martes, 7 de febrero de 2017

El Tribunal de Cristo


El Tribunal de Cristo
1 Co 3:10-15               (Cita Base)

10Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 11Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.


Existen pasajes en la Escritura que son confundidos por los indoctos o utilizados por aquellos que defienden una doctrina a pesar de la verdad bíblica. Distintas religiones (católica, testigos de Jehová, mormones, adventistas del séptimo día, etc.) están enseñando a partir de la Biblia que se esperan juicios en los cuales el destino eterno del alma están en juego.

Nuestro pasaje habla acerca del tribunal de Cristo que es confundido por muchos con el juicio a los incrédulos (el gran trono blanco) en donde las obras serán pesadas y cada quien recibirá de acuerdo a ellas mezclando completamente los juicios de Dios.

El propósito del estudio es entender perfectamente el tribunal de Cristo y lo que significa para el creyente, siendo más un momento de gloria que de temor.


SIGNIFICADO DE: "TRIBUNAL"

Cuando escuchamos la palabra "tribunal" de inmediato viene a la mente el lugar de juicio y castigo por haber cometido un ilícito y casi siempre pensamos en forma negativa (condena) y no de beneficio (perdón o dación de algo).

Precisamente es el uso de la palabra "tribunal" la que estorba el entendimiento de este acto que espera a cada uno de los creyentes en su encuentro con Cristo.

Las palabras utilizadas en el Nuevo Testamento para tribunal son:

critêrion. "el instrumento o medio para probar o juzgar cualquier cosa; la regla por la cual uno juzga" o "el lugar donde se hace un juicio; el tribunal de un juez; un banco de jueces". Este uso lo encontramos en: Stg 2:6  “ Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? “ y 1 Cor 6:2, 4  “ 2¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?... 4Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia?”

Pablo siempre asoció la idea de la vida cristiana y el servicio con una carrera, en la cual hay lugar para los triunfadores y la satisfacción a todos los que llegan. Dicen los deportistas: Lo importante no es ganar, sino competir. Pero la verdad es que todos los corredores buscan el premio dado a los ganadores. Esta misma idea se implica en el tribunal de Cristo, no va a ser un lugar en donde habrá un juicio y un castigo, sino un reconocimiento público a los servidores fieles.

Nos acercaremos al lugar de prominencia para un encuentro personal con el Señor Jesucristo para recibir de él la recompensa por nuestro servicio. Esta conclusión la desarrollaremos a lo largo del estudio.

EL TIEMPO

Será inmediatamente después del Arrebato de la Iglesia de está tierra a los lugares celestes. Veamos en la escritura el apoyo de esta afirmación

1. Las recompensas están asociadas con la resurrección. Lc 14:14 y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos. La resurrección es parte integral del arrebatamiento, las recompensas son parte de lo mismo 1Te 4:13-17 13Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

2. Ap 19:8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Vemos el regreso de Cristo con su Iglesia ya recompensada sólo con sus acciones justas, las otras han sido quitadas en el tribunal del Señor.

3. 1 Co 4:5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios. 2Ti 4:8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. Ap 22:12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Vemos asociadas las recompensas con el encuentro del Señor Jesucristo y los suyos

Podemos decir entonces que el tribunal de Cristo lo encontramos entre el arrebatamiento y su segunda venida después de la tribulación, esta dura siete años, la pregunta es ¿En qué momento de esos siete años? La respuesta es sencilla: Inmediatamente después del arrebatamiento para adornar y vestir a la novia preparándola para el encuentro con el esposo. No puede haber comunión íntima más que con la limpieza absoluta y pura de las buenas obras de la Iglesia.

EL LUGAR.

1Te 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 2Co 5:1-9  “1Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 2Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; 3pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. 4Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 5Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. 6Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 7(porque por fe andamos, no por vista); 8pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. 9Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.

El evento ocurre en la esfera celestial, como el tribunal sigue al arrebatamiento, este necesariamente debe ocurrir en las regiones celestes, confirmado con el segundo texto ya que estaremos ausentes del cuerpo y presentes al Señor.

EL JUEZ.

2Co 5:10 “ Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”. Jn 5:22 “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo.”

El juicio es entregado por el Padre al Hijo. Como hemos visto esto no es un juicio judicial, en donde hay un castigo, sino una entrega de recompensas a los siervos buenos. Es un acto soberano de Cristo sobre de su propia Iglesia en particular a cada uno de los creyentes. Recordemos que aquí no hay un rechazamiento de la Iglesia puesto que el propósito del encuentro es precisamente para la boda y la manifestación de su obra para con ella: Ef 5:25-27: 25 “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”

Parte de la exaltación de Cristo es su derecho a manifestar autoridad divina en el juicio.


