Jehová es mi pastor - Salmo 23
1. El libro de los Salmos y el Salmo 23
De entre
todos los Salmos, el 23 es sin duda uno de los más conocidos y apreciados. En
sus versos los creyentes han encontrado aliento y confianza para afrontar las
diferentes etapas de la vida.
·
(Sal
23:1-6) "Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados
pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi
alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en
valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu
vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en
presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está
rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de
mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días."
2. La figura de Cristo en el Salmo 23
Para el
lector cristiano resulta difícil la lectura de este Salmo sin pensar casi
automáticamente en Cristo, "el buen
pastor", cuya figura es reiteradamente exaltada en el Nuevo
Testamento:
·
(Jn
10:11) "Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las
ovejas."
·
(He
13:20) "Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor
Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto
eterno..."
·
(1
P 2:25) "Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis
vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas."
3. El contexto del Salmo 23
En el Salmo
22 podemos ver al "buen pastor que
su vida da por las ovejas" (Jn 10:11) (Is 53:6). El salmista profetiza
con todo lujo de detalles acerca de cómo serían "los sufrimientos de
Cristo". A partir de ahí, la muerte dejó en él su aguijón, y ya no tiene
más poder para dañar al hijo de Dios.
En el Salmo
24 se nos describen las glorias que vendrían tras estos sufrimientos: "Alzaos vosotras, puertas eternas, y
entrará el Rey de gloria" (Sal 24:9).
En medio de
los dos está el Salmo 23, que nos habla de las experiencias del cristiano desde
el día en que llegó a ser beneficiario del supremo sacrificio de Cristo hasta
el momento cuando participará de la gloria con él.
"Jehová es mi pastor"
David, el
autor de este Salmo, comienza refiriéndose a Dios como su pastor. Todos
recordamos que en su adolescencia él había sido pastor de ovejas y en su
cuidado de ellas había llegado a tener experiencias que marcaron su vida.
·
(1 S 17:34-37) "David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de
su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la
manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se
levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba.
Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será
como no de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió
David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del
oso, él también me librará de la mano de este filisteo..."
"Nada me faltará"
Las ovejas
son animales que necesitan ser constantemente guiados y cuidados. Tal vez sea
por esto que el creyente es comparado con ellos.
David, como
una de las ovejas que era cuidada por el Señor, manifiesta su completa confiaba
en la bondad solícita de Dios para asegurar todo lo necesario, tanto en el
presente como en el futuro.
¡Cuántas
personas en este mundo se encuentran como el hijo pródigo de la parábola de
Jesús: "yo aquí perezco de
hambre" (Lc 15:17)! La única forma de tener la vida en plenitud es
volviéndonos a Cristo, sólo en él podemos estar completos (Col 2:9-10).
·
(Fil
4:19) "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas
en gloria en Cristo Jesús."
"En
lugares de delicados pastos me hará descansar"
En las
tierras desérticas de Judea, el pastor sabía lo agotador que era para el rebaño
andar kilómetros por zonas áridas, a menudo bajo los rayos de un sol abrasador.
Pero también conocía dónde estaban los oasis y allí conducía a sus ovejas para
proporcionarles descanso, alimento y agua en un ambiente apacible. Siempre es
alentador saber que Dios conoce nuestras circunstancias y las dificultades por
las que atravesamos en la vida, y podemos estar seguros de que a su tiempo nos
conducirá en su sabiduría y bondad hasta su gracia reparadora.
Recordemos la
invitación que hizo el Señor Jesucristo:
·
(Jn
10:9) "Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y
saldrá, y hallará pastos."
"Junto a aguas de reposo me
pastoreará"
A
lo largo de toda su peregrinación por el desierto, al pueblo de Israel nunca le
faltó ninguna de estas dos cosas: el maná enviado del cielo y el agua pura que
manaba de la roca (1 Co 10:3-4). Esto fue una clara evidencia del cuidado
pastoral que Dios tuvo a favor de su pueblo a lo largo de toda su peregrinación
por el desierto durante cuarenta años.
·
(Jn
6:35) "Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca
tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás."
Hoy
en día vemos también a muchos creyentes insatisfechos, agitados y sin descanso.
