domingo, 7 de junio de 2020

¿De que manera puedo perdonar a aquellos que me han ofendido?"





¿De que manera puedo perdonar
a aquellos que me han ofendido?"
Tener la oportunidad de perdonar es fabulosa, es el momento de poner en practica las enseñanzas de Cristo, lo malo que a veces se ve bloqueada por la falta de respuesta adecuada  del ofensor algunas veces.
A todos en algún momento nos han lastimado, ofendido y han pecado contra nosotros. ¿Cómo  debemos responder cuando ocurren tales ofensas? De acuerdo con la Biblia, debemos perdonar. (Efesios 4:32) dice; “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. Igualmente, (Colosenses 3:13) declara, “…soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”. La clave en ambos pasajes de la Escritura es que debemos perdonar a otros creyentes, así como Dios nos perdonó. ¿Por qué perdonamos? ¡Porque nosotros hemos sido perdonados! Nuestro perdón a los demás debe reflejar el perdón de Dios para con nosotros.
Para perdonar a los que pecan contra nosotros, primero debemos entender el perdón de Dios. Debemos entender que Dios no perdona a todos automáticamente sin condiciones previas; si lo hiciera, no habría lago de fuego en (Apocalipsis 20:14-15). El perdón, correctamente entendido, implica arrepentimiento por parte del pecador y amor y gracia por parte de Dios. El amor y la gracia están ahí, pero a menudo falta el arrepentimiento. Así que, el mandato de la Biblia de que nos perdonemos unos a otros no significa que ignoremos el pecado. Significa que, con gusto, con gracia y amor extendemos el perdón a aquellos que se arrepienten. Siempre estamos dispuestos a perdonar cuando se nos da la oportunidad. No sólo siete veces, sino "setenta veces siete" veces (Mateo 18:22). Negarse a perdonar a una persona que lo pide demuestra resentimiento, amargura y enojo, y ninguno de ellos son los rasgos de un verdadero Cristiano, pero si usted ha ofendido a un hermano y no esta dispuesto de Corazon a arrepentirce y pedir perdon al hermano ofendido usted esta siendo rebelde a la palabra de Dios.
Perdonar a los que pecan contra nosotros requiere paciencia y tolerancia, al igual que el poder transformador de Dios en nuestras vidas.. Un hermano ofendido debe estar dispuesto a perdonar, pero el que ofende debe arrepentirce y pedir perdon, pues esta en falta con su hermano y con Dios.  La escritura dice en (Mateo 5:23-24)   "  Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. "   Esto es lo que debiera hacer el hermano  que ofende a otro, buscar el perdon del hermano ofendido y reconciliarce, demostrar amor, buscar la paz.

Ahora hay una situacion especial con aquellos hermanos que estan en eminencia, osea predican la palabra de Dios para edificacion de todos, la palabra dice que debemos ser tolerantes, atentos y dar buen trato a aquellos que esta en posicion de liderazgo predicando su palabra porque son los instrumentos de Dios para dar luz a los menos entendidos.  Sobre los lideres que predican (1ra Tes. 5:12) dice : “ Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan;  y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros. “
 La iglesia tiene el mandato de "ser paciente para con todos" (1 Tesalonicenses 5:14). Deberíamos ser capaces de pasar por alto los desaires personales y las ofensas menores. Jesús dijo: "a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra" (Mateo 5:39). No todas las "bofetadas" necesitan una respuesta, pero cada mala accion requiere arrepentimiento para obtener perdon.
Hay algo profundo en la naturaleza humana caída que tiene sed de venganza e insta a pagar con la misma moneda. Naturalmente, queremos causar el mismo tipo de lesión a aquel que nos maltrató: ojo por ojo parece justo. En Cristo, sin embargo, se nos ha dado el poder de amar a nuestros enemigos, hacer el bien a los que nos odian, bendecir a los que nos maldicen y orar por los que nos hacen daño (ver Lucas 6:27-28). Jesús nos da un corazón que está dispuesto a perdonar y que obrará buscando ese propósito.
La parábola de Jesús en (Mateo 18:23-35) es una poderosa ilustración de esta verdad.
Dios promete que cuando venimos a Él pidiéndole perdón, Él nos lo concede gratuitamente (1 Juan 1:9). El perdón que otorguemos no debe tener límites, de la misma manera que el perdón de Dios es ilimitado (Lucas 17:3-4).
Elaborado:

Francis Suarez

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