LOS SUJETOS.

Notemos en el texto de 2 Co 5:1-19 las siguientes frases:

· tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.

· no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.

· quien nos ha dado las arras del Espíritu.

· caminar por fe, no por vista

Tendremos que concluir que en el único en que se puede cumplir lo que dicen los textos es en el creyente nacido de nuevo por la fe en Jesucristo.

Debemos distinguir que aunque los creyentes están presentes para un examen, no son ellos en sí mismos quienes son juzgados. No es al creyente a quien se juzga. El creyente ya fue juzgado en la cruz de Cristo, recordemos algunos textos:

Ro 8:1 “ Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”

Jn 5:24  “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”

1Jn 4:17  “En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.”

Heb 10:17  “añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.”

La obra de Cristo es perfecta por la eternidad y ya fue consumada.

¿Entonces qué es lo que se va a examinar?

EL EXAMEN.

2Co 5:10  “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.”

La palabra que se tradujo como "comparecer" podría mejor traducirse como: ser puesto de manifiesto, de manera que el versículo se lea: Porque es necesario que todos nosotros seamos puestos de manifiesto. Esto revela que el propósito del tribunal es sacar a la luz lo que había permanecido oculto hasta ese momento: el carácter y las motivaciones esenciales del individuo. Ahora bien, este examen es individual y personal con Cristo, en los textos que analizamos no se revela que esto vaya a ser en un acto público, aunque lo que se está ejecutando es la revelación de las acciones justas de la Iglesia producidas y efectuadas por Cristo. Las obras individuales del creyente son examinadas para la revelación global de las vestiduras de la Iglesia.

Las obras efectuadas mientras estuvo en el cuerpo son examinadas para ver lo bueno y lo malo. no se usa la palabra kakos o poneràs que se refiere a lo pecaminoso, a lo ética o moralmente malo, la palabra que se usa es phaulos que se refiere a lo que es malo por su inutilidad, a lo que es imposible de obtener de ello una ganancia. Es como cuando nos referimos a que un negocio es malo, no porque sea perverso o reprobable, sino porque no produce ningún provecho o ganancia.

Recordemos la parábola de las diez minas, el siervo fue malo porque no produjo ninguna ganancia para su amo. Es en este sentido en el que se efectuará el examen.

Todas nuestras acciones, desde que aceptamos a Cristo, se espera que produzcan un fruto, de no ser así son inútiles, por ejemplo: si este estudio no fue hecho para producir fruto en el que lo oye (la gloria de Cristo, el deseo de corrección, de confesión de pecado, de acercamiento a Dios, etc.), no importa cuanto esfuerzo hubiera requerido, es inútil y vano. ¿Qué fruto para Cristo produce tu asistencia a la Iglesia, a los estudios, tu lectura y memorización bíblica? ¿Ninguno? entonces no sirve de nada, todo es hojarasca, heno, madera. No importa cuanto te esfuerces para guardar un testimonio, si no es para la gloria de Cristo todo eso se quemara en el tribunal de Cristo. ¿Quizá tu seas de las personas que no trabajan para Cristo porque hay otros que lo hacen? Dios espera ese servicio de ti en forma personal. Dios nos deja en el mundo después de salvarnos para que produzcamos fruto. Mt 13:23: “ Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno”. No podemos eludir la voluntad de Dios.”

Que maravilloso es el actuar de Cristo, el tribunal revela su carácter perfecto de justicia y bondad, de personal y universal, ciertamente el es digno de toda la gloria. En este sentir hablan multitud de pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento con referencia a las obras de aquel en quien habita Cristo en su corazón.

No porque se hable de obras, son estas las que dan mérito para estar en este lugar, el mérito es el sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario.

EL RESULTADO.

1Co 3:14-15 14 “Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.”

Es claro que el resultado es una recompensa o la pérdida de la misma. Este examen no es un juicio externo sino interno, en el ámbito de las intenciones y motivaciones ya que tiene que ser pasado por fuego para sacarlo a la luz.

¿Qué es este fuego que prueba las obras?  1Sm 16:7:  “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. “ Ap 2:18:  “Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido...” El Señor que habita en nuestro corazón conoce nuestra intensión, a su mirada todo queda descubierto. Nosotros mismos veremos cosas que considerábamos los más ocultos secretos y estarán ahí, desnudos, a la vista.

