30:7 la
cual dice, “¡Ah, cuán grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a él;
tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado.”
En los versos anteriores de Jeremías 30, encontramos
que el Señor le está hablando al profeta Jeremías cerca de Judá e Israel (30:3-4). En el verso 3, el Señor promete que un día en el
futuro, Él traerá tanto a Judá como a Israel de regreso a la tierra que Él
prometió a sus padres. El verso 5 describe un tiempo de gran temblor y espanto.
El verso 6 describe este tiempo de tal forma que lo ilustra como hombres
sufriendo los dolores del parto, indicando nuevamente un tiempo de angustia.
Pero hay esperanza para Judá e Israel, porque aunque este es llamado un “tiempo
de angustia para Jacob” el Señor promete que Él salvará a Jacob (refiriéndose a
Judá e Israel) de este tiempo de gran angustia (verso 7).
En Jeremías 30:10-11 el
Señor dice, “Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, ni te atemorices,
Israel; porque he aquí que yo soy el que te salvo de lejos a ti y a tu
descendencia de la tierra de cautividad; y Jacob volverá, descansará y vivirá
tranquilo, y no habrá quien le espante. Porque yo estoy contigo para salvarte,
dice Jehová….”
También el Señor dice que Él destruirá a las naciones
que tuvieron a Judá e Israel en cautiverio, y que jamás permitirá que Jacob sea
totalmente destruido. Sin embargo, debe notarse que el Señor describe esto como
un tiempo de disciplina para Su pueblo. Él dice de Jacob, “… y destruiré a todas las
naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te
castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.”
Jeremías 30:7 dice, “¡Ah, cuán grande es aquel día!
Tanto, que no hay otro semejante a él.” El único período de tiempo que
se ajusta a esta descripción es el período de la Tribulación. Este tiempo es
sin paralelo en la historia.
Jesús describe la Tribulación usando algunas de las
mismas imágenes de Jeremías. En Mateo 24:6-8, Él
declara que la aparición de falsos cristos, las guerras y rumores de guerras,
hambrunas y terremotos son “el principio de los dolores de parto.”
Pablo también describe la Tribulación como dolores de
parto. 1
Tesalonicenses 5:3 dice, “que
cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción
repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.” Este
evento sigue al Arrebatamiento y al retiro de la Iglesia en 4:13-18. En 5:9, Pablo re-enfatiza la ausencia de
la Iglesia en este período de tiempo diciendo: “Porque no nos ha puesto Dios
para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.”
La ira de la que se habla aquí es el juicio de Dios sobre el mundo incrédulo y
Su disciplina de Israel durante la Tribulación
Estos “dolores
de parto” son descritos en detalle en Apocalipsis, capítulos 6 a 12. Parte del
propósito de la Tribulación, es traer a Israel de regreso al Señor.
Para aquellos que han recibido a Cristo como su
Salvador del pecado, el tiempo de angustia para Jacob es algo por lo que
debemos alabar al Señor, porque demuestra que Dios guarda Sus promesas. Él nos
ha prometido vida eterna a través de Cristo nuestro Señor, y ha prometido
tierra, semilla, y bendición para Abraham y sus descendientes físicos. Sin
embargo, antes de cumplir esas promesas, Él disciplinará amorosa, pero
firmemente a la nación de Israel, para que regrese a Él.
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