En estos casos, el problema no es que Dios ha fallado como pastor, sino que la
oveja se ha alejado de la comunión con él. No es extraño que perdamos nuestro
descanso cuando correteamos de acá para allá sin causa justficada.
"Confortará mi alma"
La
idea es que "restaurará mi alma" o "reparará mis fuerzas".
Esto nos habla de una renovación espiritual profunda, algo que va mucho más
allá de un mero alivio. El profeta Isaías lo expresó de una forma muy bella:
·
(Is
40:29-31) "El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no
tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y
caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas
como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se
fatigarán."
¡Qué
importante es esto! Dada nuestra naturaleza caída, no sólo necesitamos que el
Señor nos alimente; desgraciadamente también pecamos, y por eso necesitamos ser
restaurados y renovados una y otra vez a la comunión con él. Igual que la oveja
descarriada es llevada nuevamente de regreso al redil donde es curada de las
heridas que ha sufrido y vuelve a caminar con el rebaño, así también nosotros.
"Me guiará por sendas de
justicia por amor de su nombre"
1.
Necesitamos ser guiados por el Señor
En
oriente, el pastor va siempre delante de las ovejas para descubrir los rodales
de hierba más verde y mejor; y el sendero con menos pedruscos. Y aunque la
oveja no sabe a dónde es llevada, confía en el pastor y le sigue
"Aunque ande en valle de sombra
de muerte"
Porque
lo cierto es que todos nosotros atravesamos situaciones oscuras y peligrosas en
esta vida en las que necesitamos de la protección y el ánimo del Señor. Como
ovejas estamos siempre expuestos a múltiples peligros, ya sea por animales
salvajes o por ladrones que se lanzan sobre el rebaño. Pero a pesar de nuestra
debilidad, podemos exclamar como el apóstol Pablo:
·
(Ro
8:36-37) "Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más
que vencedores por medio de aquel que nos amó."
"No temeré mal alguno"
Ya sea que
miremos al presente o hacia el futuro, nunca debemos olvidar que el Señor nos
ama y nos cuida, y esto hará desvanecerse todo temor.
·
(1
Jn 4:18) "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el
temor..."
"Porque tú estarás conmigo"
La única
razón válida para no temer a la muerte y a las dificultades que puedan surgir
en nuestro caminar por esta vida se encuentra en el hecho de que el Señor está
con nosotros. Él tiene todos los recursos necesarios y está a nuestro lado.
Además, él mismo ya ha pasado por ese camino de muerte y ahora se coloca junto
a nosotros para acompañarnos y que no nos sintamos solos.
Volvamos a
escuchar la promesa del Señor:
·
(Mt
28:20) "He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo."
"Unges mi cabeza con aceite"
El Nuevo
Testamento también trata sobre la unción que nosotros hemos recibido por medio
del Espíritu Santo. Esta unción permanente nos confirma que somos de Cristo.
·
(2
Co 1:21-22) "Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos
ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del
Espíritu en nuestros corazones."
·
(1
Jn 2:27) "Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en
vosotros..."
"Mi copa está rebosando"
El salmista
considera también su copa llena a rebosar, con lo que parece querer indicar la
plenitud de las bendiciones de Dios que estaba recibiendo.
·
El
Señor no sólo quiere darnos vida, sino "vida en abundancia" (Jn
10:10). Aunque no debemos olvidar que para que nosotros disfrutemos de estas
bendiciones y podamos tomar "la copa de la salvación" (Sal 116:13),
fue necesario que Cristo apurara hasta el fin la amarga copa del juicio (Mt
26:42).
"Y en la casa de Jehová moraré por largos días"
Como ya hemos
tenido ocasión de comprobar, el salmista nos va presentando continuamente
nuevas escenas de nuestra peregrinación terrenal. Cada una de ellas es un
cuadro vivo en el que tenemos que meditar.
Probablemente
David estaba pensando ahora en su regreso a Jerusalén y al santuario.
Para él la
casa de Dios no era simplemente algo para la eternidad, sino una realidad
presente. Veamos cómo lo expresa en otro Salmo:
·
(Sal
27:4) "Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la
casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de
Jehová, y para inquirir en su templo."
No hay comentarios:
Publicar un comentario