La palabra "pérdida" del versículo 15 de la cita base (zemioo), no implica la idea de sufrimiento en el sentido de sufrimiento físico o mental. Su idea básica es pérdida en el sentido de perder el premio que pudiera haber recibido. Ejemplo : Tuve un amigo que le gustaba jugar mucho a los pronósticos deportivos, una vez  se sacó un segundo lugar por 3,500 pesos, pero el hombre estaba  triste porque por un solo resultado no se saco el primer lugar que era por $50,000.  Es en este sentido en el que se habla de pérdida.

Dice en  2 Juan 8  “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo.”  Nos enseña la posibilidad de la pérdida por falta de fidelidad o de hacer las cosas uno mismo. Pablo enseña lo mismo en 1Co 9:24-27:  “24¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 25Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 26Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, 27sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.”

La palabra utilizada es adokimos, es una palabra utilizada para probar el dinero, si el dinero era bueno, se calificaba como dokimos, si era falso o desaprobado, entonces era adokimos. Era la inquietud de Pablo entrar en la esfera de la carne en el servicio al Señor y a pesar de ser utilizado grandemente por él no alcanzar todo el galardón completo para el que sirve de todo corazón al Señor, dejándose utilizar completamente, Pablo no sería eliminado de la salvación, pero no deseaba ser hallado inútil, no servir para nada. De tal manera que sufriría la pérdida de que habla.

1Jn 2:28:  “Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.”  La voz pasiva unida a la expresión autou sugiere que el creyente se retrae avergonzado. Indica un retroceder ante la presencia de Cristo, quizás debido a un sentido de culpabilidad, en el cual el creyente mismo realiza la acción, más bien que Cristo avergonzar al creyente. Cristo desea recompensar, pero el creyente puede encontrarse en una posición difícil por sus obras sin utilidad delante del Rey de reyes.

Recordemos lo que dice en Heb 13:20-21:  “20Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén”. Declarando claramente lo que le agrada al Señor, todo fuera de esto es heno, hojarasca, madera, buen material para calentar en el cielo.

Está bien claro que no está hablando de la pérdida de la salvación porque dice en el versículo 15: si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.

LAS RECOMPENSAS.

La Biblia habla explícitamente de cuando menos 5 recompensas y porqué:

1. Una corona incorruptible para aquellos que obtengan dominio sobre el viejo hombre. 1Co 9:25 “ Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.”

2. Una corona de gozo para los ganadores de almas. 1Te 2:19 “ Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?”

3. Una corona de vida para aquellos que resistan las pruebas. Stg 1:12  “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.”

4. Una corona de justicia para los que aman su venida. 2Ti 4:8 “ Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”

5. Una corona de gloria por la disposición de apacentar la grey de Dios. 1P 5:4  “Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.”

Estas recompensas no son para la gloría del que las obtiene, sino para la gloría de Dios mismo ya que él fue el que hizo las obras, el creyente fue solo el instrumento utilizado por Dios. Es por eso razonable encontrar a los 24 ancianos depositando sus coronas a los pies del cordero. Ap 4:10:  “los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono...”

Existe la controversia de si estas coronas son permanentes o son separadas al entregarlas a Cristo como una manifestación de otorgarle la gloria, de cualquier manera, estas recompensas mostrarían por la eternidad la gloría de Dios en la persona de sus redimidos, reflejando estos su poder y gloria por siempre jamás. Es como aquel hombre que compraba cosas carísimas a su esposa, más que las que compraba para sí mismo, gastaba mucho dinero en que ella se cultivara tanto moral como socialmente y un día se le pregunto el porque de este hecho y él contestó: Porque cada vez que la gente la ve a ella, ve mi poder y mi riqueza en las cosas que ella tiene, porque yo se las he dado. En Cristo es lo mismo pero sin ninguna mancha de egoísmo o soberbia como pudo haber en este hombre.

CONCLUSIÓN.

El tribunal de Cristo no es un momento de juicio, sino más bien de premiación, el premio o recompensa lo obtendrán aquellos que permitan ser utilizados por Cristo en su obra. El juicio se hará sobre las obras del creyente, no sobre de él. El juicio no tiene nada que ver con la salvación del alma. Lo oculto del hombre será mostrado ahí abiertamente. el examen no será en grupo, sino en forma personal con el Señor.

La mejor forma de prepararnos para ese momento lo encontramos en: 1Co 11:31-32  “ 31Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; 32mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.” El juicio personal diario de nuestras motivaciones nos permitirán llegar gozosos delante del Señor sabiendo que él ha sido el que ha efectuado nuestras obras. El abandonar esta práctica nos puede hacer llegar delante de él y avergonzarnos de que lo que hemos hecho ha sido para la gloría de la carne o de no haber hecho nada agradable a Dios.


Que el Señor nos ayude a ver por nosotros mismos y ser encontrados aceptos en nuestras motivaciones y servicio.

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