¿Qué dice la Biblia del Ayuno Cristiano?
La Escritura no ordena que los cristianos ayunen. No es algo que Dios requiera o demande de los cristianos. Al mismo tiempo, la Biblia presenta el ayuno como algo que es bueno, beneficioso y conveniente. El libro de Hechos registra el ayuno de creyentes antes de tomar decisiones importantes (Hechos 13:4; 14:23). El ayuno con frecuencia va ligado a la oración (Lucas 2:37; 5:33). Creemos casi siempre que el objetivo del ayuno está en la falta de alimento. Por el contrario, el propósito del ayuno debe ser quitar tus ojos de las cosas de este mundo y concentrarte en Dios. El ayuno es una manera de demostrar a Dios, y a ti mismo, que tomas en serio tu relación con Él. El ayuno te ayuda a obtener una nueva perspectiva y una renovada confianza en Dios.
Al apartar nuestros ojos de las cosas de este mundo,
podremos enfocarnos más en Cristo. El ayuno no es una forma de lograr que Dios
haga lo que deseamos. El ayuno nos cambia a nosotros, no a Dios. El ayuno no es
una manera de aparecer más espirituales que otros. El ayuno es para hacerse en
un espíritu de humildad y una actitud gozosa. Mateo 6:16-18 declara, “Cuando
ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus
rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen
su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no
mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre
que ve en lo secreto te recompensará en público”.
El ayuno que agrada a Dios debe evidenciarse en obras que muestren amor, cuidado y ayuda al projimo como: compartir el pan con el hambriento, dar refugio a los pobres sin techo, y ayudar al hermano cuando está pasando una necesidad.
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