domingo, 10 de enero de 2021

Jehová es mi pastor

 

Jehová es mi pastor - Salmo 23


1. El libro de los Salmos y el Salmo 23

De entre todos los Salmos, el 23 es sin duda uno de los más conocidos y apreciados. En sus versos los creyentes han encontrado aliento y confianza para afrontar las diferentes etapas de la vida.

·         (Sal 23:1-6) "Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días."

2. La figura de Cristo en el Salmo 23

Para el lector cristiano resulta difícil la lectura de este Salmo sin pensar casi automáticamente en Cristo, "el buen pastor", cuya figura es reiteradamente exaltada en el Nuevo Testamento:

·         (Jn 10:11) "Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas."

·         (He 13:20) "Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno..."

·         (1 P 2:25) "Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas."

3. El contexto del Salmo 23

En el Salmo 22 podemos ver al "buen pastor que su vida da por las ovejas" (Jn 10:11) (Is 53:6). El salmista profetiza con todo lujo de detalles acerca de cómo serían "los sufrimientos de Cristo". A partir de ahí, la muerte dejó en él su aguijón, y ya no tiene más poder para dañar al hijo de Dios.

En el Salmo 24 se nos describen las glorias que vendrían tras estos sufrimientos: "Alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria" (Sal 24:9).

En medio de los dos está el Salmo 23, que nos habla de las experiencias del cristiano desde el día en que llegó a ser beneficiario del supremo sacrificio de Cristo hasta el momento cuando participará de la gloria con él.

"Jehová es mi pastor"

David, el autor de este Salmo, comienza refiriéndose a Dios como su pastor. Todos recordamos que en su adolescencia él había sido pastor de ovejas y en su cuidado de ellas había llegado a tener experiencias que marcaron su vida.

·         (1 S 17:34-37) "David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como no de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo..."

"Nada me faltará"

Las ovejas son animales que necesitan ser constantemente guiados y cuidados. Tal vez sea por esto que el creyente es comparado con ellos.

David, como una de las ovejas que era cuidada por el Señor, manifiesta su completa confiaba en la bondad solícita de Dios para asegurar todo lo necesario, tanto en el presente como en el futuro.

¡Cuántas personas en este mundo se encuentran como el hijo pródigo de la parábola de Jesús: "yo aquí perezco de hambre" (Lc 15:17)! La única forma de tener la vida en plenitud es volviéndonos a Cristo, sólo en él podemos estar completos (Col 2:9-10).

·         (Fil 4:19) "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús."

"En lugares de delicados pastos me hará descansar"

En las tierras desérticas de Judea, el pastor sabía lo agotador que era para el rebaño andar kilómetros por zonas áridas, a menudo bajo los rayos de un sol abrasador. Pero también conocía dónde estaban los oasis y allí conducía a sus ovejas para proporcionarles descanso, alimento y agua en un ambiente apacible. Siempre es alentador saber que Dios conoce nuestras circunstancias y las dificultades por las que atravesamos en la vida, y podemos estar seguros de que a su tiempo nos conducirá en su sabiduría y bondad hasta su gracia reparadora.

Recordemos la invitación que hizo el Señor Jesucristo:

·         (Jn 10:9) "Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos."

"Junto a aguas de reposo me pastoreará"

A lo largo de toda su peregrinación por el desierto, al pueblo de Israel nunca le faltó ninguna de estas dos cosas: el maná enviado del cielo y el agua pura que manaba de la roca (1 Co 10:3-4). Esto fue una clara evidencia del cuidado pastoral que Dios tuvo a favor de su pueblo a lo largo de toda su peregrinación por el desierto durante cuarenta años.

·         (Jn 6:35) "Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás."

Hoy en día vemos también a muchos creyentes insatisfechos, agitados y sin descanso. En estos casos, el problema no es que Dios ha fallado como pastor, sino que la oveja se ha alejado de la comunión con él. No es extraño que perdamos nuestro descanso cuando correteamos de acá para allá sin causa justficada.

"Confortará mi alma"

La idea es que "restaurará mi alma" o "reparará mis fuerzas". Esto nos habla de una renovación espiritual profunda, algo que va mucho más allá de un mero alivio. El profeta Isaías lo expresó de una forma muy bella:

·         (Is 40:29-31) "El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."

¡Qué importante es esto! Dada nuestra naturaleza caída, no sólo necesitamos que el Señor nos alimente; desgraciadamente también pecamos, y por eso necesitamos ser restaurados y renovados una y otra vez a la comunión con él. Igual que la oveja descarriada es llevada nuevamente de regreso al redil donde es curada de las heridas que ha sufrido y vuelve a caminar con el rebaño, así también nosotros.

"Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre"

1. Necesitamos ser guiados por el Señor

En oriente, el pastor va siempre delante de las ovejas para descubrir los rodales de hierba más verde y mejor; y el sendero con menos pedruscos. Y aunque la oveja no sabe a dónde es llevada, confía en el pastor y le sigue

"Aunque ande en valle de sombra de muerte"

Porque lo cierto es que todos nosotros atravesamos situaciones oscuras y peligrosas en esta vida en las que necesitamos de la protección y el ánimo del Señor. Como ovejas estamos siempre expuestos a múltiples peligros, ya sea por animales salvajes o por ladrones que se lanzan sobre el rebaño. Pero a pesar de nuestra debilidad, podemos exclamar como el apóstol Pablo:

·         (Ro 8:36-37) "Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó."

"No temeré mal alguno"

Ya sea que miremos al presente o hacia el futuro, nunca debemos olvidar que el Señor nos ama y nos cuida, y esto hará desvanecerse todo temor.

·         (1 Jn 4:18) "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor..."

"Porque tú estarás conmigo"

La única razón válida para no temer a la muerte y a las dificultades que puedan surgir en nuestro caminar por esta vida se encuentra en el hecho de que el Señor está con nosotros. Él tiene todos los recursos necesarios y está a nuestro lado. Además, él mismo ya ha pasado por ese camino de muerte y ahora se coloca junto a nosotros para acompañarnos y que no nos sintamos solos.

Volvamos a escuchar la promesa del Señor:

·         (Mt 28:20) "He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo."

"Unges mi cabeza con aceite"

El Nuevo Testamento también trata sobre la unción que nosotros hemos recibido por medio del Espíritu Santo. Esta unción permanente nos confirma que somos de Cristo.

·         (2 Co 1:21-22) "Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones."

·         (1 Jn 2:27) "Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros..."

"Mi copa está rebosando"

El salmista considera también su copa llena a rebosar, con lo que parece querer indicar la plenitud de las bendiciones de Dios que estaba recibiendo.

·         El Señor no sólo quiere darnos vida, sino "vida en abundancia" (Jn 10:10). Aunque no debemos olvidar que para que nosotros disfrutemos de estas bendiciones y podamos tomar "la copa de la salvación" (Sal 116:13), fue necesario que Cristo apurara hasta el fin la amarga copa del juicio (Mt 26:42).

"Y en la casa de Jehová moraré por largos días"

Como ya hemos tenido ocasión de comprobar, el salmista nos va presentando continuamente nuevas escenas de nuestra peregrinación terrenal. Cada una de ellas es un cuadro vivo en el que tenemos que meditar.

Probablemente David estaba pensando ahora en su regreso a Jerusalén y al santuario.

Para él la casa de Dios no era simplemente algo para la eternidad, sino una realidad presente. Veamos cómo lo expresa en otro Salmo:

·         (Sal 27:4) "Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo."

 

 


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