domingo, 10 de marzo de 2024

La adoración que agrada a Dios el éxito de un Cristiano Juan 4:20-24

 

La adoración que agrada a Dios

  el éxito de un Cristiano Juan 4:20-24



(Jn 4:20-24) "Le dijo la mujer: Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren."

Introducción

Durante su conversación con la samaritana, el Señor abordó el tema de la adoración con una amplitud y profundidad completamente nuevas. De esta manera contestó a las inquietudes de la mujer, dejándonos también a nosotros una información muy valiosa que necesitamos para poder ofrecer a Dios una adoración que sea de su agrado. Porque no debemos olvidar que adorar a Dios es un asunto muy serio que no podemos tomar a la ligera. Y el pasaje que vamos a estudiar nos advierte de la posibilidad de creer que estamos adorando a Dios, cuando en realidad lo que hacemos puede ser otra cosa muy distinta. Por ejemplo, el Señor descalificó la adoración de los samaritanos cuando le dijo a la mujer: "vosotros adoráis lo que no sabéis". Por lo tanto, es importante que aprendamos por su Palabra cómo debemos hacerlo para no cometer errores similares.

A continuación haremos algunas aclaraciones sobre lo que es la adoración, cuáles son sus características a la luz de la Biblia, y consideraremos también la enseñanza que Jesús dio sobre el tema a la mujer samaritana.

1. ¿Qué es la adoración?

Adorar a Dios es la actividad más noble, elevada e importante que el ser humano puede realizar.

Sabían hermanos que Fuimos creados para eso, cuando el hombre pecó rompiendo así su relación con Dios, él envió a su propio Hijo con el fin de redimirnos para que pudiéramos ser nuevamente verdaderos adoradores. Esto es lo que Jesús quería dar a entender a la mujer cuando le dijo: "el Padre tales adoradores busca que le adoren". Tan importante es el tema, que la adoración será nuestra actividad principal durante toda la eternidad. Lo podemos comprobar con frecuencia en el libro de Apocalipsis, donde todos los seres celestiales adoran a Dios sin cesar.

(Ap 4:8-11) "Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas."

Ahora bien, cuando nos preguntamos qué es la adoración, encontramos que, como es habitual en la Biblia, ésta no nos ofrece ninguna definición, sino que su forma de enseñarnos es mostrándonos numerosos ejemplos de personas que adoraban a Dios con el fin de que a través de ellos podamos aprender cómo debemos hacerlo nosotros.

Así pues, lo primero que observamos en las Escrituras es que un adorador es alguien que tiene una relación personal con Dios al que ama intensamente. Notemos por ejemplo cómo el rey David comenzaba el Salmo 18 expresando su amor a Dios: "Te amo, oh Jehová", para inmediatamente después invocarle porque reconocía que "es digno de ser alabado" (Sal 18:1-3). Como no puede ser de otra manera, es nuestro amor a Dios lo que nos lleva a adorarle. Aunque, por supuesto, este amor es una pobre respuesta al gran amor que hemos recibido de él (1 Jn 4:10). Por lo tanto, si la adoración no surge como una respuesta genuina de nuestro amor a Dios, todo lo que hagamos no pasará de ser simples ritos religiosos fríos y secos, carentes de significado, y que de ninguna manera agradarán a Dios.

Ahora bien, todos sabemos que el verdadero amor a Dios implica entrega absoluta. El Señor nos enseñó que para amarle hay que hacerlo con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente (Mt 22:37). Así pues, la adoración genuina implica la entrega de todo lo que somos como una ofrenda de amor.

Así que, podríamos decir que la adoración es una "ofrenda del todo quemada", donde el adorador no se queda nada para sí mismo, sino que se entrega sin reservas a Dios, consagrándole su vida entera a él. Parece que el apóstol Pablo tenía este tipo de sacrificio en mente cuando exhortaba a los cristianos en Roma:

(Ro 12:1) "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional."

Y si meditamos un poco más en esto, rápidamente nos daremos cuenta de que la expresión plena de este tipo de devoción la encontramos en Cristo cuando entregó su vida al Padre en la Cruz:

(Ef 5:2) "Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante."

La conclusión de todo esto queridos hermanos es que no podemos reducir nuestra adoración a unas bonitas expresiones de nuestros labios, porque recuerden antes de que Dios escuche lo que decimos, primeramente mira nuestros corazones. Esta fue la razón por la que tanto Jesús como los profetas del Antiguo Testamento tuvieron que reprender reiteradamente al pueblo de Israel:

(Mr 7:6) "Respondiendo él, les dijo: Hipócritas bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí."

Ahora bien, una vez que hemos señalado que la adoración surge de un corazón que ama y se entrega completamente a la voluntad de Dios, hay que decir también que le adoramos cuando nos dirigimos a él para expresarle la admiración que le profesamos. Esto lo podemos hacer principalmente por medio de la oración y también del canto.

(He 13:15) "Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre."

Por supuesto, esta admiración surge y crece en nosotros al considerar por medio de su Palabra cómo es él; su naturaleza, sus atributos, su carácter y también sus obras. Es entonces cuando nos rendimos a él mientras nos deleitamos en contemplar de forma reverente su gloria, porque ya no andamos por vista sino por fe hermanos y esta fe es la que nos salvara. Bien lo dijo el Profeta Habacuc.

Habacuc 2:4

4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.

¿Qué dice Romanos 3 22?

22 Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen.

Hebreos 10:38-39 RVR1960

Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.

¿Qué dice Gálatas 3 11?

11 Y que por la ley ninguno se justifica ante Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá.

¿Quién fue y Cuál era la misión de Habacuc?

Habacuc fue un profeta y escritor hebreo y un gran Adorador , que vivó probablemente entre los siglos VII y VI a. C. Es considerado el octavo de los 12 profetas menores del Antiguo Testamento.

Fecha de nacimiento: 626 a.C. Ocupación: Profeta, escritor

Habacuc hizo varias referencias a acontecimientos de la época de Moisés y de Josué. Cualquier persona familiarizada con esos acontecimientos bíblicos los reconocerá inmediatamente. El propósito de la oración de Habacuc fue pedir que Jehová regresara y sostuviera a Israel como en los días antiguos.

Para terminar hermanos es importante aclarar que la adoración va más allá de nuestras acciones de gracias por sus bendiciones recibidas. Debemos notar la diferencia entre adoración y acción de gracias. Porque mientras que en la acción de gracias el foco de nuestra atención está en las cosas que hemos recibido de Dios, en la adoración la atención se centra en lo que Dios mismo es. Reconociendo su grandeza , amor, poder y Gloria.

(Juan 4:23) “. Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.”

 

Francis Suarez


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