La Cena del Señor
Cuál es la importancia ?
Jesús instituyó una nueva
y significativa cena que celebramos hasta el día de hoy. Es una parte integral
de la adoración cristiana. Nos hace recordar la muerte y resurrección del
Señor, mirando hacia el futuro, esperando Su regreso en gloria.
La Pascua era la
festividad anual más sagrada de la religión judía. Conmemoraba la última plaga
en Egipto, cuando los primogénitos de los egipcios murieron y los israelitas
fueron perdonados por la sangre del cordero que fue rociada en los postes de
sus puertas. Las familias asaron el cordero y se lo comieron con pan sin levadura.
El mandato de Dios era que esta festividad fuera celebrada a través de todas
las generaciones futuras. La historia se registra en Éxodo 12.
Durante la celebración de
la pascua, Jesús tomó un pedazo de pan y dio gracias a Dios. Mientras partía el
pan y se los daba, Él dijo, “Tomad, comed; esto es Mi cuerpo que por
vosotros es partido”. Asimismo, tomó también la copa, después de
haber cenado. Les dio la copa, y bebiendo ellos de ella, Él dijo; “Esta copa es
el Nuevo Pacto en Mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis en
memoria de Mí”. Después Él concluyó la fiesta cantando un himno (Mateo
26:30) y todos salieron esa noche al Monte de los Olivos. Fue ahí donde Jesús
fue traicionado por Judas, como se predijo. El día siguiente Él fue crucificado.
Los relatos de la Cena del
Señor se encuentran en los Evangelios de Mateo 26:26-29, Marcos 14:17-25, Lucas
22:7-22, y Juan 13:21-30. El apóstol Pablo escribió sobre la Cena del Señor en
1 Corintios 11:23-29. Pablo incluye una declaración que no se encuentra en los
Evangelios: “De manera que cualquiera que comiere de este pan o bebiere de esta
copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.
Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor,
juicio come y bebe para sí” (1 Corintios 11:27-29). Podríamos preguntar
qué significa el participar del partimiento del pan y de la copa “de manera
indigna”. Puede significar el tomar con indiferencia el verdadero significado
del pan y de la copa, olvidando el tremendo precio que nuestro Salvador pagó
por nuestra salvación. O puede significar el permitir que la ceremonia se
vuelva un ritual muerto y rutinario, o venir a la mesa con un pecado sin
confesar. Para guardar la instrucción de Pablo, cada uno debe examinarse a sí
mismo antes de comer del pan y beber de la copa.
Otra declaración que hace
Pablo, y que no está incluida en los Evangelios es, “Así, pues, todas las veces
que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis
hasta que Él venga” (1 Corintios 11:26). Esto establece un tiempo límite para
la ceremonia – hasta que Él venga. De estas breves declaraciones, aprendemos
cómo utilizó Jesús dos de los elementos más frágiles como símbolos de Su cuerpo
y sangre, y los instituyó como un monumento a Su muerte. No fue un monumento de
mármol tallado o figuras de bronce, sino de pan y jugo de uva.
Él declaró que el pan
simbolizaba Su cuerpo, el cual sería partido – ningún hueso Suyo fue quebrado,
pero Su cuerpo fue tan terriblemente flagelado que apenas era reconocible
(Salmo 22:12-17; Isaías 53:4-7). El jugo de uva hablaba de Su sangre, indicando
la terrible muerte que en breve Él experimentaría. Él, el perfecto Hijo de
Dios, se convirtió en el cumplimiento de incontables profecías del Antiguo
Testamento concernientes al Redentor (Génesis 3:15; Salmo 22; Isaías 53, etc.).
Cuando Él dijo: “Haced esto en memoria de Mí”, Jesús indicó que esta era una
ceremonia que debía ser practicada en el futuro. También indicaba que la
Pascua, que requería la muerte de un cordero y señalaba al futuro la venida del
Cordero de Dios que quitaría el pecado del mundo, se cumplía en la Cena del
Señor. El Nuevo Pacto tomó su lugar cuando Cristo, el Cordero de Pascua, fue
sacrificado (1 Corintios 5:7; Hebreos 8:8-13). Este sistema sacrificial ya no
era necesario (Hebreos 9:25-28). La Cena del Señor o Comunión Cristiana, es un
recuerdo de lo que Cristo hizo por nosotros y que volvera por segunda vez a
buscar a sus santos.(La Iglesia).
]Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo, come y bebe su propia condena.
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