miércoles, 8 de octubre de 2014

Credo Niceno constantinopolitano


Credo Niceno constantinopolitano


Hablemos hoy un poco de historia, El Credo Niceno, también llamado símbolo niceno o símbolo de la fe es una declaración dogmática de los contenidos de la fe cristiana promulgada en el Concilio de Nicea I (325 DC) en la ciudad de Constantinopla). El objeto del credo niceno fue consensuar una definición de los dogmas de la fe cristiana, impedida hasta entonces por la escasa institucionalización y las fuertes variantes regionales provocada por los enfrentamientos y rivalidades de los obispos lideres de la iglesia. Hay que destacar que en esos tiempos esta imposición doctrinal tuvo objeciones, siendo la mas famosa y convirtiendoce en el principal adversario de la doctrina nicena  el arrianismo, corriente teológica liderada por el sacerdote nor-africano Arrio quien no quiso aceptar que Jesucristo era Dios mismo (concepto de Trinidad) como propuso interpretar el teólogo Tertuliano en el Concilio de Nicea I; este sacerdote de nombre Arrio, en realidad no aceptaba a Jesus como Dios igual al Dios-Padre (Jehova) argumentaba que era inferior a el (EL Padre) y que si bien el Espiritu Santo Procede del Dios Padre, junto al Hijo, este no es una  persona (Tercera de la Trinidad).. otros problemas teológicos, en especial trinitarios, no se resolverían hasta el Primer Concilio de Constantinopla, aquí fue cuando el carácter divino del Espíritu Santo se afirmó de manera definitiva.

 

EL CREDO O DECLARACION DE FE DICE:

 

Creo en un solo DIOS, PADRE todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra,

de todo lo visible y lo invisible.

 

Creo en un solo Señor, JESUCRISTO,

Hijo único de Dios,

nacido del Padre antes de todos los siglos:

Dios de Dios, Luz de Luz.

Dios verdadero de Dios verdadero,

engendrado, no creado,

de la misma naturaleza del Padre,

por quien todo fue hecho;

que por nosotros los hombres

y por nuestra salvación, bajó del cielo;

y por obra del Espíritu Santo

se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre.

Y por nuestra causa fue crucificado

en tiempos de Poncio Pilato;

padeció y fue sepultado,

y resucitó al tercer día, según las Escrituras,

y subió al cielo,

y está sentado a la derecha del Padre;

y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,

y su reino no tendrá fin.

 

Creo en el ESPÍRITU SANTO,

Señor y dador de vida,

que procede del Padre y del Hijo,

que con el Padre y el Hijo,

recibe una misma adoración y gloria,

y que habló por los profetas.

 

Creo la iglesia,

que es una, santa, católica y apostólica.

Confieso que hay un solo bautismo

para el perdón de los pecados.

 

Espero la resurrección de los muertos

y la vida del mundo futuro. Amén.

 

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