Credo Niceno constantinopolitano
Hablemos hoy un poco de historia,
El Credo Niceno, también llamado símbolo niceno o símbolo de la fe es una declaración dogmática de los contenidos de
la fe cristiana promulgada en el Concilio
de Nicea I (325 DC) en la ciudad de Constantinopla). El objeto del credo
niceno fue consensuar una definición de los dogmas de la fe cristiana, impedida
hasta entonces por la escasa institucionalización y las fuertes variantes
regionales provocada por los enfrentamientos y rivalidades de los obispos
lideres de la iglesia. Hay que destacar que en esos tiempos esta imposición doctrinal
tuvo objeciones, siendo la mas famosa y convirtiendoce en el principal
adversario de la doctrina nicena el arrianismo, corriente
teológica liderada por el sacerdote nor-africano
Arrio quien no quiso aceptar que Jesucristo era Dios mismo (concepto de Trinidad) como propuso
interpretar el teólogo Tertuliano en el Concilio de Nicea I; este sacerdote de
nombre Arrio, en realidad no
aceptaba a Jesus como Dios igual al Dios-Padre (Jehova) argumentaba que era
inferior a el (EL Padre) y que si bien el Espiritu Santo Procede del Dios Padre,
junto al Hijo, este no es una persona
(Tercera de la Trinidad).. otros problemas teológicos, en especial trinitarios,
no se resolverían hasta el Primer
Concilio de Constantinopla, aquí fue cuando el carácter divino del Espíritu
Santo se afirmó de manera definitiva.
EL CREDO O
DECLARACION DE FE DICE:
Creo en un
solo DIOS, PADRE todopoderoso,
Creador del
cielo y de la tierra,
de todo lo
visible y lo invisible.
Creo en un
solo Señor, JESUCRISTO,
Hijo único de
Dios,
nacido del
Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz.
Dios
verdadero de Dios verdadero,
engendrado,
no creado,
de la misma
naturaleza del Padre,
por quien
todo fue hecho;
que por
nosotros los hombres
y por nuestra
salvación, bajó del cielo;
y por obra
del Espíritu Santo
se encarnó de
María, la Virgen, y se hizo hombre.
Y por nuestra
causa fue crucificado
en tiempos de
Poncio Pilato;
padeció y fue
sepultado,
y resucitó al
tercer día, según las Escrituras,
y subió al
cielo,
y está
sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no
tendrá fin.
Creo en el
ESPÍRITU SANTO,
Señor y dador
de vida,
que procede
del Padre y del Hijo,
que con el
Padre y el Hijo,
recibe una
misma adoración y gloria,
y que habló
por los profetas.
Creo la
iglesia,
que es una,
santa, católica y apostólica.
Confieso que
hay un solo bautismo
para el
perdón de los pecados.
Espero la
resurrección de los muertos
y la vida del
mundo futuro. Amén.
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